Saltar al contenido

Santoral Abril - 3. página

21 de Abril / San Anselmo, Arzobispo de Canterbury

Nació en Aosta del Piamonte hacia el año 1033. Ingresó al monasterio de Bec a los 26 años y tres años más tarde, ocupó el cargo de prior del monasterio. El santo era un pensador original e independiente, de gran cultura y fue sin duda el mayor teólogo de su tiempo y el «padre de la escolástica». En 1078, después de 15 años de priorato, Anselmo fue elegido abad de Bec, lo cual obligaba a viajar con frecuencia a Inglaterra, donde la abadía contaba con algunas propiedades. Pese a que el rey Guillermo el Rojo se rehuía a nombrar a Anselmo como Arzobispo de Canterbury, una poderosa enfermedad lo hizo reflexionar y nombró a San Anselmo como Arzobispo. Sin embargo, la conversión del rey no fue total; empezó a oprimir a la Iglesia siempre que podía cuando el clero no se plegaba a su voluntad, exigiéndoles elevados impuestos y hasta logró desterrar a San Alselmo.

La muerte de Guillermo puso fin al destierro del santo; sin embargo nuevamente surgieron las dificultades cuando Enrique I reclamó su derecho de investidura de los laicos sobre las abadías y catedrales. La oposición del rey y el Arzobispo fue agravándose cada día, hasta que se extendió el rumor de que San Anselmo iba a excomulgar al rey, quien de inmediato se reconcilió con el santo. La salud de San Anselmo, que era muy anciano se debilitó mucho y falleció en 1109 entre los monjes de Canterbury.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Anselmo, Arzobispo de Canterbury

Los santos sufren sin duda alguna, sufren espiritualmente y sufren por persecuciones, digamos sociales, porque como dice el salmo número dos, y sin hacer caso de él, muchos se unen para dañar al justo, para perseguir al bueno y quedarse con lo suyo o por lo menos destruirle sus pertenencias, sean hijos buenos, mujer con salud, marido con trabajo, o religiosos o sacerdotes de sus cargos, vocación o misión; se unen para destruir, para hacer las obras de Satanás.

San Anselmo, arzobispo de Canterbury, hombre solitario, con una mente llena de sus propias y santas ideas, que él mismo meditaba y aceptaba según su reflexión y bajo la luz de los diez mandamientos de la Ley de Dios, y pasado todo por su santo criterio en el análisis humano de su buena conciencia en el bien y la Verdad. Los hombres pueden ser brillantes, porque son a imagen y semejanza de Dios, y como Dios no van al mal ni aceptan nada malo. Los hombres, los varones, tienen la capacidad en su elemento sexual que los diferencia del otro sexo, de meditar una a una las cosas y circunstancias de la vida sin necesidad de tenerlo todo claro; más que el todo, los varones sintetizan, y esto es bueno, porque a veces en el todo hay el caos; en cambio, clasificando las circunstancias, se puede hacer un mundo de paz. La mujer quiere que todo esté bien, no acepta tener unos éxitos y a la vez algunos fracasos; por eso se derrumban tan fácilmente y muchas fracasan en todo; en cambio el varón arregla, combate una idea, una circunstancia, y luego pasa a otra y a otra, y así llega su abundancia de bienes. El hombre y la mujer se compenetran y, de su ayuda mutua, el mundo es mejor cada día, y hay alegría en las vidas de la humanidad. Hoy en día no luchan juntos el hombre y la mujer, por eso la sociedad está tan debilitada, porque cada uno va a la suya, incluso en la misma casa, en el mismo hogar. Eso han enseñado y enseñan algunos en la sociedad y por eso no hay felicidad, la felicidad reside en un trabajo en equipo entre el varón y la mujer, porque el mundo, la vida es de los dos. Muchos santos han colaborado juntos hombre y mujer y, si han sido matrimonio, además de salvarse han hecho un hogar brillante y, si han sido amigos, buenos amigos, desinteresados amigos de lo humano y unidos en santidad, han hecho también grandes cosas uno al otro y ambos a la humanidad. ¡No tengáis miedo a la santa amistad! Y dejad de ver en todo el placer del sexo, porque existe el placer espiritual, como lo vivieron Santa María y San José, que ambos, los dos, unidos, sólo pensaban cada uno en amar y servir a Dios, y ayudarse a poder cumplir esta alta Misión: ser santos. Y si ellos lo hicieron, vosotros podéis también hacerlo. ¡Hacedlo! Que vuelva la amistad a la vida, que pase esta moda de verlo todo a la luz de lo sexual, y que las virtudes y la Gracia de Dios haga, por vuestra oración y con vuestra voluntad, la nueva generación de amigos de Dios. Sed buenos unos con otros, sin usar, sin pensar en el sexo, sino en que hay un Reino, un lugar mejor en la continuación de la vida, donde allí nadie se casará, porque seremos como ángeles. Apostad por la amistad desinteresada, esa que siempre pone a Dios por medio. Y también sed amigos los del mismo sexo, y que sólo haya pensamientos sexuales entre los esposos; por lo demás, sed puros, sed castos; haced películas, escribid libros de este tipo de amor, y el mundo irá cambiando si, unidos a Dios, hacéis como san Anselmo, arzobispo de Canterbury; y sois santos con un pensamiento original e independiente, de gran cultura e instruidos en teología; estudiad a Dios, aprended de Dios y de la vida, y seréis los propulsores de un mundo mejor, una mejor civilización que la que, por desgracia y por Satanás que ha invadido los pensamientos y los corazones, está induciendo a todos a una vida sexual perversa y pervertida, donde muchos terminan con el suicidio, y antes sólo han dado mal y han hecho maldades, quitando la esperanza de los niños, de las madres y los padres, de los que esperan un mundo mejor, y encuentran la basura de la degradación del hombre, del mal, del error, del pecado. El mundo peca, y pocos practican las virtudes que tenía san Anselmo; pedídselas a Dios por su intercesión, y el santo os ayudará en todo; pero dadle tiempo, se necesitan años para adquirir cultura, para conocer teología santa, para poseer virtudes; dejaos de vivir ese hoy de éxito que os dicen que hay que vivir, y vivid un hoy de trabajo, de dedicación, de esfuerzo en virtudes, para que cada día seáis mejores.

