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29 de Junio / Fiesta del Inmaculado Corazón de María

María, Madre de Jesús y nuestra, nos señala hoy su Inmaculado Corazón. Un corazón que arde de amor divino, que rodeado de rosas blancas nos muestra su pureza total y que atravesado por una espada nos invita a vivir el sendero del dolor-alegría. La Fiesta de su Inmaculado Corazón nos remite de manera directa y misteriosa al Sagrado Corazón de Jesús. Y es que en María todo nos dirige a su Hijo. Los Corazones de Jesús y María están maravillosamente unidos en el tiempo y la eternidad… La Iglesia nos enseña que el modo más seguro de llegar a Jesús es por medio de su Madre. Por ello, nos consagramos al Corazón de Jesús por medio del Corazón de María. Esto se hace evidente en la liturgia, al celebrar ambas fiestas de manera consecutiva, viernes y sábado respectivamente, en la semana siguiente al domingo del Corpus Christi. Santa María, Mediadora de todas las gracias, nos invita a confiar en su amor maternal, a dirigir nuestras plegarias pidiéndole a su Inmaculado Corazón que nos ayude a conformarnos con su Hijo Jesús. Venerar su Inmaculado Corazón significa, pues, no sólo reverenciar el corazón físico sino también su persona como fuente y fundamento de todas sus virtudes. Veneramos expresamente su Corazón como símbolo de su amor a Dios y a los demás. El Corazón de Nuestra Madre nos muestra claramente la respuesta a los impulsos de sus dinamismos fundamentales, percibidos, por su profunda pureza, en el auténtico sentido. Al escoger los caminos concretos entre la variedad de las posibilidades, que como a toda persona se le ofrece, María, preservada de toda mancha por la gracia, responde ejemplar y rectamente a la dirección de tales dinamismos, precisamente según la orientación en ellos impresa por el Plan de Dios. Ella, quien atesoraba y meditaba todos los signos de Dios en su Corazón, nos llama a esforzarnos por conocer nuestro propio corazón, es decir la realidad profunda de nuestro ser, aquel misterioso núcleo donde encontramos la huella divina que exige el encuentro pleno con Dios Amor.

*Más información sobre esta popular devoción en: http://www.aciprensa.com/Maria/corazonmaria/index.htm

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Fiesta del Inmaculado Corazón de María

Sí, por María Inmaculada amamos a Dios.

Como ella, dentro de ella, en su amor, recibimos el mismo amor de Dios en nosotros por ella, la Virgen Madre de Dios.

P. Jesús

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14 de Julio / San Camilo de Lelis, Servidor de los Enfermos

Nació en Abruzos (Italia) en 1550. Siguió la carrera militar, igual que su padre. Le apareció una llaga en un pie, que lo hizo dejar la carrera de las armas e irse al Hospital de Santiago en Roma para que lo curaran. En el hospital de Roma se dedicó a ayudar y atender a otros enfermos, mientras buscaba su propia curación. Pero en esa época adquirió el vicio del juego. Fue expulsado del hospital y en Nápoles perdió todos los ahorros de su vida en el juego, quedando en la miseria. 

Tiempo atrás, en un naufragio, había hecho a Dios la promesa de hacerse religioso franciscano, pero no lo había cumplido. Estando en la más completa pobreza se ofreció como obrero y mensajero en un convento de los Padres Capuchinos, donde escuchó una charla espiritual que el padre superior les hacía a los obreros, y sintió fuertemente la llamada de Dios a su conversión. Empezó a llorar y pidió perdón por sus pecados, con la firme resolución de cambiar su forma de actuar por completo. Tenía 25 años.

Pidió ser admitido como franciscano, pero en el convento se le abrió de nuevo la llaga en el pie, y fue despedido. Se fue al hospital y se curó, y logró que lo admitieran como aspirante a capuchino. Pero en el noviciado apareció de nuevo la llaga y tuvo que irse de allí también. De nuevo en el hospital de Santiago, se dedicó a atender a los demás enfermos, por lo que fue nombrado asistente general del hospital. Dirigido espiritualmente por San Felipe Neri, estudió teología y fue ordenado sacerdote. En 1575 se dio cuenta que ante la gran cantidad de peregrinos que llegaban a Roma, los hospitales eran incapaces de atender bien a los enfermos que llegaban. Fue entonces que decidió fundar una comunidad de religiosos que se dedicaran por completo a los hospitales.

