Saltar al contenido

A - 2. página

28 de Febrero / Beata Antonia de Florencia, Viuda

La beata se casó muy joven y perdió a su esposo a los pocos años. Deseando consagrarse enteramente a Dios, opuso resistencia decidida a los intentos de sus parientes de casarla de nuevo. En 1429, la Beata Angelina de Marsciano envió a dos de sus religiosas a fundar en Florencia el quinto convento de Terciarias Regulares de San Francisco y la beata fue una de las primeras en entrar en él. Un año más tarde, su superiora la nombró superiora del convento de Santa Ana de Foligno, y tras tres años, fue enviada a gobernar la nueva comunidad de Aquila.

Cuando San Juan Capistrano pasó por la ciudad, la beata Antonia le manifestó que deseaba una regla más estricta. El santo comprendió su anhelo y consiguió que se le cediese el monasterio de Corpus Christi, que otra orden acababa de construir. Ahí se retiró Antonia con once de sus religiosas, en 1447, para practicar la regla original de Santa Clara en todo su rigor.

La humildad y la paciencia eran la virtudes características de la Beata Antonia, quien durante 15 años tuvo que soportar una dolorosa enfermedad, además de una multitud de severas pruebas espirituales. Antonia era digna hija de San Francisco por su amor a la pobreza. Algunos testigos narraron que habían visto varias veces a la beata arrebatada en éxtasis a cierta altura del suelo, y que una vez un globo de fuego apareció sobre su cabeza e iluminó el sitio en que se hallaba orando.

La beata falleció en 1472. Su culto fue confirmado en 1847.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Beata Antonia de Florencia, Viuda

Sí, los santos pueden haberse casado y perdido su virginidad, pueden haber tenido hijos o no de su matrimonio, y pueden ser consagrados en su celibato o en su matrimonio o vida religiosa; los santos, como la beata Antonia de Florencia, viuda, tienen algo en común: su amor exclusivo a Dios Uno y Trino, a Santa María, San José, a los Santos y Ángeles.

P. Jesús
© copyright

21 de Abril / San Anselmo, Arzobispo de Canterbury

Nació en Aosta del Piamonte hacia el año 1033. Ingresó al monasterio de Bec a los 26 años y tres años más tarde, ocupó el cargo de prior del monasterio. El santo era un pensador original e independiente, de gran cultura y fue sin duda el mayor teólogo de su tiempo y el «padre de la escolástica». En 1078, después de 15 años de priorato, Anselmo fue elegido abad de Bec, lo cual obligaba a viajar con frecuencia a Inglaterra, donde la abadía contaba con algunas propiedades. Pese a que el rey Guillermo el Rojo se rehuía a nombrar a Anselmo como Arzobispo de Canterbury, una poderosa enfermedad lo hizo reflexionar y nombró a San Anselmo como Arzobispo. Sin embargo, la conversión del rey no fue total; empezó a oprimir a la Iglesia siempre que podía cuando el clero no se plegaba a su voluntad, exigiéndoles elevados impuestos y hasta logró desterrar a San Alselmo.

La muerte de Guillermo puso fin al destierro del santo; sin embargo nuevamente surgieron las dificultades cuando Enrique I reclamó su derecho de investidura de los laicos sobre las abadías y catedrales. La oposición del rey y el Arzobispo fue agravándose cada día, hasta que se extendió el rumor de que San Anselmo iba a excomulgar al rey, quien de inmediato se reconcilió con el santo. La salud de San Anselmo, que era muy anciano se debilitó mucho y falleció en 1109 entre los monjes de Canterbury.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Anselmo, Arzobispo de Canterbury

Los santos sufren sin duda alguna, sufren espiritualmente y sufren por persecuciones, digamos sociales, porque como dice el salmo número dos, y sin hacer caso de él, muchos se unen para dañar al justo, para perseguir al bueno y quedarse con lo suyo o por lo menos destruirle sus pertenencias, sean hijos buenos, mujer con salud, marido con trabajo, o religiosos o sacerdotes de sus cargos, vocación o misión; se unen para destruir, para hacer las obras de Satanás.

