Domingo, 4 de agosto de 2.013
A ti, que eres bueno y te han traicionado: La traición siempre es ejecutada contra ti por los que amas, no te puede traicionar nunca ese que no tiene contacto contigo, que no lo tratas; siempre la traición es efectuada por quien tratas y sabe de ti. Sé que estás cansado de que las cosas te vayan mal, por las traiciones que has recibido, y algunas de familiares, de seres muy cercanos a ti. Has analizado, has querido saber el porqué, y en algunos has podido comprender que han podido tener sus razones, porque sus debilidades, sus necesidades, normalmente las económicas, le han llevado a traicionarte. Los amas porque son de tu familia, y los desprecias por lo que te han hecho sufrir, y además tienes miedo de que sigan haciéndote sufrir. Y te lo digo, seguirán haciéndolo. “¡Vaya plan!, ¿no?”, te dices a ti mismo, y tienes razón, es un mal plan, es una mala vida, saber que esos que amas, tienen el poder, por tu amor y por ser de tu familia, de que sigan una y otra vez traicionandote. Y quieres saber si hay algo digno de ti, que te haga respetar a ti mismo y que puedas hacer para dejar de sufrir tal dolor y humillación. Pues no, no hay nada que hacer, sólo la mortificación; que sepas pues, que toda tu vida, ¡y la suya!, sobre todo la suya, te irán traicionando una y otra vez. Tendrás que decidir entre su querer y tu capacidad de resistir todas sus traiciones. ¿Es que no va a cambiar esta gente?, no. Si ya son adultos formados, si ya “viven en gracia de Dios”, es decir, que ellos acuden a confesar y a comulgar, y además te traicionen, por sus razones, normalmente de dinero, pues NO, no van a cambiar; esta es tu cruz, si la quieres llevar, y si no la quieres llevar, entonces, también es tu cruz, porque ellos existen y, sí o sí, son así. No voy a engañarte, no puedo mentirte, porque hay que decir la verdad de las cosas. Sólo, lo que puedes hacer para no tener tantas traiciones, y quedarte con menos, es ser muy discreto con ellos: que no sepan cuánto ganas, cuáles son tus negocios, a quién amas; porque hay quien también te traiciona en asuntos de tus afectos; empiezan a criticar a las personas que amas, y como tienen todas defectos, ellos, los traicioneros, incluso los agrandan, porque NO QUIEREN QUE TE VAYAS DE ELLOS, ERES SU DISTRACCIÓN, eres la persona con quién pueden descargar sus defectos, porque tú eres bueno, muy bueno; recuerda que he empezado mi carta de hoy diciéndote esto: A ti, que eres bueno y te han traicionado. Normalmente traicionan a los buenos, sí, sí, ocurre eso, a los futuros santos, estos son los más traicionados, y pueden llenarte de abrazos, pero en su fuero interno quieren lo que tú tienes; este es el secreto de los que te traicionan, que quieren lo que tú tienes, y aunque ellos tengan más que tú, además, quieren esto que tú tienes; es así la realidad, por esto te digo que no les comentes tus planes ni hables de tus proyectos, ni de tus obras, tus amigos, clientes, jefes, socios, posible cónyuge, porque te traicionará; hará algo para que no puedas llevar a cabo eso que él-ella quiere para él-ella. Es algo complicado, lo sé, pero se puede entender, se puede comprender. Hay tantos que quieren su vida propia y la de los demás; quieren ser como son, tener lo que tienen, y además quieren tener y ser lo que tú eres. Ya sé que esto es una complejidad, pero así es. ¿Y es pecado esto? ¡Claro que sí!; los que son así, los que traicionan y creen vivir la fe católica, yendo a confesar y a comulgar, estos no viven en gracia de Dios, aunque crean que sí, aunque recen mucho, incluso más que tú, pero ellos son tentados, más que tú, por el Diablo, porque no tienen la protección de la Gracia Santificante. Ocurre también que ellos mismos no creen que sean pecadores, no ven sus traiciones como pecados, sino que se justifican, porque para una mente humana, siempre hay justificaciones a la medida. ¿Cómo se las hacen?; sobre todo creyéndose que necesitan el dinero que les va a reportar la traición que te van a hacer; así hizo Judas, él quería ese dinero, esas treinta monedas de plata para algo que, en su corazón, se decía que era bueno; piensa que Dios mismo, Jesús, lo eligió; así que cuando lo llamó, y él, Judas, acudió al llamado de la fe, de seguir a Cristo, creía en él; y por sus obras, Dios, Jesús, le dio el cargo de tener la bolsa. ¡Ay! amigos míos, ¡cuánto mal hace el dinero!, ¡no se puede servir a Dios y al dinero! ¿Sabes lo que aún da más envidia que el dinero?, sí, porque hay aún algo que da más envidia que el dinero, aunque no te lo creas, de momento, pero cuando te lo diga y lo medites, dirás, “sí, tiene razón el Padre Jesús”. Pues te lo digo, tu bondad, tu fe, TU FE. Hay muchos que dicen: “no puedo tener fe, dudo de Dios”, y ven a los que sí que tienen fe y no dudan de Dios, sino que arriesgan toda su vida y tienen todos los hijos que Dios les da, y tienen un trato especial con sus clientes, con las personas que Dios les acerca, y, y ¡no pueden soportarlo!, porque ellos, aunque rezan más que tú, tienen su corazón puesto en la fama, el dinero; esa buena fama que tú tienes, no hace falta que sea del famoso, sino que es esa buena fama del que toca los corazones con su bondad real, que dicen que no es más que debilidad; porque, incluso los que van de buenos, creen que la verdadera bondad es debilidad; la bondad de no quejarse ante nadie, la bondad de amar lo que tienen y resistir los embates de la vida con la dignidad de saber que cada quién, lo que vive, Dios lo permite, si va haciendo el bien y lo bueno, lo correcto, si va viviendo en Gracia Santificante; ese desprendimiento de sí mismo, ese hacer la voluntad de Dios Padre, como hacía Jesús, Dios Hijo; eso, a los judas, les preocupa, no les gusta, porque ellos, aunque rezan mucho, y quizás, más que tú, sólo son palabras que van repitiendo; y les dan consuelo, porque la oración consuela también, y eso es bueno, pero la oración, además, ¡hay que vivirla!, tiene uno que practicar la fe, no sólo utilizarla para calmarse de sus inclinaciones al mal, que eso hace la oración al consolar, pone paz a las pasiones desordenadas, como es la posesión de dinero y buena fama, esa buena fama que tú tienes, la buena fama de las obras de tu fe, de poner en práctica las palabras de la oración. También hay traidores que rezan menos que tú; la traición está unida a los que más te conocen, por esto, te digo, por tu bien, que seas discreto, bueno, cariñoso, atento, educado, PERO DISCRETO, y lo que NO PUEDES HACER JAMÁS con estas personas, es PEDIRLES CONSEJO, es pedirles información de algo que quieres hacer, porque van a saber y van a traicionarte, incluso pueden decir a otros lo que haces o piensas hacer, para que no te salga bien. Si no hacen falta los hechizos, porque hay más mal en el mundo, por el mal proceder de muchos, que por los hechizos que tantos hacen contra ti. Medita y verás que quien te traicionó, fue “apuñalándote” con hechos concretos y directos. El mal existe, Y EL BIEN TAMBIÉN. Que tú tengas y hagas siempre el bien, y protégete del mal. Amén. Con afecto sincero. P. Jesús © copyright |
Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN. |