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2 de Enero / San Basilio Magno y San Gregorio Nacianceno

San Basilio se consagró al servicio como Arzobispo de Cesarea, Doctor de la Iglesia y Patriarca de los Monjes de Oriente. Nació en Cesarea, la capital de Capadocia, en el año 329. Entre sus nueve hermanos figuraron: San Gregorio de Nissa, Santa Macrina la joven y San Pedro de Sevaste. Su padre era San Basilio el viejo, y su madre, Santa Emelia. Inició su educación en Constantinopla y la completó en Atenas. Allá tuvo como compañero de estudio a San Gregorio Nazianceno, quien se convirtió en su amigo inseparable. Cuando Basilio recibió el bautismo, tomó la determinación de servir a Dios dentro de la pobreza evangélica.

Comenzó por visitar los monasterios de Egipto, Palestina Siria y Mesopotamia, con el propósito de observar y estudiar la vida religiosa. Se estableció en un paraje agreste en la región del Ponto, separado de Annesi, por el río Iris. En aquel retiro solitario se entregó a la plegaria y al estudio. Formó el primer monasterio que hubo en Asia Menor, organizó la existencia de los religiosos y enunció los principios que se conservaron a través de los siglos y hasta el presente gobiernan la vida de los monjes en la Iglesia de oriente. San Basilio practicó la vida monástica propiamente dicha durante cinco años solamente, pero en la historia del monaquismo cristiano tiene tanta importancia como el propio San Benito.

Por aquella época, la herejía arriana estaba en su apogeo y los emperadores herejes perseguían a los ortodoxos. En el año de 363, Basilio fue ordenado diácono y sacerdote en Cesarea, pero para evitar generar ciertos conflictos con el arzobispo Eusebio, decidió retirarse calladamente al Ponto. Sin embargo, Cesarea lo necesitaba y lo reclamó. Dos años más tarde, San Gregorio Nazianceno, en nombre de la ortodoxia, sacó a Basilio de su retiro para que le ayudase en la defensa de la fe, del clero y de la Iglesia. En el año de 370, año en que murió Eusebio, Basilio fue elegido para ocupar la sede arzobispal vacante. Tiempo después, la muerte de San Anastasio dejó a Basilio como único paladín de la ortodoxia en el oriente, y éste luchó para fortalecer y unificar a todos los católicos que, sofocados por la tiranía arriana y descompuestos por los cismas y las disenciones entre sí, parecían extinguirse. El santo murió el 1 de enero de 379, a la edad de 49 años.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Basilio Magno y San Gregorio Nacianceno

 

¡Qué buenos son los santos, como san Basilio Magno y san Gregorio Nacianceno!

 Ellos, los santos, ayudan a la Iglesia aunque su bondad los lleve a apartarse con humildad para que otros estén mejor.

¡Seamos todos santos por amor a Dios!

P. Jesús
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29 de Marzo / Santos Jonás y Baraquicio, Mártires

Sapor, rey de Persia, emprendió una recia persecución contra los cristianos. Jonás y Barraquicio, dos monjes de Beth-Iasa, sabiendo que varios cristianos estaban sentenciados a muerte fueron a alentarlos y servirlos. Después de la ejecución, los dos santos fueron aprehendidos por haber exhortado los mártires a perseverar hasta morir.

El rey empezó instando a los dos hermanos y urgiéndoles a que obedecieran al monarca persa y que adoraran al sol. Ellos se mantuvieron fieles en su fe a Cristo, por lo que Barraquicio fue arrojado a un estrecho calabozo, mientras que Jonás se le ordenó a adorar a los dioses, pero ante su negativa fue azotado y arrojado a un estanque de agua helada. Posteriormente, Jonás fue atormentado con muchas torturas, para después ser prensado en un molino de madera hasta provocarle la muerte. Los jueces le aconsejaron a Barraquicio que salvara su propio cuerpo, pero el santo jamás renegó su fe; fue entonces sujeto de nuevo a tormentos y finalmente se le dio muerte, vertiéndoles pez y azufre ardientes en la boca.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santos Jonás y Baraquicio, Mártires

Tormentos sin igual han pasado algunos santos, y los pasaron, aguantaron hasta la muerte. ¡Viva los mártires de la fe!

