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29 de Marzo / Santos Jonás y Baraquicio, Mártires

Sapor, rey de Persia, emprendió una recia persecución contra los cristianos. Jonás y Barraquicio, dos monjes de Beth-Iasa, sabiendo que varios cristianos estaban sentenciados a muerte fueron a alentarlos y servirlos. Después de la ejecución, los dos santos fueron aprehendidos por haber exhortado los mártires a perseverar hasta morir.

El rey empezó instando a los dos hermanos y urgiéndoles a que obedecieran al monarca persa y que adoraran al sol. Ellos se mantuvieron fieles en su fe a Cristo, por lo que Barraquicio fue arrojado a un estrecho calabozo, mientras que Jonás se le ordenó a adorar a los dioses, pero ante su negativa fue azotado y arrojado a un estanque de agua helada. Posteriormente, Jonás fue atormentado con muchas torturas, para después ser prensado en un molino de madera hasta provocarle la muerte. Los jueces le aconsejaron a Barraquicio que salvara su propio cuerpo, pero el santo jamás renegó su fe; fue entonces sujeto de nuevo a tormentos y finalmente se le dio muerte, vertiéndoles pez y azufre ardientes en la boca.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santos Jonás y Baraquicio, Mártires

Tormentos sin igual han pasado algunos santos, y los pasaron, aguantaron hasta la muerte. ¡Viva los mártires de la fe!

A los santos mártires, como a los hermanos san Jonás y san Baraquicio que fueron siervos de anteriores mártires de la fe, los odian, por eso acaban, terminan con su vida, porque el odio de los que no tienen el Amor verdadero, que está y vive y es Dios mismo, los llena de desesperación, porque no tienen futuro; una vez mueren, les llegan todos los tormentos, y lo saben, y como súbditos de Satanás, incurren en sus fechorías y matan a los buenos, torturándoles primero. Unos y otros no se van a hallar jamás, porque unos van a ir al Cielo, y otros vivirán eternamente el Infierno de su propia maldad, y no conocerán jamás el Amor de todo un Dios; cómo nos ama nuestro Señor Jesucristo, Rey de Cielos y tierra.

Déjate amar por el Amor: ¡Sé santo! ¡Sé santa!

P. Jesús
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