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Santoral Abril

1 de Abril / San Celso, Arzobispo de Armagh

Como sus ocho predecesores, Celso era laico, al asumir la sede en 1105, a los veintiséis años de edad. Consagrado obispo, fue un excelente pastor. Fue muy asiduo en las visitas pastorales, administró sabiamente las posesiones de su diócesis y restauró la disciplina eclesiástica. Con este último punto se relaciona su presencia en el gran sínodo de Rath Breasail, al que asistieron no menos de cincuenta obispos, bajo la presidencia del legado pontificio Gilberto de Limerick. El pueblo no recibió de buen grado ni las reformas que llevó al cabo el sínodo, ni la nueva división de las diócesis. Los anales de Four Masters cuentan que San Celso recontruyó la catedral de Armagh. La época en que vivió fue muy agitada; tuvo que ejercer el oficio de mediador en las discordias de los príncipes irlandeses y sufrió las invasiones de los O’Rourke y los O’Brien. En todas sus dificultades le asistió San Malaquías, quien fue primero archidiácono suyo y después obispo de Connor. Poco antes de su muerte, ocurrida en Ardpatrick de Munster, en 1129, el santo acabó con la costumbre de la sucesión hereditaria, nombrando por sucesor a Malaquías. Según su deseo, fue enterrado en Lismore.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Celso, Arzobispo de Armagh

Los obispos santos como san Celso, arzobispo de Armagh, cuidan de los sacerdotes y fieles que están bajo su custodia en todo su arzobispado  y dan buen  ejemplo de guías santos de la Iglesia.

P. Jesús
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2 de Abril / San Francisco de Paula

Nació en un pueblecito llamado Paula, en Italia, en 1416. Cuando tenía unos pocos años se enfermó gravemente de los ojos. Se encomendó junto con sus padres a San Francisco y este santo le obtuvo de Dios la curación. En acción de gracias se fue a los 14 años en peregrinación a Asís, y allá recibió la inspiración de convertirse en ermitaño, dedicado a rezar y a hacer penitencia.

Se retiró a la montaña, y ahí permaneció durante cinco años, rezando, meditando y alimentándose solamente de agua y de hierbas silvestres y durmiendo sobre el duro suelo, teniendo por almohada una piedra. Pronto, varios hombres siguieron su ejemplo. Francisco tuvo que fundar varias casas para sus religiosos y, en todos sus conventos puso una consigna o ley que había que cumplir siempre. Decía así: «Cuaresma perpetua». Esto quiere decir que en la alimentación se debían hacer las mortificaciones que antiguamente se hacían en cuaresma con el fin de fortificar la voluntad.

Miles de hombres decidieron abandonar la vida pecaminosa del mundo e irse a la Comunidad religiosa fundada por San Francisco de Paula. Así como San Francisco de Asís les había puesto a sus religiosos el nombre de «hermanos menores», San Francisco de Paula les puso a los que pertenecían a su comunidad el nombre de «hermanos Mínimos». El Divino Espíritu le concedió a San Francisco de Paula el don de hacer milagros, de hacer curaciones, y el don de profecía.

El Papa Pablo VI dijo en 1977 que San Francisco de Paula es un verdadero modelo para los que tienen que llamarles la atención a los gobernantes que abusan de su poder y que malgastan en gastos innecesarios el dinero que deberían emplear en favor de los pobres. Por muchos años nuestro santo recorrió ciudades y pueblos llevando los mensajes de Dios a las gentes. Y en aquellos tiempos (como ahora) había alcaldes, gobernadores, ministros y hasta jefes de Estado que abusaban de su poder y gastaban los dineros públicos para enriquecerse o para hacer gastos inútiles y conseguir lujos, en vez de socorrer a los necesitados. A ellos les iba recordando San Francisco que a cada uno le dirá Cristo en el día del juicio aquellas palabras que dijo en el Evangelio: «Dame cuenta de tu administración»

También les recordaba esta frase del Apocalipsis: «He aquí que tengo y traigo conmigo mi salario. Y le daré a cada uno según hayan sido sus obras». Todo esto hacía pensar muy seriamente a muchos gobernantes y los llevaba a corregir los modos equivocados de proceder que habían tenido en el pasado.

