San Bernardino nació en la Massa Marittima de Toscana y perteneció a la noble familia de los Albizeshi. Quedó huérfano de padre y madre antes de cumplir los 7 años. A los 17, ingresó en una cofradía de Nuestra Señora, cuyos miembros se comprometían a practicar ejercicios de piedad y cuidar a los enfermos. En Siena tomó el hábito franciscano y en 1403 hizo sus votos en el convento de Colombaio, en las afueras de la ciudad. Un año más tarde, el día de la Natividad de la Virgen, recibió la ordenación sacerdotal. Poco a poco Dios le preparaba para su doble misión de apóstol y reformador.
El Santo llegó a Milán en 1417, donde inició su carrera apostólica. Predicó en toda Italia, viajaba a pie y aconsejaba la penitencia a los que le oían, además de propagar la devoción al Santo Nombre de Jesús. En 1430, San Bernardino tuvo que dejar el trabajo misional, al ser nombrado vicario general de los frailes de la estricta observancia. Este movimiento de la Orden de San Francisco había comenzado a mediados del siglo XIV en el convento de Brogliano, entre Camerino y Asís, pero no logró imponerse hasta la época de San Bernardino, quien fue su segundo fundador, organizador y reformador. San Bernardino añoraba el trabajo apostólico directo, por lo que en 1442 obtuvo del Papa la autorización de renunciar al cargo de vicario general. Hizo misiones en Romaña, Ferrara y Lombardía. Murió en Aquila, el 20 de mayo de 1444, víspera de la Ascensión. Fue canonizado 6 años después de su muerte.
Fuente: ACI Prensa
Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús
San Bernardino de Siena
Dios prepara a sus santos para su Misión, esta misión que hace Dios con ellos y la humildad que siempre tiene el santo, que sabe que Dios actúa en él, y deja todo egoísmo y todo vicio para ser el vaso de agua donde los que tienen sed puedan beber. Así San Bernardino de Siena, como todos los santos, hizo con su vida, renunciar a sí mismo para dejar que Dios viviera en él.
P. Jesús
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