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22 de Noviembre / Santa Cecilia, Virgen y Mártir

Según una antigua tradición, la santa pertenecía a una de las principales familias de Roma, que acostumbraba vestir una túnica de tela muy áspera y que había consagrado a Dios su virginidad. Sus padres la comprometieron en matrimonio con un joven llamado Valeriano, pero Cecilia le dijo a éste que ella había hecho voto de virginidad y que si él quería ver al ángel de Dios debía hacerse cristiano. Valeriano se hizo instruir por el Papa Urbano y fue bautizado. Las historias antiguas dicen que Cecilia veía a su ángel de la guarda. 

El alcalde de Roma, Almaquio, había prohibido sepultar los cadáveres de los cristianos. Pero Valeriano y Tiburcio se dedicaron a sepultar todos los cadáveres de cristianos que encontraban. Por eso fueron arrestados. Llevados ante el alcalde, éste les pidió que declararan que adoraban a Júpiter. Ellos, defendieron su fe y murieron mártires. En seguida la policía arrestó a Cecilia y le exigió que renunciara a la religión de Cristo. Ella declaró que prefería la muerte antes que renegar de la verdadera religión. Entonces fue llevada junto a un horno caliente para tratar de sofocarle con los terribles gases que salían de allí, pero en vez de asfixiarse ella cantaba gozosa (quizás por eso la han nombrado patrona de los músicos). Visto que con este martirio no podían acabar con ella, el cruel Almaquio mandó que le cortaran la cabeza. En 1599 permitieron al escultor Maderna ver el cuerpo incorrupto de la santa y él fabricó una estatua en mármol de ella, la que se conserva en la iglesia de Santa Cecilia en Roma.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Cecilia, Virgen y Mártir

La fe de los santos y mártires puede y debe hacer pensar a todos en implicarse más y mejor a servir por amor a Dios, y servir es lo que hizo Santa Cecilia, virgen y mártir; Dios se sirvió de ella para hacer grandes discípulos en la fe verdadera, la Católica, Apostólica y Romana. Veneremos a esta gran santa que no tuvo miedo y en vez de ocultarse del hombre que sus padres habían decidido darle como esposo, lo convenció para ser fiel al Dios que ella entregó su virginidad y que debido a su gran pureza lo evangelizó de tal manera que sin ser su esposa él creyó en ella y a Dios se consagró también para hacer el bien.

Bendita Santa Cecilia, quien como tú sea virgen podría ser mártir llegado el caso, si llegara, de decidir morir antes que renunciar a la fe verdadera. Y hoy que tantos y tantas la dejan, ¿será que no son vírgenes? ¿Será que no tienen pureza ni intención de tenerla? Es.

P. Jesús

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