El santo logró convertir a Luis XI antes de su muerte. Este quedó tan agradecido que nombró a Francisco de Paula como director espiritual de su hijo, el futuro Carlos VIII, rey de Francia.

Murió el Santo, 2 de abril de 1507. El pueblo empezó inmediatamente a proclamarlo como santo y los milagros empezaron a sucederse.

Doce años después de su muerte, fue proclamado santo por el Sumo Pontífice León X , en 1519.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Francisco de Paula

Hay santos que después de largas penitencias y muchos años de meditación y soledad, Dios quiere que salgan al mundo a avisar a muchos de la sabiduría que el Espíritu Santo les ha infundido para el bien de la Iglesia Universal, como aconteció a San Francisco de Paula, santo consagrado a Dios con la voluntad de vivir una Cuaresma perpetua.

P. Jesús
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4 de Abril / San Isidoro, Arzobispo de Sevilla

Nació en Sevilla en el año 556. Era el menor de cuatro hermanos, quienes también fueron elevados a los altares: San Leandro, San Fulgencio y Santa Florentina. Su hermano mayor, San Leandro, que era obispo de Sevilla, se encargó de su educación conllevando a que el santo adquiriese el hábito de dedicar mucho tiempo al estudio y a la oración. Al morir Leandro, San Isidoro ocupó el cargo de Obispo de Sevilla, y por 38 años administró la Prelatura española con gran brillo y notables éxitos.

San Isidoro fue el obispo más sabio de su tiempo en España. Poseía la mejor biblioteca de la nación, y escribió varios libros, entre ellos el más famoso fue «Las Etimologías», el Primer Diccionario que se hizo en Europa. También escribió «La Historia de los Visigodos» y biografías de hombres ilustres. Muchos historiadores y teólogos consideran al santo como un puente entre la Edad Antigua y la Edad Media que empezaba. Su influencia fue muy grande en toda Europa y principalmente en España. Su ejemplo llevó a muchos a dedicar su tiempo libre al estudio y a las buenas lecturas.

Se preocupaba mucho por la instrucción del clero, por esto, se encargó de que en cada diócesis hubiera un colegio para preparar a los futuros sacerdotes, lo cual fue como una preparación a los seminarios que siglos más tarde se iban a fundar en todas partes.

Cuando sintió que iba a morir pidió perdón públicamente por todas las faltas de su vida pasada y suplicó al pueblo que rogara por él a Dios. A los 80 años de edad murió, el 4 de abril del año 636. La Santa Sede de Roma lo declaró «Doctor de la Iglesia».

El año pasado, luego de un sondeo realizado por iniciativa del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, San Isidoro fue considerado el principal candidato para convertirse en el santo patrono oficial de los usuarios del web y los operadores de computadora.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Isidoro, Arzobispo de Sevilla

San Isidoro, arzobispo de Sevilla, de familia de santos, con su dedicación al estudio y a la oración, lo consideraban sabio; considera tú también la posibilidad de dedicar más tiempo a la oración y al estudio; y haciendo buen uso de la caridad, y como san Isidoro, Dios podrá hacerte santo; porque los santos los hace Dios, y no los muchos libros.

P. Jesús
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5 de Abril / San Vicente Ferrer

Nació en 1350 en Valencia, España. Sus padres le inculcaron desde muy pequeñito una fervorosa devoción hacia Jesucristo y a la Virgen María y un gran amor por los pobres, a quienes repartía significativas limosnas que la familia acostumbraba dar. Ingresó a la comunidad de Padres Dominicos y, por su gran inteligencia, a los 21 años ya era profesor de filosofía en la universidad. Siendo diácono lo mandaron a predicar a Barcelona, ciudad que estaba atravesando por un período de hambre ya que los barcos con alimentos no llegaban desde hace varias semanas.

San Vicente estaba muy angustiado porque la Iglesia Católica estaba dividida entre dos Papas y existía mucha desunión. Estas constantes preocupaciones mortificaron y enfermaron peligrosamente al santo; pero una noche, por revelación divina, descubrió que su misión era la de predicar el Evangelio por ciudades, pueblos, campos y países. El santo recuperó inmediatamente la salud, y durante 30 años recorrió el norte de España, el sur de Francia, el norte de Italia, y Suiza, predicando incansablemente, con enormes frutos espirituales, ya que los primeros en convertirse fueron judíos y moros.