Amigos, hijos de Dios, yo me dediqué y me dedico a ello, a hacer con Dios un mundo mejor, aceptando mi Misión y teniendo muchos amigos: todos vosotros. Gracias por leerme; os bendigo y pido a Dios os dé la Gracia de ser brillantes y brillar en el mundo por vuestra santidad. ¡Estudiad! ¡Aprended! ¡Vivid la fe con obras! Amén.

P. Jesús
© copyright

22 de Abril / Santos Cayo y Sotero Papas y Mártires

San Cayo era originario de Dalmacia y pariente del emperador Diocleciano. La violencia de la persecución le obligó a vivir ocho años en las catacumbas. Sus sufrimientos por la fe le merecieron el título de mártir.

San Sotero por su parte sucedió a San Aniceto en la cátedra de San Pedro. Eusebio nos ha conservado una carta en la que San Dionisio, obispo de Corinto alude la paternal bondad del Papa, especialmente con los que habían sufrido por la fe en Cristo. Además, San Dionisio manifiesta que en las iglesias de Corinto se leyó una carta escrita por San Sotero junto con la carta del Papa San Clemente, considerada por algunos autores como la famosa «segunda carta de San Clemente». La Iglesia venera a San Sotero como mártir, pero no existe ningún relato de su martirio.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santos Cayo y Sotero Papas y Mártires

Escribid, santos; dejad constancia de vuestras virtudes en vuestras palabras a los que abrís vuestros corazones.

Escribid libros que ayuden con su lectura a la piedad, al amor de Dios.

Sed buenos y dad de vosotros mismos, escribiendo y siendo buenos discípulos de Cristo. ¡Que vuestra santidad brille en todo lo que hagáis, digáis o escribáis!, para que el mundo sepa y tenga luz.

¡Apartad las tinieblas del mundo!

Los santos Cayo y Sotero, papas y mártires, se dieron a todos por estar llenos de Cristo. Llenáos de Cristo y dáos al mundo.

P. Jesús
© copyright

23 de Abril / San Jorge, Mártir, Patrono de Inglaterra

La vida de San Jorge se popularizó en Europa durante la Edad Media, gracias a una versión bastante «sobria» de sus actas. Según cuenta la tradición, el santo era un caballero cristiano que hirió gravemente a un dragón de un pantano que aterrorizaba a los habitantes de una pequeña ciudad. El pueblo sobrecogido de temor se disponía a huir, cuando San Jorge dijo que bastaba con que creyesen en Jesucristo para que el dragón muriese. El rey y sus súbditos se convirtieron al punto y el monstruo murió.

Por entonces estalló la cruel persecución de Diocleciano y Maximiano; el santo entonces comenzó a alentar a los que vacilaban en la fe, por lo que recibió crueles castigos y torturas, pero todo fue en vano. El emperador mandó a decapitar al santo, sentencia que se llevó a cabo sin dificultad, pero cuando Diocleciano volvía del sitio de la ejecución fue consumido por un fuego bajado del cielo. Esta versión popular de la vida del santo, induce a que en realidad San Jorge fue verdaderamente un mártir de Dióspolis (es decir Lida) de Palestina, probablemente anterior a la época de Constantino. No se sabe exactamente como llegó a ser San Jorge patrón de Inglaterra. Ciertamente su nombre era ya conocido en las islas Británicas antes de la conquista de los normandos. En todo caso, es muy probable que los cruzados especialmente Ricardo I hallan vuelto del oriente con una idea muy elevada sobre el poder de intercesión de San Jorge.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Jorge, Mártir, Patrono de Inglaterra

Ese dragón de leyenda en la vida de san Jorge, es el dragón de verdad en nuestra vida, que no quiere que sea santa; es el mismísimo Satanás. Y la fe que pidió San Jorge, esa fe en Jesucristo, es la que libra de la esclavitud a la bestia, al dragón; es darlo todo para servir a Dios, por amor a Dios mismo y a nuestros hermanos, que padecen de miedo y están paralizados en medio de sus errores y circunstancias malas, que los errores de otros los tienen expuestos y encarcelados en ellos. ¡Hay que salir, hermanos en Cristo! ¡Hay que salir a luchar con el dragón antiguo: Satanás el Diablo, que nos quiere consumir con su fuego eterno! ¡¡Antes la muerte que pecar!! ¿Quién se atreve a pensar, a meditar en esto, o vivirlo? ¡Tú!

