Domingo, 29 de enero de 2.011
A ti, que tengas larga vida:
¡Larga vida! Este es mi deseo para ti, para que vivas y aprendas a sufrir, para que, sabiendo sufrir, aprendas a amar; para que, sabiendo amar, halles el Amor, a Dios, y con Él todas las bendiciones que trae consigo saber la Verdad.
¡Vive!
Hay quien quiere vivir para gozar, para disfrutar de la vida, pocos quieren vivir mucho para sufrir en la vida y así tener que pasar menos tiempo en el Purgatorio.
Tú, vive y quiere vivir para servir, para ser cada vez mejor persona, para agradar más y mejor a Dios.
Otra cosa que pocos hacen: vivir para agradar más y mejor a Dios. Muchos quieren vivir para agradar a los demás, y como no están nunca contentos esos demás, pues entonces jamás hay paz en los que, en vez de desear agradar a Dios Padre, prefieren agradar a la sociedad. Pero lo más fácil es agradar a Dios, porque Dios dice lo que quiere de ti, y no cambia con la moda, Él siempre está de moda, porque lo actual, lo de siempre, es hacer el bien sin mirar a quien.
Te deseo larga vida y que hagas en ella la voluntad de Dios, que es cumplir con los diez mandamientos de su Ley, y todos y cada uno de ellos, y que cargues con tu cruz.
¡Ánimo! Camina tu calvario, con tu mirada puesta en la Resurrección de Cristo Jesús: tu amigo incondicional, tu Dios, tu Salvador, el Rey del universo entero.
Con afecto sincero.
P. Jesús
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