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150 Carta / A ti, que tienes caridad y das limosna

Domingo, 12 de Abril de 2.015

A ti, que tienes caridad y das limosna:

Da lo que quieras y lo que puedas, da siempre al necesitado, al que está más cerca de ti, porque la Iglesia tendrían que ser todos; Dios murió por todos los hombres, y dijo Jesús que amaran y sirvieran a todos con el mismo amor que Él, Jesús, Dios, los amó y los sirvió. Y, ¿a quién daba sus milagros Dios?, ¿a quién daba sus enseñanzas, Dios?; te lo digo, a todos. Nunca se ocultó de hablar la verdad, aunque hablaba con parábolas, y muchos no lo entendían, ni los mismos discípulos suyos; sus apóstoles lo entendían, y les contaba las cosas, que más tarde entendieron, sobre todo después de recibir a Dios Espíritu Santo, el Pentecostés. ¿Ya has recibido tú, amigo mío, el sacramento de la Confirmación?; te pido que lo recibas, y verás cómo se aumenta tu amor a Dios y tu caridad para con todos los demás, por amor a Dios.

La caridad te hará dar limosna, ayudar con palabras y obras al necesitado, y puede que el necesitado sea tu padre, tu madre, ya ancianos, o un pariente tuyo, o un hermano, o un hijo, o un amigo o vecino.

Todos estáis destinados a ser parte de la Iglesia de Cristo, porque Él, Dios, murió por todos, no por unos cuantos, sino por todos, y pidió que os hiciérais bautizar, para recibirle, para que Dios, Uno y Trino, haga morada en ti, y evangelizaras, por tu ejemplo, con tu palabra y de obra, cumpliendo lo que Dios da a los que piden tener fe: fe, esperanza y caridad.

Si tienes fe, si recibes los sacramentos, tendrás fe, esperanza y caridad, y entonces darás limosna por tu misma necesidad de amar a los demás, sin esfuerzo, sino como algo natural que necesitas entregar a los demás de ti, si es que tienes, porque hay quien no puede dar dinero, porque no tiene.

Algunos sacerdotes hablan a sus feligreses como si todos ellos tuvieran dinero para dar y ninguno tuviera necesidad de limosna, y la verdad es otra, porque pocos se ganan bien la vida, de tal manera que incluso puedan tener todos los hijos que Dios le quisiera dar. Esta es la verdad. ¿Cuántos evitan tener hijos, almas de Dios, para Dios, porque no tienen dinero para mantenerlos?, y sin embargo se les exige dinero, algunos incluso el diezmo; y ellos, tantos, dan al sacerdote, a la iglesia, y evitan los hijos, evitan tener más hijos porque no pueden mantenerlos, pero dan dinero a los pastores; ¿es esto coherente? No, no lo es. Hay que amar a Dios sobre todas las cosas y personas, sobre el diezmo también.

Dios quiere caridad, y la caridad es estar abiertos a la vida, es tener hijos, recibir estas almas que Dios ama y quiere que vengan al mundo a pasar las pruebas de la fe. ¿Tienes fe?… ¿Cuáles son tus obras de fe?

Amados hijos de Dios, Dios lo ve todo, Dios os ama verdaderamente; ¿amáis vosotros a Dios?, ¿hasta dónde?

Con afecto sincero.

P. Jesús

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Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.