¡Viva san Jorge, que nos enseñó que hay que confiar y pedirlo todo por Jesucristo!

¡Qué gran santo! ¡Como tú lo puedes ser! ¡Sélo! Por la Gracia de Dios. Amén.

P. Jesús
© copyright

24 de Abril / San Fidel de Sigmaringa, Mártir

La congregación de «Propaganda Fide», venera a San Fidel como su primer mártir. Era éste un sacerdote capuchino, conocido también con el nombre de Marcos Rey. Desde joven empezó a llevar una vida de penitencia y también fue conocida su vocación de servicio y defensa a los más pobres por lo que el pueblo lo llamó «el abogado de los pobres». Por orden de sus superiores, San Fidel fue enviado con otros ocho capuchinos a predicar a los swinglianos de Grions, misión que aceptó gustosamente, pese a las amenazas de los protestantes de aquella región.

Las conversiones numerosas que el santo conseguía a diario se debían, sin duda, tanto a las largas horas de la noche que dedicaba a la oración, como a sus sermones e instrucciones cotidianos. Encolerizados de sus prodigios, los protestantes empezaron a hostigar al religioso, poniendo a la población en su contra. Enterado de lo sucedido, San Fidel pasó varias noches de oración ante el Santísimo Sacramento, para luego dirigirse a las aldeas aledañas. Cuando se dirigía a Grüsch, fue atacado por un puñado de hombres armados, quienes le exigieron que abjurarse de la fe católica, pero el santo se negó rotundamente por lo que fue derribado a tierra y acabado a puñaladas.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Fidel de Sigmaringa, Mártir

No puede exigirse jamás a una persona a que deje su fe, como tampoco puede exigirse jamás a una persona que tenga su fe.

Los santos, como san Fidel de Sigmaringa, se instruyen, rezan mucho y hablan de su fe y dan ejemplo de la misma; y la gente, libremente, y con la Gracia de Dios, cree. Así es toda conversión. ¡Jamás por la fuerza!

Los malos, dan ejemplo de su maldad, hablan en su corazón con el maligno y enseñan la perversión, ya sea de voz como en libros, y la gente libremente lo acepta, porque no hay buenos ejemplos, no hay santos en estos tiempos como san Fidel de Sigmaringa. A ver si cambian las cosas y tú te tomas en serio que la santidad también es para ti, ¡sí!

¡Ánimo valiente, vive la fe! ¡Sé católico de corazón y alza la bandera de tu libertad y universalidad, porque los católicos somos dependientes de Cristo, y Cristo es universal.

¡Propagad el Evangelio! ¡Dios vivió, amó al mundo, lo mataron y resucitó! Esta es la Buena Nueva, que todo aquel que cree en Jesús de Nazaret y coma su Carne y beba su Sangre se salvará. ¡Así de fácil es la santidad!

P. Jesús
© copyright

25 de Abril / San Marcos, Apóstol

Parece que su familia era la dueña de la casa donde Jesús celebró la Ultima Cena, donde estaban los apóstoles reunidos el día de Pentecostés cuando recibieron al Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego. Era un niño cuando Jesús predicaba y, probablemente fue uno de los primeros bautizados por San Pedro el día de Pentecostés. 

Era primo de San Bernabé y acompañó a este y a San Pablo en el primer viaje misionero que hicieron estos dos apóstoles. Pero al llegar a regiones donde había muchos guerrilleros y atracadores, donde según palabras de San Pablo: «había peligro de ladrones, peligro de asaltos en los caminos, peligro de asaltos en la soledad» (2 Cor.), Marcos se atemorizó y se apartó de los dos misioneros y se volvió otra vez a su patria. 

En el segundo viaje Bernabé quiso llevar consigo otra vez a su primo Marcos, pero San Pablo se opuso, diciendo que no ofrecía garantías de perseverancia para resistir los peligros y las dificultades del viaje. Esto hizo que los dos apóstoles se separaran y se fueran cada uno por su lado a misionar. Después volverá a ser otra vez muy amigo de San Pablo. 

San Marcos llegó a ser el secretario y hombre de confianza de San Pedro. Como le escuchaba siempre sus sermones que no eran sino el recordar los hechos y las palabras de Jesús, Marcos fue aprendiéndolos muy bien. Y dicen que a pedido de los cristianos de Roma escribió lo que acerca de Jesucristo había oído predicar al apóstol. Esto es lo que se llama «Evangelio según San Marcos». 

