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Santoral Agosto - 3. página

20 de Agosto / San Bernardo, Abad y Doctor

San Bernardo llegó a Citeaux alrededor de la Pascua de 1112. Este monasterio, fundado tiempo antes por San Roberto, San Alberico y San Esteban Harding, fue el primero en el que practicaba, con todo su rigor, la primitiva regla de San Benito. En 1115, San Bernardo fue enviado a fundar, con otros doce monjes, un nuevo monasterio en la diócesis de Langres, en la Champagne. 

A principios del año 1142, se fundó en Irlanda el primer convento cisterciense. Los monjes procedían de Claraval, a donde San Malaquías los había enviado a formarse bajo la dirección de San Bernardo. Dieciocho meses después ascendió al trono pontificio el abad del monasterio cisterciense de Tre Fontane, Eugenio III, que no era otro que el Bernardo de Pisa a quien San Bernardo había conducido al noviciado. 

La fama de las cualidades y poderes del santo eran tan grandes que los príncipes acudían a su arbitraje y los obispos le consultaban los asuntos más importantes de la Iglesia y se atenían con respeto a sus opiniones y decisiones. Su consejo, era para los Papas, uno de los principales apoyos de la Iglesia. Llegó a llamársele «el Oráculo de la cristiandad». Porque Bernardo no era únicamente un fundador de monasterios, un teólogo y un predicador, sino también un reformador y un «cruzado». 

El día de Navidad de 1144, los turcos selyukidas se habían apoderado de Edesa, uno de los 4 principados del reino latino de Jerusalén. Los cristianos pidieron auxilio a Europa. Eugenio III encargó entonces a San Bernardo predicar una Cruzada. El fracaso de ésta levantó una tempestad contra San Bernardo, quien se había mostrado seguro del triunfo. 

Bernardo murió el 21 de agosto de 1153, tenía entonces 73 años y había sido abad durante 38. Los monjes de Claraval habían fundado ya 78 monasterios. Fue canonizado en 1174 y proclamado Doctor de la Iglesia, el «Doctor Melifluo», en 1830. 

San Bernardo «llevó sobre los hombros el siglo XII y no pudo menos de sufrir bajo ese peso enorme». En vida fue el «oráculo» de la Iglesia, reformador de la disciplina y, después de su muerte no ha dejado de instruir y vigorizar a la Iglesia con sus escritos.

FUENTE: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Bernardo, Abad y Doctor

Hay santos que tienen la gracia del consejo, como lo tenía San Bernardo, Abad y Doctor. Pero si no fuera por la Gracia misma de Dios, ni los títulos le darían la santidad ni el don de consejo.

¿Quién es más grande que toda la sabiduría del hombre? Dios.

Alabado sea por siempre Dios Nuestro Señor Jesucristo, que siendo Dios, puso en Su bendita Madre más que la sabiduría, puso las obras mismas de la fe.

P. Jesús
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21 de Agosto / San Pío X, Papa

Giuseppe Melchiorre Sarto, quien luego sería el Papa Pío X nació el 2 de Junio de 1835 en Riese, provincia de Treviso, en Venecia. Sus padres fueron Giovanni Battista Sarto y Margarita Sanson. Su padre fue un cartero y murió en 1852, pero su madre vivió para ver a su hijo llegar a Cardenal. Luego de terminar sus estudios elementales, recibió clases privadas de latín por parte del arcipreste de su pueblo, Don Tito Fusarini, después de lo cual estudió durante cuatro años en el gimnasio de Castelfranco Veneto, caminando de ida y vuelta diariamente. 

En 1850 recibió la tonsura de manos del Obispo de Treviso y obtuvo una beca de la Diócesis de Treviso para estudiar en el seminario de Padua, donde terminó sus estudios filosóficos, teológicos y de los clásicos con honores. Fue ordenado sacerdote en 1858, y durante nueve años fue capellán de Tómbolo, teniendo que asumir muchas de las funciones del párroco, puesto que éste ya era anciano e inválido. Buscó perfeccionar su conocimiento de la teología a través de un estudio asiduo de Santo Tomás y el derecho canónico; al mismo tiempo estableció una escuela nocturna para la educación de los adultos, y siendo él mismo un ferviente predicador, constantemente era invitado a ejercer este ministerio en otros pueblos. 

En 1867 fue nombrado arcipreste de Salzano, un importante municipio de la Diócesis de Treviso, en donde restauró la iglesia y ayudó a la ampliación y mantenimiento del hospital con sus propios medios, en congruencia con su habitual generosidad hacia los pobres; especialmente se distinguió por su abnegación durante una epidemia de cólera que afectó a la región. Mostró una gran solicitud por la instrucción religiosa de los adultos. En 1875 creó un reglamento para la catedral de Treviso; ocupó varios cargos, entre ellos, el de director espiritual y rector del seminario, examinador del clero y vicario general; más aún, hizo posible que los estudiantes de escuelas públicas recibieran instrucción religiosa. En 1878, a la muerte del Obispo Zanelli, fue elegido vicario capitular. El 10 de Noviembre de 1884 fue nombrado Obispo de Mantua, en ese entonces una sede muy problemática, y fue consagrado el 20 de Noviembre. Su principal preocupación en su nuevo cargo fue la formación del clero en el seminario, donde, por varios años, enseñó teología dogmática y, durante un año, teología moral. Deseaba seguir el método y la teología de Santo Tomás, y a muchos de los estudiantes más pobres les regaló copias de la “Summa Theologica”; a la vez, cultivó el Canto Gregoriano en compañía de los seminaristas. La administración temporal de la sede le impuso grandes sacrificios. En 1887 celebró un sínodo diocesano. Mediante su asistencia en el confesionario, dio ejemplo de celo pastoral. La Organización Católica de Italia, conocida entonces como la “Opera dei Congressi”, encontró en él a un celoso propagandista desde su ministerio en Salzano. En el consistorio secreto celebrado en Junio de 1893, León XIII lo creó Cardenal, con el título de San Bernardo de las Termas; y en el consistorio público, tres días más tarde, fue preconizado Patriarca de Venecia, conservando mientras tanto el título de Administrador Apostólico de Mantua. El Cardenal Sarto fue obligado a esperar dieciocho meses, antes de tomar posesión de su nueva diócesis, debido a que el gobierno italiano se negaba a otorgar el exequatur, reclamando que el derecho de nominación había sido ejercido por el Emperador de Austria. Este asunto fue tratado con amargura en periódicos y panfletos; el Gobierno, a manera de represalia, rehusó extender el exequatur a los otros obispos que fueron nombrados durante este tiempo, por lo que el número de sedes vacantes creció a treinta. Finalmente, el ministro Crispi, habiendo regresado al poder, y la Santa Sede, habiendo elevado la misión de Eritrea a la categoría de Prefectura Apostólica en atención a los Capuchinos Italianos, motivaron al Gobierno a retractarse de su posición original. Esta oposición no fue causada por ninguna objeción contra la persona de Sarto. En Venecia el cardenal encontró un estado de cosas mucho mejor que el que había hallado en Mantua. También allí puso gran atención en el seminario, donde logró establecer la facultad de derecho canónico. En 1898 celebró el sínodo diocesano. Promovió el uso del Canto Gregoriano y fue gran benefactor de Lorenzo Perosi; favoreció el trabajo social, especialmente los bancos en las parroquias rurales; se dio cuenta de los peligros que entrañaban ciertas doctrinas y conductas de algunos Cristiano-Demócratas y se opuso enérgicamente a ellas. El Congreso Eucarístico Internacional de 1897, en el centenario de San Gerardo Sagredo (1900), la bendición de la primera piedra del nuevo campanario de San Marcos y la capilla conmemorativa en el Monte Grappa (1901) fueron eventos que dejaron una profunda impresión en él y en su gente. A la muerte de León XIII, los cardenales se reunieron en cónclave y, después de varias votaciones, Giuseppe Sarto fue elegido el 4 de Agosto al obtener 55 de 60 votos posibles. Su coronación tuvo lugar el siguiente Domingo, 9 de Agosto de 1903.

En su primera Encíclica, deseando revelar hasta cierto punto su programa de trabajo, mencionó el que sería el lema de su pontificado: “instaurare omnia in Christo” (Ef 1,10). En consecuencia, su mayor atención giró siempre sobre la defensa de los intereses de la Iglesia. Pero ante todo, sus esfuerzos también se dirigieron a promover la piedad entre los fieles, y a fomentar la recepción frecuente de la Sagrada Comunión, y, si era posible, hacerla diariamente (Decr. S. Congr. Concil., 20 de Diciembre, 1905), dispensando a los enfermos de la obligación de ayunar para poder recibir la Sagrada Comunión dos veces al mes, o incluso más (Decr. S. Congr. Rit., 7 de Diciembre, 1906). Finalmente, mediante el Decreto “Quam Singulari” (15 de Agosto, 1910), recomendó que la Primera Comunión en los niños no se demorara demasiado tiempo después de que alcanzaran la edad de la discreción. Fue por deseo suyo que el Congreso Eucarístico de 1905 se celebró en Roma, mientras que aumentó la solemnidad de los congresos Eucarísticos posteriores mediante el envío de cardenales legados. El quincuagésimo aniversario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción fue una ocasión que supo aprovechar para impulsar la devoción a María (Encíclica “Ad illum diem”, Febrero 2,1904); y el Congreso Mariano junto con la coronación de la imagen de la Inmaculada Concepción en el coro de la Basílica de San Pedro fueron una digna culminación de la solemnidad. Fuera como simple capellán, como obispo, y como patriarca, Giuseppe Sarto fue siempre un promotor de la música sacra; como Papa publicó, el 22 de Noviembre de 1903, un Motu Propio sobre música sacra en las iglesias, y, al mismo tiempo, ordenó que el auténtico Canto Gregoriano se utilizara en todas partes, mientras dispuso que los libros de cantos se imprimieran con el tipo de fuente del Vaticano bajo la supervisión de una comisión especial. En la Encíclica “Acerbo nimis” (Abril 15, 1905), planteó la necesidad de que la instrucción catequética no se limitara a los niños, sino que también fuera dirigida hacia los adultos, dando para ello reglas detalladas, especialmente en lo referente a escuelas adecuadas para la impartición de la instrucción religiosa a los estudiantes de escuelas públicas, y aun de universidades. Promovió la publicación de un nuevo catecismo para la Diócesis de Roma.

Como obispo, su principal preocupación había sido la formación del clero, y de acuerdo con este propósito, una Encíclica dirigida al Episcopado Italiano (Julio 28, 1906) hacía énfasis en la necesidad de tener mayor cuidado en la ordenación de sacerdotes, llamando la atención de los obispos sobre el hecho de que, entre los clérigos más jóvenes, se manifestaba cada vez con mayor frecuencia un espíritu de independencia que era una amenaza para la disciplina eclesiástica. En beneficio de los seminarios italianos, ordenó que fueran visitados regularmente por los obispos, y promulgó un nuevo programa de estudios que había estado en uso en el Seminario Romano. Por otra parte, como las diócesis del Centro y Sur de Italia eran tan pequeñas que sus seminarios respectivos no podían prosperar, Pío X estableció el seminario regional, que es común para las sedes de una región dada; en consecuencia, muchos seminarios, pequeños y deficientes, fueron cerrados.