A los santos mártires, como a los hermanos san Jonás y san Baraquicio que fueron siervos de anteriores mártires de la fe, los odian, por eso acaban, terminan con su vida, porque el odio de los que no tienen el Amor verdadero, que está y vive y es Dios mismo, los llena de desesperación, porque no tienen futuro; una vez mueren, les llegan todos los tormentos, y lo saben, y como súbditos de Satanás, incurren en sus fechorías y matan a los buenos, torturándoles primero. Unos y otros no se van a hallar jamás, porque unos van a ir al Cielo, y otros vivirán eternamente el Infierno de su propia maldad, y no conocerán jamás el Amor de todo un Dios; cómo nos ama nuestro Señor Jesucristo, Rey de Cielos y tierra.

Déjate amar por el Amor: ¡Sé santo! ¡Sé santa!

P. Jesús
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31 de Marzo / San Benjamín, Mártir

El rey Yezdigerd, hijo de Sapor II puso fin a la cruel persecución de los cristianos que había sido llevado al cabo en Persia durante el reinado de su padre. Sin embargo, el obispo Abdas con un celo mal entendido incendio el Pireo o templo del fuego, principal objeto del culto de los persas.

El rey amenazó con destruir todas las iglesias de los cristianos, a menos que el obispo reconstruyera el templo, pero éste se rehusó a hacerlo; el rey lo mandó a matar e inició una persecución general que duró 40 años.

Uno de los primeros mártires fue Benjamín, diácono. Después de que fuera golpeado, estuvo encarcelado durante un año, pero obtuvo su libertad gracias al embajador del Constantinopla y prometiendo bajo su responsabilidad que el santo se abstendría de hablar acerca de su religión.

Sin embargo, Benjamín declaró que él no podía cumplir tal condición y, no perdió la oportunidad de predicar el Evangelio. Fue de nuevo aprehendido y llevado ante el rey, quien lo sometió a crueles torturas, siendo luego decapitado.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Benjamín, Mártir

Iglesia amada por Dios, algunos de vosotros no os portáis bien, algunos odiáis y queréis ganar sin contar con Dios. ¡Habéis perdido vuestra fe!, como le ocurrió al obispo que fue causa de tanto dolor en la Iglesia Santa y el martirio en San Benjamin. Cuando no hay paz, no está Dios. Apartáos de los que se creen dios, y van sentenciando y tratando a los demás sin el respeto debido a la humanidad. Aunque sea un obispo, si tal cosa hiciere, no es necesario que lo sigáis, es más, hay que exhortarlo a que cambie su odio, su rencor, por la Caridad, que es la regla de todo fiel cristiano, de todo fiel católico, de toda persona que es Iglesia santa.

P. Jesús
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16 de Abril / Santa Bernadette Soubirous

Santa Marie Bernard –Bernardette– Soubirous nació el 7 de enero, de 1844, en el pueblo de Lourdes, Francia. Era la mayor de varios hermanos. Sus padres vivían en un sótano húmedo y miserable, y el papá tenía por oficio botar la basura del hospital.

Desde pequeña, Bernardita tuvo una salud bien delicada a causa de la falta de alimentación suficiente, y del estado lamentablemente pobre de la habitación donde moraba. En los primeros años sufrió la enfermedad de cólera que la dejó sumamente debilitada. Luego, a causa también del clima terriblemente frío en invierno, la santa adquirió desde los diez años la enfermedad del asma.

