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61 Carta / A ti, que necesitas de tu Ángel de la Guarda

Domingo, 2 de octubre de 2.011

A ti, que necesitas de tu Ángel de la Guarda:

Sí, tú necesitas dejar la soledad, saber que siempre, a tu lado, está tu Ángel de la Guarda, que tiene orden dada de Dios de llevarte de regreso a Casa, a Dios.

El Cielo, el Reino de los Cielos, es la plenitud de Dios Uno y Trino, porque el hombre salió del Amor de Dios, fue deseado, creado, hecho por Amor, el Amor de Dios. ¡No estás solo!

Aquí, en la tierra, tus padres adoptaron tu alma con su amor, -debería haber sido por amor, tu vida a la vida terrenal, como fue por amor tu vida a la vida; ellos, tus padres, en su amor unido al amor de Dios por el sacramento matrimonial del voto de entrega personal de un cónyuge a otro, para siempre, en la vida de la tierra, en la vida ésta donde uno se gana el regreso a Casa, al Amor, a Dios. Por eso la santidad da el sello de la vocación matrimonial, al igual que a cualquier otra vocación que se vive por Dios. El matrimonio se vive por Dios.

Lo repetiré otra vez:

El matrimonio se vive por Dios.

Y por el matrimonio y los hijos que dan en amor, por Amor, amando, los Ángeles tienen un destino, el destino de alguno de ellos que es el de ser Ángeles de la Guarda, y cada ser humano tiene uno por lo menos.

Aprende la verdad de que no estás solo, de que tienes un ángel, que no es lo mismo que tener un amigo; un ángel es un ángel y un amigo es un amigo. Un amigo, hace como tú mismo: vive. Un ángel de la guarda tiene por misión, dada por Dios, el ocuparse de ti. Fíjate si eres importante, porque tienes por lo menos a un ángel de la guarda que su misión específica es cuidar de ti, que fue creado por Dios para que en este tiempo terrenal tuyo, él cuide de ti; y lo hace; todos estos pequeños milagros cotidianos que ves en tu vida y en las vidas de los que conoces; ese: “¡menos mal que no pasó nada!”, fue dicho gracias a que el Ángel de la Guarda cumplió su misión, la de cuidarte, la de protegerte de todo mal.

¡No estás solo!, y aunque no tengas fe, y aunque vayas contra tu fe, contra la fe, ¡no estás solo!, tienes un ángel de la guarda en exclusiva para ti; ¡es de fe!

No desesperes tampoco de esa persona que conoces y que renuncia a la fe, o que no quiere saber nada de ella, o que incluso va por otro camino. No te expongas a perder tu fe, yendo con ella, con esta persona, por miedo a que se pierda, ¡tranquilo!, tiene a su ángel de la guarda, y no podrás hacer tú por ella, por esta persona, más que su propio ángel de la guarda. Así que confía una vez más en Dios, que todo lo tiene controlado, ¡todo!, porque lo que ocurre en el mundo, algunos lo han descrito como un sueño, ¡que no lo es!, pero sí que puedo decirte y te digo, que te lo cojas todo para bien, porque hay un Dios que rige los destinos, a pesar de la voluntad legal y verídica que todo ser humano tiene dada por Dios: somos libres porque Dios quiere que lo seamos, porque en el Cielo, en el Reino de los Cielos, hay muchas moradas, y allí no hay influencias de “papás con dinero”, allí, cada uno se gana su sustento, se gana su lugar, y el ángel de la guarda tiene por misión ayudarte. Puedes rechazarlo, que algunos lo hacen, pero no puedes evitar que él viva siempre a tu lado, que incluso los santos, una vez en el Cielo, su Ángel de la Guarda sigue con él, porque es un destino definitivo, el destino de la criatura, el Creador y el ser espiritual, tu ángel; es esta unión por la misma voluntad de Dios que quiere que nadie esté solo jamás, ni los ángeles están solos, los de la guarda, cada uno tiene un pupilo, porque Dios no quiere la soledad, no vive la soledad, Él, Dios, es un Dios de Amor, y el Amor se da, tiene que darse para que exista, y por eso los Ángeles de la Guarda, que aman también, como aman también los santos, no están solos, todos están unidos a Dios y con Dios unos con otros. La próxima semana os hablaré del Cielo, ¡os gustará!

Ahora quiero que sepas que tienes un Ángel de la Guarda, que no estás solo y que no lo estarás jamás, porque la soledad realmente no existe, la soledad es contraria a Dios, donde hay soledad, no hay amor, donde hay soledad falta la Verdad, porque Dios es Amor y está en todo lugar; como el Ángel de la Guarda, Dios está siempre cerca de ti; los que viven en su Gracia lo llevan dentro, los demás lo tienen siempre cerca, tan cerca que sólo hace falta aceptarlo, aunque sea en pensamiento, para que Él, Dios, entre dentro de ti y te conduzca al camino de la Gracia Santificante, para que no te pierdas este Cielo que te espera, este Cielo que es tuyo si aceptas que Dios te Ama; mira si es fácil ir al Cielo, reconociendo que Dios te Ama, puedes ir, porque se empieza por eso, por el Amor con que Dios te Ama, seas quien seas, vivas como quieras, pero la certeza de un Amor para ti, si lo aceptas, te llevará a descubrir tu amor, el que tú eres capaz de tener, de sentir, y siendo así, lo querrás dar, necesitarás compartir y servir, y entonces… eso te lo contaré la otra semana, no la próxima, sino a la otra. Así que ya ves cuantas cosas quiero compartir contigo, porque no estás solo, porque yo, sacerdote, estoy pendiente de ti, sí, quieras o no, yo te quiero.

Con afecto sincero.

P. Jesús
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