Para una mayor eficacia en la asistencia a las almas, a través de un Decreto de la Sagrada Congregación del Consistorio (Agosto 20, 1910), promulgó instrucciones concernientes a la remoción de párrocos como un acto administrativo, cuando tal procedimiento requería de graves circunstancias que podían no constituir una causa canónica para la destitución. Con motivo de la celebración del jubileo de su ordenación sacerdotal, dirigió una carta llena de afecto y prudentes consejos a todo el clero. Por un Decreto reciente (Noviembre 18, 1910), el clero había sido impedido de tomar parte en la administración temporal de organizaciones sociales, lo cual era causa frecuente de graves dificultades.

Pero por sobre todas las cosas, la principal preocupación del Papa era la pureza de la fe. En varias ocasiones, como en la Encíclica con respecto al centenario de San Gregorio Magno, Pío X resaltaba los peligros de ciertos métodos teológicos nuevos, los cuales, basándose en el Agnosticismo y el Immanentismo, por fuerza suprimían la doctrina de la fe de sus enseñanzas de una verdad objetiva, absoluta e inmutable, y más aun cuando estos métodos se asociaban con una crítica subversiva de las Sagradas Escrituras y de los orígenes del Cristianismo. Por esta razón, en 1907, publicó el Decreto “Lamentabili” (llamado también el Syllabus de Pío X), en el que sesenta y cinco proposiciones modernistas fueron condenadas. La mayor parte de estas se referían a las Sagradas Escrituras, su inspiración y la doctrina de Jesús y los Apóstoles, mientras otras se relacionaban con el dogma, los sacramentosn y la primacía del Obispo de Roma. Inmediatamente después de eso, el 8 de Septiembre de 1907, apareció la famosa Encíclica “Pascendi”, que exponía y condenaba el sistema del Modernismo. Este documento hace énfasis sobre el peligro del Modernismo en relación con la filosofía, apologética, exégesis, historia, liturgia y disciplina, y muestra la contradicción entre esa innovación y la fe tradicional; y, finalmente, establece reglas por las cuales combatir eficazmente las perniciosas doctrinas en cuestión. Entre las medidas sugeridas cabe señalar el establecimiento de un cuerpo oficial de “censores” de libros y la creación de un “Comité de Vigilancia”. Posteriormente, mediante el Motu Propio “Sacrorum Antistitum”, Pío X llamó la atención en los interdictos de la Encíclica y las disposiciones que habían sido establecidas previamente bajo el pontificado de León XIII sobre la predicación, y sancionó que todos aquellos que ejercieran el sagrado ministerio o quienes enseñaran en institutos eclesiásticos, así como canónigos, superiores del clero regular, y aquellos que servían en oficinas eclesiásticas, deberían tomar un juramento en el que se comprometían a rechazar los errores que eran denunciados en la Encíclica o en el Decreto “Lamentabili”. Pío X retomó este asunto vital en otras ocasiones, especialmente en las Encíclicas que fueron escritas en conmemoración de San Anselmo (Abril 21, 1909) y de San Carlos Borromeo (Junio 23, 1910), en la segunda de las cuales el Modernismo Reformista fue especialmente condenado. Como el estudio de la Biblia es, a la vez, el área más importante y más peligrosa de la teología, Pío X deseaba fundar en Roma un centro especial para esos estudios, que les diera la garantía inmediata de una ortodoxia incuestionable y un valor científico; en consecuencia, y con el apoyo de todo el mundo católico, se estableció el Pontificio Instituto Bíblico de Roma, bajo la dirección de los jesuitas. 

Una necesidad sentida durante mucho fue la de codificar la Ley Canónica, y con la intención de llevarla a cabo, el 19 de Marzo de 1904, Pío X creó una congregación especial de cardenales, de la que Gasparri, convertido en cardenal, sería el secretario. Las más eminentes autoridades en derecho canónico de todo el mundo, colaboraron en la formación del nuevo código, algunas de cuyas prescripciones ya habían sido publicadas, como por ejemplo, las modificaciones a la ley del Concilio de Trento en lo referente a los matrimonios secretos, las nuevas reglas para las relaciones diocesanas y para las visitas episcopales ad limina, y la nueva organización de la Curia Romana (Constitución “Sapienti Consilio”, Junio 29, 1908). Anteriormente, las Congregaciones para las Reliquias e Indulgencias y de Disciplina habían sido suprimidas, mientras que la Secretaría de Asuntos Menores había sido unida a la Secretaría de Estado. La característica del nuevo reglamento es la completa separación de los aspectos judiciales de los administrativos; mientras que las funciones de algunos departamentos habían sido determinadas con mayor precisión y sus trabajos más equilibrados. Las oficinas de la Curia se dividieron en Tribunales (3), Congregaciones (11), y Oficinas (5). Con respecto a los primeros, el Tribunal de Signatura (constituido exclusivamente por cardenales) y el de la Rota fueron revividos; al Tribunal de la Penitenciaría le fueron dejados únicamente los casos del fuero interno (conciencia). Las Congregaciones permanecieron casi como estaban al principio, con la excepción de que una sección especial fue agregada al Santo Oficio de la Inquisición para las indulgencias; la Congregación de Obispos y Regulares recibió el nombre de Congregación de Religiosos y tendría que tratar únicamente los asuntos de las congregaciones religiosas, mientras los asuntos del clero secular serían derivados a la Congregación del Consistorio o a la del Concilio; de este último fueron retirados los casos matrimoniales, los cuales serían ahora enviados a los tribunales o a la recientemente creada Congregación de los Sacramentos. La Congregación del Consistorio aumentó grandemente su importancia debido a que tendría que decidir sobre cuestiones que eran competencia de las otras Congregaciones. La Congregación de Propaganda perdió mucho de su territorio en Europa y América, donde las condiciones religiosas habían comenzado a estabilizarse. Al mismo tiempo, fueron publicadas las reglas y regulaciones para empleados, y aquellas para los diferentes departamentos. Otra Constitución reciente presenta una relación de las sedes suburbicarias.

La jerarquía Católica incrementó grandemente su número durante los primeros años del pontificado de Pío X, en los que se crearon veintiocho nuevas diócesis, la mayoría en los Estados Unidos, Brasil y las Islas Filipinas; también una abadía nullius, 16 vicariatos Apostólicos y 15 prefecturas Apostólicas.

León XIII llevó la cuestión social dentro del ámbito de la actividad eclesial; Pío X también deseó que la Iglesia cooperara, o, mejor aún, desempeñara un papel de liderazgo en la solución de la cuestión social; sus puntos de vista en esta materia fueron formulados en un syllabus de diecinueve proposiciones, tomadas de diferentes Encíclicas y otras Actas de León XIII, y publicadas en un Motu Propio (Diciembre 18, 1903), especialmente para la orientación en Italia, donde la cuestión social era un asunto espinoso a principios de su pontificado. Buscó especialmente reprimir ciertas tendencias que se inclinaban hacia el Socialismo y promovían un espíritu de insubordinación a la autoridad eclesiástica.

Como resultado del aumento constante de divergencias, la “Opera dei Congressi”, la asociación Católica más grande de Italia, fue disuelta. No obstante, inmediatamente después la Encíclica “Il fermo proposito” (Junio 11, 1905) provocó la formación de una nueva organización, constituida por tres grandes uniones, la Popular, la Económica y la Electoral. La firmeza de Pío X logró la eliminación de, por lo menos, los elementos más discrepantes, posibilitando, ahora sí, una verdadera acción social Católica, aunque subsistieron algunas fricciones. El deseo de Pío X es que la clase trabajadora sea abiertamente Católica, como lo expresó en una memorable carta dirigida al Conde Medolago-Albani. También en Francia, el Sillon, después de un origen prometedor, había dado un giro que lo acercaba a la ortodoxia del extremismo democrático social; y los peligros de esta relación fueron expuestos en la Encíclica “Notre charge apostolique” (Agosto 25, 1910), en la cual los Sillonistas fueron conminados a mantener sus organizaciones bajo la autoridad de los obispos.

En sus relaciones con los Gobiernos, el pontificado de Pío X tuvo que mantener luchas dolorosas. En Francia el papa heredó disputas y amenazas. La cuestión “Nobis nominavit” fue resuelta con la condescendencia del papa; pero en lo referente al nombramiento de obispos propuestos por el Gobierno, la visita del presidente al Rey de Italia, con la consiguiente nota de protesta, y la remoción de dos obispos franceses, deseada por la Santa Sede, se convirtieron en pretextos del Gobierno en París para el rompimiento de las relaciones diplomáticas con la Corte de Roma. Mientras tanto la ley de Separación ya había sido preparada, despojando a la Iglesia de Francia y prescribiendo, además, una constitución para la misma, la cual, si bien no era abiertamente contraria a su naturaleza, por lo menos entrañaba grandes peligros para ella. Pío X, sin prestar atención a los consejos oportunistas de quienes tenían una visión corta de la situación, rechazó firmemente consentir en la formación de las asociaciones cultuales. La separación trajo cierta libertad a la Iglesia de Francia, especialmente en materia de la elección de sus pastores. Pío X, sin buscar represalias, todavía reconoció el derecho francés de protectorado sobre los Católicos en el Este. Algunos párrafos de la Encíclica “Editae Saepe”, escrita en ocasión del centenario de San Carlos Borromeo, fueron mal interpretadas por los Protestantes, especialmente en Alemania, por lo que Pío X elaboró una declaración refutándolos, sin menoscabo a la autoridad de su alto cargo. En ese tiempo (Diciembre, 1910), se temían complicaciones en España, así como la separación y persecución en Portugal, para lo cual Pío X ya había tomado las medidas oportunas. El Gobierno de Turquía envió un embajador ante el Papa. Las relaciones entre la Santa Sede y las repúblicas de América Latina eran buenas. Las delegaciones en Chile y la República Argentina fueron elevadas a la categoría de internunciaturas, y se envió un Delegado Apostólico a Centroamérica.