Tiempo después de las apariciones, Bernardita fue admitida en la Comunidad de Hijas de la Caridad de Nevers. En julio de 1866 comenzó su noviciado y el 22 de septiembre de 1878 pronunció sus votos, falleció unos meses después, el día 16 de Abril de 1879.

Asimismo, la vida de la jovencita, después de las apariciones estuvo llena de enfermedades, penalidades y humillaciones, pero con todo esto fue adquiriendo un grado de santidad tan grande que se ganó enorme premio para el cielo.

En sus primeros años con las monjas, la Santa jovencita sufrió mucho, no solo por su mala salud, sino también a causa que la Madre superiora del lugar que no creía en sus enfermedades, inclusive decía que cojeaba de su pierna, no por el tumor que tenía, sino para llamar la atención.

En su comunidad, la santa se dedicó a ser enfermera y sacristana, y más tarde, por nueve años estuvo sufriendo una dolorosa enfermedad. Al llegarle los agudos ataques exclamaba: “Lo que le pido a Nuestro Señor no es que me conceda la salud, sino que me conceda valor y fortaleza para soportar con paciencia mi enfermedad. Para cumplir lo que recomendó la Sma. Virgen, ofrezco mis sufrimientos como penitencia por la conversión de los pecadores”.

Cuando ya le faltaba poco para morir, llegó un Obispo a visitarla y le dijo que iba camino de Roma, que le escribiera una carta al Santo Padre para que le enviara una bendición, y que él la llevaría personalmente. Bernardita, con mano temblorosa, escribe: “Santo Padre, qué atrevimiento, que yo una pobre hermanita le escriba al Sumo Pontífice. Pero el Sr. Obispo me ha mandado que lo haga. Le pido una bendición especial para esta pobre enferma”. A regreso del viaje, el Obispo le trajo una bendición especialísima del Papa y un crucifijo de plata que le enviaba de regalo el Santo Padre.

El 16 de abril de 1879, estando muy mal de salud y teniendo a penas 35 años, exclamó emocionada: “Yo vi la Virgen. Sí, la vi, la vi ¡Que hermosa era!” Y después de unos momentos de silencio dijo emocionada: “Ruega Señora por esta pobre pecadora”, y apretando el crucifijo sobre su corazón se quedó muerta..

A los funerales de Santa Bernardita asistió una muchedumbre inmensa. Y ella empezó a conseguir milagros de Dios en favor de los que le pedían su ayuda. 30 años más tarde, su cadáver fue exhumado, y hallado en perfecto estado de conservación, unos años después, poco antes de su beatificación, efectuada el 12 de Junio de 1925, se realizó un segundo reconocimiento del cuerpo, el cual seguía intacto.

Santa Bernadette fue canonizada el 8 de Diciembre de 1933. Su cuerpo incorrupto todavía puede verse en el Convento de Nevers, dentro de un féretro de cristal. La festividad de la Santa se celebra el 16 de Abril.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Bernadette Soubirous

Santa Bernadette Soubirous, alma bella, que eligió la misma Madre de Dios para que fuera su interlocutora, y con ella, la Virgen, por Gracia de Dios, hizo salir agua de la Gruta de Lourdes; agua, que muchas bendiciones y regalos de Dios, por petición de su Madre, da la Divina Trinidad a muchos para sanarse, para recuperar su fe o verla por primera vez. El agua limpia y fortalece la vida.

Si estás enfermo, si te encuentras mal, si necesitas fortalecer tu fe, bebe el agua de Lourdes y pide que la Virgen interceda por ti a Dios Omnipotente. Muchos milagros, aún hoy son derramados por Dios.

P. Jesús
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20 de Mayo / San Bernardino de Siena

San Bernardino nació en la Massa Marittima de Toscana y perteneció a la noble familia de los Albizeshi. Quedó huérfano de padre y madre antes de cumplir los 7 años. A los 17, ingresó en una cofradía de Nuestra Señora, cuyos miembros se comprometían a practicar ejercicios de piedad y cuidar a los enfermos. En Siena tomó el hábito franciscano y en 1403 hizo sus votos en el convento de Colombaio, en las afueras de la ciudad. Un año más tarde, el día de la Natividad de la Virgen, recibió la ordenación sacerdotal. Poco a poco Dios le preparaba para su doble misión de apóstol y reformador.