San Anselmo, arzobispo de Canterbury, hombre solitario, con una mente llena de sus propias y santas ideas, que él mismo meditaba y aceptaba según su reflexión y bajo la luz de los diez mandamientos de la Ley de Dios, y pasado todo por su santo criterio en el análisis humano de su buena conciencia en el bien y la Verdad. Los hombres pueden ser brillantes, porque son a imagen y semejanza de Dios, y como Dios no van al mal ni aceptan nada malo. Los hombres, los varones, tienen la capacidad en su elemento sexual que los diferencia del otro sexo, de meditar una a una las cosas y circunstancias de la vida sin necesidad de tenerlo todo claro; más que el todo, los varones sintetizan, y esto es bueno, porque a veces en el todo hay el caos; en cambio, clasificando las circunstancias, se puede hacer un mundo de paz. La mujer quiere que todo esté bien, no acepta tener unos éxitos y a la vez algunos fracasos; por eso se derrumban tan fácilmente y muchas fracasan en todo; en cambio el varón arregla, combate una idea, una circunstancia, y luego pasa a otra y a otra, y así llega su abundancia de bienes. El hombre y la mujer se compenetran y, de su ayuda mutua, el mundo es mejor cada día, y hay alegría en las vidas de la humanidad. Hoy en día no luchan juntos el hombre y la mujer, por eso la sociedad está tan debilitada, porque cada uno va a la suya, incluso en la misma casa, en el mismo hogar. Eso han enseñado y enseñan algunos en la sociedad y por eso no hay felicidad, la felicidad reside en un trabajo en equipo entre el varón y la mujer, porque el mundo, la vida es de los dos. Muchos santos han colaborado juntos hombre y mujer y, si han sido matrimonio, además de salvarse han hecho un hogar brillante y, si han sido amigos, buenos amigos, desinteresados amigos de lo humano y unidos en santidad, han hecho también grandes cosas uno al otro y ambos a la humanidad. ¡No tengáis miedo a la santa amistad! Y dejad de ver en todo el placer del sexo, porque existe el placer espiritual, como lo vivieron Santa María y San José, que ambos, los dos, unidos, sólo pensaban cada uno en amar y servir a Dios, y ayudarse a poder cumplir esta alta Misión: ser santos. Y si ellos lo hicieron, vosotros podéis también hacerlo. ¡Hacedlo! Que vuelva la amistad a la vida, que pase esta moda de verlo todo a la luz de lo sexual, y que las virtudes y la Gracia de Dios haga, por vuestra oración y con vuestra voluntad, la nueva generación de amigos de Dios. Sed buenos unos con otros, sin usar, sin pensar en el sexo, sino en que hay un Reino, un lugar mejor en la continuación de la vida, donde allí nadie se casará, porque seremos como ángeles. Apostad por la amistad desinteresada, esa que siempre pone a Dios por medio. Y también sed amigos los del mismo sexo, y que sólo haya pensamientos sexuales entre los esposos; por lo demás, sed puros, sed castos; haced películas, escribid libros de este tipo de amor, y el mundo irá cambiando si, unidos a Dios, hacéis como san Anselmo, arzobispo de Canterbury; y sois santos con un pensamiento original e independiente, de gran cultura e instruidos en teología; estudiad a Dios, aprended de Dios y de la vida, y seréis los propulsores de un mundo mejor, una mejor civilización que la que, por desgracia y por Satanás que ha invadido los pensamientos y los corazones, está induciendo a todos a una vida sexual perversa y pervertida, donde muchos terminan con el suicidio, y antes sólo han dado mal y han hecho maldades, quitando la esperanza de los niños, de las madres y los padres, de los que esperan un mundo mejor, y encuentran la basura de la degradación del hombre, del mal, del error, del pecado. El mundo peca, y pocos practican las virtudes que tenía san Anselmo; pedídselas a Dios por su intercesión, y el santo os ayudará en todo; pero dadle tiempo, se necesitan años para adquirir cultura, para conocer teología santa, para poseer virtudes; dejaos de vivir ese hoy de éxito que os dicen que hay que vivir, y vivid un hoy de trabajo, de dedicación, de esfuerzo en virtudes, para que cada día seáis mejores.

Amigos, hijos de Dios, yo me dediqué y me dedico a ello, a hacer con Dios un mundo mejor, aceptando mi Misión y teniendo muchos amigos: todos vosotros. Gracias por leerme; os bendigo y pido a Dios os dé la Gracia de ser brillantes y brillar en el mundo por vuestra santidad. ¡Estudiad! ¡Aprended! ¡Vivid la fe con obras! Amén.

