Saltar al contenido

111 Carta /A ti, que sufres por los pecados confesados

Domingo, 14 de abril de 2.013

A ti, que sufres por los pecados confesados:

Me escribes, y te comprendo. Me dices:

“Padre, gracias por esa meditación, tan elocuente y sabia, pero me inquieta, si un pecado de esta naturaleza, ya fue confesado, hace años, porque siempre marca, al recordar, a veces, creo que no fue bien confesado, me gustaría su opinión. Gracias Padre.”

Y te digo, ven a mis brazos, hijo-a, porque tu dolor me llena de dolor, y nos priva a ambos de la felicidad de la paz, la paz de Dios.

A veces, uno-a recuerda sus pecados graves ya confesados, porque otros se lo hacen recordar, con sus comentarios o insinuaciones, porque les molesta a muchos que los pecadores se arrepientan y se vayan a confesar; y a veces, los que lo recuerdan todo, son estos que van de santos por la vida; a veces son otros, como aquellos con los que te juntaste antes, y pecaste con ellos, y ellos no se han ido a confesar, sino que aún quieren más, pecar más contigo. Todo esto, siempre es porque el demonio tiene interés en que no seas feliz en este mundo. Repito, EL DEMONIO tiene interés en que no seas feliz en este mundo. Y, ¿es que alguien puede ser feliz en este mundo?… Tú crees que el paralitico que no podía meterse en la piscina, cuando fue sanado, crees que no fue feliz, habiendo sido tantos años desgraciado. Sí, fue feliz. Y tú y todos los que han ido a confesar sus pecados, tenéis que ser felices, porque YA PODEIS ANDAR; porque ya, libres del pecado, podéis disfrutar de las cosas bellas de la vida.

Cuando te venga la MALA tentación, que siempre es mala, lo sé, pero quiero decírtelo así para que te enteres bien, y te des cuenta de que siendo una tentación es-son los susurros del Diablo y sus secuaces que quieren mortificarte, que quieren que, pudiendo ya andar, te vuelvas a sentar y te quedes invalido por voluntad, por tu falta de voluntad; que la voluntad va unida a la fe, y sin la fe en Dios, pierdes la confianza en ti mismo; porque si no tienes confianza en ti mismo, entonces, es que no crees en Dios; porque esto es así, esa falta de lo que llaman autoestima, es decir, que uno no se ama, que uno no se estima a sí mismo, es porque no cree en Dios, no tiene fe y no admira a Dios; porque si lo admirara lo amaría, porque lo conocería y lo admiraría, sabría todo lo que Dios ha hecho por él, ¡por ti!, y tendrías fe, y tendrías confianza en ti mismo, por este amor con que Dios te ama, y la fe te lo dice; pero, aunque te has ido a confesar, no te crees digno-a de recibir el amor de Dios, y no te crees digno-a porque los demonios te susurran tus pecados, te los recuerdan; y tú, en vez de apartarlos de tu mente, caes en la MALA tentación de recordarlos. Tú, cuando te ocurra esto, tú, hijo-a mío-a, debes de apartarlo inmediatamente de tu mente; ¿cómo?, pensando lo cierto, lo correcto: “Ya me lo confesé y estoy PERDONADO-A”. Y ten fe, ¡ten fe!; porque te falta fe.

Normalmente, la falta de fe viene porque este-os pecados cometidos, los hiciste bajo presión de una falta de fe en Dios, y por lo tanto te saltaste los diez mandamientos; recuerda eso: ¡QUE ERAS UN IGNORANTE EN ESOS MOMENTOS QUE PECASTE!;pero esto ya pasó; ¡ha quedado atrás!, ahora ESTÁS PERDONADO-A, ahora eres libre de tener fe y voluntad; así que ¡lucha por tu LIBERTAD!, CON TU VOLUNTAD. Deja que te dé un abrazo, porque por fe; SOMOS HERMANOS.

Anda, anda, no llores más, y haz buenas obras de ahora en adelante, no sólo las que puedas hacer, sino las que quieras hacer. La próxima semana os hablaré de este tema, de las obras que se pueden hacer y las que se deben hacer.

Un fuerte abrazo a cada uno, sí, también a ti, que aún no te has confesado. ¡Venga!, te espero en el confesonario.

Con afecto sincero.

P. Jesús

© copyright

Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.