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29 de Abril / Santa Catalina de Siena, Virgen

Nació en Siena el día de la fiesta de la Anunciación. A los seis años tuvo una extraordinaria experiencia mística que definió su vocación, entregándose enteramente a Cristo. Siendo muy joven y con cierta dificultad, logró hacerse terciaria de la Orden de Santo donde pese a las consolaciones y visiones, tuvo que vencer pruebas muy duras. Por revelación divina, la santa salió a trabajar por la salvación del prójimo, asistiendo a los enfermos en los hospitales en especial aquellos que padecían enfermedades repugnantes como la lepra. Poco a poco reunió a un grupo de amigos y discípulos formando una «gran familia» y que durante la epidemia de la peste, asistieron a casi todos los enfermos de la ciudad.

La caridad de la santa también se extendía a los condenados a muerte a quienes ayudaba a encontrar a Dios. Santa Catalina fungió exitosamente como moderadora entre la Santa Sede y Florencia pues ésta había formado una liga contra el Vaticano, y que finalmente se llegó a la reconciliación bajo el Papa Urbano VI. Santa Catalina entonces volvió a Siena donde empezó a escribir su famosa obra mística «Diálogo de Santa Catalina» pero paralelamente, la salud de la santa empeoraba obligándola a soportar grandes sufrimientos. Dos años después del fin del cautiverio de los Papas en Aviñon estalló el escándalo del gran cisma, por lo que Santa Catalina se estableció en Roma, donde luchó infatigablemente con oraciones, exhortaciones y cartas, para ganar nuevos partidarios al Papa legítimo.

Pero la vida de la santa tocaba a su fin y en 1380 el 21 de abril, un ataque de apoplejía la dejó semiparalítica y ocho días después murió a los 33 años de edad.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Catalina de Siena, Virgen

Los santos sufren, ¡no hay discusión sobre esta verdad! Mirad cómo sufrió también santa Catalina de Siena, virgen, y aunque tuvo muchas gracias de Dios, y por revelación  divina, el mismo Dios fue su guía espiritual, sufrió y padeció mucho, hasta el fin de su tiempo terrenal, pero ahora vive en el Reino de Dios, destinado a los que sufren en esta vida con Él, con Cristo Rey. Porque, mirad hijitos, cuánto sufren también los que no tienen a Dios: pasan de pareja en pareja, abortan, y nadie los ama, ni perciben, ni quieren, el amor de Dios. Ellos sufren enfermedades y mueren, y los calumnian los amigos, y los juzgan los de su propia especie, los que viven sin Dios, los que se dan a la lujuria y viven una vida de consumismo y egoísmo, haciéndose dioses. Ellos sufren mucho, y están solos, practicando la brujería,  sin revelaciones divinas, como tuvo santa Catalina.

No todos los santos, han tenido, o tienen, o tendrán, revelaciones divinas, pero sí que todos los que van al Infierno, hablan y obedecen a Satanás, al hacer el mal, al preferir el mal, al querer el mal en sus vidas y en la de los demás. Esos, todos esos, son seguidores de Satanás, y van a ir al Infierno eterno.

Recemos por ellos, recemos por la salvación del mundo entero. Seamos buenos y unámonos a Cristo, nuestro Salvador y Redentor. ¡Podemos! Si queremos, podemos tener una vida de bien en comunión al Sumo Bien: Dios de Amor, Dios Uno y Trino.

P. Jesús
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