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168 Carta / A ti, que te gustaría ver a la mayoría de la gente, que fuera del Pueblo de Dios

Domingo, 16 de Agosto de 2.015

A ti, que te gustaría ver a la mayoría de la gente, que fuera del Pueblo de Dios:

Piensas en que todos, en su corazón, guardasen las palabras de Jesús en el Evangelio; piensas en la bondad, en el bautismo cristiano, pero te olvidas de la tentación, y yo te la recuerdo, y te lo fastidio todo.

El deber del cristiano, del bautizado, es cumplir con la Ley de Dios, con la doctrina católica, esto es fácil de decir, pero vemos lo difícil que es ponerlo en práctica, lo complicado de compaginarlo, incluso en las personas de un asiduo trato, siendo católicas. Entonces, ¿es que nunca podremos tener una vida ideal de personas, que en su gran mayoría, vivan la fe? Lo que sí es seguro, es que tú puedes controlar tu vida, sabiendo que vas a ser tentado.

Cuando comprendas que los demás, todos, también son tentados, cuando lo aceptes, aceptes que muchos caen en la mala tentación, y que por lo cual pecan contra ti y contra tantos, entonces podrás empezar a amar a los demás. Si tú eres un idealista que sólo ama lo perfecto, pienso que ni a ti mismo podrás quererte.

Da la vuelta a tu cara y mira la cruz donde está colgado Jesús, Dios sí que supo amar. Eligió como apóstol a un traidor, no es que cuando lo eligiera fuera un traidor, que no lo era, pero luego lo fue. Este amigo, este socio, este empleado, que cuando conociste era bueno y fiel, ahora es un traidor. Eso le ocurrió a Jesús también. Los traidores tienen su protagonismo para hacer que nuestra vida dé giros, si no hay traidores, la vida es plácida y la ruta recta; los traidores hacen cambiar el rumbo con sus fechorías, por sus intereses. A veces, los traidores, más tarde, se arrepienten, otras veces no. Que lo sepas.

Jesús, Dios, también se encontró en medio de dos ladrones, uno se arrepintió, el otro no, porque una cosa es cierta en todos los seres humanos, ¡son libres!, y depende de la fuerza de voluntad, se cae más en tentación o menos, porque caer, caen todos, aunque sea en hablar mal de una persona, y esto es pecado, esto es caer en la tentación, no hablar mal por el mal que hace, que si una persona hace mal, es lógico que hablemos mal del mal que hace; hablo del mal que se cree que una persona hace, sin tener pruebas, sin tener ninguna información que pueda apoyar este mal, este pecado.

¿Dices que quieres un mundo con gente buena? Yo también, y podría haber un mundo con más gente buena; hay los sacramentos, la voluntad, pero, ¿quieren la mayoría de personas ser buenos, ser santos? Algunos, muchos, sí que lo quieren, tienen este deseo en su corazón, y a la vez, en el mismo corazón, tienen el anhelo de tener dinero y bienes materiales, y, muchas veces no concuerda el ser santo con la adquisición de bienes materiales y físicos. Por eso, los santos, los que Dios Padre ha elegido para ser santos, y ellos quieren, sufren, porque quieren y no pueden, porque tienen demasiadas necesidades materiales, y a veces son reales, las necesitan realmente, y la falta de fe, la prisa, les hace ir por caminos del mundanismo en vez de caminos de santidad, como es la oración constante y piadosa, confiada y alentadora, que hace que uno confíe más en Dios que en las ganancias del mundanismo. Espero que me hayáis entendido.

Con afecto sincero.

P. Jesús

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Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.