El Santo llegó a Milán en 1417, donde inició su carrera apostólica. Predicó en toda Italia, viajaba a pie y aconsejaba la penitencia a los que le oían, además de propagar la devoción al Santo Nombre de Jesús. En 1430, San Bernardino tuvo que dejar el trabajo misional, al ser nombrado vicario general de los frailes de la estricta observancia. Este movimiento de la Orden de San Francisco había comenzado a mediados del siglo XIV en el convento de Brogliano, entre Camerino y Asís, pero no logró imponerse hasta la época de San Bernardino, quien fue su segundo fundador, organizador y reformador. San Bernardino añoraba el trabajo apostólico directo, por lo que en 1442 obtuvo del Papa la autorización de renunciar al cargo de vicario general. Hizo misiones en Romaña, Ferrara y Lombardía. Murió en Aquila, el 20 de mayo de 1444, víspera de la Ascensión. Fue canonizado 6 años después de su muerte.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Bernardino de Siena

Dios prepara a sus santos para su Misión, esta misión que hace Dios con ellos y la humildad que siempre tiene el santo, que sabe que Dios actúa en él, y deja todo egoísmo y todo vicio para ser el vaso de agua donde los que tienen sed puedan beber. Así San Bernardino de Siena, como todos los santos, hizo con su vida, renunciar a sí mismo para dejar que Dios viviera en él.

P. Jesús
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5 de Junio / San Bonifacio, Arzobispo de Máinz, Mártir

Llamado el «Apóstol de Alemania» por haber evangelizado sistemáticamente las grandes regiones centrales, por haber fundado y organizado iglesias y por haber creado una jerarquía bajo la jurisdicción directa de la Santa Sede. Sus dones de misionero y reformador generaron importantes frutos.

Winfrido (su nombre de bautizo) se trasladó de muy joven a la abadía de Nursling, en la diócesis de Winchester, donde se le nombró director de la escuela. Ahí escribió la primera gramática latina que se haya hecho en Inglaterra. A la edad de 30 años recibió las órdenes sacerdotales y se dedicó al estudio de la Biblia. En el año 718 el Papa San Gregorio II otorgó a Winfrido un mandato directo para llevar la Palabra de Dios a los herejes en general. El Santo partió inmediatamente con destino a Alemania, cruzó los Alpes, atravesó Baviera y llegó al Hesse.

En poco tiempo, pudo enviar a la Santa Sede un informe tan satisfactorio que el Papa hizo venir al misionero con miras a confiarle el obispado. El día de San Andrés del año 722, fue consagrado obispo regional con jurisdicción general sobre Alemania. Bonifacio regresó a Hesse y como primera medida, se propuso arrancar de raíz las supersticiones paganas que eran el principal obstáculo para la evangelización. En el año 731, el Papa Gregorio III, sucesor de Gregorio II, mandó a San Bonifacio el nombramiento de metropolitano para toda Alemania más allá del Rhin, con autoridad para crear obispados donde lo creyera conveniente. En su tercer viaje a Roma fue nombrado también delegado de la Sede Apostólica. San Bonifacio y su discípulo San Sturmi fundaron en el año de 741 la abadía de Fulda, que con el tiempo se convirtió en el Monte Cassino de Alemania.

Años más tarde, cuando el Santo se disponía a realizar una confirmación en masa, en la víspera de Pentecostés, apareció una horda de paganos hostiles que atacó al grupo brutalmente. El cuerpo del Santo fue trasladado al monasterio de Fulda, donde aún reposa.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Bonifacio, Arzobispo de Máinz, Mártir

Los mundanos odian a muerte a los creyentes, a los católicos radicales en su fe, como lo son los Papas y los hombres de buena voluntad, que han depositado en Dios Espíritu Santo su confianza y se dejan llevar por la Gracia, la Gracia santificante, que sólo tiene, posee la Iglesia de Dios, la Católica, Apostólica y Romana.

