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Enfadarse

56 Carta / A ti, que te has enfadado con alguien que amas tanto

Domingo, 28 de agosto de 2.011

A ti, que te has enfadado con alguien que amas tanto:

Muchas veces en la vida, las circunstancias adversas que llegan de sorpresa y te invaden el corazón de dolor, miedo e impotencia, te hacen una mala pasada, porque sin callar, ¡hablas demasiado!, y das al traste con una buena amistad de tantos años.

¡Pide perdón!

Pero ocurre que, a veces, uno no pide perdón porque no se da cuenta de que debe hacerlo, porque a veces el que ofende le parece ser el ofendido, porque cuando ofendió, recibió la respuesta a su ultraje, y creó violencia con sus palabras frías y duras, como fría y dura es la circunstancia que lo llevó a dar mal por mal y ser portador e incitador de temores, de dudas, de fracasos y burlas.

El perdón tiene una cosa; cuando uno pide perdón, se libra de la mala conciencia y, si es perdonado, recibe un vaso de agua que le alivia de su dolor, el dolor de ser un pecador.

Cuando Cristo pidió que se diera un vaso de agua, también quería que ese vaso fuera el perdón dado al hermano que te lo solicita.

Ve a Misa, y dile a Dios que te has portado mal, que necesitas de una Madre buena como la suya, porque no te han enseñado bien las cosas de la vida ni las de la muerte. Y Dios, te remitirá a su Madre, que en su bondad, María, te escuchará y te ayudará a reconciliarte con esta persona que amas y, que por un golpe bajo de la vida en un día inesperado, te hizo pecar contra quien quieres tanto, y lo has ofendido, y lo has humillado, y les has dicho cosas que lo han hecho sufrir tanto, que te ha contestado, como dirían los mundanos, “como te merecías”; pero esto no es cristiano, porque el cristiano no puede dar mal por mal,  ni por bien, ya que el verdadero y fiel cristiano, siempre tiene que hacer el bien sin mirar a quien y, cuando ve a un amigo muy contrariado por algo que le han hecho o le han dicho, debe ayudarlo y consolarlo, porque nadie está preparado para recibir el mal y lo malo; la esperanza siempre está en todos, y es lo último que se pierde, y si la realidad lleva a perder las esperanzas, uno se subleva y arremete con quien tiene más cerca, y te ha tocado a ti, y Dios lo ha permitido porque quería que, en tu bondad y caridad, ayudaras a tu hermano en Cristo a sobrellevar la dura realidad.

Consolar no es fácil, es lo más difícil del cristiano, aun es más fácil evangelizar, todo y siendo tan difícil, que consolar al que sufre, por la maldad que ha recibido de improviso.

¡Sé bueno con todo el mundo! y mantente siempre sereno, con la humildad del que puede ser humillado y lo ofrece a Dios para reparación de sus muchos pecados, porque ni uno es santo, ¡sólo Dios!

Amigo-a, hermano-a en Cristo, está a punto de acabar el mes y ya entraremos en otro; la vida pasa, y seguimos siendo amigos, porque entre los dos, tú y yo, hay respeto y cariño; sé bondadoso con tu prójimo, porque cuesta poner en práctica las enseñanzas de Cristo; tiene uno-a primero, que sabérselas, para que pueda luego ponerlas en práctica, pero recuerda una clave rápida: perdona a todos, no guardes rencor, porque cada uno tiene un Juez y un Salvador. Acuérdate de ésta y pide perdón al que has ofendido por no haberte ayudado a mantenerte en paz, porque a todos cuesta la santidad.

Rezo por ti.

Con afecto sincero.

P. Jesús
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86 Carta / A ti, para cuando estés enfadado

Domingo, 24 de junio de 2.012

A ti, para cuando estés enfadado:

Cuando estés enfadado, sólo tienes que hablar con Dios, ¡con nadie más!, porque nadie más puede ayudarte que Dios, y si hablas con otros, aún lo perjudicas todo, porque no pueden hacer nada, aunque te hayas enfadado con ellos. Recuérdalo: SON IMPERFECTOS y les puedes dañar, y entonces, tú serás culpable de su sufrimiento. Sí, así van las cosas en este mundo; cada quien es responsable de uno mismo y tiene que hacer siempre el bien, ¡sin excusas!, porque estás perfectamente capacitado para afrontar, tú solo con Dios, la imperfección de los demás, a los que debes a ayudar a ser mejores, con tu ejemplo de SANTIDAD. ¡Con Cristo, puedes y DEBES ser santo!, SEGURO.

