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131 Carta / A ti, que esperas que a otro le vaya mal

Domingo, 30 de Noviembre de 2.014

 

A ti, que esperas que a otro le vaya mal:

Sí, no te engañes a ti mismo, no vayas de humilde, porque tu humildad encubre tus deseos de que a otro le vaya mal. Disfrutas alegrándote de la desgracia de otro. Qué tristeza me das. Emplear así tu tiempo, cuando podrías hacer de tu vida una maravilla.

En vez de pensar en cosas buenas para ti, en dar lo mejor de ti mismo, te dedicas a pensar cómo disfrutarías de que a ése y a aquel, las cosas no le fueran nada bien.

Qué manera de perder el tiempo y la santidad.

Reacciona y decide hacer algo al respecto; ve a confesarte y empieza a pensar en ti, no para ser egoísta, sino para decidir qué vas a dar de útil a la vida.

Mira quién eres y lo que tienes, y medita en qué puedes mejorar, porque Dios quiere la perfección en todos, también en ti, así que ya sabes lo que Jesús, Dios, espera de ti: ¡la santidad!

Estos malos pensamientos, estos malos deseos, son maldades que el Demonio ve, y se frota las manos pensando en que estás cayendo a sus pies, a servirle para hacer daño al semejante. Porque se empieza así, deseando que a otro las cosas le vayan mal, y luego se pasa a la acción, a hablar mal del otro al jefe, a sus clientes, a sus amigos. Todo aquel que habla mal de otro, sea cierto o no, normalmente exagera y miente, porque el deseo de hundirle es más grande que el de respetar a los demás, que dejar que Dios haga las cosas a su manera, ¡que las hace!, y ya en esta vida, manda recompensas a los que son fieles a su doctrina y cumplen con los mandamientos de la Ley de Dios, haciendo asiduo examen de conciencia, y oran para dar de sí lo mejor y ayudar al que no lo hace bien en vez de desprestigiarlo y de hacer teatro para disfrutar de ver cómo las cosas le van mal. A este que hace esto, le puede ir bien una temporadita, la gente le hará caso, pero no toda la vida podrá dedicarse a hacer este teatro, porque la función se termina cuando Dios dice ¡Basta!, y lo dice muchas veces, porque Dios es bueno y quiere el bien, y no le gusta que nadie se tome la venganza por su cuenta, aunque la llame justicia, ni quiere que se peque contra el que quizás peca, o quizás no, pero que tú deseas que las cosas no le vayan bien.

Piensa en ti, en hacer que tus cosas vayan mejor, y verás cómo Satanás deja de rondarte y tendrás paz, las cosas te irán mejor cuando no desees el mal ajeno. ¡Haz la prueba y ya verás cómo tu vida cambia!, estarás más sano, te sentirás mejor y estarás contento de ti. Pruébalo.

Te deseo lo mejor para ti y para todos, porque lo mejor para todos es lo que Dios quiere; deséalo tú también, y te apartaras del mal y harás el bien.

Con afecto sincero.

P. Jesús

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Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.