Naturalmente, la solicitud de Pío X se extendió a su propia estancia, realizando un gran trabajo de restauración en el Vaticano; por ejemplo, en las habitaciones del cardenal-secretario de Estado, el nuevo palacio para los empleados, una nueva galería de pinturas, la Specola, etc. Finalmente, no debemos olvidar su generosa caridad en las calamidades públicas: durante los grandes terremotos de Calabria, pidió la ayuda de todos los Católicos del mundo, logrando reunir, al momento del último sismo, aproximadamente 7.000.000 de francos, que sirvieron para cubrir las necesidades de quienes fueron afectados y para la construcción de iglesias, escuelas, etc. Su caridad no fue menor en ocasión de la erupción del Vesubio y de otros desastres fuera de Italia (Portugal e Irlanda). En pocos años, Pío X obtuvo resultados magníficos y duraderos en interés de conservar la doctrina y disciplina Católicas, aún enfrentando grandes dificultades de todo tipo. Hasta los no Católicos reconocen su espíritu apostólico, su fortaleza de carácter, la precisión de sus decisiones y su búsqueda de un programa claro y explícito.

U. BENIGNI
Transcrito por David M. Cheney
Dedicado a Ceil Holman (1907-1996), mi abuela.
Traducido por Salvador Gómez Contreras
En el centenario de la elección de Giuseppe Sarto como Papa (Agosto, 1903-2003).

FUENTE: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Pío X, Papa

Al amado San Pío X, Papa: Salud. Como los primeros cristianos, vamos a seguir siendo todos fieles a la Iglesia de Roma, la Católica, Apostólica y Romana, que tanto bien hace, ha hecho y hará al mundo por civilizar en la moral de la misma naturaleza social del hombre, que es a imagen y semejanza de Dios, el Todopoderoso, que de vez en cuando, nos invade con Su Gracia de concedernos santos tan santos como el Papa San Pío X. ¡Qué bueno es Dios!

Hay una Iglesia que nos ama y nos protege de todo mal, y mala influencia, incluso de los mismos malos que dicen pertenecer a ella y que están allí para dañarla, pero Dios tiene a sus propios aliados, como al magistral Papa Pío X.

Dios es Grande y su grandeza se ve más cuando los santos, a imitación de Dios, hacen cosas grandes para amar a Dios y a los semejantes.

P. Jesús
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22 de Agosto / Fiesta de María Reina

Mucho se ha escrito referente a la Santísima Virgen y siempre se la ha reconocido como Reina. La Iglesia la proclama Reina doce veces: Reina de los ángeles, de los patriarcas, de los profetas, de los apóstoles, de los confesores, de las vírgenes, de los mártires, de todos los santos, del Santísimo Rosario, de la paz, concebida sin pecado original y llevada a los cielos. 

María es llamada Reina de Misericordia pues su labor es ejercer la compasión y alcanzar el perdón de Dios para los hombres. Pareciera que tiene el encargo de repartir los tesoros de la misericordia de Dios.

FUENTE: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Fiesta de María Reina

Hoy, Fiesta de María Reina, siéntete como lo que eres: hijo de Reyes. Jesús, por su unidad en la Trinidad: Rey, y María, por ser Madre de Dios, Esposa de Dios e Hija de Dios: Reina. Entonces tú, tu perteneces al Reinado del Cielo, allí donde quien manda es quien tanto te ama: Dios mismo, y por su amor le concede a María el reinado de su corazón y, reinando María en el Amor de Dios, y siendo todos y cada uno de nosotros amados por Dios, entonces, cuando aceptamos el amor de Dios, aceptamos el de María, porque Dios la Ama y la tiene como prenda de Amor, y a quien ama Dios; a tí, a mí, a todos, nos ama con el amor de María en Él.

Quien no ama a María, es inútil, le falta el verdadero amor de Dios. Para tener el amor de Dios hay que dejarse amar por María, porque Dios la ama y la amó y es su flor más bella, la flor con que derramó al mundo Su Amor: Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Puente y Luz, Salvador, Redentor, y la expresión humana de todo el gran amor de un Dios que nos ama.

Ama a María, y hoy, en la Fiesta de Ella, de María Reina, déjate de tonterías y acéptala como la Reina de tu corazón. ¡Va! No seas así. Mira qué buena es, dijo el sí más importante para tí, el que por el cual tienes un destino en el Reinado de Dios, el Altísimo.

Tienes todo el día de hoy para pensártelo, pero antes de dormirte, dile: “Mamá te amo, oh Reina de mi corazón”. Y ya verás como algo bueno y maravilloso pasará en tu corazón y ya jamás te sentirás solo, triste o abandonado, porque María va a estar siempre a tu lado. ¡Déjate amar por Dios!

P. Jesús

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23 de Agosto / Santa Rosa de Lima, Virgen – Fiesta Universal

Nació en Lima, Perú, en 1586. Fue la primera santa canonizada del Nuevo Mundo. Aunque fue bautizada con el nombre de Isabel, se le llamaba comúnmente Rosa y ése fue el nombre que le impuso en la Confirmación el arzobispo de Lima, Santo Toribio.

Rosa tomó a Santa Catalina de Siena como modelo. Se dedicó a atacar el amor propio mediante la humildad, la obediencia y la abnegación de la voluntad propia.

Ingresó a la tercera orden de Santo Domingo y, a partir de entonces, se recluyó en una cabaña que había construido en el huerto de su casa.

Llevaba sobre la cabeza una estrecha cinta de plata, cuyo interior estaba erizado de picos, era una especie de corona de espinas.

Su amor por el Señor era tanto que cuando hablaba de El, cambiaba el tono de su voz y su rostro se encendía como un reflejo del sentimiento que embargaba su alma.

Tiempo después, una comisión de médicos y sacerdotes examinó a la santa y dictaminó que sus experiencias eran realmente sobrenaturales. El modo de vida y las prácticas ascéticas de Santa Rosa de Lima sólo convienen a almas llamadas a una vocación muy particular. Lo más admirable en Santa Rosa fue su gran espíritu de santidad heroica, porque todos los santos ya sea en el mundo, el desierto o en el claustro, poseen el rasgo común de haber tratado de vivir para Dios en cada instante. Quien tiene la intención pura de cumplir en todo la voluntad de Dios, podrá servirle con plenitud en todo lo que haga.

Santa Rosa murió el 24 de agosto de 1617, a los 31 años de edad. El Papa Clemente X la canonizó en 1671.

BIOGRAFIA

1586-1617
«Rosa de Lima, la más bella rosa que ha producido nuestro
continente, no dejes un solo día de rezar a tu gran amigo Jesucristo,
por este continente americano tan supremamente necesitado
de las bendiciones de Dios.»
El Papa Inocencio IX dijo de esta santa un elogio admirable: «Probablemente no ha habido en América un misionero que con sus predicaciones haya logrado más conversiones que las que Rosa de Lima obtuvo con su oración y sus mortificaciones».
Nació en Lima, Perú, en 1586 (año de la aparición de la Virgen en Chinquinquirá) fue la primera mujer americana declarada santa por la Iglesia Católica.

Cambio de Nombre.

En el bautizo le pusieron el nombre de Isabel, pero luego la mamá al ver que al paso de los años su rostro se volvía sonrosado y hermoso como una rosa, empezó a llamarla con el nombre de Rosa. Y, el Sr. Arzobispo al darle la confirmación le puso definitivamente ese nombre, con el cual es conocida ahora en todo el mundo.

Evitando Peligros.

Desde pequeñita Rosa tuvo una gran inclinación a la oración y a la meditación. Un día rezando ante una imagen de la Virgen María le pareció que el niño Jesús le decía: «Rosa conságrame a mí todo tu amor». Y en adelante se propuso no vivir sino para amar a Jesucristo. Y al oír a su hermano decir que si muchos hombres se enamoraban perdidamente era por la atracción de una larga cabellera ó de una piel muy hermosa, se cortó el cabello y se propuso llevar el rostro cubierto con un velo, para no ser motivo de tentaciones para nadie. Quería dedicarse únicamente a amar a Jesucristo.

Renunciando a un Amor.

Un joven de alta clase social se enamoró de Rosa y quería casarse con ella. Sus padres estaban muy entusiasmados porque ellos eran pobres y esto daría a la joven un porvenir brillante. Pero ella, aunque hubo serios disgustos en la familia, les declaró que se había propuesto que su amor sería totalmente para Dios y que renunciaba por completo a todo matrimonio, por brillante que fuera.

Vocación Detenida.

Se propuso irse de monja agustina, pero el día en que fue a arrodillarse ante la imagen de la Virgen Santísima para pedirle que le iluminara si debía irse de monja o no, sintió que no podía levantarse del suelo donde estaba arrodillada. Llamó a su hermano a que le ayudara a levantarse pero él tampoco fue capaz de moverla de allí. Entonces se dio cuenta de que la voluntad de Dios era otra y le dijo a Nuestra Señora: «Oh Madre Celestial, si Dios no quiere que yo me vaya a un convento, desisto desde ahora de su idea». Tan pronto pronunció estas palabras quedó totalmente sin parálisis y se pudo levantar del suelo fácilmente.

Una Mariposa Señala el Color.

Seguía pidiéndole a Dios que le indicara a que asociación religiosa debería ingresar. Y de pronto empezó a llegar junto a ella cada día una mariposa de blanco y negro. Y revoloteaba junto a sus ojos. Con esto le pareció entender que debería buscar una asociación que tuviera un hábito de blanco y negro. Y descubrió que eran las terciarias dominicas, unas mujeres que se vestían con túnica blanca y manto negro y llevaban vida como de religiosas, pero vivían en sus propias casas. Y pidió ser admitida y la aceptaron.

Su Patrona y su Modelo.

Entonces vino a saber que la más famosa terciaria dominica es Santa Catalina de Siena (29 de abril) y se propuso estudiar su vida e imitarla en todo. Y lo logró de manera admirable. Se fabricó una túnica blanca y el manto negro y el velo también negro para la cabeza, y así empezó a asistir a las reuniones religiosas del templo.

Encierro Total.

Pero sucedió que la gente admirada de su comportamiento empezó a señalarla y a llamarla «la santa». Entonces ella que sabía que nada es tan peligroso como la vanidad y el orgullo y el deseo de aparecer, se fabricó una pequeña habitación en el solar de la casa donde vivía y allí se dedicó a practicar por largas horas del día y de la noche sus meditaciones, sus penitencias y sus muchas oraciones. Allí pasará el resto de su vida y solamente saldrá para ir a misa ó a socorrer a algún enfermo.

Ganando el Pan con el Sudor.

Su padre fracasó en el negocio de una mina y la familia quedó en gran pobreza. Entonces Rosa se dedicó durante varias horas de cada día a cultivar un huerto en el solar de la casa y durante varias horas de la noche a hacer costuras, para ayudar a los gastos del hogar.

Ataques Varios.

El demonio la atacaba de muy diversas maneras. Y las tentaciones impuras la hacían sufrir enormemente. Además le llegaban épocas de terribles sequedades espirituales en las cuales todo lo que fuera oración, meditación ó penitencias le producía horror y asco. Y fuera de eso la gente se burlaba de su comportamiento y los mismos familiares la consideraban equivocada en su modo de vivir. Alguna vez le protestó amorosamente a Jesucristo por todo esto, diciéndole: «Señor, ¿y a dónde te vas cuando me dejas sola en estas terribles tempestades?». Y oyó que Jesús le decía: «Yo no me he ido lejos. Estaba en tu espíritu dirigiendo todo para que la barquilla de tu alma no sucumbiera en medio de la tempestad».