El evangelio de San Marcos es como una repetición de lo que el Apóstol Pedro predicaba. Es el más corto de los 4 evangelios. El de San Lucas tiene 1,140 frases. El de Mateo 1,068. El de San Juan 879 y el de San Marcos solamente tiene 746 frases. Son 16 capítulos llenos de narraciones muy vivas, gráficas, salpicadas de detalles interesantes. Se propone no dejar de narrar lo que contribuya a hacer más llamativa la narración. Allí parece estar hablando un testigo ocular que se ha fijado en todo y lo repite con agrado. Es el reflejo de lo que San Pedro presenció y que se le ha quedado grabado en su memoria. Se fija más en los hechos de Jesús que en sus discursos. Sus narraciones son agradables por lo frescas y espontáneas. Parece un reportero gráfico narrando lo que sus ojos vieron y sus oídos escucharon. Presenta atractivos cuadros: gestos, miradas, sentimientos de Jesús. Dicen los especialistas que el evangelio de San Marcos mientras más se le estudia, más se convence uno de que el que lo escribió era un verdadero artista de la narración y que con este escrito contribuyó a que muchos millones de lectores se entusiasmen por la persona de nuestro amable Salvador. Un sabio afirmó que «el evangelio de San Marcos es el libro más importante que se ha escrito», pues parece que fue el primer evangelio que se escribió y que de él sacaron mucho material los otros tres evangelistas. 

San Marcos tiene 105 paisajes y de ellos aparecen 93 en Mateo y 85 en Lucas. De las 746 frases de Marcos, San Mateo reproduce 606 y copia el 51% de las palabras que emplea Marcos. San Lucas reproduce en su evangelio 320 de las 746 frases de San Marcos. Solamente hay 24 frases de San Marcos que no se encuentran ni en Mateo ni en Lucas. Por eso es que el Evangelio de San Marcos es un libro verdaderamente importante. 

San Pedro llama a Marcos en sus cartas: «Hijo mío». Y San Pablo cuando escribe a Timoteo desde su prisión en Roma le dice: «Tráigame a Marcos, porque necesito de su colaboración». Dicen los antiguos historiadores que fue un compañero muy apreciado por los dos apóstoles. 

Dicen que San Marcos fue nombrado obispo de Alejandría en Egipto, y que allá en esa ciudad fue martirizado por los enemigos de la religión un 25 de abril.

La ciudad de Venecia (Italia) lo eligió como patrono y construyó en su honor la bellísima Catedral de San Marcos.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Marcos, Apóstol

No todos los santos son iguales, vemos cómo san Marcos, apóstol de Dios, de Jesús, el ir por los caminos, entre peligros, no era lo suyo, y eso que Cristo les instó a que fueran de dos en dos por el mundo. ¿Es que desobedeció a Jesús san Marcos?

El mismo San Pablo, relata la historia; que al decir las verdades, la crítica a san Marcos, los hizo separarse, aunque más tarde volvieron otra vez a ser muy amigos.

Dice la historia que la casa donde Jesús celebró la Última Cena, era de unos familiares de San Marcos; siendo así, comprendemos que no estaba habituado san Marcos a defenderse de la pillería, porque el dinero protege de tener que tratar con gente de la clase que en ese tiempo asaltaban por los caminos. San Marcos tenía otra clase de vida, y Dios utilizó sus circunstancias y su personalidad, porque san Marcos escribió la llamada “Carta según san Marcos”, que el santo, al no ir por los caminos con san Pablo, se estuvo al lado de san Pedro, y con las narraciones del mismo san Pedro y las vivencias suyas como apóstol de Jesús,  Dios permitió que haya quedado constancia en relato de san Marcos, su vida y milagros.

Dios lo aprovecha todo, y todo es para un bien de Dios, incluso esto que algunos dicen que son tus defectos. Sí, ahora hablo de ti, lector. Así que piensa, medita, lo que puede hacer contigo y de ti, Dios mismo, si como san Marcos, eres como eres, y siendo como eres, eres fiel a Cristo Rey.

¡Dios es maravilloso!

P. Jesús
© copyright

26 de Abril / Santa Franca de Piacenza, Virgen y Abadesa

Franca Visalta tenía apenas siete años cuando entró a educarse en el convento benedictino de San Sirio de Piacenza. A los 14 años hizo su profesión religiosa, y pese a su juventud, aventajaba a las otras religiosas en obediencia, devoción y olvido de sí misma. A la muerte de la abadesa, fue elegida para sucederla, pero la férrea disciplina impuesta por ella, produjo su inmediata sustitución en el cargo. Durante años, la santa tuvo que afrontar calumnias, falsos testimonios y graves pruebas interiores. Su único consuelo, era una joven llamada Carencia –que luego de ingresar al noviciado- convenció a sus padres de construir una nueva casa de la orden de Montelana.

