Saltar al contenido

3 Carta / A ti que tienes miedo

Domingo, 16 de mayo de 2.010

A ti que tienes miedo:

Cuando no sabes qué hacer, cuando los acontecimientos inesperados te parten el corazón y sufres de impotencia, tienes miedo.

Miedo a no saber qué pasa, a no saber qué pasará, a no saber qué pasó.

Hijo, hija, no sabrás jamás la verdad de todo ni de todos, ¡quítate de la cabeza el pretender saberlo todo! Dios lo sabe todo, tú confía en Dios y acógete a su Santa Misericordia. Él, Dios, puede hacer cualquier cosa. Puede y quiere ayudarte, pero no preguntes, ¡déjate llevar por el Espíritu Santo, por tus buenas acciones, y confía en Jesús! Sé este niño, esta niña que vive en tu corazón y ten tu mundo personal con Dios. Reza a la Reina de la Paz y, déjame decírtelo nuevamente: confía en Jesús, dale un voto de confianza a Dios. Todo se arreglará, ¡todo! Pero… dale tiempo a Dios a hacer las cosas a su manera; no pretendas hacerlas a la tuya, porque tu manera es limitada; como te he dicho tú no sabes la verdad, tú sólo ves las consecuencias del pecado en el mundo, en todos, pero no ves los corazones. Y… hay corazones grandes en voluntades pequeñas que además tienen muchas limitaciones, ya sea por enfermedad o por debilidad espiritual.

No tengas miedo. Nadie puede hacerte nada malo, si Dios no lo permite; y si lo permite Dios, tú, ¡a callar! Porque debes obedecer, y se obedece confiando en Dios.

Unos ejercicios para quitar el miedo y tener más confianza en Dios:

1 – Después de rezar, dí siempre, ¡siempre!: “…pero que se haga Tu voluntad y no la mía. Amén”.

2 – Perdona a todos, sencillamente porque a ti Dios te lo perdona todo. Se justo. ¡No te escabullas de eso!

3 – Haz penitencia por tus pecados y por los pecados de los demás que te duelen, ¿cómo? ¡Canta un Avemaría! Sí, porque quien reza de corazón y cantando, deja de odiar, deja el rencor, y las lágrimas se van.

4 – Escribe de lo que tienes miedo; lo escribes y lo lees al revés, es decir, comenzando desde el punto y aparte último, hasta llegar al principio, ¿por qué te pido ésto? Tú házlo y díme si te ha desaparecido o no el miedo.

5 – Arrodíllate, túmbate totalmente en el suelo, en tu dormitorio, en presencia de Dios, y llora y pide perdón por tus faltas, errores y pecados, y dile a Dios; “¡Padre! ¡¡Papá!!” Dios ama la humildad.

Es doloroso tener miedo, y Dios no quiere, no desea que sufras por algo que no puedes controlar: a los demás. Acepta que Dios te ayuda en todo y te protege de todo, y sólo tienes que ocuparte de no pecar, de perdonar, de aceptar, de sufrir, de rezar y de esperar a que Dios venga a solucionarlo todo, ¡que viene!, ¡que ya está en camino! Mientras no llega, reza el Santo Rosario a la Reina de la Paz, a la Virgen María, Madre de Dios.

Otra cosa más, disfruta de una vida tranquila de paz, procura vivir el silencio y la meditación, sobre todo medita sobre la esperanza y espera, espera y espera. ¡Dios viene!

Rezo por ti. Te llevo en mi pensamiento, y la Santa Misa va también para ti. Amén.

Con afecto sincero.

P. Jesús

© copyright

Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.