Los paganos de aquella época, en la época de San Bonifacio, esos paganos, no sabiendo hacer uso de su libertad ni dejando que los demás lo fueran, brutalmente acabaron con el santo y con sus deseos de impartir el sacramento de la confirmación. Tenían miedo a la fuerza del Espíritu Santo. Y tal parece hoy en día que muchos bautizados se han contagiado de este miedo al sacramento de la Confirmación, porque pocos lo reciben, por eso no hay evangelización ni hay demasiadas fuerzas para seguir a Dios.

P. Jesús
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11 de Junio / San Bernabé, Apóstol

A pesar de que San Bernabé no fue uno de los doce elegidos por Jesucristo, es considerado Apóstol por los primeros padres de la Iglesia, aún por San Lucas, a causa de la misión especial que le confió el Espíritu Santo y de su activa tarea apostólica.

Bernabé era un judío de la tribu de Levi, había nacido en Chipre; su nombre original era el de José, pero los Apóstoles lo cambiaron al de Bernabé que significa ‘hombre esforzado’. Se le menciona en las Sagradas Escrituras, en el cuarto capítulo de los Hechos de los Apóstoles; se menciona la venta de sus propiedades.

El Santo fue elegido para llevar el Evangelio a Antioquía, instruir y guiar a los neófitos. Para esta misión obtuvo la cooperación de San Pablo. Los dos predicadores obtuvieron gran éxito; Antioquía se convirtió en el gran centro de evangelización y fue ahí donde, por primera vez, se dio el nombre de Cristianos, a los fieles seguidores de Cristo. Tiempo más tarde, se les encomendó una nueva misión y partieron a cumplirla, acompañados por Juan Marcos. Primero se trasladaron a Seleucia y después a Salamina, en Chipre. Luego llegaron a Pafos, donde convirtieron al procónsul romano Sergio Paulo, navegaron hasta Perga en Pamfilia, donde Juan Marcos los abandonó. En Iconium, en Licaonia, estuvieron a punto de morir apedrados. En Listra, San Pablo curó milagrosamente a un paralítico y los habitantes paganos los confundieron con dioses. De regreso a Antioquía pasaron por todas las ciudades que habían visitado para confirmar y ordenar presbíteros. Surgieron ciertas diferencias entre San Pablo y San Bernabé, por lo que decidieron separarse. San Bernabé partió entonces hacia Chipre, acompañado de Juan Marcos, para visitar las iglesias que ahí se habían fundado.

Alrededor del año 60 ó 61, San Bernabé ya había muerto. Se dice que fue apedrado hasta morir en Salamina.Otra tradición nos lo presenta como predicador en Alejandría y en Roma y además como primer obispo de Milán.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Bernabé, Apóstol

A los santos se les elige para una Misión de apostolado y ellos cumplen, como cumplió San Bernabé.

Hay quien no sabe ni cumplir con su deber de estado; a éste, cualquier Misión especial, venida de Dios, no la podrá llevar a cabo.

Medita en mis palabras de hoy y en la biografía de San Bernabé y sabrás que quizás no estás preparado para la santidad, para cumplir la Misión que Dios te ha encomendado, piensa: ¿Cumples con tu deber de estado?… … … ¿Y piensas ser santo?

