Saltar al contenido

88 Carta / A ti, para que aprendas hasta donde debes tener caridad

Domingo, 8 de julio de 2.012

A ti, para que aprendas hasta donde debes tener caridad:

Me has escrito y me has hecho entristecer porque, siendo sacerdote, también soy insultado, repudiado, reprobado y maldecido, y ¿hasta cuándo debo soportarlo sin dejar mi sacerdocio?

Me dices: 
“Estoy de acuerdo, lo que unió Dios que nadie lo separe. Me dicen vivir en amor… y si ya no existe amor. Sea cabó, todo promesas, pasión, comunicación no hay nada de nada. Mi pregunta es ¿Qué se hace en estos casos?…seguir sin ninguna alegría… porque todo es tristeza y pleitos… ¿hasta cuando una mujer debe soportar esta situación????? Necesito ayuda. 

¡Hasta que tú quieras!, tú decides, y en tu decisión tendrás el juicio de Dios a tu conducta. Eres realmente libre y debes hacer lo correcto para que, en tu juicio particular, Dios te dé el premio por tu buena conducta. ¿Qué quiere decir esto, que Dios quiere que te hagan maldades, que recibas dolor y maldad? No, mujer, Dios no quiere esto, Dios siempre ha querido la dignidad de la mujer y también la del varón. Porque los dos fuisteis creados por Él, que tanto os ama, que os dio la capacidad de amar, y amar no es sólo pasión y comunicación; amar es también servir. Pero podría ser que tu matrimonio no fuera válido, y entonces no estaría bien que viviérais juntos, porque realmente jamás fuisteis uno; pero, ¿cómo saberlo de verdad? sin los deseos de hoy, sino la verdad de antes de casaros, del día de la boda.

Un sacerdote puede ayudarte; puedes contarle tu vida, y él puede, por sus estudios de sacerdote, darte algún consejo, como el que vayas a un especialista para que revise un tribunal eclesiástico tu caso y saber si realmente estuvísteis casados o sólo fue, sin querer, un concubinato.

La caridad debe estar en tu vida, debes querer salvar el alma de tu esposo, como la tuya propia, tienes que buscar la verdad y amar con caridad, aunque no haya pasión ni comunicación… porque la caridad no necesita de los demás sino de uno mismo, de ti misma, que debes ejercerla para salvarte. Y aunque tu matrimonio no fuera válido, debes tener caridad con el que crees que es tu esposo.

Trátalo con caridad, siendo más que buena, siendo ¡santa!, que eso no tiene  nada que ver con que haga o no haga que tu matrimonio sea válido, lo que hará es que te ganes el Cielo, tengas un matrimonio válido o no. Tú vive la Caridad, que es ser buena y hacer todo el bien que puedas a quien sea, a todos, incluído tu esposo, y no por él, ¡ni por ti!, sino por agradar a Dios, por hacer lo que Jesús te pidió hacer, a ti y a todos, el que lavéis los pies unos de otros, el que lo hagáis por amor a Él, porque Él lo hizo con todos. La ayuda de Dios no te faltará jamás.

Y el que tengas Caridad con tu esposo, y el que lo trates con Caridad, no hará más válido tu matrimonio, sino que es lo que debes hacer estando casada, y lo que deben hacer todos los casados y también los solteros, y ¡cómo no! también los sacerdotes como yo, y los consagrados o religiosos, porque la Caridad es por lo que Dios juzga, ¡por cuánto amor trataste a los demás, y por cuánto tiempo y hasta cuándo!

Sonríe, porque la vida es bella.

Con afecto sincero.

 P. Jesús

© copyright

Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.