La santa fue nombrada abadesa de la nueva fundación, lugar donde reinaba la austeridad y la pobreza de la regla cisterciense. Pero la abadesa no estaba todavía satisfecha, por lo que pasaba noches enteras en la capilla entregada a la oración. Al ver que se debilitada en forma alarmante la salud de la abadesa, las religiosas ordenaron al sacristán que guardase la llave de la capilla; pero ello no bastó para impedir que la fervorosa superiora continuase con sus vigilias. Finalmente, la santa falleció en 1218.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Franca de Piacenza, Virgen y Abadesa

Obediencia, devoción y olvido de uno mismo. Y a cambio recibió santa Franca de Piacenza, virgen y abadesa, calumnias, falsos testimonios y graves pruebas interiores.

¡Vas bien! Te lo digo y te lo repito: ¡Vas bien! Si tu vida es como la de santa Franca. Así que, no te quejes y sigue sufriendo, porque ¡Vas bien!

¿Qué quieres? A los santos los tratan así, no vas a ser tú diferente. ¡Ánimo! Y decídete a seguir a Cristo, aunque ya tengas más de setenta años, puedes empezar ahora mismo con tu vida de obediencia a los diez mandamientos, a utilizar y servirte de los sacramentos, a la devoción de la oración y a la práctica de la caridad; de hacerlo todo por amor a Dios y no porque esta persona te caiga bien o no; todo debes hacerlo por amor a Dios y servicio al prójimo, sí, a este prójimo que te hace sufrir, que quizás es parte de tu familia, o amigos, o compañeros de trabajo; piensa que ellos están pasando pruebas que no han superado; si es que te hacen sufrir, piensa bien, piensa que no es por ti que te dañan sino porque están caídos en mala tentación y no saben lo que hacen, ¡no lo saben!, de veras que no lo saben, porque nadie que lo supiera bien, haría el mal y, si lo hacen, estos son los que llenan el Infierno. Sí que hay que saben lo que hacen, pero la mayoría siguen a los que saben lo que hacen y hacen lo que no saben lo que hacen; a estos ténles compasión, y  a todos, caridad. Olvídate de  ti mismo y piensa en que Dios vive en ti y, que si no haces obras buenas, obras de caridad, se va; pierdes la Gracia de Dios y te quedas más solo que la una. ¡Reacciona! Pide perdón, y Dios volverá, si sólo lo has perdido por una falta o un pecado venial, pero si has pecado adrede, ve a confesarte y cumple con los mandamientos, y dejarás la soledad y, estando con Dios, dejarás de estar solo-sola, y ayudarás a muchos, por tener a Dios contigo, y verán la bondad que Dios desprende en ti y contigo; y entonces te calumniarán, dirán falsos testimonios contra ti y tendrás graves pruebas interiores, que deberás resistir y combatir teniendo en cuenta siempre que Dios te ama, y su santa misericordia te cubre con el manto de la Virgen del Rosario que siempre está a tu lado velando por ti, para que resistas a toda prueba que Dios permite, y tu aceptas y luchas con las armas de la fe contra ellas, y sufres mucho, pero vives y vivirás hoy, mañana y siempre; aun cuando hayas pasado la muerte.

¡Viva los santos!

¡Viva tú!

¡Ánimo que es cuestión de pocos años! Bendita sea la muerte que nos lleva a la vida eterna en los brazos de María, en la misma Gloria de Dios Uno y Trino, por la salvación que a cada uno, si quiere, si lo aceptas, te da Cristo. A ti, sí, a ti también.

¡Qué bueno es Dios!

P. Jesús
© copyright

27 de Abril / Santa Zita, Virgen

Patrona de las sirvientas domésticas.

Santa Zita nació en Lucca, Italia, en 1218, de una familia campesina pobre, pero muy piadosa.

A los 12 años, a causa de la pobreza de la familia tuvo que emplearse de sirvienta en una familia rica. Para mantener a su familia, a los doce años de edad se hizo sirvienta de los Fatinelli, una familia rica de Lucca, y les sirvió el resto de su vida, por 48 años.

Desde pequeña demostró un gran amor para con todos, especialmente los pobres y abandonados. Esto no agradaba mucho a la familia Fatinelli. Pero el Señor intervino. En una ocasión, Zita fue a servir a un necesitado dejando momentáneamente su trabajo en la cocina. Otros sirvientes se lo dijeron a la familia Fatinelli, pero cuando ésta fue a la cocina a investigar encontró a ángeles haciendo su trabajo. Desde aquel día le permitieron más libertad para servir a los pobres. No por eso cesaron las burlas y los ataques de los otros sirvientes.

Una vez que el hambre azotó la ciudad, Zita tenía la costumbre de repartir todo lo suyo, incluso su comida, con los pobres. Pero la necesidad era muy grande, por lo que repartió la despensa de granos de la familia con los pobres. Cuando la familia fue a investigar encontró la despensa repleta. Fueron muchos los incidentes milagrosos de su vida.
Cuando le quedaba un día libre, lo empleaba en visitar pobres, enfermos y presos, en ayudar a los condenados a muerte.