San Camilo trataba a cada enfermo como trataría a Nuestro Señor Jesucristo en persona. Aunque tuvo que soportar durante 36 años la llaga de su pié, nadie lo veía triste o malhumorado. Con sus mejores colaboradores fundó la Comunidad Siervos de los Enfermos el 8 de diciembre de 1591. Ahora se llaman Padres Camilos. Murió el 14 de julio de 1614, a los 64 años.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Camilo de Lelis, Servidor de los Enfermos

Hermanos, Dios busca siempre y tiene sus medios para negar a los futuros santos lo que no desea de ellos. Cuando algo no te sale bien, una y otra vez, no la primera vez, porque todas las cosas en esta vida, que valen la pena, realmente cuestan, porque así es la vida y porque el enemigo de Dios no desea las obras buenas y Dios nos prueba en el amor y la perseverancia en este amor a Él; eso también hay que saberlo para que no desistáis a la primera ni a la segunda y, a veces, ni a la tercera, mientras no veáis otro camino de santidad; pero lo cierto, hermanos, amados en Cristo, que Dios sabe lo que quiere de cada uno de nosotros, y las cosas que nos ocurren nos marcan un destino, a veces, muchas, diferente a los planes que tenemos. Dios mismo, Jesús, pidió que Dios Padre le apartara lo que Él, como Dios, sabía que viviría, pero así fue la voluntad de Dios Padre que se llevó a cabo gracias a la traición de uno de los elegidos por el mismo Jesús como apóstol. ¿Es que se equivocó Dios de persona? No. Lo que pasó es que la persona cambió. Hay personas que tienen lo mejor y, estando en lo mejor, traicionan a Dios que se lo ha dado.

San Camilo de Lelis hizo una promesa a Dios, que no cumplió. Las cosas le fueron mal, por su mal proceder, y luego quiso cumplir con la promesa, pero ya Dios tenía otros planes para él.

Meditad la vida de los santos y veréis que cada uno tiene una vida semejante a la de él, porque cada uno de nosotros está destinado a ser santo. Dios lo espera, Dios lo quiere, Dios ayuda.

P. Jesús

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16 de Julio / Nuestra Señora del Monte Carmelo

Nuestra Señora del Carmen. El Carmelo, cuya hermosura ensalza la Biblia (ls. 35, 2), ha sido de siempre un monte sagrado. En el siglo IX A.C., Elías lo convirtió en el refugio de la fidelidad al Dios único y en el lugar de los encuentros entre el Señor y su pueblo (1 R 18, 39). El recuerdo del Profeta «abrasado de celo por el Dios vivo» había de perpetuarse en el Carmelo.  En tiempo de las Cruzadas, las grutas del monte dieron acogida a los ermitaños cristianos. Pero hasta el siglo Xlll no pasaron éstos a formar una familia religiosa, a la que el patriarca Alberto de Jerusalén dio una regla (hacia el 1209), y que fue confirmada por el papa Honorio III (1226). El Monte Carmelo, que domina la llanura de Galilea, no cae lejos de Nazaret, en donde vivió María conservando todo en su corazón». De ahí que la Orden del Carmelo haya querido desde sus orígenes ponerse bajo el patrocinio de la Madre de los contemplativos. En el siglo XVI, los dos doctores y reformadores de la Orden – Santa Teresa de Ávila v San Juan de la Cruz – convertirían al Monte Carmelo en el símbolo de aquello que San Buenaventura llamaba «itinerario hacia Dios». Por eso le pedimos hoy al Señor que nos haga llegar, gracias a «la intercesión de la Virgen María» «hasta Cristo, monte de salvación».

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Oremos  

Haz venir, Señor, sobre nosotros la poderosa intercesión de la gloriosa Virgen María, para que, protegidos con su auxilio, podamos llegar a tu monte santo, que es Jesucristo, tu Hijo. Que vive y reina contigo.

Fuente: Evangelio del día

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Nuestra Señora del Monte Carmelo

Señora, Santa María, bondadosa Madre que cobijaste en tu seno a Nuestro Señor Jesucristo y que lo alimentaste de tus pechos; nosotros, indignos pecadores, ¡te necesitamos, Madre!