San Vicente fustigaba sin miedo las malas costumbres, que son la causa de tantos males e invitaba incesantemente a recibir los santos sacramentos de la confesión y de la comunión. Los milagros acompañaron a San Vicente en toda su predicación, siendo el don de las lenguas el primordial y básico para su misión de evangelizar las ciudades y pueblos. El santo se mantuvo humilde y sencillo a pesar de la gran fama y popularidad alcanzada por sus predicaciones en varios países. Los últimos años, acechado por varias dolencias y enfermedades, sus predicaciones mantenían esa fuerza, vigor y entusiasmo que lo caracterizaron en el anuncio del Evangelio.

Murió en plena actividad misionera, el Miércoles de Ceniza, 5 de abril del año 1419. Fue canonizado en 1455.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Vicente Ferrer

San Vicente Ferrer es un santo muy querido por la Iglesia, porque su celo de apostolado venció sus angustiosas mortificaciones que le llevaron a la enfermedad por ver una Iglesia Católica dividida por dos Papas, por ver que las cosas no funcionaban bien en las altas jerarquías eclesiásticas, pero sobreponiéndose a todo mal, empezó a pensar en hacer todo bien posible él, ya que la Gracia de la revelación divina vino a visitarlo para consolarlo, aliviarlo de su dolor y elevarlo a las obras de santificación y santidad por amor a Dios.

Cuando la Santa Madre Iglesia pasa temporadas en que no parece tan santa, es el momento propicio de hacer como hizo San Vicente Ferrer, que en vez de enfermarse por lo que hacen los demás, empezó a usar de su libertad de bautizado y proclamó su fe y obras de la misma en todo lugar, y la asistencia de Dios no le faltó; la historia nos dice que Dios, por y con este santo, hizo verdaderos milagros, y muchos de conversión, y los primeros fueron judíos y  moros; porque nada es imposible para Dios. Y Dios necesita de ti, como necesitó y usó del humilde san Vicente Ferrer.

P. Jesús
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6 de Abril / San Pedro de Verona

San Pedro, mártir dominico, nace hacia 1205, en Verona, la ciudad de la Lombardía italiana presa de la herejía de los Cátaros, propagadores del maniqueísmo en el centro y norte de Italia. Estos herejes puritanos, de espíritu belicoso y sectario. Pedro es un niño muy inteligente, sincero, agradable y firme en sus decisiones; parece predestinado a ser un apóstol del mundo herético; su familia no tiene inconvenientes que la educación del niño esté a cargo de un maestro católico.

Pedro ha crecido. La Universidad de Bolonia tiene fama merecida; pero todavía goza de mayor influencia Santo Domingo de Guzmán, el Fundador de los dominicos y sus seguidores que cautivan tanto a estudiantes como a profesores. Son muchos los que se incorporan a la recientemente fundada Orden de Predicadores.

Pedro con 16 años, queda fascinado por la palabra ardiente de fray Domingo de Guzmán y recibe el hábito dominicano de sus manos.

Con ímpetu juvenil se dedica al estudio, la oración y vive la austeridad y la penitencia con radicalidad; en todo es fiel imitador de Domingo de Guzmán. Terminada la formación eclesiástica, es ordenado sacerdote y nombrado Predicador del Evangelio de Jesús.

Pronto la Región Toscana, el Milanesado y la Romaña conocen a este fogoso predicador y formidable polemista; se dedicó a la predicación especialmente entre los cátaros. Una Característica importante es que siempre fue hombre de diálogo.

Pedro es piadoso, austero y corre la voz de su santidad por todas partes. Se preocupó de la defensa de la fe, para ello instituyo las «Asociaciones de la fe» y la «Cofradía para la alabanza de la Virgen María». Fue solícito de bien espiritual de las hermanas a quienes brindó su consejo y ayuda espiritual. Como buen religioso es un convencido de la vida de comunidad.

