Saltar al contenido

22 de Marzo / San Epafrodito, Obispo

Epafrodito parece haber nacido en Filipos. Había ido a Roma, donde Pablo estaba cautivo, para llevarle una nueva colecta de parte de los filipenses. Allí cayó enfermo de cuidado, pero Dios tuvo misericordia de él y no quiso añadir tristeza sobre el alma de Pablo. Los mismo filipenses, al saber que su emisario había estado enfermo, ardían en deseos de volverlo a ver, por lo que Pablo no dudó en separarse de su amado colaborador y lo despidió con una carta para los fieles de Filipos.

En la carta, Pablo rogaba a sus queridos neófitos que recibieran a su compatriota con toda alegría en el Señor, ya que para realizar la misión que le habían encomendado se había visto al borde de la muerte. Entregaba su vida para suplir los cuidados que los filipenses no le podían dar. Fuera de este auténtico testimonio, no se posee otros detalles de la vida de Epafrodito; sin embargo, el Martirologio Romano señala que «luego fue Obispo de Terracina, enviado por San Pedro cuando éste estuvo en Roma, y donde bautizó a un buen número de conversos, dejando allí como obispo a Lino y partió a Terracina donde consagró a Epafrodito».

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Epafrodito, Obispo

Por hacer los encargos de la Iglesia, se sufre, así sufrió enfermedad por cumplir con su deber, san Epafrodito, que llegó a ser obispo, pero sirvió a la Iglesia humildemente, y fielmente a San Pablo, que tuvo compasión de él.

La Iglesia te necesita. Sí,  a ti también; la Iglesia te necesita, y necesitándote y tú ayudándola, quizás gastes tus energías y tu salud se merme, pero san Pablo, desde el Cielo, vela y velará por ti, porque sabe que la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana, te necesita.

No tengas miedo de darte a causas grandes como es el ayudar a la Iglesia en sus necesidades. Y recuerda: Todos tenemos que hacer eso.

P. Jesús
© copyright