Sus Penitencias.

Es difícil encontrar en América otro caso de mujer que haya hecho mayores penitencias. No las vamos a describir todas aquí porque muchas de ellas no son para imitar. Pero sí tenemos que decir que lo primero que se propuso mortificar fue su orgullo, su amor propio, su deseo de aparecer y de ser admirada y conocida. Y en ella, como en todas las cenicientas del mundo se ha cumplido lo que dijo Jesús: «quien se humilla será enaltecido».

Una segunda penitencia de Rosa de lima fue la de los alimentos. Su ayuno era casi continuo. Y su abstinencia de carnes era perpetua. Comía lo mínimo necesario para no desfallecer de debilidad. Aún los días de mayores calores, no tomaba bebidas refrescantes de ninguna clase, y aunque a veces la sed la atormentaba, le bastaba mirar el crucifijo y recordar la sed de Jesús en la cruz, para tener valor y seguir aguantando su sed, por amor a Dios.

Dormía sobre duras tablas, con un palo por almohada. Alguna vez que le empezaron a llegar deseos de cambiar sus tablas por un colchón y una almohada, miró al crucifijo y le pareció que Jesús le decía: «Mi cruz, era mucho más cruel que todo esto». Y desde ese día nunca más volvió a pensar en buscar un lecho más cómodo.

Sus Dolores.

Distintas enfermedades la atacaron por mucho tiempo. Cuando algunas personas la criticaban por sus demasiadas penitencias, les respondía: «Si ustedes supieran lo hermosa que es un alma sin pecado, estarían dispuestos a sufrir cualquier martirio con tal de mantener el alma en gracia de Dios». Y ella sí que los sufrió. En sus últimos meses exclamaba: «Nunca pensé que una persona tuviera que sufrir tanto, tanto como lo que yo estoy sufriendo. Pero Jesucristo me concede valor para soportarlo todo.» Los últimos años vivía continuamente en un ambiente de oración mística, con la mente casi ya más en el cielo que en la tierra. Su oración y sus sacrificios y penitencias conseguían numerosas conversiones de pecadores, y aumento de fervor en muchos religiosos y sacerdotes. En la ciudad de Lima había ya una convicción general de que esta muchacha era una verdadera santa.

Anuncio de la Fecha de su Muerte.

Desde 1614 ya cada año al llegar la fiesta de San Bartolomé, el 24 de agosto, demuestra su gran alegría. Y explica el porqué de este comportamiento: «Es que en una fiesta de San Bartolomé iré para siempre a estar cerca de mi redentor Jesucristo». Y así sucedió. El 24 de agosto del año 1617, después de terrible y dolorosa agonía, expiró con la alegría de irse a estar  para siempre junto al amadísimo Salvador. Tenía 31 años.

Funeral de Primera.

Y a esta muchacha pobre y sin estudios le hicieron un funeral poco común en la ciudad de Lima. La primera cuadra llevaron su ataúd los monseñores de la catedral, como lo hacían cuando moría un arzobispo. La segunda cuadra lo llevaron los senadores (u oidores), como lo hacían cuando moría un virrey. Y la tercera cuadra lo llevaron los religiosos de las Comunidades, para demostrarle su gran veneración. El entierro hubo que dejarlo para más tarde porque inmensas multitudes querían visitar su cadáver, y filas interminables de fieles pasaban con devota veneración frente a él. Después la sepultaron en una de las paredes del templo.

Honores Finales.

Los milagros empezaron a sucederse en favor de los que invocaban la intercesión de Rosa, y el Sumo Pontífice la declaró santa y la proclamó Patrona de América Latina. 

FUENTE: www.ewtn.com 

LOS ESCRITOS DE ROSA

Hacia 1923, el O. P Provncia de España, P. Getino, descubrió unos papeles de aspecto cabalístico, cuya extensión eran de dos medios pliegos, y que correspondían a los dibujos y escritos de la santa peruana.

En efecto, los dibujos de Santa Rosa de Lima utilizaron un estilo, lenguaje y forma literaria de la tradición emblemática y renacentista y barroca. Como en los tratados emblemáticos del amor divino, Rosa relata sus experiencias místicas uniendo la palabra y la imagen. El nivel de las experiencias místicas descritas por Rosa corresponde en magnitud al milagroso intercambio de corazones que Jesús realizara con Santa Catalina de Siena o a las transverberaciones del corazón de Santa Teresa de Jesús. De estos dos pliegos, uno se refiere a las Mercedes o pruebas interiores de la santa, y el otro a la escala mística.

Primer pliego

En el primer pliego, Rosa ha recortado tres corazones, pegándolos en serie para mostrar gráficamente el inicio de la secuencia de comunicaiones o gracias místicas. Cuando el P.Getino da a conocer estos documentos, reparó en la similitud del lenguaje místico de Rosa con el de Santa Teresa de Jesús y de Juan de la Cruz. Gracias a las inspiraciones que se encuentran en este primer pliego, podemos decir que fueron escritas antes de la confesión General a la que fue sometida Rosa, encomendada a los frailes dominicos, pues así lo menciona en su escrito central.

La posible fecha del diseño de dichos gráficos sería el 23 de agosto de 1614, víspera de la fiesta del apóstol San Bartolomé. Rosa parece recibir las Mercedes hace 5 años (1609). Los 2 años de padecimientos podrían llevarnos al tiempo de su profesión como terciaria secular (30/8/1607) y afirmar en todo caso que ella fue sometida a esta confesión general como requisito previo para la profesión para ser laica dominica.

Uno de los textos localizados al lado izquierdo revela que Rosa entregaba estos manuscritos a su confesor o guía espiritual para que él los revisase y corrijase sus errores, algo que se acostumbraba en aquella época. Estos guías espirituales confirman la autenticidad y originalidad de los escritos, ya que en aquella época circulaban numerosos y falsos escritos de experiencia mística que podrían haber restado la originalidad a los escritos de Rosa.

· Segundo pliego

La escala espiritual dibujada por Rosa tenía el mismo sentido que la escala espiritual de San Juan Climaco; una obra que fray Luis de Granada publicó en 1562 y que Rosa leyó. Resulta a la vez extraño comprobar cómo el contexto de las mercedes divinas tienen su analogía con el cántico espiritualidad de San Juan de la Cruz, siendo sorprendente que el diseño gráfico de la novena merced muestre en dibujo lo que el mismo Juan de la Cruz declara en el verso de la canción segunda de «Llama de amor viva». Sin embargo, las obras de San Juan comenzaron a publicarse incompletas en 1618; la primera redacción del cántico apareció en 1627 y la segunda en 1703, cuando la santa ya había fallecido, de manera que es improbable que los escritos de Rosa fueran una copia del gran místico.

También se puede ver la influencia de una tercera mano mucho más docta y conocedora de esta riqueza espiritual, en el mismo proceso inquisitorial por el cual pasó y de hecho asegura la mano correctora de sus confesores o padres espirituales. Habría que acortar que algunos autores ven en la décima merced el mejor ejemplo de la manipulación, pues está escrito en latín y la historia nos narra que Rosa era iletrada. 

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Rosa de Lima, Virgen – Fiesta Universal

Una santa que, sin ser monja, vivió al grado máximo la perfección, porque amó a Dios sobre todas las cosas, y esto puedes hacer tú también, como Santa Rosa de Lima, virgen, el entregarte por entero a Jesucristo. Aunque también hacen falta esposas santas, con hijos santos y maridos santos. A cada quién, Dios le tiene señalada una Misión, y la santidad siempre es ganada por el amor con que se ama a Dios: sobre todas las cosas.

Santa Rosa, muchacha buena y atenta a la voluntad de Dios, que supo descubrir lo que Dios quería de ella, y sin importarle el que fuera, le siguió por las sendas del más profundo amor, el amor de los santos: ¡No hay otro igual para amar a Dios y sentirse feliz!

Vivir la santidad es ofrecerse a Dios para lo que Dios espera de tí. Y quizás espera que, siendo una mujer amada por un varón torpe en la perfección que agrada a Dios, aguante y enseñe con las obras de su amor lo que es amar realmente a Dios.

Y también hay monjas destinadas a la santidad y solteras consagradas que llegan a ella, a esta santidad que Dios a cada una desea.

Pidamos a Santa Rosa de Lima lo más difícil, que es: el obedecer los designios de Dios. Aprende a ver en la Divina Providencia la voluntad de Dios para tí. Y, no hay nada como el silencio y una vida profundamente católica, para sentir el amor de Dios; y amarle con todo tu corazón, estando siempre en los brazos de Su Madre y tuya: La Madre de Dios: María.

Como Santa Rosa de Lima, sé santo, sé santa.

P. Jesús

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24 de Agosto / San Bartolomé, Apóstol

Probablemente el nombre de Bartolomé no es propiamente el del Apóstol, sino simplemente un patronímico que significa «el hijo de Tolomai». El Martirologio Romano resume la tradición popular sobre el santo y señala que «predicó el Evangelio en la India; habiendo ido después a la Armenia Mayor, convirtió a muchas personas, por lo cual los bárbaros le despellejaron vivo, y el rey Astiajes le mandó decapitar». 

San Bartolomé predicó en Mesopotamia, Persia, Egipto y otros países. Eusebio es el primero que hace mención de la India. Otra leyenda oriental afirma que el santo encontró a San Felipe en Hierápolis de Frigia y fue con él a Licaonia y San Juan Crisóstomo sostiene que el santo evangelizó a los licaonios.

FUENTE: ACI Prensa 

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Bartolomé, Apóstol

Ser apóstol y evangelizar a tiempo completo, es esto: ir por todo el mundo y proclamar el Evangelio.

San Bartolomé así lo hizo. Les comentaba a todos que conoció a Dios, el Mesías, y todos los milagros que efectuó, como el de conseguir que él lo amara sobre todas las cosas y personas, porque esto también es un milagro de Dios. ¿Mérito tuyo? No. De Dios.

P. Jesús

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25 de Agosto / Beata María del Tránsito de Jesús Sacramentado

Nace el 15 de agosto de 1821 en San Roque, Córdoba. Sus padres, Felipe Cabanillas y Francisca Antonia Sánchez, constituyeron una familia de once hijos bajo una educación cristiana, hijos de los cuales cuatro, incluyendo a la Madre María del Tránsito, consagraron sus vidas a Dios. 

En su bautismo le pusieron el nombre María del Tránsito Eugenia de los Dolores, al que más adelante, le agregaría «de Jesús Sacramentado» por su gran devoción. 