P. Jesús
© copyright

2 de Mayo / San Atanasio, Arzobispo de Alejandría

San Atanasio fue desterrado cinco veces por defender la religión. Nació en Alejandría, Egipto, hacia el año 297. Siendo todavía un niño en el año 311, presenció el martirio de su obispo Pedro de Alejandría y de otros cristianos, muertos en la persecución que hicieron los paganos. Luego supo con alegría que el año 313 el emperador Constantino declaraba la libertad religiosa para los cristianos.

Con grandes cualidades para la oratoria y una brillante inteligencia, se dedicó a prepararse para el sacerdocio, y siendo diácono fue escogido como secretario de Alejandro, arzobispo de Alejandría. A los 23 años escribió su primer libro acerca de la Encarnación de Jesucristo.

Por aquél tiempo apareció en Alejandría un hereje llamado Arrio, que negaba la naturaleza divina de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre. Atanasio se dedicó a combatir contra esta herejía. Colaboró para que los obispos del mundo se reunieran a discutir sobre esta herejía que tanto daño estaba causando a la Iglesia. Así, se dio el Primer Concilio, el Concilio de Nicea, en el año 327, donde condenaron a Arrio y decretaron que debía ser derrotado. San Atanasio asistió a ese Concilio como secretario y consejero de su obispo Alejandro.

Fue el obispo más famoso de su siglo. Tuvo que vivir en una época sumamente difícil y combatir contra los enemigos de la Verdad. En sus 45 años de sacerdocio no dejó nunca de predicar en favor de Jesucristo. Murió el 2 de mayo del año 373, a los 76 años.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Atanasio, Arzobispo de Alejandría

Tú, como los santos, como San Atanasio, Arzobispo de Alejandría, haz lo mismo: No dejes nunca de predicar a favor de Jesucristo.

P. Jesús
© copyright

5 de Mayo / San Ángel, Mártir

Fue uno de los primeros miembros de la Orden del Carmelo. Sus padres fueron judíos convertidos al cristianismo gracias a una aparición de la Santísima Virgen. Desde la infancia mostró extraordinarios dones para lo espiritual y lo intelectual. A los 15 años hablaba ya el griego, el latín y el hebreo. Durante cinco años vivió como ermitaño en el Monte Carmelo. En Sicilia, convirtió a muchos con su predicación y milagros y en Palermo convirtió a más de 200 judíos. Cuando se encontraba predicando a una multitud, en Locata, fue acuchillado por una banda de malhechores. Herido de muerte, cayó de rodillas y oró por todo el pueblo y en particular por los que lo habían herido.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Ángel, Mártir

Los santos perdonan siempre, como lo hizo san Ángel, mártir, y como lo haces tú.

P. Jesús
© copyright

27 de Mayo / San Agustín de Canterbury

Agustín de Canterbury es considerado uno de los más grandes evangelizadores, al lado de San Patricio de Irlanda y San Bonifacio en Alemania. Tiene el gran mérito de haber dirigido la evangelización de Inglaterra.

Era superior del convento benedictino de Roma, cuando el Sumo Pontífice San Gregorio Magno se le ocurrió en el año 596 tratar de evangelizar a la isla de Inglaterra que era pagana. Conociendo el espíritu generoso y emprendedor de Agustín, que no se acobardaba ante ninguna dificultad, y además sus grandes virtudes, el Papa lo envió con 39 monjes más a tratar de convertir a esos paganos sajones.

Y sucedió que al llegar Agustín y sus 39 compañeros a la costa, donde se tomaba la embarcación para llegar a Inglaterra, allí les contaron terribles barbaridades acerca de los habitantes de esa isla, y los otros misioneros sintieron mucho miedo y enviaron al santo a que fuera a Roma a contarle al Pontífice lo peligroso que era esto que iban a emprender. Agustín fue a hablar con el Papa, pero san Gregorio lo animó de tal manera, recordándole que Dios les concedería la buena voluntad de aquellas gentes, que ya desde entonces Agustín no se dejó desanimar por los temores.