Ama a Jesucristo y como Él, experimenta la prueba, el menosprecio de algunos sectores y el ataque de quienes pensaban distinto. Su presencia evangelizadora a través de la Predicación continúa con intensidad, su capacidad organizadora le lleva a coordinar y fundar muchos mas pequeños grupos organizados. Pero todo esto no hubiera sido posible sin la intensa oración. Se comenta que un día en su contemplación, en su celda dominicana, recibe la visita de las Santas Mártires: Inés, Cecilia y Catalina que dialogan en su habitación. Otros frailes llevan la noticia al Padre Prior. En el Capítulo Conventual es reprendido y corregido porque ha violado la clausura y ha recibido a mujeres en su celda religiosa. Su respuesta es un prudente silencio y es enviado al Convento de la Marca Ancona donde intensifica su estudio y oración… Un día se desahoga ante un crucifijo: «¿Qué mal he hecho, Señor, para verme como estoy?». Cristo Crucificado le dice: «Y, yo, Pedro, ¿qué mal hice?». Estas atribuciones que la tradición le dan, son fiel reflejo de la intensa comunicación que con Dios tenía a través de la Oración. Algo que había trascendido a los demás. La gente de Oración profunda transpira esa experiencia y no hace falta que publique sus experiencias místicas. Por lo general, éstas se convierten en reflexiones profundas y acciones apostólicas.

El Papa Gregorio IX le conoce y le nombra en 1232 Inquisidor General: Roma, Florencia y Milán conocerán a este apóstol de Cristo. Los milagros refrendan su vida abnegada por Cristo y por los hombres.

Sucesivamente es superior de los Conventos de Piaccenza, Como y Génova. En 1243 Inocencio IV confirma a Pedro como Inquisidor General; pero una conjura pesa sobre él para asesinarle.

Su martirio es como un eco de la muerte de Cristo, pues es fruto de 40 libras (moneda de Milán) . Era el 6 de abril de 1252. Regresaba de Milán a su Convento de Como, donde era Prior. Cerca de la aldea de Barsalina recibe dos golpes de hacha en la cabeza, comienza a recitar en voz alta el credo, las fuerzas le faltan y mojando un dedo en su sangre escribe en el suelo «CREO»

El Credo es la síntesis de su vida, de su abnegada entrega, de una fidelidad emocionante a Cristo Crucificado a quien ama. Tenía 46 años. Su cuerpo es trasladado al convento de Milán.

El 25 de marzo del año siguiente Inocencio IV le canoniza. Es el protomártir de la Orden Dominicana Su fiesta se celebra el 4 de Junio.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Pedro de Verona

1.205, parece lejos y es lejano el tiempo en que nació San Pedro de Verona, y ya en ese tiempo él, fue hombre de nuestro tiempo, porque era conocido como hombre de diálogo.

Hay que dialogar como Jesús, que hablaba con todos, y tenía a los suyos, a nosotros, pero no se escondía y todo aquel que quería oírle le podía escuchar.

Jesús, Dios, derramaba sus milagros a todos, a todos los que acudían a Él.

Los santos dan sus bondades a todos y los dones que reciben de Dios, no los esconden, y todo aquel que quiere verlos o gozarse en ellos, puede hacerlo. Entonces, como Jesús, hacen los santos, y nosotros debemos hacerlo, ser personas de diálogo, es decir, dar a conocer con paz y palabras llenas del Espíritu Santo, al mundo: la Era de la Paz, la Era de la Caridad, y dar bien a todos; teniendo como amigos, los que profesan nuestra misma fe; como hizo Jesús de Nazaret: Dios Uno y Trino.

P. Jesús
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6 de Abril / Los Ciento Veinte Mártires de Persia

Se ignoran los nombres de estos mártires, pero según la tradición, en el reinado de Sapor II de Persia, más de cien cristianos fueron martirizados el mismo día, en Seleucia de Tesifonte. Entre ellos, había nueve vírgenes consagradas a Dios; el resto eran sacerdotes, diáconos y monjes.

Como todos se negaron a adorar al sol, fueron encarcelados durante seis meses en sucias prisiones.

Una rica y piadosa mujer, llamada Yaznadocta les ayudó, enviándoles alimentos. Yaznadocta se las arregló para averiguar la fecha en que los mártires iban a ser juzgados. La víspera, organizó un banquete en su honor, fue a visitarles en la prisión y regaló a cada uno un vestido de fiesta.

