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15 de Junio / Santos Vito, Modesto y Crescencia, Mártires

El culto a estos tres santos se remonta a tiempos muy antiguos; sus nombres aparecen en el llamado martirologio de San Jerónimo o Hieronymianum. Dieron su vida por la fe en la provincia romana de Lucania, en el sur de Italia.

La veneración a San Vito se extendió tanto por Alemania, que su nombre se incluyó entre los Catorce Santos Protectores y se le consideró como patrono especial de los epilépticos y de los afectados por esa enfermedad nerviosa llamada ‘Baile de San Vito’, tal vez por eso se le tiene también por protector de los bailarines y actores. Asimismo, se le invocaba contra el peligro de las tormentas, contra el exceso de sueño, mordeduras de serpientes y contra todo daño que las bestias pueden hacer a los hombres. A menudo se le representa acompañado de alguna fiera. San Vito, Modesto y Crescencia, a los que se le atribuían poderes sobrenaturales, murieron por negarse rotundamente a rendir sacrificio a los dioses. Fueron sometidos a diversas torturas de las que salieron ilesos. Los mártires murieron en Lucania, agotados por sus sufrimientos.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santos Vito, Modesto y Crescencia, Mártires

A veces te puede parecer que estás agotado de sufrir, que ya no puedes más, y es por cosas del mundo; pero si todo ello lo ofreces a Dios y aceptas tanto dolor sin devolver mal por mal y perdonando a todos los que te dañan, entonces tú, con Cristo, te estás santificando. ¡Dios te hace santo!

Los santos como San Vito, Modesto y Crescencia, aguantaron por amor a Dios, por su fe, tormentos sin fin, que los llevaron al fin de su vida llenos de amor a Dios. Tú, tú que amas tanto a Dios, no te extrañes pues de que tienes una vida difícil, llena de dolores y pruebas, y es que Dios te quiere santo. ¡Sé santo! Vas a salir de estas, pero luego de un tiempo vendrán otras y otras más, distintas y quizás no tan duras, pero, oh amado de Dios, la Santidad se gana a golpes de corazón: renunciando a devolver mal por mal y perdonando a todos. Dios te ama si sufres tanto. Piensa en el Cielo, oh amado de Dios. Dios purifica tus excesos y cubre tu alma de los abusos de sentimentalismos que la ponen una y mil veces en peligro. Sé recio, se Santo: ¡Por Dios!

P. Jesús
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