A los 12 años, su primera comunión la realizó en una capilla de campo. A los 15 años se confirmó. Los dones del Espíritu Santo intensificaron su sentido sobrenatural de la vida, la atenta escucha de la voz de Dios, el deseo de la imitación del Señor. 

Durante su juventud tuvo dos grandes compañeras, sus hermanas Josefa y Nicasia. Para los demás hermanos, por la diferencia de edad, ella era la madrecita. A pesar de siempre tener un intenso llamado a la vida seria y recogida, nunca pudo evadir los deberes que tenía por ser la joven dueña de casa. Cosas como las galas, la música, la fama nunca le atrajo su mirada; más bien cuando cerraba los ojos veía en su alma la belleza del Señor Jesús que cautivaba su espíritu. 

Perdió a su padre a los 29 años, quien era su gran amigo, por lo que la herida que sintió fue muy profunda. En ese momento Jesús empezaba a prepararle una nueva senda. Luego se sobrepuso de la muerte de su madre y de sus hermanos Eufemia, Isabel y Emiliano, que fallecieron en 1875. 

En el año de 1878 la Madre María del Tránsito, acompañada por solo dos jóvenes, fundó la Congregación Hermanas Terciarias Misioneras Franciscanas. El lugar donde estaba lo denominaron Colegio de Santa Margarita de Cortona, en el que tenían como principales objetivos «promover las obras de caridad y misericordia y dar educación gratuita a las hijas de los pobres y desamparados». La nueva congregación tuvo una gran extensión y un rápido crecimiento vocacional. 

En 1879 se le solicitó al Ministro General de la Orden el nombramiento del Padre Poreca como Director y la Madre Tránsito como Madre Superiora. Luego de siete meses se fundó en Concepción de Río Cuarto el Colegio Nuestra Señora del Carmen siendo designada Superiora Mayor. 

En 1882 se fundó en Villa Nueva (Córdoba) la tercera casa, dedicada a la Inmaculada Concepción. 

Para 1883, las casas de Villa Nueva y san Vicente ya tenían más de un centenar de alumnas y la de Río Cuarto, trescientas veinte. 

Antes de que la Madre Tránsito entregara por completo su alma a Dios, sus últimas palabras fueron: «YO YA NO LES HAGO FALTA, PORQUE NO PUEDO HACER NADA. PERO, CUANDO MUERA, DESDE EL CIELO LES HARE MUCHO BIEN». 

Así fue que el día 25 de Agosto de 1885, luego de una crónica enfermedad, partió hacia la Casa Paterna la Madre Tránsito Cabanillas de Jesús Sacramentado, quien recibió los santos sacramentos con devoción y piedad. Recibió la muerte como regalo del Señor, edificando a las hermanas con su gozosa esperanza. Fue sepultada en el terreno destinado a la Iglesia de Santa Margarita de Cortona en la ciudad de Córdoba. 

Fue beatificada, por Juan Pablo II, el 14 de abril del 2002.

FUENTE: ACI Prensa 

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Beata María del Tránsito de Jesús Sacramentado

¡Qué monja tan santa!, la Beata María del Tránsito de Jesús Sacramentado; ella supo poner al mejor en su corazón: a Cristo. Ella tuvo las mejores amigas: sus propias hermanas de sangre, y como consejero en todo, a su padre que la engendró en las entrañas de la bella y buena madre que eligió por esposa para tener así hijos buenos y hacer con ellos y su bella esposa, un hogar piadoso donde la paz y las normas de piedad eran salidas de unos corazones entregados a la Divinidad, Dios y a la Santísima Madre María. Fue feliz el padre de la Beata María del Tránsito de Jesús Sacramentado, porque un hombre es feliz, más que con su mujer buena, siendo esta mujer buena, con los hijos de los dos, siendo buenos y teniéndole a él, al padre, como Patriarca del Hogar, como alguien fundamental en la vida de los hijos. ¿Qué mayor felicidad para un padre que tener hijos e hijas santas?

La Beata María del Tránsito de Jesús Sacramentado, por su propia santidad, hizo feliz a su familia; a su padre le colmó de infinitas dichas. Tú, padre de hijos que con amor concebiste en tu esposa, ayúdalos, cumple con tu deber: Educa a tus hijos en la fe y serás un padre feliz, con un deber cumplido; que de esto va el matrimonio, de tener hijos santos y ser santos los esposos. Hay que serlo: Hay que ir directos al Cielo Eterno. ¡Santos!

P. Jesús

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26 de Agosto / Santa Teresa de Jesús Jornet

Santa Teresa nació el 9 de enero de 1843, en Lérida, Cataluña. Deseaba ingresar en la vida religiosa y solicitó su admisión con las clarisas de Briviesca, cerca de Burgos, pero no pudo profesar a causa de la legislación en vigor. Se dedicó entonces a la enseñanza y se hizo terciaria carmelita. En 1872, fundó la primera casa en Barbastro, destinada a recoger ancianos sin familia y sin medios de subsistencia. El 27 de enero de 1873, tomó el hábito y fue nombrada superiora. Para poder recibir a más ancianos, compró el antiguo convento de los agustinos. Esta casa se convirtió más tarde, en la casa madre de la Congregación de Hermanitas de Ancianos Desamparados. Fue aprobada por la Santa Sede en 1887, y hasta ese año contaba ya con 58 filiales. Santa Teresa aprendió con las terciarias carmelitas la devoción a la Santísima Virgen y con las clarisas el amor a los pobres; en los ejercicios de San Ignacio, el ardiente deseo de indentificar constantemente sus sentimientos a la voluntad divina. La santa solía decir: «No hay nada pequeño cuando se trata de la gloria de Dios». Murió el 26 de agosto de 1897. Pío XII la beatificó el 27 de abril de 1958.

FUENTE: ACI Prensa 

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Teresa de Jesús Jornet

Como Santa Teresa de Jesús Jornet, hay que unir el amor y devoción a la Virgen María y el amor y servicio a los pobres. Hay que sentir el amor a Dios quemando nuestro corazón, incendiar de deseos de buenas obras nuestros pensamientos y sentir como el alma vuela para vivir en Dios y sirviendo por Él a los que viven en la tierra.

Santa Teresa de Jesús Jornet, cuidó de los ancianos desamparados. Y habrá tantos ancianos desamparados… todos estos que se divorcian, que pasan de pareja en pareja, que tienen hijos que no cuidan y a veces ni los alimentan, esos que ahora se drogan, beben y usan del sexo carnal para placer pasional; todos estos hombres y mujeres serán ancianos desamparados, muchos de ellos. Y habrá santas monjas, que cuidándolos por amor de Dios, salvarán sus vidas de la desesperación, de una desolación tal en sus últimos días. Las enfermedades del cuerpo se multiplicarán y los dolores serán punto de referencia usual en el hombre pecador, ese que fué orgulloso, ese que odió en vez de perdonar, ese que envidió posesiones y martirizó su cuerpo hasta tal extremo para seguir la moda que se le rebelará en la ancianidad. Y habrá monjas como Santa Teresa de Jesús Jornet, que llevando su cruz, ayudarán a llevar las cruces de ancianos desamparados.

Si tú tienes vocación a la caridad, no dejes pasar la oportunidad de servir a Dios cuidando de los ancianos, y con las obras de tu Amor a Dios, ellos beberán, además, el agua de la salvación. ¡Dios te necesita! No caigas en el error de ser pecador, de ser pecadora: tú, mantente firme y sé puntal fuerte en tu fe, pasa de la moda mundana y sigue la moda cristiana: ser católico.

Hay muchas almas que cuidar. Tú puedes ser otra Santa Teresa de Jesús Jornet.

P. Jesús
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27 de Agosto / Santa Mónica, Viuda

Santa Mónica
Madre de San Agustín
(Año 332- 387)

Mónica, la madre de San Agustín, nació en Tagaste (África del Norte) a unos 100 km de la ciudad de Cartago en el año 332.

Formación.
Sus padres encomendaron la formación de sus hijas a una mujer muy religiosa y estricta en disciplina. Ella no las dejaba tomar bebidas entre horas (aunque aquellas tierras son de clima muy caliente ) pues les decía : «Ahora cada vez que tengan sed van a tomar bebidas para calmarla. Y después que sean mayores y tengan las llaves de la pieza donde esta el vino, tomarán licor y esto les hará mucho daño.» Mónica le obedeció los primeros años pero, después ya mayor, empezó a ir a escondidas al depósito y cada vez que tenía sed tomaba un vaso de vino. Más sucedió que un día regañó fuertemente a un obrero y éste por defenderse le gritó ¡Borracha ! Esto le impresionó profundamente y nunca lo olvidó en toda su vida, y se propuso no volver a tomar jamás bebidas alcohólicas. Pocos meses después fue bautizada ( en ese tiempo bautizaban a la gente ya entrada en años) y desde su bautismo su conversión fue admirable.

Su esposo.
Ella deseaba dedicarse a la vida de oración y de soledad pero sus padres dispusieron que tenía que esposarse con un hombre llamado Patricio. Este era un buen trabajador, pero de genio terrible, además mujeriego, jugador y pagano, que no tenía gusto alguno por lo espiritual. La hizo sufrir muchísimo y por treinta años ella tuvo que aguantar sus estallidos de ira ya que gritaba por el menor disgusto, pero éste jamás se atrevió a levantar su mano contra ella. Tuvieron tres hijos : dos varones y una mujer. Los dos menores fueron su alegría y consuelo, pero el mayor Agustín, la hizo sufrir por varias décadas.

La fórmula para evitar discusiones.
En aquella región del norte de Africa donde las personas eran sumamente agresivas, las demás esposas le preguntaban a Mónica porqué su esposo era uno de los hombres de peor genio en toda la ciudad, pero que nunca la golpeaba, y en cambio los esposos de ellas las golpeaban sin compasión. Mónica les respondió : «Es que, cuando mi esposo está de mal genio, yo me esfuerzo por estar de buen genio. Cuando él grita, yo me callo. Y como para pelear se necesitan dos y yo no acepto entrar en pelea, pues….no peleamos».

Viuda, y con un hijo rebelde.
Patricio no era católico, y aunque criticaba el mucho rezar de su esposa y su generosidad tan grande hacia los pobres, nunca se opuso a que dedicará de su tiempo a estos buenos oficios.y Quizás, el ejemplo de vida de su esposa logro su conversión. Mónica rezaba y ofrecía sacrificios por su esposo y al fin alcanzó de Dios la gracia de que en el año de 371 Patricio se hiciera bautizar, y que lo mismo hiciera su suegra, mujer terriblemente colérica que por meterse demasiado en el hogar de su nuera le había amargado grandemente la vida a la pobre Mónica. Un año después de su bautizo, Patricio murió, dejando a la pobre viuda con el problema de su hijo mayor.