En Inglaterra mandaba el rey Etelberto que tenía una esposa muy santa (que después se llamó Santa Berta) y el primer regalo que Dios les concedió a los nuevos misioneros fue darles la buena voluntad del rey. Este los recibió muy cariñosamente y les pidió que le enseñaran la religión, y tanto le agradó que pronto se hizo bautizar y les regaló su palacio real para que les sirviera de convento a los misioneros y les dio un templo en Canterbury para que allí enseñaran. Y en ese sitio está ahora la más famosa catedral de Inglaterra: la Catedral de Canterbury.

El rey dejó en libertad a los súbditos para que escogieran la religión que quisieran, pero les recomendó que se instruyeran en la religión de Jesucristo y tanto les agradaron a aquellas gentes las enseñanzas de Agustín y sus monjes, que en la Navidad del año 597 se hicieron bautizar 10,000 ingleses y entre los nuevos bautizados estaban los que ocupaban los cargos más importantes de la nación.

Agustín envió a dos de sus mejores monjes a Roma a contarle al Sumo Pontífice tan hermosas noticias, y el Papa en cambió le envió el nombramiento de arzobispo, y otro buen grupo de misioneros, y cálices y libros para las celebraciones y muchas imágenes religiosas que a esas gentes recién convertidas les agradaban en extremo. San Gregorio se alegró muchísimo ante noticias tan consoladoras, y le recomendó a San Agustín un simpático plan de trabajo.

San Gregorio, sabiendo que la principal virtud del obispo Agustín era la docilidad a sus superiores, le envió las siguientes recomendaciones 1º. No destruir los templos de los paganos, sino convertirlos en templos cristianos. 2º. No acabar con todas las fiestas de los paganos, sino convertirlas en fiestas cristianas. Por ejemplo ellos celebraban las fiestas de sus ídolos con grandes banquetes en los cuales participaban todos. Pues hacer esos banquetes, pero en honor de los mártires y santos. 3º. Dividir el país en tres diócesis: Canterbury, Londres y York.

Nuestro santo cumplió exactamente estas recomendaciones, que le produjeron muy buenos resultados. Y fue nombrado por el Papa, jefe de toda la Iglesia Católica de Inglaterra (Arzobispo Primado). En las reuniones sobresalía entre todos por su gran estatura y por su presencia muy venerable que infundía respeto y admiración.

San Agustín escribía frecuentemente desde Inglaterra al Papa San Gregorio a Roma pidiéndole consejos en muchos casos importantes, y el Sumo Pontífice le escribía ciertas advertencias muy prácticas como estas: «Dios le ha concedido el don de hacer milagros, y le ha dejado el inmenso honor de convertir a muchísimos paganos al cristianismo, y de que las gentes lo quieran y lo estimen mucho. Pero cuidado, mi amigo, que esto no le vaya a producir orgullo. Alégrese de haber recibido estos regalos del buen Dios, pero tenga temor de no aprovecharlos debidamente. Consuélese al ver que con los milagros y la predicación logra que tantos paganos se vuelvan cristianos católicos, pero no vaya a creerse mejor que los demás, porque entonces le estaría robando a Dios el honor y la gloria que sólo El se merece. Hay muchos que son muy santos y no hacen milagros ni hablan hermosamente. Así que no hay que llenarse de orgullo por haber recibido estas cualidades, sino alegrarse mucho al ver que Dios es más amado y más glorificado por las gentes». Mucho le sirvieron a Agustín estos consejos para mantenerse humilde.

Después de haber trabajado por varios años con todas las fuerzas de su alma por convertir al cristianismo el mayor número posible de ingleses, y por organizar de la mejor manera que pudo, la Iglesia Católica en Inglaterra, San Agustín de Canterbury murió santamente el 26 de mayo del año 605. Y un día como hoy fue su entierro y funeral. Desde entonces ha gozado de gran fama de santidad en esa nación y en muchas partes más.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Agustín de Canterbury

No era cobarde San Agustín de Canterbury, como no lo es ningún Santo, porque en la perfección está la valentía y la heroicidad hasta el grado máximo, pero no para buscar honores humanos y luchar por su cuenta, sino por y para cumplir la voluntad de Dios.

¿Quieres ser santo? Pues no me seas cobarde y evangeliza unido al Papa, siendo de Dios y yendo con Dios.

