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7 de Agosto / Santos Cayetano y Sixto

San Cayetano, muy popular entre los comerciantes y ganaderos, nació en 1480 en Vicenza, cerca de Venecia, Italia. Huérfano de padre a temprana edad, el santo quedó bajo los amorosos cuidados de su madre quien se preocupó por darle una adecuada y cristiana formación. 

Cursó estudios en la Universidad de Padua donde obtuvo dos doctorados, y luego, partió a Roma donde ocupó el cargo de Secretario privado del Papa Julio II, y notario de la Santa Sede. A los 33 años fue ordenado sacerdote, y estando en Roma, se inscribió en una asociación llamada «Del Amor Divino», cuyos socios se esmeraban por llevar una vida lo más fervorosa posible y por dedicarse a ayudar a los pobres y a los enfermos. 

Viendo que el estado de relajación de los católicos era sumamente grande y escandaloso, se propuso fundar una comunidad de sacerdotes que se dedicaran a llevar una vida lo más santa posible y a enfervorizar a los fieles, fundando la orden de los Padres Tetinos. Además, San Cayetano fundó varias asociaciones dedicadas a realizar préstamos a los más pobres con muy bajos intereses. Sus momentos libres los dedicaba, donde quiera que estuviera, a atender a los enfermos en los hospitales, especialmente a los más abandonados y repugnantes. 

En sus últimos años, el santo fue presa de muchas enfermedades y sufrimientos. Falleció el 7 de agosto del año 1547, en Nápoles, a la edad de 67 años. 

Por su parte, San Sixto fue consagrado obispo de Roma el año 257. Al año siguiente, mientras celebraba la sagrada liturgia en el cementerio de Calixto, fue detenido por unos soldados y ejecutado al momento, junto con cuatro de sus diáconos, el día 6 de agosto. Recibió sepultura en el mismo cementerio.

FUENTE: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santos Cayetano y Sixto

Dos santos, San Cayetano y San Sixto, que tienen poco en común en sus circunstancias y biografía, no vivieron en el mismo tiempo, pero viven en el Cielo donde no hay el tiempo ni el cuerpo, si no que hay el amor de todo un Dios de amor, aceptado y reconocido en su corazón y en las obras de los mismos. Ambos amaron a Dios sobre todas las cosas y personas, sobre si mismos, y sirvieron a sus semejantes.

Lo importante y vital para ambos, fue su amor verdadero a Dios, que no sólo lo sentían en su corazón sino que lo demostraron con su biografía.

Ya sabes. ¿Tu historia podrá demostrar y mostrar que amabas a Dios sobre todas las cosas? ¿O sólo eres un charlatán o escritor de palabras sin hechos? Hay algunos católicos que sabiendo que uno no se salva por la sóla fe, y criticando a los que creen esta herejía, les lanzan miles de discursos, pero las obras de su fe no les respaldan en nada; todo son palabras vanas, buscar un lugar en la sociedad para lucirse. Esos no son santos; los santos viven, esos van a morir, porque no tienen  pruebas de su fe. ¡qué pena!

Recemos unos por otros, y Dios que nos salvó, Jesús, que sea nuestro Maestro. ¡Imitémoslo! ¡Santos!

P. Jesús

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