El muchacho difícil.
Patricio y Mónica se habían dado cuenta de que Agustín era extraordinariamente inteligente, y por eso decidieron enviarle a la capital del estado, a Cartago, a estudiar filosofía, literatura y oratoria. Pero a Patricio, en aquella época, solo le interesaba que Agustín sobresaliera en los estudios, fuera reconocido y celebrado socialmente y sobresaliese en los ejercicios físicos. Nada le importaba la vida espiritual o la falta de ella de su hijo y Agustín, ni corto ni perezoso, fue alejándose cada vez más de la fe y cayendo en mayores y peores pecados y errores.

Una madre con carácter.
Cuando murió su padre, Agustín tenía 17 años y empezaron a llegarle a Mónica noticias cada vez más preocupantes del comportamiento de su hijo. En una enfermedad, ante el temor a la muerte, se hizo instruir acerca de la religión y propuso hacerse católico, pero al ser sanado de la enfermedad abandonó su propósito de hacerlo. Adoptó las creencias y prácticas de una secta Maniquea, que afirmaban que el mundo no lo había hecho Dios, sino el diablo. Y Mónica, que era bondadosa pero no cobarde, ni débil de carácter, al volver su hijo de vacaciones y escucharle argumentar falsedades contra la verdadera religión, lo echó sin más de la casa y cerró las puertas, porque bajo su techo no albergaba a enemigos de Dios.

La visión esperanzadora.
Sucedió que en esos días Mónica tuvo un sueño en el que se vio en un bosque llorando por la pérdida espiritual de su hijo, Se le acercó un personaje muy resplandeciente y le dijo «tu hijo volverá contigo», y enseguida vio a Agustín junto a ella. Le narró a su hijo el sueño y él le dijo lleno de orgullo, que eso significaba que se iba a volver maniquea, como él. A eso ella respondió: «En el sueño no me dijeron, la madre irá a donde el hijo, sino el hijo volverá a la madre». Su respuesta tan hábil impresionó mucho a su hijo Agustín, quien más tarde consideró la visión como una inspiración del cielo. Esto sucedió en el año 437. Aún faltaban 9 años para que Agustín se convirtiera.

La célebre respuesta de un Obispo.
En cierta ocasión Mónica contó a un Obispo que llevaba años y años rezando, ofreciendo sacrificios y haciendo rezar a sacerdotes y amigos por la conversión de Agustín. El obispo le respondió: «Esté tranquila, es imposible que se pierda el hijo de tantas lágrimas». Esta admirable respuesta y lo que oyó decir en el sueño, le daban consuelo y llenaban de esperanza, a pesar de que Agustín no daba la más mínima señal de arrepentimiento.

El hijo se fuga, y la madre va tras de él.
A los 29 años, Agustín decide irse a Roma a dar clases. Ya era todo un maestro. Mónica se decide a seguirle para intentar alejarlo de las malas influencias pero Agustín al llegar al puerto de embarque, su hijo por medio de un engaño se embarca sin ella y se va a Roma sin ella. Pero Mónica, no dejándose derrotar tan fácilmente toma otro barco y va tras de él.

Un personaje influyente.
En Milán; Mónica conoce al santo más famoso de la época en Italia, el célebre San Ambrosio, Arzobispo de la ciudad. En él encontró un verdadero padre, lleno de bondad y sabiduría que le impartió sabios. Además de Mónica, San Ambrosio también tuvo un gran impacto sobre Agustín, a quien atrajo inicialmente por su gran conocimiento y poderosa personalidad. Poco a poco comenzó a operarse un cambio notable en Agustín, escuchaba con gran atención y respeto a San Ambrosio, desarrolló por él un profundo cariño y abrió finalmente su mente y corazón a las verdades de la fe católica.

La conversión tan esperada.
En el año 387, ocurrió la conversión de Agustín, se hizo instruir en la religión y en la fiesta de Pascua de Resurrección de ese año se hizo bautizar.

Puede morir tranquila.
Agustín, ya convertido, dispuso volver con su madre y su hermano, a su tierra, en África, y se fueron al puerto de Ostia a esperar el barco. Pero Mónica ya había conseguido todo lo que anhelaba en esta vida, que era ver la conversión de su hijo. Ya podía morir tranquila. Y sucedió que estando ahí en una casa junto al mar, mientras madre e hijo admiraban el cielo estrellado y platicaban sobre las alegrías venideras cuando llegaran al cielo, Mónica exclamó entusiasmada: » ¿ Y a mí que más me amarra a la tierra? Ya he obtenido de Dios mi gran deseo, el verte cristiano.» Poco después le invadió una fiebre, que en pocos días se agravó y le ocasionaron la muerte. Murió a los 55 años de edad del año 387.

A lo largo de los siglos, miles han encomendado a Santa Mónica a sus familiares más queridos y han conseguido conversiones admirables.

En algunas pituras, está vestida con traje de monja, ya que por costumbre así se vestían en aquél tiempo las mujeres que se dedicaban a la vida espiritual, despreciando adornos y vestimentas vanidosas. También la vemos con un bastón de caminante, por sus muchos viajes tras del hijo de sus lágrimas. Otros la han pintado con un libro en la mano, para rememorar el momento por ella tan deseado,  la conversión definitiva de su hijo, cuando por inspiración divina abrió y leyó al azar una página de la Biblia.

FUENTE: EWTN 

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Mónica, Viuda

Santa Mónica, mujer fuerte, alma noble y de recio corazón.

La fortaleza viene del temple del carácter. Es bueno templar el carácter y vencer con la voluntad la debilidad de la personalidad sin pulir, sin mejorar. Todos tenemos cosas buenas y malas porque Dios, en su misericordia, nos da la ayuda necesaria para que cumplamos con nuestra misión en la vida, que siempre está sujeta a ayudar a Dios dándole gloria con toda nuestra persona pero, como por el pecado original, tenemos en nuestro temperamento de la personalidad que nos viene dada, el bien y el mal, debemos pues con la voluntad, formar nuestro carácter y poder perfeccionar así toda labor que salga de nuestras manos. La fuerza está en saber dominarse y doblegarse para hacer sólo el bien y lo mejor para Dios.

La nobleza de alma, es recordar que venimos y somos de Dios; esa nobleza del alma nos empuja a ser mejores personas, es el señorío de nuestra voluntad, porque hay quien tiene voluntad para seguir pecando; la voluntad tiene que estar unida a la nobleza de alma para que sea buena y saquemos buen provecho de ella.

Recio corazón, para no dejar que los sentimentalismos nos aparten del amor a Dios.

Santa Mónica, mujer, esposa, madre perfecta.

Si quieres casarte, búscate una esposa así, como Santa Mónica, que se salvó y salvó a toda su familia; supo ver que su Patria definitiva tenía que ser el Cielo Eterno. Lo vio y luchó por ello. Sufrió mucho pero Dios le concedió sus deseos de santidad, para ella y los suyos. Otros sufren mucho y al final siguen sufriendo. Ella, Santa Mónica, sufrió pero ahora es feliz con Dios. Otros sufren y siguen sufriendo en el Infierno. Aprende de ella, que supo de qué va la vida: de sufrimiento, de renuncias y respeto, y aunque sufrió mucho, ahora no sufre más, es feliz por los siglos de los siglos. Consiguió lo que quería: Santidad.

Tú, como ella, sufre, pero sufre para gozar en la Eternidad Celestial.

Bendita Santa Mónica, ¡qué mujer, esposa y madre ejemplar!

P. Jesús

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28 de Agosto / San Agustín, Ob. de Hipona y Dr. de la Iglesia

Obispo, Doctor de la Iglesia. Agustín, significa: » Consagrado, bendecido» ( Augusto en latín, era lo que estaba consagrado a Dios o lo que era bendecido por la divinidad ).

Augustinos era un diminutivo de Augustus, o sea un pequeño consagrado, un pequeño bendecido. Nuestro santo resultó ser muy bendecido por Dios. San Agustín ha sido uno de los santos más famosos de la Iglesia católica. Después de Jesucristo y de San Pablo es difícil encontrar un líder espiritual que haya logrado ejercer mayor influencia entre los católicos que este enorme santo. Su inteligencia era sencillamente asombrosa, su facilidad de palabra ha sido celebrada por todos los países. De los 400 sermones que dejo escritos, han sacado y seguirán sacando material precioso para sus enseñanzas, los maestros de religión de todos los tiempos.

Nació en Tagaste (norte de África ) en el año 354. Su padre Patricio era pagano, de temperamento violento. Su madre Mónica, fervorosa católica, una gran santa. Tenía un hermano llamado Navigio (gran amigo suyo durante toda la vida) y una hermana que fue la primera religiosa en África, y para la cual el santo escribió la famosísima regla para las religiosas, en la cual se han basado los fundadores de comunidades en todo el mundo.

JUVENTUD BORRASCOSA De niño era sumamente inquieto, y aunque poseía una inteligencia envidiable y una memoria portentosa, tenían que castigarlo con azotes para que estudiara, porque lo único que le gustaba era jugar y divertirse. Sus padres lo mandaron a estudiar en Cartago, que era la ciudad más grande de la región, pero en el colegio se dejo llevar por los malos ejemplos y su comportamiento no fue nada santo. Eso sí, en las lecciones llego a ser numero uno, y en las declamaciones el que mas sobresalía. En las discusiones académicas era prácticamente invencible. Pero su moralidad no era ejemplar, muchos noviazgos, asistencia a funciones de teatro nada recomendables (contra esto predica después toda la vida).Hasta los 32 años su existencia es cadena continua de faltas y miserias morales. De todo ello habla en su más conocido libro.

UN LIBRO QUE SE HIZO FAMOSO Cuando Agustín se convirtió al catolicismo escribió el libro Confesiones, que lo ha hecho famoso en todo el mundo. Su lectura ha sido la delicia de millones de lectores en muchos países por muchos siglos. El comentaba que a la gente le agrada leer este escrito porque gozan leyendo de los defectos ajenos, pero no se esmeran en corregir los propios. La lectura de «Las Confesiones de San Agustín» ha convertido a muchos pecadores. Por ejemplo Santa Teresa cambio radicalmente de comportamiento al leer esas páginas.

PRIMEROS CAMBIOS Cuando joven tuvo una grave enfermedad y ante el temor de la muerte se hizo instruir en la religión católica y se propuso hacerse bautizar. Pero apenas recobró la salud se le olvidaron sus buenos propósitos y siguió siendo pagano. Más tarde criticará fuertemente a los que dejan para bautizarse cuando ya son bastante mayores, para poder seguir pecando. 
Luego leyó una obra que le hizo un gran bien y fue el «Hortencio» de Cicerón. Este precioso libro lo convenció de que cada cual vale más por lo que es y por lo que piensa que por lo que tiene.

CAMBIO PARA MAL Pero luego sucedió que tuvo un retroceso en su espiritualidad. Ingresó a la secta de los Maniqueos, que decía que este mundo lo había hecho el diablo y enseñaban un montón de errores absurdos. Luego se fue a vivir en unión libre con una muchacha y de ella tuvo un hijo al cual llamó Adeodato (que significa : Dios me lo ha dado).

