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51 Carta / A ti, que no sabes cómo predicar el evangelio si también dudas

Domingo, 24 de julio de 2.011

A ti, que no sabes cómo predicar el evangelio si también dudas:

Si dudas no puedes predicar el evangelio, debes vivirlo, y, mientras vayas viviéndolo, Dios te llenará de fe, por tus obras, y luego podrás predicar.

Lo que sí puedes hacer, es PROPAGAR el evangelio, que no es lo mismo que predicarlo. Sé que me has comprendido perfectamente.

Sabiendo que dudas, debes fortalecer tu fe cumpliendo obedientemente con ella, sin cuestionarte nada, dejándote llevar por tu deber, el de rezar, el de cumplir con todos y cada uno de los mandamientos, y de usar de los sacramentos. Haz esto un año, viviendo en Gracia de Dios, y si lo cumples, si obedeces sin cuestionarte nada, haciendo como el hijo pequeño que obedece y cumple con su deber de hijo al Padre, que le pide se porte bien; y, ¿qué hay de malo en ello, en hacer las cosas bien y ser bueno?, nada de malo hay; entonces no hay dudas que hagan dudarte de hacer el bien, pues hazlo; haz el bien que Dios Padre te pide, y si te despistas y pecas, que lo vas a hacer, y que por eso Dios dejó a su Iglesia los sacramentos, en este caso, el de la penitencia, el de la confesión, entonces, ¡utilízalo!, y lo utilizas cuantas veces te haga falta, y lo antes posible; ¡no vivas en pecado!; no vale la pena vivir sufriendo cuando tienes a mano la confesión y por ella recibes la consolación de Dios Espíritu Santo; ¡déjate consolar, no seas soberbio!, vive en paz, amor y alegría, y eso lo dan los sacramentos; confía en ellos, son de fiar; no han hecho mal a nadie, NUNCA JAMÁS, al contrario, todo el bien que deseas y quieres, tanto para ti como para los demás, te llega por ellos, los sacramentos. Así que dale un voto de confianza a Dios, y ¡úsalos!, ¡disfruta de recibir Amor, el Amor con que Dios te ama!, eso dan los sacramentos: Amor de Dios. ¿Lo quieres?, ¿quieres recibir, sentir, vivir, el Amor de Dios en ti?, entonces, usa de los Sacramentos, y ¡adelante con tu vida de fe!

Pasado el tiempo, hijo mío, hija mía, las obras de tu obediencia a Dios Padre, imitando en todo a Cristo, Jesús, te darán confianza y serenidad, y verás la vida como lo que es: maravillosa, y amando la vida de verdad, podrás predicar el evangelio; por tu fe.

Es fácil. Haz la prueba.

Vivirás mejor y teniendo más calidad de vida, la alegría del vivir te quitará las dudas, porque dudas ya que no eres feliz. Serás feliz cuando obedezcas a Dios Padre, mi pequeño-a hijo-a de Dios. Deja que Dios te ame.

Con afecto sincero.

 P. Jesús
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