P. Jesús

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11 de Julio / San Benito, Abad

Padre del monasticismo occidental, decidió abandonar Roma y el mundo para evitar la vida licenciosa de dicha ciudad. Vivió como ermitaño por muchos años en una región rocosa y agreste de Italia. En Vicovaro, en Tívoli y en Subiaco, sobre la cumbre de un farallón que domina Anio, residía por aquél tiempo, una comunidad de monjes, cuyo abad había muerto. Decidieron pedirle a San Benito que ocupara su lugar. Al principio se negó, pero luego cedió ante la insistencia. Pronto se puso en evidencia que las estrictas nociones de disciplina monástica que San Benito observaba, no se ajustaban a ellos, porque quería que todos vivieran en celdas horadadas en las rocas. El mismo día retornó a Subiaco, no para seguir llevando una vida de retiro, sino con el propósito de empezar la gran obra para la que Dios lo había preparado durante esos tres años de vida oculta. No tardaron en reunirse a su alrededor los discípulos atraídos por su santidad y por sus poderes milagrosos. 

San Benito se encontró entonces, en posición de empezar aquél gran plan de «reunir en aquél lugar a muchas y diferentes familias de santos monjes dispersos en varios monasterios y regiones, a fin de hacer de ellos un sólo rebaño según su propio corazón, para unirlos en una casa de Dios bajo una observancia regular y en permanente alabanza al nombre de Dios» Por lo tanto, colocó a todos los que deseaban obedecerle en los 12 monasterios de madera, cada uno con su prior. El tenía la suprema dirección sobre todos y vivía con algunos escogidos, a los que deseaba formar con especial cuidado. 

A causa de algunos problemas con el sacerdote Florencio, se transladó a Monte Cassino. En esta región, sobre las ruinas del templo de Apolo, – al que los habitantes de este lugar rendían culto antes de su llegada – construyó dos capillas y la abadía de Monte Cassino, alrededor del año 530. De aquí partió la influencia que iba a jugar un papel tan importante en la cristianización y civilización de la Europa post-romana. Fue tal vez durante este periodo que empezó a concretizar su «Regla», la que está dirigida a todos aquellos que, renunciando a su propia voluntad, tomen sobre sí «la fuerte y brillante armadura de la obediencia para luchar bajo las banderas de Cristo, nuestro verdadero Rey». Prescribe una vida de oración litúrgica, estudio, y trabajo, llevado socialmente, en una comunidad y con un padre común. 

San Benito vaticinó el día de su muerte; el último día recibió el Cuerpo y la Sangre del Señor. Fue enterrado junto a santa Escolástica, su hermana, en el sitio donde antes se levantaba el altar de Apolo que él mismo destruyó, en Monte Cassino.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Benito, Abad

Unos santos se apartan del mundo y luego regresan a buscar a quienes, con ellos, deseen imitar a Cristo en algún momento de su vida, ya sea del momento de la oración en el huerto, del calvario o al estilo de los cuarenta días que estuvo Jesús en el desierto.

San Benito, abad, este santo fue como muchos, un elegido de Dios que le dijo “Sí”.

Y tú ¿Qué vas a decir a Dios? ¿Sí o no?

P. Jesús

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15 de Julio / San Buenaventura, Obispo y Doctor de la Iglesia

Después de tomar el hábito en la orden seráfica, estudió en la Universidad de París, bajo la dirección del maestro inglés Alejandro de Hales. De 1248 a 1257, enseñó en esta universidad teología y Sagrada Escritura. A su genio penetrante unía un juicio muy equilibrado, que le permitía ir al fondo de las cuestiones y dejar de lado lo superfluo para discernir todo lo esencial y poner al descubierto los sofismas de las opiniones erróneas. El santo se distinguió en filosofía y teología escolásticas.

El santo no veía en sí más que faltas e imperfecciones y, por humildad, se abstenía algunas veces de recibir la comunión, por más que su alma ansiaba acercarse a la fuente de gracia. Pero un milagro de Dios permitió a San Buenaventura superar tales escrúpulos.

