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160 Carta / A ti, que perdonas pecados, sin ser Dios ni sacerdote

Domingo, 21 de Junio de 2.015

A ti, que perdonas pecados, sin ser Dios ni sacerdote:

Sí, esto hacen los que por emociones humanas, deciden a quién mirar con simpatías y aprobar de ellos su pecado, ¡su escándalo! Sabes que no tienes razón; ni ellos, ni tú, pero puede más tu corazón, que la práctica de tu fe. ¡Esto acaba mal!

Hay que comprender que no se puede cambiar la ley de Dios, por mucho que duela el pecado que se comete; no se puede apoyar el mal, y el mal es todo lo que va contra Dios; Dios pide a su pueblo, pidió al primer hombre y a la primera mujer, obediencia.

Escuchad historias verdaderas, y todas os dirán, y todas dicen, que el transgresor de la ley de Dios, acaba mal, termina mal, sufriendo mucho; ¿y por qué?, porque los diez mandamientos es lo bueno, es lo que nos mantiene “en pie”, sanos, fuertes. El cumplimiento de la ley de Dios, es, digamos, como el sello de marca, como las normas del buen funcionamiento para, no sólo tener salud y larga vida, no sólo tener abundancia de bienes, no sólo ser honrado por los demás, sino que además, cumpliendo los diez mandamientos por amor a Dios, contando con Dios y sus sacramentos, esto te lleva al Cielo.

Duele, sé que duele que una persona amada, no cumpla uno o varios mandamientos de la ley de Dios, pero la solución no es darle tu aprobación, al contrario, además de que apoyas su pecado, tú pecas también, y en vez de ser uno quien se pierde el Cielo, sois dos.

La Sagrada Biblia dice que hay que corregir al hermano, y corregir no es dar tu aprobación a su pecado por simpatía, por afecto. Por eso, Dios quiere que le ames sobre todas las cosas y personas, y si le amas el primero, cumplirás sus mandamientos y no apoyarás al pecador, sino que le dirás, con este afecto que sientes, que su pecado no lo quiere Dios, y que puede condenarse.

El Cielo es un lugar maravilloso, ¡no te lo pierdas!

Con afecto sincero.

P. Jesús

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Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.