P. Jesús

© copyright

7 de Junio / Beata Ana de San Bartolomé

Nació el 10.10.1549 en Almendral (Avila), de familia pobre en bienes materiales, pero muy buenos cristianos.

Ingresó en el Carmelo de San José de Avila en 1570. Fue la primera lega de la Reforma de Santa Teresa. Desde un principio fue muy querida de la Santa Doctora, en cuyas manos hizo sus votos el 15.8.1572.

Por obra de Dios, méritos de Santa Teresa y obediencia de esta beata, ascendió de simple hermana conversa y analfabeta a la secretaria muy particular de la doctora mística.

Así llegó a ser discípula predilecta y heredera aventajada del espíritu de Teresa, como del gran vidente Elías lo fue el profeta Eliseo. Tal rezan los procesos de la causa de la beata Ana.

En funciones de secretaria acompañó a Santa Teresa en sus correrías fundacionales. Y la Santa, reconociendo la valía de su prestación personal y su extraordinaria santidad, llegó a decirle:

«Ana, Ana, tú tIenes las obras, yo tengo la fama».

Aprendió a escribir de modo milagroso.

Descolló siempre por su extraordinaria caridad, tanto para con Dios como para con el prójimo.

En su autobiografía se lee que deseaba con ansias morir de amor y suspiraba por esta dicha. Suya es la frase: «¡Ay, como me pesa este cuerpo!. Y estoy cansada de cuidarle, todo mí deseo sería ver rotas estas cadenas!»

Muerta Santa Teresa, pasó a Francia, donde fundó varios conventos, dando maravillosos ejem-píos de todas las virtudes. En su Autobiografía, escrita por obediencia, nos dejó constancia de las muchas gracias místicas que gozó durante su vida, como fruto de su gran amor a la Humanidad de Jesús y al Misterio de la Sma. Trinidad.

Murió en 1622 y fue beatificada en 1917 por el Papa Benedicto XV.

Su fiesta se celebra el 7 de junio.

Fuente: http://www.carmelnet.org

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Beata Ana de San Bartolomé

Hay los santos que siguen a otros santos, y ambos, ayudan a Dios a la Obra de Su voluntad. Porque Dios siempre decide y manda en los santos.

La gente no quiere imitar, dicen que son libres y que por el hecho de ser sinceros en su vida ya son y se creen independientes y realmente lo que son, son dependientes de sus pecados que no desean ni verlos. Creen que ser libres y sinceros es ser tal cuales son.

La Beata Ana de San Bartolomé supo hacer bien las cosas, imitando a quien imitaba a Dios y ayudando a quien ayudaba a Dios.

Hoy, se quiere ser libre, y no ayudar a muchos, y creen que ayudándose sólo a sí mismos son más independientes. Cuando la realidad es que todos son iguales por seguir al pecado que cada uno encierra en su corazón, por no saber diferenciar el bien del mal y, al que desea ser santo y con voluntad lucha contra el pecado, a ese lo llaman falso, porque creen neciamente que ser verdadero es ser impuro como lo es la persona sin cultura, sin valores, que desea arraigar en si misma para ser cada vez mejor persona por ser buena y hacer las bondades, que por la instrucción y la Palabra sabe que es necesario seguir a la luz, para ver claro.

Hay que rezar mucho hoy, porque muchos no saben lo que hacen y quieren seguir sin saberlo para vivir en condiciones de una mala libertad, la del animal, en vez de ser persona y dominar la tierra, la vida propia, con una conducta de amor a Dios que es la Bondad Suprema. ¡El es la Luz, los santos las estrellas que lo reflejan!

P. Jesús

© copyright

9 de Junio / Beata Ana María Taigi (1769-1837)

Nació en Sena de Toscana. Vivió en humilde sencillez, atendiendo a un hogar pobre y con siete hijos, viéndose obligada en varias ocasiones a sostener la casa con sus labores de costura, cuando su esposo perdió su trabajo. Fue una mujer de luces extraordinarias y rodeada de maravillosos carismas y dones extraordinarios. El Cardenal Pedicini refiere a su declaración jurada acerca de los portentos que él presenció en esa mujer extraordinaria, y que pueden ser consultados en el proceso de su beatificación. Dice el citado Cardenal que Ana María Taigi veía los pensamientos más secretos de las personas presentes o ausentes; los acontecimientos de los siglos pasados, y la vida que llevaban los más importantes personajes. Podría decirse que este don era omnisciente, era el conocimiento de todas las cosa en Dios, en la medida que la inteligencia humana es capaz de conocerlo en esta vida. Y agrega el Cardenal: «Me siento impotente para descubrir las maravillas de quien fui confidente durante 30 años». El decreto de beatificación la señala como: «Prodigio único en los fastos de la Santidad».