Hoy que las madres, muchas, asesinan a sus propios hijitos; hoy, que no guardan nada en su corazón y viven para la lascivia, pública y privadamente; hoy, que el desorden es mayor que el que había en Sodoma y Gomorra, hoy necesitamos de ti, Madre Hermosa y de Virginal Pureza Incandescente. Ven a nosotros, los desamparados hijos de madres que no nos aman, de madres egoístas y malas, que no saben nada del Amor. Danos el alimento de tu fe, y con él podremos imitarte en tu “Sí”. Amén.

P. Jesús

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4 de Agosto / San Juan Bautista Maria Vianney, Cura de Ars

Cura de Ars, nacido en Dardilly, cerca de Lyon, Francia, el 8 de Mayo de 1786; muerto en Ars el 4 de Agosto de 1859.; hijo de Matthieu Vianney y Marie Beluze.

En 1806, el cura de Ecully, M. Balley, abrió una escuela para aspirantes a eclesiásticos, y Juan María fue enviado a ella. Aunque era de inteligencia mediana y sus maestros nunca parecen haber dudado de su vocación, sus conocimientos eran extremadamente limitados, limitándose a un poco de aritmética, historia, y geografía, y encontró el aprendizaje, especialmente el estudio del latín, excesivamente difícil. Uno de sus compañeros, Matthias Loras, después primer obispo de Dubuque, le ayudaba en sus lecciones de latín.

Pero ahora se presentó otro obstáculo. El joven Vianney fue llamado a filas, al haber obligado la guerra de España y la urgente necesidad de reclutas a Napoleón a retirar la exención que disfrutaban los estudiantes eclesiásticos en la diócesis de su tío, el Cardenal Fesch. Matthieu Vianney intentó sin éxito procurarse un sustituto, de modo que su hijo se vio obligado a incorporarse. Su regimiento pronto recibió la orden de marchar. La mañana de la partida, Juan Bautista fue a la iglesia a rezar, y a su vuelta a los cuarteles encontró que sus camaradas se habían ido ya. Se le amenazó con un arresto, pero el capitán del reclutamiento creyó lo que contaba y lo mandó tras las tropas. A la caída de la noche se encontró con un joven que se ofreció a guiarle hasta sus compañeros, pero le condujo a Noes, donde algunos desertores se habían reunido. El alcalde le persuadió de que se quedara allí, bajo nombre supuesto, como maestro. Después de catorce meses, pudo comunicarse con su familia. Su padre se enfadó al saber que era un desertor y le ordenó que se entregara pero la cuestión fue solucionada por su hermano menor que se ofreció a servir en su lugar y fue aceptado.

Juan Bautista reanudó entonces sus estudios en Ecully. En 1812 fue enviado al seminario de Verrieres; estaba tan mal en latín que se vio forzado a seguir el curso de filosofía en francés. Suspendió el examen de ingreso al seminario propiamente dicho, pero en un nuevo examen tres meses más tarde aprobó. El 13 de Agosto de 1815 fue ordenado sacerdote por Monseñor Simon, obispo de Grenoble. Sus dificultades en los estudios preparatorios parecen haberse debido a una falta de flexibilidad mental al tratar con la teoría como algo distinto de la práctica – una falta justificada por la insuficiencia de su primera escolarización, la avanzada edad a la que comenzó a estudiar, el hecho de no tener más que una inteligencia mediana, y que estuviera muy adelantado en ciencia espiritual y en la práctica de la virtud mucho antes de que llegara a estudiarla en abstracto. Fue enviado a Ecully como ayudante de M. Balley, quien fue el primero en reconocer y animar su vocación, que le instó a perseverar cuando los obstáculos en su camino le parecían insuperables, que intercedió ante los examinadores cuando suspendió el ingreso en el seminario mayor, y que era su modelo tanto como su preceptor y protector. En 1818, tras la muerte de M. Balley, Vianney fue hecho párroco de Ars, una aldea no muy lejos de Lyon. Fue en el ejercicio de las funciones de párroco en esta remota aldea francesa en las que el «cura de Ars» se hizo conocido en toda Francia y el mundo cristiano. Algunos años después de llegar a Ars, fundó una especie de orfanato para jóvenes desamparadas. Se le llamó «La Providencia» y fue el modelo de instituciones similares establecidas más tarde por toda Francia. El propio Vianney instruía a las niñas de «La Providencia» en el catecismo, y estas enseñanzas catequéticas llegaron a ser tan populares que al final se daban todos los días en la iglesia a grandes multitudes. «La Providencia» fue la obra favorita del «cura de Ars», pero, aunque tuvo éxito, fue cerrada en 1847, porque el santo cura pensaba que no estaba justificado mantenerla frente a la oposición de mucha buena gente. Su cierre fue una pesada prueba para él.