Estuvo 48 años de sirvienta, demostrando que en cualquier oficio y profesión que sea del agrado de Dios, se puede llegar a una gran santidad.

Zita tenía particular devoción por los prisioneros condenados a muerte.

Murió el 27 de abril de 1278, a los 60 años, e inmediatamente su culto se propagó especialmente en Palermo, Sicilia, otras partes de Italia e Inglaterra.

Fueron tantos los milagros que se obraron por su intercesión que el Papa Inocencio XII la declaró santa en 1696.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Zita, Virgen

Todos los trabajos llevan a Dios, pero, los humildes, más que los de dirección. No se puede dirigir a los demás, si no se sirve a Dios con humildad.

Santa Zita, virgen y sirvienta doméstica. Muchas prefieren ser religiosas, porque no se trabaja tanto, y todas son iguales en dignidad. Pero servir a una familia, y más si es la propia, con humildad y dulzura, con ánimo alegre y confianza en la misericordia de Dios, esto con la ayuda de la oración y los sacramentos, teniendo como brújula el cumplimiento fiel de los mandamientos, hace de los buenos hijos, ¡santos!

Porque el hábito no hace al monje, y muchos creen que servir fuera de casa es más digno, más santo. Algunos se van persiguiendo su santidad en conventos, y abandonan sus deberes para con los padres y familia; eso no es santidad, porque la santidad es obediencia a la ley natural impuesta por Dios como regla principal.

A veces cuesta más ser humilde con las exigencias de la familia de sangre, que yendo a servir por dinero a otra familia o internándose en una abadía donde se dedican a mucha oración y poca mortificación. Yo, como sacerdote al servicio de mi comunidad, os exhorto a servir a vuestros padres, hermanos y familia; porque se ha perdido la familia, y se pierde con ella la humildad. Sí, he dicho la  humildad, porque en familia nos conocemos todos, sabemos la verdad de unos y otros, y esta crítica constante nos ayuda a ser humildes y mejores, y Dios ama a los que aman a la familia. San José cuidó de su familia, no se internó en un convento; él es el ejemplo de un santo perfecto; no hay otro santo más grande que él, porque es familia de Dios, la Sagrada Familia.

Haced familia y cuidaos unos de otros en la humildad de aceptar el lugar y condición que os ha dado Dios, todo ello si no os lleva a pecar, si hay ganas y esfuerzos de santidad en la familia, porque para pervertiros ¡iros!

Quedad en paz.

P. Jesús
© copyright

28 de Abril / Santa Gianna Beretta Molla (1922-1962)

Gianna Beretta nació en Magenta (provincia de Milán) el día 4 de octubre de 1922. Desde su tierna infancia, acoge el don de la fe y la educación cristiana que recibe de sus padres. Considera la vida como un don maravilloso de Dios, confiándose plenamente a la Providencia, y convencida de la necesidad y de la eficacia de la oración.

Durante los años de Liceo y de Universidad, en los que se dedica con diligencia a los estudios, traduce su fe en fruto generoso de apostolado en la Acción católica y en la Sociedad de San Vicente de Paúl, dedicándose a los jóvenes y al servicio caritativo con los ancianos y necesitados. Habiendo obtenido el título de Doctor en Medicina y Cirugía en 1949 en la Universidad de Pavía, abre en 1950 un ambulatorio de consulta en Mésero, municipio vecino a Magenta. En 1952 se especializa en Pediatría en la Universidad de Milán. En la práctica de la medicina, presta una atención particular a las madres, a los niños, a los ancianos y a los pobres.

Su trabajo profesional, que considera como una «misión», no le impide el dedicarse más y más a la Acción católica, intensificando su apostolado entre las jovencitas.

Se dedica también a sus deportes favoritos, el esquí y el alpinismo, encontrando en ellos una ocasión para expresar su alegría de vivir, recreándose ante el encanto de la creación.

Se interroga sobre su porvenir, reza y pide oraciones, para conocer la voluntad de Dios. Llega a la conclusión de que Dios la llama al matrimonio. Llena de entusiasmo, se entrega a esta vocación, con voluntad firme y decidida de formar una familia verdaderamente cristiana.

Conoce al ingeniero Pietro Molla. Comienza el período de noviazgo, tiempo de gozo y alegría, de profundización en la vida espiritual, de oración y de acción de gracias al Señor. El día 24 de septiembre de 1955, Gianna y Pietro contraen matrimonio en Magenta, en la Basílica de S. Martín. Los nuevos esposos se sienten felices. En noviembre de 1956, Gianna da a luz a su primer hijo, Pierluigi. En diciembre de 1957 viene al mundo Mariolina y en julio de 1959, Laura. Gianna armoniza, con simplicidad y equilibrio, los deberes de madre, de esposa, de médico y la alegría de vivir.