A la mañana siguiente, volvió muy temprano y les anunció que iban a comparecer ante el juez y que aún tenían tiempo de implorar la gracia de Dios para tener el valor de dar su sangre por tan gloriosa causa. El juez prometió nuevamente la libertad si adoraban al sol, pero ellos contestaron que estaban dispuestos a dar la vida por Dios. Fueron condenados a morir decapitados y Yaznadocta consiguió los cadáveres y los quemó para evitar que fuesen profanados.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Los Ciento Veinte Mártires de Persia

Los ciento veinte mártires de Persia, perseveraron en su fe y nos dan su testimonio, con su martirio, de que sólo hay un Dios verdadero al que adorar y servir, y este Dios es Jesucristo, que murió mártir por declararse Dios y salvador de toda generación del hombre.

P. Jesús
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7 de Abril / San Hegesipo

Actualmente se considera a San Hegesipo como el padre de la Historia de la Iglesia. Era judío de nacimiento y pertenecía a la Iglesia de Jerusalén. En Roma paso casi 20 años, desde el pontificado de San Aniceto hasta el de San Eleuterio. El año 177 volvió al oriente, donde murió ya muy anciano, probablemente en Jerusalén. La tradición indica que en el curso de sus viajes visitó los principales centros cristianos del occidente y del oriente e hizo notar con gran satisfacción que todas las herejías provenían de individuos, pero que ninguna de las Iglesias ni sedes episcopales habían caído en el error; en todas partes había encontrado la unidad de la fe tal como lo había querido Cristo. Desgraciadamente, solo se conservan unos cuantos capítulos de los cinco libros de la Historia de la Iglesia que escribió y que comprendían desde la Pasión del Señor hasta la época del autor.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Hegesipo

San Hegesipo escribió y demostró que la Iglesia estaba unida, y que sólo por unos cuantos individuos, se propagaba la falsedad.

En todos los tiempos hay individuos que quieren ser protagonistas propios dentro de la Iglesia Universal, la Católica, Apostólica y Romana, y se desunen del Papa, de la verdadera enseñanza de Cristo, y se hacen dios.

P. Jesús
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8 de Abril / Beato Augusto Czartoryski (1858-1893)

Sacerdote salesiano.

Augusto Czartoryski nació en París el 2 de agosto de 1858, en el exilio. Desde hacía unos treinta años su noble estirpe, ligada a la historia y los intereses dinásticos de Polonia, había emigrado a Francia, y desde el Palacio Lambert, en la rivera del Sena, dirigía una vasta acción entre los connacionales y ante las Cancillerías europeas, con el fin de restaurar la unidad de la patria, desmembrada y repartida desde el 1795 entre las grandes potencias.

El príncipe Adán Czartoryski, guerrero y hombre político, había cedido las riendas de la estirpe, así como de la actividad patriótica, al príncipe Ladislao, unido en matrimonio con la princesa María Amparo, hija de la reina de España María Cristina y del duque Rianzárez. Son éstos los padres de nuestro Augusto. Él, primogénito de la familia, fue visto como el punto de referencia de todos los que, después del tercer desmembramiento de Polonia, soñaban con su renacimiento. Pero los designios de Dios eran otros.

Cuando él tiene seis años muere su mamá, enferma de tuberculosis: una herencia que transmitirá al hijo. Cuando el mal manifestó en él sus primeros síntomas, comenzó para Augusto una larga y forzosa peregrinación en busca de la salud, que nunca recuperará: Italia, Suiza, Egipto, España fueron las principales estaciones de su vagar. Pero no era la salud el principal objetivo de su búsqueda: coexistía en su ánimo juvenil otra búsqueda mucho más preciosa, la de su vocación.

Él no había tardado mucho en darse cuenta de que no estaba hecho para la vida de la corte. A los veinte años, escribiendo a su padre, le decía entre otras cosas, aludiendo a las fiestas mundanas, a las que se veía obligado a tomar parte: “Le confieso que estoy cansado de todo esto. Son diversiones inútiles que me angustian. Me molesta estar obligado a hacer conocimientos en tantos banquetes”.