ENCONTRONES CON LA MAMA Al terminar sus estudios en Cartago volvió a su tierra, Tagaste. Pero Mónica no pudo aceptar de ninguna manera que su hijo viviera en unión libre y además a la santa madre le horrorizan las herejías que su hijo profesaba en la secta de los Maniqueos. Así que, sin más ni más, lo hechó de la casa. Ella no quería ser alcahueta de los errores de su hijo.

OTRO CAMBIO Luego leyó las obras del sabio filósofo Platón y se dio cuenta de que la persona humana vale muchísimo más por su espíritu que por su cuerpo y que lo que más debe uno esmerarse en formar es su espíritu y su mente. Estas lecturas del sabio Platón le fueron inmensamente provechosas y lo van a guiar después durante toda su existencia.

UNA DESILUSION Se dedico a leer la Santa Biblia y se desilusiono, ya que le pareció demasiado sencilla y sin estilo literario, como los libros mundanos. Y dejo por un tiempo de leerla. Después dirá, suspirando de tristeza: «Porque la leía con orgullo y por aparecer sabio, por eso no me agradaba. Porque yo en esas páginas no buscaba santidad, sino vanidad por eso me desagradaba su lectura. ¡Oh sabiduría siempre antigua y siempre nueva. Cuan tarde te he conocido!» .

PROFESOR En Tagaste y en Cartago, se dedicó a dar clases por nueve años, con notable éxito. Pero luego dispuso viajar a Roma, para enseñar en esa capital. 
FUGA FRACASADA La mama que temía que en Roma podría extraviársele más su hijo, dispuso acompañarlo en su viaje a Roma. Pero Agustín deseaba viajar solo y la engaño el día de embarcarse, enviándola a la Iglesia a rezar, mientras este se subía al barco. Después dirá: «Yo engañaba a mi madre, que me amaba como nadie más lo podía hacer en la tierra». Pero Mónica viajo después en otro barco y aunque al llegar a Roma se encontró con la noticia que se había ido a Milán, allá lo siguió, en adelante será como un ángel de la guarda ( en Roma se desilusionó Agustín, porque los alumnos no pagaban nada por sus enseñanzas ).

SU ENCUENTRO PROVIDENCIAL El hombre que marcó definitivamente la existencia de nuestro santo, fue San Ambrosio, arzobispo de Milán, sabio famoso, líder espiritual indiscutible en la ciudad y el país, gran orador y escritor brillantísimo. Desde el principio el joven profesor se siente como deslumbrado por la sabiduría y santidad de este gran arzobispo y empieza a no faltar a ninguno de sus sermones, y de su modo de pensar y de vivir comienza a transformarse por completo.

EL JUEGO QUE CAMBIO UNA VIDA Agustín tiene varios amigos que lo acompañan, aconsejan y animan. Son Alipio, que desde joven lo ha ayudado siempre. Elpidio, su hermano y Adeodato, su hijo. Un día Romaniano, le cuenta la historia de San Antonio Abad que dejo su vida de riquezas y comodidades y se fue a un desierto a rezar y hacer penitencia, y Agustín exclama: «Todos estos se atrevieron a dejar su vida mundana y empezar una vida de santidad ¿por que yo no? ¿qué es lo que me detiene para dar este paso?» Y fue entonces cuando en la casa de la vecina unos niños que jugaban y repetían mucho la frase: «Abra y lea!! ¡Abra y lea!! ¡Abra y lea!! El no recordaba haber oído nunca repetir esa frase en un juego, consideró aquello como un aviso de Dios y abrió el primer libro que encontró a mano. Era la santa Biblia. Y ahí en el capítulo 13 de la Carta de San Pablo a los Romanos, en el verso 13 del capitulo 13 leyó lo siguiente: «Portémonos no como quien esta en las tinieblas y oscuridad, sino como quien obra en pleno día y a plena luz, comportémonos de la manera más digna posible. Nada de impurezas ni de vicios o excesos de ninguna clase, no nos dejemos llevar por la carne y sus concupiscencias» Aquello fue como un relámpago en su cerebro, empezó a llorar y se dio cuenta que hasta entonces su comportamiento había sido todo lo contrario de lo que Dios manda en estas frases que acababa de leer, y que era necesario empezar una vida totalmente nueva y distinta de la anterior, tenía 32 años, los siguientes 40 años serán de sorprendente santidad, progresando cada vez más y más.

LA CONVERSION Despacho a África a la madre de Adeodato y nunca más se volverá a encontrar con ella. Abandono para siempre los juegos de azar y las fiestas mundanas (Ya había quemado los libros de los herejes Maniqueos, convencido de que lo que enseñaban eran errores horrendos) Y se dedico con todo entusiasmo a prepararse para hacerse bautizar y llegar a ser cristiano católico. Mónica gozaba lo indecible.

EL BAUTISMO En Pascua del año 387, Agustín recibe solemnemente el bautismo de manos del arzobispo de Milán, San Ambrosío. En ese día fueron bautizados también su amigo Alipio, su hijo Adeodato que tenía 15 años.

LA MUERTE DE MONICA La santa madre de Agustín, no se cambiaba por nadie, ya había logrado todo lo que anhelaba, la conversión de su hijo. Ahora podía partir contenta para la eternidad. Y entonces sucedió que viajando con Agustín para el África, antes de embarcarse en el puerto de Ostia, ella se sintió morir, y llamando a su hijo le dijo emocionada: «¿ Que me queda por esperar en esta vida ? Ya he logrado lo que más deseaba: verte cristiano católico» Y expiró en sus brazos dulcemente. Agustín la lloró amargamente y durante toda su vida guardo su recuerdo, como su tesoro más preciado de la juventud.

SACERDOTE Y OBISPO Al volver al África fue ordenado sacerdote y el obispo Valerio de Hipona, que tenía mucha dificultad para hablar, lo nombró su predicador. Y pronto empezó a deslumbrar con sus maravillosos sermones. Predicaba tan hermoso, que nadie por ahí, había escuchado hablar a alguien así, la gente escuchaba hasta por tres horas seguidas sin cansarse. Los temas de sus sermones, eran todos sacados de la santa Biblia, pero con un modo tan agradable y sabio que la gente se entusiasmaba.

Y sucedió que al morir Valerio, el obispo, el pueblo lo aclamo como nuevo obispo y tuvo que aceptar. En adelante será un obispo modelo, un padre bondadoso para todos. Vivirá con sus sacerdotes en una amable comunidad sacerdotal donde todos se sentirán hermanos. El pueblo siempre sabia que la casa del obispo Agustín siempre estará abierta para los que necesitan ayuda espiritual o material. Será gran predicador invitado por los obispos y sacerdotes de comunidades vecinas y escritor de libros bellísimos que han sido y serán la delicia de los católicos que quieran progresar en la santidad. El tenía la rara cualidad de hacerse amar por todos.

MARTILLO DE LOS HEREJES Había en el norte de África unos herejes llamados Donatistas, que enseñaba que la Iglesia no debe perdonar a los pecadores y que como católicos solamente deben ser admitidos los totalmente puros ( pero ellos no tenían ningún reparo en asesinar a quienes se oponían en sus doctrinas ) Agustín se les opuso con sus elocuentes sermones y brillantísimos escritos, y ellos no eran capaces de responderle a sus razones y argumentos. Al fin el Santo logró llevar a cabo una reunión en Cartago con todos los obispos católicos de la región y todos los jefes de los Donatistas y allí los católicos dirigidos por nuestro santo derrotaron totalmente en todas las discusiones a los herejes, y estos fueron abandonados por la mayor parte de sus seguidores, y la secta se fue acabando poco a poco.

LOS PELAGIANOS Vino enseguida otro hereje muy peligroso. Un tal Pelagio, que enseñaba que para ser santo no hacía falta recibir gracias o ayudas de Dios, sino que uno mismo por su propia cuenta y propios esfuerzos logra llegar a la santidad. Agustín que sabía por triste experiencia que por 32 años había tratado de ser bueno por sus propios esfuerzos y que lo único que había logrado era ser malo, se le opuso con sus predicaciones y sus libros y escribió un formidable tratado de «La Gracia», el cual prueba que nadie puede ser bueno, ni santo, si Dios no le envía gracias ni ayudas especiales para serlo, en este tratado tan lleno de sabiduría, se han basado después de los siglos, los teólogos de la Iglesia católica para enseñar acerca de la gracia.

SU ULTIMO LIBRO Cuando Roma fue saqueada y casi destruida por los bárbaros de Genérico, los antiguos paganos habían dicho que todos estos males habían llegado por haber dejado de rezar a los antiguos dioses paganos y por haber llegado la religión católica. Agustín escribió entonces un nuevo libro, el más famoso después de las Confesiones, «La Ciudad de Dios» (empleó 13 años redactándolo ) . Allí defiende poderosamente a la religión católica y demuestra que las cosas que suceden, aunque a primera vista son para nuestro mal, están todas en un plan que Dios hizo en favor nuestro que al final veremos que era para nuestro bien. ( Como dice San Pablo: «Todo sucede para bien de los que aman a Dios»).

MUERTE DICHOSA En el año 430 el santo empezó a sentir continuas fiebres y se dio cuenta de que la muerte lo iba alcanzar, tenía 72 años y cumplía 40 años de ser fervoroso católico, su fama de sabio, de santo y de amable pastor era inmensa. Los bárbaros atacaban su ciudad de Hipona para destruirla, y el murió antes de que la ciudad cayera en manos de semejantes criminales. A quién le preguntaba que si no sentía temor de morir, el les contestaba: «Quien ama a Cristo, no debe tener miedo de encontrarse con El». Pidió que escribieran sus salmos preferidos en grandes carteles dentro de su habitación para irlos leyendo continuamente (él en sus sermones, había explicado bellísimamente los salmos). Durante su enfermedad curó un enfermo, con solo colocarle las manos en la cabeza y varías personas que estaban poseídas por malos espíritus quedaron libres. (San Posidio, el obispo que lo acompaño hasta sus últimos días, escribió después su biografía).

El 28 de agosto del año 430, se cumplió aquella frase famosa que había escrito » Nos has creado para Ti Señor, y nuestra alma no encontrara la verdadera paz, sino cuando logre descansar en Ti”. En ese día descanso en la paz del Señor, y fue a gozar para siempre en el cielo, de la verdadera paz, la que nunca se va acabar.

San Agustín te admiramos, pídele a Dios para nosotros una conversión como la que te concedió a ti. Quiera Dios que así sea.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Agustín, Ob. de Hipona y Dr. de la Iglesia

Hay quienes sólo quieren a Dios cuando ven perder su vida, cuando tienen graves enfermedades, pero curan y se olvidan de Dios. Eso mismo le ocurrió a San Agustín, Obispo de Hipona y Doctor de la Iglesia.