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Beata Ana María Taigi (1769-1837)

Dios da dones, concede maravillosas gracias a los que lo aman y lo sirven, como hizo con la Beata Ana María Taigi.

Si tú vives una vida de santidad, una vida para amar a Dios sobre todas las cosas y cumpliendo tu deber en grado máximo, no te asustes si recibes del Amor recíproco sus maravillas; porque Dios corresponde al amor dando del Suyo; ¡acéptalo!, deja que Dios te haga santo, que te de Su Amor.

P. Jesús
© copyright

13 de Junio / San Antonio de Padua, Doctor de la Iglesia (1231)

Nace en Lisboa en 1195. A los 27 años se hizo franciscano y tomó el nombre de Antonio en recuerdo de San Antonio Abad. Fue a evangelizar al Africa pero el clima y el trabajo lo enfermaron. Se embarcó para España pero una tempestad lo llevó a Italia. Allí y en Francia predicó previniendo a la gente para que no se dejara engañar por los herejes albigenses.

Fijó su residencia en Padua, ciudad universitaria. Allí consiguió los mejores frutos de sus sermones y adquirió una fama inmensa. León XIII lo llamó «el santo de todo el mundo», porque su imagen y su devoción se encuentran por todas partes.

Fue un evangelizador incansable. Repetía que el gran peligro del cristiano es predicar y no practicar, creer pero no vivir de acuerdo con lo que se cree. Los favores que consigue son inmensos. Es más amado e invocado por el pueblo humilde que ve en él un protector de los pobres y necesitados.

Murió el 13 de junio de 1231, a los 35 años. La ciudad de Padua ha conservado sus restos con enorme devoción durante más de siete siglos, construyéndole una bellísima basílica. Dios quiso glorificar su sepulcro obrando allí infinidad de milagros. El Papa Gregorio XI lo declaró santo al año de muerto. Pío XII lo declaró «Doctor Evangélico». La gente experimenta que él conmueve a los ricos para ayudar a los pobres y consigue buenos matrimonios.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Antonio de Padua, Doctor de la Iglesia (1231)

San Antonio de Padua, puede hacer mucho por ti, aún hoy. Eso es lo bueno que tiene ser Santo, que aunque uno muere, no ‘muere’, porque por misericordia de Dios, puede seguir repartiendo los milagros que Dios concede a través de él. ¿No te gustaría ser un santo de estos a los que la muerte no deja que sigan obrando por amor de Dios? Sí, sé que te gustaría, entonces, medita su consejo y advertencia:

“…el gran peligro del cristiano es predicar y no practicar, creer pero no vivir de acuerdo con lo que se cree”.

P. Jesús

© copyright

5 de Julio / San Antonio Maria Zaccaria (1502-1539)

San Antonio, quien fue fundador de los Clérigos Regulares de San Pablo, nació en Cremona en el año 1502, y desde niño mostró una gran compasión hacia los pobres.

Al finalizar su carrera de medicina, en la Universidad de Padua, el santo de 22 años, comprendió que su vocación consistía en cuidar tanto las almas como los cuerpos y se consagró seriamente al estudio de la teología, sin dejar por ello de ejercer su profesión, de ayudar espiritualmente a los moribundos, de enseñar la doctrina cristiana a los jóvenes y de servir a todos. En 1528, recibió la ordenación sacerdotal, trasladándose a a Milán donde ingresó a la cofradía de la «Eterna Sabiduría». En 1530, el P. Zaccaria y otros dos sacerdotes, Bartolomné Ferrari y Jacobo Morigia, decidieron fundar una asociación de clérigos regulares, es decir, sacerdotes obligados con voto a seguir una regla, pero que no eran frailes ni monjes, cuyo objetivo era revivir y reavivar el amor por los oficios litúrgicos y promover la vida cristiana mediante la predicación y la administración de los sacramentos.