Durante los años que pasó en París, compuso una de sus obras más conocidas, el «Comentario sobre las Sentencias de Pedro Lombardo», que constituye una verdadera suma de teología escolástica. Guillermo de Saint Amour hizo en la obra titulada «Los peligros de los últimos tiempos» un ataque directo a San Buenaventura. Ataque que el santo contestó con un tratado sobre la pobreza evangélica, titulado «Sobre la pobreza de Cristo». En 1257, San Buenaventura y Santo Tomás de Aquino recibieron juntos el título de doctores. San Buenaventura escribió un tratado «Sobre la vida de perfección», destinado a la Beata Isabel, hermana de San Luis de Francia y a las Clarisas Pobres del convento de Longchamps. Otras de sus principales obras son el «Soliloquio» y el tratado «Sobre el triple camino».

En 1257, Buenaventura fue elegido superior general de los frailes Menores. No había cumplido aún los 36 años y la orden estaba desgarrada por la división entre los que predicaban una severidad inflexible y los que pedían que se mitigase la regla original. El joven superior general escribió una carta a todos los provinciales para exigirles la perfecta observancia de la regla y la reforma de los relajados. El primero de los cinco capítulos generales que presidió San Buenaventura, se reunió en Narbona en 1260. Ahí presentó una serie de declaraciones de las reglas que fueron adoptadas y ejercieron gran influencia sobre la vida de la orden. San Buenaventura empezó a escribir la vida de San Francisco de Asís.

El santo gobernó la orden de San Francisco durante 17 años, y por eso se le llama el segundo fundador. En 1265, el Papa Clemente IV trató de nombrar a San Buenaventura arzobispo de York, a la muerte de Godofredo de Ludham , pero el santo consiguió disuadir de ello al Pontífice. Sin embargo, al año siguiente, el Beato Gregorio X le nombró cardenal obispo de Albano, ordenándole aceptar el cargo por obediencia. Se le encomendó la preparación de los temas que se iban a tratar en el Concilio ecuménico de Lyon, acerca de la unión de los griegos ortodoxos.

San Buenaventura se caracterizaba por la sencillez, la humildad y la caridad. Mereció el título de «Doctor Seráfico» por las virtudes angélicas que realzaban su saber. Fue canonizado en 1482 y declarado Doctor de la Iglesia en 1588.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Buenaventura, Obispo y Doctor de la Iglesia

Los santos sirven a Dios y a la Iglesia según su forma de ser, según sus dones y cualidades, según las circunstancias que, según su misión, Dios les marca en su destino desde antes de nacer, desde el principio de los tiempos, desde que Dios es Dios, o sea: desde siempre.

Un estudioso, ayuda a los demás con su inteligencia. Un piadoso, ayuda a los demás con sus oraciones. Y tú, futuro santo, ¿En que ayudas a los demás? ¿Con tu dinero? ¿Dando empleo? ¿Con los hijos que tienes? ¿Con tu oficio? ¿Con tu profesión? ¿Con tus hobbies? ¿Con tu presencia en la caridad? ¿Con…?

La Iglesia, el mundo, necesita santos, y no santos clonados, sino como son los santos, distintos según su misión.

¿Se han equivocado los santos antes de ser santos? ¿Han cometido errores? ¿No son perfectos en todo? ¿Hacen fallos en sus negocios? ¿Tienen carencias en según que aspectos humanos? Por ejemplo: ¿Son tímidos? ¿Callados? ¿Tienen a veces mal genio?… ¿Y todo y así luego son santos? ¡Sí! Porque es el empeño en volver a empezar de nuevo una y otra vez, con el deseo de ser mejores, lo que hace heroicos sus torpes progresos, hasta que lo van consiguiendo. Sí, esos perfeccionistas tienen madera de santo; los que están lejos de ser santos son los que van de listos y sabios por la vida, estos que lo saben todo, que todo les va bien y que se dan el lujo de sermonear y criticar a quien ponen en su mira. Los santos, son como eres tú. ¡Tú! Entérate bien: Tú vas para santo. ¡Ánimo!

P. Jesús
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