Pero Dios, en su misericordia, le dió a Agustín una madre santa, así que fue perseguido, literalmente perseguido, por su bendita madre que quería que Dios hiciera de él, de Agustín, un santo. Y cuando una buena madre se empeña en algo, ese algo. si lo pide a Dios por intercesión de la Virgen María, ya no es un imposible, sino que se hace posible por la misma Providencia de Dios, que concede madres buenas y suegras buenas a los futuros santos del mañana en el siempre de hoy.

Las mujeres, Dios siempre ha confiado en las mujeres. La historia nos lo muestra, nos demuestra lo mucho que Dios ama y confía en las mujeres santas.

Recordemos siempre que San Agustín, como muchos otros santos, lo fué por su santa madre que lleva la aureola de santidad.

Hago un llamamiento a las mujeres, a las que van a ser madres, para decirles que Dios espera mucho de ellas, que confía mucho en ellas, y que tiene un plan perfecto para ellas: el plan de la salvación de ellas y sus familias. Que se unan a la voluntad de Dios y la hagan suya, que se realice sirviendo a Dios y a su familia. Que de eso va la vida, de realizar un servicio desinteresado a Dios mismo, que confía en ella para este mundo nuevo y mejor, en donde la mujer no renuncia a ser lo que es, no quiere ser otra cosa que lo que es: hija de Dios, madre de la nueva generación, alma del hogar: y con una vida ejemplar y llena de fe y alegría, avanza por la vida con la fuerza moral de ser lo que es y vivir para lo que es: mujer; madre.

¿Por qué hablo de madres en la vida de San Agustín? ¡Exacto! Porque fué la madre de San Agustín la que unida, a Dios y por intercesión de la bendita siempre Virgen María, consiguió lo inconseguible, que un gran pecador, Agustín, sea ahora Santo y Doctor de la Iglesia, por su sabiduría en la fe de la vida y las obras de Dios: Teología.

Hay muchos que serían otros San Agustín, pero sus madres dicen que se “están realizando” con su trabajo social pagado y que se las jubila a los sesenta, sesenta y pico de años. Y, ¿Luego qué? ¿A viajar? No está mal viajar para ir al encuentro de un hijo perdido, como hizo Santa Mónica; esa mujer sí que sabía de lo que iba la vida y de lo que es vivirla a tope. ¡Todo por Dios! ¡Qué gran mujer y madre! ¡Qué gran esposa! Después de Santa María Virgen, ella es una de las mujeres que más bien ha hecho a la Iglesia, pero parece extraño que muy pocas la imitan. ¡Qué pena! ¡Cuántos hijos se pierden cada año! Cuantas mueren sufriendo de pena, con una gran jubilación en el banco. Bueno, a veces es una pequeñísima jubilación en el banco. ¡Qué ridículo es el ser humano! Sobre todo, cuántas mentiras dicen muchas mujeres católicas cuando, ante el altar, van a contraer libremente matrimonio; dicen una cosa y hacen otra. Eso no lo pudiera hacer una hija de María, pero, por esos hijos perdidos, vemos que sí que lo hacen. Las obras de la fe brillan por su ausencia.

Santa Mónica, tú sí que fuiste verídica en tus proclamaciones de amor a Dios. Que alegría siento en mi corazón cuando pienso en ti. ¡Eres maravillosa!

P. Jesús
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29 de Agosto / San Juan Bautista

El Martirio de San Juan Bautista

Año 30 Herodes Antipaz había cometido un pecado que escandalizaba a los judíos porque está muy prohibido por la Santa Biblia y por la ley moral. Se había ido a vivir con la esposa de su hermano.

Juan Bautista lo denunció públicamente. Se necesitaba mucho valor para hacer una denuncia como ésta, porque esos reyes de oriente eran muy déspotas y mandaban matar sin más ni más a quien se atrevía a echarles en cara sus errores.   Herodes al principio se contentó solamente con poner preso a Juan, porque sentía un gran respeto por él.

Pero la adúltera Heroidas estaba alerta para mandar matar en la primera ocasión que se le presentara, al que le decía a la concubina que era pecado esa vida que estaban llevando.  Cuando pidieron la cabeza de Juan Bautista el rey sintió enorme tristeza porque estimaba mucho a Juan y estaba convencido de que era un santo y cada vez que le oía hablar de Dios y del alma se sentía profundamente conmovido.

Pero por no quedar mal con sus compinches que le habían oído su juramento (que en verdad no le podían obligar, porque al que jura hacer algo malo, nunca le obliga a cumplir eso que ha jurado) y por no disgustar a esa malvada, mandó matar al santo precursor.  

Este es un caso típico de cómo un pecado lleva a cometer otro pecado. Herodes y Heroidas empezaron siendo adúlteros y terminaron siendo asesinos. El pecado del adulterio los llevó al crimen, al asesinato de un santo.  

Juan murió mártir de su deber, porque él había leído la recomendación que el profeta Isaías hace a los predicadores: «Cuidado: no vayan a ser perros mudos que no ladran cuando llegan los ladrones a robar». El Bautista vio que llegaban los enemigos del alma a robarse la salvación de Herodes y de su concubina y habló fuertemente. Ese era su deber. Y tuvo la enorme dicha de morir por proclamar que es necesario cumplir las leyes de Dios y de la moral.

Fue un verdadero mártir.  

Señor: te rogamos por tantas parejas que viven sin casarse y en pecado. Perdónales y concédeles la verdadera conversión. Y te suplicamos que nunca dejes de enviarnos valientes predicadores, que como Juan Bautista no dejen a los pecadores estar tranquilos en su vida de pecado por que los puede llevar a la perdición, y que despierten las conciencias de sus oyentes para que cada uno prefiera morir antes que pecar.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Juan Bautista

Hablo hoy para los hombres y mujeres de fe, los que tienen del deber de saber, de dejar la ignorancia y desear morir antes que pecar.

San Juan Bautista murió, lo mataron por ser fiel a su fe, y si le preguntaban por si estaba bien lo que hacía Herodes conviviendo con la esposa de su hermano, él, profeta y santo, tenía que decir la verdad de la Biblia; no es que se pusiera él, Juan Bautista a hablar de Herodes porque sí, sino porque le preguntaban por su conducta, si era correcta a los ojos y voluntad del Dios verdadero; y él, decía la verdad: Es pecado vivir con una mujer que tiene esposo e hijos de otro. Y eso que Herodes no era judío, pero la ley de Dios es para vivir lo natural en el ser humano, para vivir por lo que somos: hijos de Dios. Todos somos hijos de Dios.

Ahora son tantos los pecados del hombre que al llamar sólo pecado a vivir con una mujer que tiene esposo, nos quedamos cortos, porque el primer y gran mandamiento no se cumple casi nunca: Amarás a Dios sobre todas las cosas y personas; incluso los mismos bautizados se olvidan de Dios y profesan otras religiones que no son verdaderas. Hoy día, sentenciar los pecados de los sin fe tiene que hacerse junto con pedir a los que dicen tener fe, que dejen de pecar de una vez; que por favor, que por el amor de Dios, se acuerden de Él y vivan para amarlo sobre todas las cosas. Hoy en día hay grandes pecadores dentro de la misma Santa Iglesia Católica. Y muchos pecan con su propia mujer, que la tratan como a una concubina, y ellas se dejan tratar así, es más, lo piden y lo exigen. No quieren ser madres, quieren ser producto de placer. No quieren respeto, quieren realizarse ganando dinero, y todo esto también es pecado.

Hablar de pecados hoy en día, aún pervierte más. Hay que hablar de virtudes, de lo que ¡sí! se tiene que hacer, de lo que Dios quiere, porque es más corto enumerar las virtudes, que no la larga lista de pecados que hoy día se cometen, incluso por muchos bautizados. Hay sacerdotes que no entienden de qué va el matrimonio; ¡que lo estudien! Porque tienen el deber de dar buena doctrina, como hizo San Juan Bautista. Hay que estudiar el derecho canónico, hay que saber para enseñar y resguardar el alma de pecar, no es todo confortar el alma del pecador, hay que mostrarle las maravillas de una vida digna como hijo fiel a Dios, y perfecta en el desarrollo de su persona. Las confesiones están para perdonar los pecados en nombre de Dios, y para enseñar y ayudar a ser mejores, a ser santos: El confesor debe ser un guía de santos, debe amar tanto a los pecadores como él mismo, que debe, a cada uno, enseñarle el camino de su propia perfección. A un chismoso y calumniador, que de estos hay muchos hoy en día, le debe poner ejercicios de atar la lengua, de rezar por las personas, e infundirles una vida santa de misericordia. A los que miran pornografía, hay que decirles claramente que el cuerpo, aún cuando es hermoso a nuestros ojos, es todo él para que el alma pueda vivir en la tierra y desarrollar su vida y hacer sus funciones vitales, y que no es humano desear sólo el cuerpo de una persona, que es realmente cuerpo y alma; que es pecado grave despreciar al alma, a la parte espiritual de otra persona; que aunque se exhibe públicamente y hace posturas excitables, ese cuerpo tiene un alma, posee la dignidad de haber sido creada por Dios; y que por respeto a ser lo que es: hija de Dios, hijo de Dios, que lo mire globalmente y no sólo como un cuerpo, deseable para que unas cuantas hormonas revoloteen y den una cierta euforia al cuerpo por ver, por imaginar, por desear, porque hay placer en desear, a veces, más que en tener y hacer. Hay que enseñar a esta persona los deleites del alma espiritual, de no ver sólo el cuerpo, sino ver la totalidad que es el ser humano. Hay tanto trabajo en el confesonario, que no sirve sólo media hora antes de la Misa; hay que estar en la Iglesia todo el día, tenerla abierta y el sacerdote o sacerdotes estar pendientes de las almas. ¿Cómo es que el sacerdote esté tan poco tiempo en la Iglesia? ¿Por qué se hizo sacerdote? Puede estudiar en la misma iglesia mientras espera con misericordia y caridad  a las personas necesitadas de ayuda espiritual. Puede pedir que vayan otros feligreses con él, y allí con Jesús, esperen a las almas atormentadas. Todos los organismos trabajan ocho horas diarias, ¿qué pasa con la Iglesia? Tan magníficas iglesias… y ¡cerradas! Con tantos dolores y sudores, fueron piedra a piedra edificadas, y están cerradas. Sacerdotes benditos, hago un llamamiento como hermano vuestro: ¿Por qué no darles a los feligreses ocho horas al día de trabajo en la Iglesia? ¿Por qué no?

Cuantas almas se salvarían.

Vendrá la generación nueva de Iglesia Doméstica, que  tendrán en las Iglesias un lugar de encuentro con las almas que verán en los sacerdotes a verdaderos profetas, como fue San Juan Bautista.

P. Jesús

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