Mucho influyó sobre el joven príncipe su preceptor José Kalinowski. Éste – canonizado por Juan Pablo II en 1991 – había sufrido diez años de trabajos forzados en Siberia, y se hará después Carmelita. Fue preceptor de Czartoryski sólo por tres años (1874-1877), pero dejó en él su huella. Es él quien nos hace saber que quienes orientaron al príncipe en su búsqueda vocacional fueron sobre todo las figuras de san Luis Gonzaga y de su compatriota san Stanislao Kostka. Estaba entusiasmado del lema de este último: “Ad maiora natus sum”. “La vida de san Luis del P. Cepari que me mandaron de Italia – escribe después Kalinowski – tuvo eficacia resolutiva en el progreso espiritual de Augusto y le abrió el camino a una más fácil unión con Dios”.

Cuando Kalinowski entró entre los Carmelitas, el padre de Augusto, aceptando su propuesta, puso al lado de su hijo como nuevo preceptor a un sacerdote, don Stanislao Kubowicz. Esto fue para el joven un posterior auxilio espiritual.

Pero el acontecimiento decisivo fue el encuentro con don Bosco.

Augusto tenía 25 años, cuando lo conoció. Esto sucedió en París, precisamente en el palacio Lambert, donde el Fundador de los Salesianos celebró la Mesa en el Oratorio de la familia. Ayudaban en el altar el príncipe Ladislao y Augusto. “¡Desde hace mucho tiempo deseaba conocerlo!”, le dijo don Bosco a Augusto. Desde aquel día Augusto vio en el santo educador al padre de su alma y al árbitro de su porvenir.

En el joven la vocación a la vida religiosa se había ido aclarando cada vez más. Que él no mostrase inclinación a formarse una familia, a pesar de su calidad de primer heredero, aparecía siempre más explícitamente. Ante precisas propuestas de matrimonio, Augusto, si por una parte por respeto a su padre y según la etiqueta de la nobleza no había opuesto un neto rechazo, por otra parte sin embargo jamás había mostrado interés por las personas indicadas.

Ahora, después del encuentro con don Bosco, Augusto no sólo sintió que se reforzaba su vocación al estado religioso, sino que tuvo la clara convicción de ser llamado a ser salesiano. Y en efecto de ahora en adelante “en cuanto su padre se lo permitía – escribe don Ceria – Augusto iba a Turín para encontrarse con don Bosco y recibir sus consejos. Hizo también varios cursos de Ejercicios Espirituales bajo la dirección del Santo, tomando habitación en el Oratorio, con gran molestia para él por la falta de comodidad”.

Don Bosco había llegado a ser pues el punto de referencia para el discernimiento vocacional del joven. El Santo sin embargo tuvo siempre una actitud de gran cautela sobre la aceptación del príncipe en la Congregación. Será en cambio el Papa León XIII en persona, quien resolverá toda duda. Reconociendo la voluntad de Augusto, el Papa concluyó: “Decid a don Bosco que es voluntad del Papa que os reciba entre los Salesianos”. “Muy bien, mi amigo”, respondió inmediatamente don Bosco, “yo lo acepto. Desde este instante, usted forma parte de nuestra Sociedad y deseo que pertenezca a ella hasta la muerte”.

A finales de junio de 1887, después haber renunciado a todos sus derechos en favor de los hermanos, el joven fue mandado a San Benigno Canavese para un breve aspirantado, antes del noviciado, que comenzó en ese mismo año bajo la guía del Maestro don Giulio Barberis. Augusto debe cambiar muchas costumbres: el horario, la comida, la vida común… Debe también luchar contra los tentativos de la familia, que no se resigna a esta elección. Su padre va a visitarlo y trata de disuadirlo. Pero Augusto no se deja vencer. El 24 de noviembre de 1887 hace la vestición en la Basílica de María Auxiliadora por manos de don Bosco. “Ánimo, mi príncipe – le susurra el Santo al oído -. Hoy hemos alcanzado una magnífica victoria. Pero puedo también decirle, con gran alegría, que vendrá un día en el que usted será sacerdote y por voluntad de Dios hará mucho bien a su patria”.

Don Bosco muere después de dos meses, y sobre su tumba en Valsálice el príncipe Czartoryski llega a ser salesiano emitiendo los votos religiosos.