En septiembre de 1961, al cumplirse el segundo mes de embarazo, es presa del sufrimiento. El diagnóstico: un tumor en el útero. Se hace necesaria una intervención quirúrgica. Antes de ser intervenida, suplica al cirujano que salve, a toda costa, la vida que lleva en su seno, y se confía a la oración y a la Providencia. Se salva la vida de la criatura. Ella da gracias al Señor y pasa los siete meses antes del parto con incomparable fuerza de ánimo y con plena dedicación a sus deberes de madre y de médico. Se estremece al pensar que la criatura pueda nacer enferma, y pide al Señor que no suceda tal cosa.

Algunos días antes del parto, confiando siempre en la Providencia, está dispuesta a dar su vida para salvar la de la criatura: «Si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no dudéis; elegid -lo exijo- la suya. Salvadlo».

La mañana del 21 de abril de 1962 da a luz a Gianna Emanuela. El día 28 de abril, también por la mañana, entre indecibles dolores y repitiendo la jaculatoria «Jesús, te amo; Jesús, te amo», muere santamente. Tenía 39 años.

Sus funerales fueron una gran manifestación llena de emoción profunda, de fe y de oración. La Sierva de Dios reposa en el cementerio de Mésero, a 4 kilómetros de Magenta.

«Meditada inmolación», Pablo VI definió con esta frase el gesto de la beata Gianna recordando, en el Ángelus del domingo 23 de septiembre de 1973: «una joven madre de la diócesis de Milán que, por dar la vida a su hija, sacrificaba, con meditada inmolación, la propia». Es evidente, en las palabras del Santo Padre, la referencia cristológica al Calvario y a la Eucaristía.

Fue beatificada por Juan Pablo II el 24 de abril de 1994, Año Internacional de la Familia.

Fuente: www.vatican.va

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Gianna Beretta Molla (1922-1962)

Mujer y madre ejemplar, que todo esposo santo quisiera encontrar. Compañera fiel, leal a la santidad, a su Misión, tanto profesional como personal. En todo y con todo, santa Gianna Beretta Molla se apoyó en sus máximas: confiar plenamente en la Providencia, y convencida de la necesidad y eficacia de la oración. ¡Cuánta paz en medio de las tormentas que trae consigo vivir en la tierra!

Amó la vida hasta dar su vida por su hija.

Santa, santa, ¡santa!

P. Jesús
© copyright

29 de Abril / Santa Catalina de Siena, Virgen

Nació en Siena el día de la fiesta de la Anunciación. A los seis años tuvo una extraordinaria experiencia mística que definió su vocación, entregándose enteramente a Cristo. Siendo muy joven y con cierta dificultad, logró hacerse terciaria de la Orden de Santo donde pese a las consolaciones y visiones, tuvo que vencer pruebas muy duras. Por revelación divina, la santa salió a trabajar por la salvación del prójimo, asistiendo a los enfermos en los hospitales en especial aquellos que padecían enfermedades repugnantes como la lepra. Poco a poco reunió a un grupo de amigos y discípulos formando una «gran familia» y que durante la epidemia de la peste, asistieron a casi todos los enfermos de la ciudad.

La caridad de la santa también se extendía a los condenados a muerte a quienes ayudaba a encontrar a Dios. Santa Catalina fungió exitosamente como moderadora entre la Santa Sede y Florencia pues ésta había formado una liga contra el Vaticano, y que finalmente se llegó a la reconciliación bajo el Papa Urbano VI. Santa Catalina entonces volvió a Siena donde empezó a escribir su famosa obra mística «Diálogo de Santa Catalina» pero paralelamente, la salud de la santa empeoraba obligándola a soportar grandes sufrimientos. Dos años después del fin del cautiverio de los Papas en Aviñon estalló el escándalo del gran cisma, por lo que Santa Catalina se estableció en Roma, donde luchó infatigablemente con oraciones, exhortaciones y cartas, para ganar nuevos partidarios al Papa legítimo.

Pero la vida de la santa tocaba a su fin y en 1380 el 21 de abril, un ataque de apoplejía la dejó semiparalítica y ocho días después murió a los 33 años de edad.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Catalina de Siena, Virgen

Los santos sufren, ¡no hay discusión sobre esta verdad! Mirad cómo sufrió también santa Catalina de Siena, virgen, y aunque tuvo muchas gracias de Dios, y por revelación  divina, el mismo Dios fue su guía espiritual, sufrió y padeció mucho, hasta el fin de su tiempo terrenal, pero ahora vive en el Reino de Dios, destinado a los que sufren en esta vida con Él, con Cristo Rey. Porque, mirad hijitos, cuánto sufren también los que no tienen a Dios: pasan de pareja en pareja, abortan, y nadie los ama, ni perciben, ni quieren, el amor de Dios. Ellos sufren enfermedades y mueren, y los calumnian los amigos, y los juzgan los de su propia especie, los que viven sin Dios, los que se dan a la lujuria y viven una vida de consumismo y egoísmo, haciéndose dioses. Ellos sufren mucho, y están solos, practicando la brujería,  sin revelaciones divinas, como tuvo santa Catalina.