Mientras que Lutero atacaba las verdades de la fe y las iniquidades del clero, la asociación del Padre Zaccaria trabajaba heroicamente por reformar la Iglesia desde el interior, reavivando el espíritu cristiano y el celo por las almas en el clero y administrando los sacramentos a los fieles. El Papa Clemente VII aprobó, en 1533, la nueva congregación de Clérigos Regulares de San Pablo. Un año antes de su muerte, San Antonio obtuvo para su congregación la iglesia de San Bernabé, en Milán.

El santo murió en Cremona, a los 37 años. Fue canonizado en 1897 por el Papa león XIII.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Antonio Maria Zaccaria (1502-1539)

Este Santo tan santo, quería y socorría los cuerpos y las almas de sus semejantes. San Antonio María Zaccaria estaba ocupado de noche y día, estudiando y cuidando de sus semejantes. Así son los santos, están siempre ocupados y el diablo no puede manejarlos a su antojo como los que practican el ocio y pierden gracias que recibirían de Dios si se dedicaran a cambiar de labor en vez de quedarse sin hacer nada, porque estando sin hacer nada, acecha el diablo y ¡Ay!… ¡Únete a Dios! ¡Trabaja con Dios! Como hacen los santos!

Te he avisado: ¡Nada de ocio! ¡Cambia de actividad, pero sigue sirviendo a los demás y a ti mismo, cultivándote en las cosas de Dios! ¡Las tuyas!

P. Jesús

© copyright

18 de Julio / San Arsenio, Monje

Cuando el emperador Teodosio el Grande buscaba un buen profesor para sus dos hijos, el Papa San Dámaso le recomendó a Arsenio, un senador sumamente sabio y muy práctico en sus consejos. Durante diez años, San Arsenio vivió en el palacio del emperador educando a sus dos hijos, Arcadio y Honorio.

Estando un día orando, en medio de una gran crisis espiritual, mientras le pedía a Dios que le iluminara lo que debía hacer para santificarse, oyó una voz que le decía: «Apártate del trato con la gente, y vete a la soledad». Entonces dispuso irse al desierto a orar y a hacer penitencia con los monjes.

Cuando llegó al monasterio del desierto, los monjes, sabiendo que había estado viviendo tanto tiempo como senador y como alto empleado del Palacio imperial, dispusieron ponerle algunas pruebas para saber si en verdad era apto para esa vida de humillación y mortificación. Fue ahí, donde San Arsenio se hizo muy conocido por todos por sus penitencias extraordinarias.

Por muchos siglos han sido enormemente estimados los dichos o frases breves que San Arsenio acostumbraba decir a la gente. Desde remotas tierras iban viajeros ansiosos de escuchar sus enseñanzas que eran cortas pero sumamente provechosas. Entre muchas de sus enseñanzas o frases que el Santo pronunciaba están: «muchas veces he tenido que arrepentirme de haber hablado. Pero nunca me he arrepentido de haber guardado silencio»; o «siempre he sentido temor a presentarme al juicio de Dios, porque soy un pecador».

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Arsenio, Monje

Las gentes no saben reconocer a un santo, como pasó con San Arsenio, monje. La gente cuando ve un hombre bueno, en vez de ayudarlo en el bien, le ayudan poniéndole pruebas, cargándole con cruces innecesarias, que él lleva por motivo de su fe con gran paciencia.

Santo, santa, a ti te lo digo: cuando veas que no se fían de ti y tu bondad; cuando veas que los que deberían amarte te dañan más, con la excusa de probarte, entonces sabrás que Dios te ha aceptado todas tus oraciones, y los hombres lo han notado y, por tanto, desean que renuncies a ello, poniendo en ti más cargas que las normales en otras personas que tratan, y puede que deseen también como tú practicar la fe, pero ven que tú vas en serio, y quieren saber hasta qué, cuánto y cómo vas a resistir en tus deseos de servir al Dios verdadero.

Acepta el reto y piensa que eso ayuda a tus deseos, la santidad a perpetuidad. ¡Ánimo! Que Dios goza mientras tu sufres y resistes, goza en su Corazón por saber que hay quien lo ama sobre todas las cosas y personas y esto mismo hizo con Job.

¡Los santos, qué santos son!

P. Jesús

© copyright