Saltar al contenido

26 de Agosto / Santa Teresa de Jesús Jornet

Santa Teresa nació el 9 de enero de 1843, en Lérida, Cataluña. Deseaba ingresar en la vida religiosa y solicitó su admisión con las clarisas de Briviesca, cerca de Burgos, pero no pudo profesar a causa de la legislación en vigor. Se dedicó entonces a la enseñanza y se hizo terciaria carmelita. En 1872, fundó la primera casa en Barbastro, destinada a recoger ancianos sin familia y sin medios de subsistencia. El 27 de enero de 1873, tomó el hábito y fue nombrada superiora. Para poder recibir a más ancianos, compró el antiguo convento de los agustinos. Esta casa se convirtió más tarde, en la casa madre de la Congregación de Hermanitas de Ancianos Desamparados. Fue aprobada por la Santa Sede en 1887, y hasta ese año contaba ya con 58 filiales. Santa Teresa aprendió con las terciarias carmelitas la devoción a la Santísima Virgen y con las clarisas el amor a los pobres; en los ejercicios de San Ignacio, el ardiente deseo de indentificar constantemente sus sentimientos a la voluntad divina. La santa solía decir: «No hay nada pequeño cuando se trata de la gloria de Dios». Murió el 26 de agosto de 1897. Pío XII la beatificó el 27 de abril de 1958.

FUENTE: ACI Prensa 

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Teresa de Jesús Jornet

Como Santa Teresa de Jesús Jornet, hay que unir el amor y devoción a la Virgen María y el amor y servicio a los pobres. Hay que sentir el amor a Dios quemando nuestro corazón, incendiar de deseos de buenas obras nuestros pensamientos y sentir como el alma vuela para vivir en Dios y sirviendo por Él a los que viven en la tierra.

Santa Teresa de Jesús Jornet, cuidó de los ancianos desamparados. Y habrá tantos ancianos desamparados… todos estos que se divorcian, que pasan de pareja en pareja, que tienen hijos que no cuidan y a veces ni los alimentan, esos que ahora se drogan, beben y usan del sexo carnal para placer pasional; todos estos hombres y mujeres serán ancianos desamparados, muchos de ellos. Y habrá santas monjas, que cuidándolos por amor de Dios, salvarán sus vidas de la desesperación, de una desolación tal en sus últimos días. Las enfermedades del cuerpo se multiplicarán y los dolores serán punto de referencia usual en el hombre pecador, ese que fué orgulloso, ese que odió en vez de perdonar, ese que envidió posesiones y martirizó su cuerpo hasta tal extremo para seguir la moda que se le rebelará en la ancianidad. Y habrá monjas como Santa Teresa de Jesús Jornet, que llevando su cruz, ayudarán a llevar las cruces de ancianos desamparados.

Si tú tienes vocación a la caridad, no dejes pasar la oportunidad de servir a Dios cuidando de los ancianos, y con las obras de tu Amor a Dios, ellos beberán, además, el agua de la salvación. ¡Dios te necesita! No caigas en el error de ser pecador, de ser pecadora: tú, mantente firme y sé puntal fuerte en tu fe, pasa de la moda mundana y sigue la moda cristiana: ser católico.

Hay muchas almas que cuidar. Tú puedes ser otra Santa Teresa de Jesús Jornet.

P. Jesús
© copyright