No todos los santos, han tenido, o tienen, o tendrán, revelaciones divinas, pero sí que todos los que van al Infierno, hablan y obedecen a Satanás, al hacer el mal, al preferir el mal, al querer el mal en sus vidas y en la de los demás. Esos, todos esos, son seguidores de Satanás, y van a ir al Infierno eterno.

Recemos por ellos, recemos por la salvación del mundo entero. Seamos buenos y unámonos a Cristo, nuestro Salvador y Redentor. ¡Podemos! Si queremos, podemos tener una vida de bien en comunión al Sumo Bien: Dios de Amor, Dios Uno y Trino.

P. Jesús
© copyright

30 de Abril / San Pío V, Papa

Miguel Ghislieri nació en 1504 en Bosco, en la diócesis de Tortona y tomó el hábito de Santo a los 14 años en el convento de Voghera. En 1556, fue elegido obispo de Nepi y Sutri y al año siguiente, fue nombrado, Inquisidor General y Cardenal. El santo tomó el nombre de Pío V desde el primer momento de su Pontificado (1565) y puso de manifiesto que estaba decidido aplicar no solo la letra sino también el espíritu del Concilio de Trento. En 1568 se publicó en nuevo Breviario, en el cual se omitía las fiestas y extravagantes leyendas de algunos santos y se daba a las lecciones de la Sagrada Escritura su verdadero lugar. Además, se terminó el catecismo que el Concilio de Trento había mandado a redactar y el Pontífice mandó a traducirlo en diferentes lenguas.

El éxito del Papa se debió en gran parte, a la veneración que el pueblo le profesaba por su santidad; su oración era fervorosa y frecuentemente visitaba a los hospitales y asistía personalmente a los enfermos. Sin embargo, durante su pontificado, el Papa tuvo que enfrentar dos grandes amenazas: la difusión del protestantismo y las invasiones de los turcos, frente a lo cual trabajó incansablemente. En 1572, el Papa sufrió el violento ataque de una dolorosa enfermedad que le produjo la muerte el 1 de mayo del mismo año, a los 68 años de edad.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Pío V, Papa

A los catorce años uno puede saber lo que quiere hacer con su vida, y muchos lo saben, como lo supo San Pío V, Papa; como lo saben todos estos que se dan al sexo y les espera, no la aureola de santidad, sino la eternidad en el fuego y el azufre. Aún siendo menor de edad, uno sabe lo que quiere hacer con su vida, aunque muchos no piensan, y siguen la moda porque no saben meditar, no saben estudiar o reflexionar; hoy, a muchos, les “regalan” los estudios, van pasando de curso sin saber las lecciones; hoy pocos saben pensar, pocos se esfuerzan por y para estudiar y meditar las cosas de la vida, porque incluso sabiendo cómo es el cuerpo humano, se medita en la existencia, al igual que estudiando la naturaleza, pero, pocos estudian, muchos aprenden como “loritos” para tener el título, o se lo ganan con malas artes, o se lo regalan porque, “pobrecitos”, estudiar cuesta esfuerzo, y pocos saben esforzarse en esta vida; todo se lo dan hecho, ¡qué gran mentira!

Los santos aprenden, estudian y cumplen fielmente con su deber, como hizo el Papa Pío V.

No hay nada más grato a Dios que cumplir cada uno con su Misión, con su vocación a la santidad, que es el destino de cada uno de nosotros: ser perfectos como Dios es perfecto.

El amor no es acostarse con todos y todas, el amor es hacer el bien; y hacer el bien, es ser humano cien por cien, y la humanidad es que, si quieres sexo, formes una familia donde tus hijos sean tus hijos y vean al padre y a la madre unidos, donde puedan tener una vida en paz y vivir el amor unos a otros, y todos con Dios.

No somos animales irracionales; tiene el hombre, la persona, una razón por la que vivir, para amar y servir a Dios, nuestro Creador; porque todo lo que vemos y no vemos, tiene un orden, y el orden no viene del azar, el orden viene de una vida ordenada, de vivir la perfección, de hacer todo bien y todo lo bueno por amor al Supremo Bien, a Dios mismo que nos creó y nos dió la salvación.

Estudia, aprende de la vida y únete a la teología, estudiando a Dios, ¿Por qué no? ¿Por qué no saber quien es Dios, el que te dió el ser, el que te da la salvación?

Estudia, aprende y sé consciente de que puedes hacer las cosas bien: todas bien y no sólo las profesionales y, en cuanto a las personales, vivir una vida de perversión. La perfección está en todo o no está en nada. El que diga que trabaja bien y es un adúltero, un fornicario, un homosexual, un ladrón, un exhibicionista, este miente, no es nada más que un idólatra de si mismo y, haciéndose rey, se proclama también dios, y sólo hay un Dios en el Cielo y en la tierra: Nuestro Señor Jesucristo, que vivió en el mundo siendo Dios Hijo, que unido al Padre y al Espíritu Santo, creó el mundo en donde vivió y murió para el perdón de tu imperfección y la salvación de tu alma salida de Dios. Quien tenga ojos para leer y oídos para escuchar, medite y sea santo por la Caridad.

P. Jesús
© copyright