La enfermedad hace que él sea enviado a la costa lígure, y aquí se enfrenta a los estudios de teología. El decurso de su enfermedad hace que la familia emprenda con mayor insistencia los tentativos (de alejarlo de la vocación), acudiendo aún a la (obra persuasiva) de los médicos. Al cardenal Parocchi, a quien le ruegan que use su influencia para arrancarlo de la vida salesiana, él le escribe: “En plena libertad he querido emitir los votos, y lo hice con grande alegría de mi corazón. Desde aquel día gozo, viviendo en la Congregación, una grande paz de espíritu, y doy gracias al Señor que me ha hecho conocer la Sociedad Salesiana y me ha llamado a vivir en ella”.

Preparado por el sufrimiento, el 2 de abril de 1892 es ordenado sacerdote en San Remo por Mons. Tommaso Reggio, obispo de Ventimiglia. El príncipe Ladislao y la tía Isa no participaron a la Ordenación. Toda la familia se reunió después en Mentone el 3 de mayo. Fue una tácita reconciliación, que le imponía al príncipe Ladislao la renuncia definitiva a sueños obstinadamente acariciados.

La vida sacerdotal del padre Augusto duró apenas un año, que él pasó en Alassio, en una habitación que daba al patio de los muchachos.

El cardenal Cagliero resume así esté último período de su vida: “¡Él ya no era de este mundo! Su unión con Dios, la conformidad perfecta con el divino querer en la agravada enfermedad, el deseo de conformarse a Jesucristo en los sufrimientos y en las aflicciones, lo hacían heroico en la paciencia, calmo en el espíritu, e invencible, más que en el dolor, en el amor de Dios”.

Se apagó en Alassio la tarde del sábado 8 de abril de 1893, en la octava de Pascua, sentado en el sillón que había usado don Bosco. “¡Qué hermosa Pascua!”, había dicho el lunes al hermano que lo asistía, sin imaginar que el último día de la octava lo habría celebrado en el paraíso. Tenía treinta y cinco años de edad y cinco de vida salesiana. En su estampita de Primera Misa había escrito: “Para mí un día en tus atrios vale más que mil fuera. Bienaventurado quien vive en tu casa: siempre canta tus alabanzas” (Salmo 83).

Sus restos fueron trasportados a Polonia y sepultados en la cripta parroquial de Sieniawa, junto a las tumbas de familia, donde un día Augusto había hecho su primera comunión. Sucesivamente sus despojos fueron trasladados a la iglesia salesiana de Przemysl, donde se encuentran aún hoy.

Fue beatificado por Juan Pablo II el 25 de abril de 2004.

Biografía: Página oficial del Vaticano

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Beato Augusto Czartoryski (1858-1893)

Del Beato Augusto Czartorysky podemos decir que puede hacer suya, y bien suya, la frase “Todo lo puedo en Cristo porque me fortalece”. Luchó y se quedó con el trofeo de la victoria de una vida ofrecida a Dios, la santidad. En el Cielo está ya, y para siempre.

P. Jesús
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9 de Abril / Santa María Cleofás, Matrona

Santa María de Cleofás, era esposa de un hombre llamado Cleofás, quien tal vez se identifica con el Cleofás que acompañó al Señor a Emaús después de la resurrección. Los comentarios de la Escritura discuten cuál de las Marías mencionadas en los Evangelios era María Cleofás. El Martirologio Romano dice simplemente: «San Juan Evangelista la llama hermana de María, la Madre de Dios y afirma que estaba con en ella al pie de la cruz». Pero no es imposible que la hermana de la Madre de Jesús, mencionada por San Juan (XIX,25), haya sido otra matrona cuyo nombre desconocemos.

Naturalmente, la leyenda bordó mucho sobre el nombre de María Cleofás en épocas posteriores. Se cuenta que acompañó a España a Santiago el mayor, que murió en ciudad Rodrigo y que fue muy venerada en Santiago de Compostela. Otra leyenda, no menos extravagante, cuenta que fue a la Provenza francesa con los Santos Lázaro, María Magdalena y Marta, y que fue sepultada en Saint Maries, cerca de la desembocadura del Rodano.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa María Cleofás, Matrona

Santa María de Cleofás, matrona, que conoció y amó tanto a Jesús y a su Madre María, nos muestra la historia cómo siendo amiga de Santa María, estuvo con Ella, fiel, a los pies de la Cruz.

Así es la amistad de los santos: hasta en la cruz.

P. Jesús
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