Anda, ven, acércate, que quiero contarte miles de secretos para ser feliz y sentirte realizado y respetado en este mundo que te necesita FUERTE Y SEGURO de ti mismo.

A los demás no puedes controlar, ¡tú no!, Dios sí, pero tú no. Repito para que te quede claro: Tú NO.

Escucha…

Escucha los lamentos de los que te han dañado, y sin hacerme caso has ido a quejarte A ellos de lo que ellos te han hecho. Todo son lamentos contra ti y tu falta de caridad, tu perfeccionismo, orgullo y falta de humildad. Ellos ven esto, no ven sus cosas, sino las tuyas; así que acéptalos como son o aléjate de ellos, o consigue comprender que lo importante para ti no es lo que te hacen, sino lo que tú puedes hacerles; y debes de hacerles el bien, sólo el bien, porque bastante mal están como para que ahora vayas tú y, en vez de darles bien, te quejes y les fastidies el día; ellos quieren vivir felices en sus egoísmos, para nada les interesas; si te han hecho daño, es que no les importas nada; así que, acéptalo, ponte de rodillas delante de Dios, ¡que tanto te ama!, y quéjate a Él, a Dios, de tu santo dolor, ese dolor que aguantas y, por no hacer pecar a nadie, ni te quejas, porque las quejas son críticas, que pueden tener toda la razón y ser muy razonables, pero hay los que van dando su mal en vez de su bien habitualmente; entonces, ¿qué puedes esperar de ellos?; te lo diré: ¡nada bueno!, así que no esperes nada y acéptalo, acepta que no puedes esperar nada de ellos, y que siendo inútil tu queja, acéptalos como son o apártate de ellos. Mejor para tu salud, que descanses de vez en cuando de su compañía, porque si tienes que tratar mucho a personas así, te van a volver loco, y eso no lo quiere Dios, Dios quiere tu cordura, quiere tu buen ejemplo para ellos; y si te hacen enfadar mucho y muy a menudo, ¡te volverán loco!, y aún dirán que tú has perdido la cordura y que eres de difícil trato, cuando han sido ellos los que te han maltratado, y por lo cual tú te has quejado esperando una reacción positiva de ellos, y te han sentenciado a ser casi lo peor de lo peor, porque no pueden soportar afrontar la verdad de que no son como esperan que tú seas, perfecto. ¡Apártate de personas así!, hazlo por ellos, ¡por ti!

Tienes razón de estar enfadado, te han tratado muy mal, pero, ¡por Dios!, ¡no te quejes!; ve a Dios, y encerrado en tu aposento, llora y gime, si hace falta, y repite conmigo: “como nosotros perdonamos a nuestros deudores”… Y si estás muy enfadado, lo escribes unas 20 veces, y de paso te mortificas y haces una buena caligrafía. Y Dios, que ve en lo oculto, te llenará de besos el corazón, y sentirás que puedes “darle una paliza” a la vida, porque la fuerza del Amor de Dios en ti, te hace fuerte, no con pasión, sino con compasión. Y la próxima semana te hablaré de la COMPASIÓN, que no quiere decir ir CON Pasión, sino que… … … ¡Hasta la próxima semana!, te espero y te lo contaré.

Quieres saber porqué no te he escrito estos meses, y es que la persona que me ayuda y teclea mi voz, ha estado muy enferma, a punto de morir, pero, rezando todos por ella, vive y vivirá, y durante muchísimos años me ayudará a haceros llegar mis palabras, las de un sacerdote que está muy ocupado salvando almas, tanto que necesito de ayuda, la que me profesan en CatholicosOnline.com; confiad en ellos, porque son de fiar, son buenos de verdad; yo me fio y seguiré fiándome.

¡Hasta el próximo domingo!, y, ¡feliz verano, amigo-a mío-a!

Con afecto sincero.

 P. Jesús

© copyright

Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.