Pero la principal labor del Cura de Ars fue la dirección de almas. No llevaba mucho tiempo en Ars cuando la gente empezó a acudir a él de otras parroquias, luego de lugares distantes, más tarde de todas partes de Francia, y finalmente de otros países. Ya en 1835, su obispo le prohibió asistir a los retiros anuales del clero diocesano porque «las almas le esperaban allí». Durante los últimos diez años de su vida, pasó de dieciséis a dieciocho horas diarias en el confesionario. Su consejo era buscado por obispos, sacerdotes, religiosos, jóvenes y mujeres con dudas sobre su vocación, pecadores, personas con toda clase de dificultades y enfermos. En 1855, el número de peregrinos había alcanzado los veinte mil al año. Las personas más distinguidas visitaban Ars con la finalidad de ver al santo cura y oír su enseñanza cotidiana. El Venerable Padre Colin se ordenó diácono al mismo tiempo, y fue su amigo de toda la vida, mientras que la Madre Marie de la Providence fundaba las hermanas auxiliadoras de las ánimas del purgatorio por su consejo y con su constante aliento. Su dirección se caracterizaba por el sentido común, su notable perspicacia, y conocimiento sobrenatural. A veces adivinaba pecados no revelados en una confesión imperfecta. Sus instrucciones se daban en lenguaje sencillo, lleno de imágenes sacadas de la vida diaria y de escenas campestres, pero que respiraban fe y ese amor de Dios que era su principio vital y que infundía en su audiencia tanto por su modo de comportarse y apariencia como por sus palabras, pues al final, su voz era casi inaudible.

Los milagros registrados por sus biógrafos son de tres clases:

. en primer lugar, la obtención de dinero para sus limosnas y alimento para sus huérfanos;
. en segundo lugar, conocimiento sobrenatural del pasado y del futuro;
. en tercer lugar, curación de enfermos, especialmente niños.

El mayor milagro de todos fue su vida. Practicó la mortificación desde su primera juventud, y durante cuarenta años su alimentación y su descanso fueron insuficientes, humanamente hablando, para mantener su vida. Y aun así, trabajaba incesantemente, con inagotable humildad, amabilidad, paciencia, y buen humor, hasta que tuvo más de setenta y tres años.

El 3 de Octubre de 1874 Juan Bautista María Vianney fue proclamado Venerable por Pío IX y el 8 de Enero de 1905, fue inscrito entre los Beatos. El Papa Pío X lo propuso como modelo para el clero parroquial.

En 1925, el Papa Pío XI lo canonizó. Su fiesta se celebra el 4 de Agosto.

SUSAN T. OTTEN
Transcrito por Gerard Haffner
Traducido por Francisco Vázquez

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Juan Bautista Maria Vianney, Cura de Ars

Pocos sacerdotes como San Juan Bautista María Vianney, Cura de Ars. Muchos sacerdotes van de santos, de prepotentes y les falta humildad. ¡No se han enterado de nada! No imitan a Cristo y no obedecen al Papa, su santidad brilla por su ausencia y, ¿por qué?; porque son instruidos, son inteligentes, tienen salud y meritos humanos para poder ser respetados. San Juan Bautista María Vianney no quería matar a nadie en la guerra, no le entraba el latín y le costaba aprender las otras materias, pero era hombre de fe, de caridad. Dejad que lo repita nuevamente: Era hombre de fe, de caridad.

Hay quien dice tener fe y escribe mucho sobre ella, pero no tiene caridad y la fe sin caridad no es fe, es instrucción literaria, es soberbia.

La gran caridad del Cura de Ars, era salida de su fe viva, de sus obras de fe y no de palabras y palabras. Él amaba a Dios y amaba el sacramento recibido del sacerdocio y lo vivía unido al mismo Cristo Sacerdote; los dos hacían uno, los dos iban a una: A servir al necesitado, al pobre de espíritu, al que necesita de un Padre y necesita de un Hermano y un Amigo, de una Madre y de la familia Católica: Los Santos, las Almas del Purgatorio, los Santos Ángeles y los fieles consagrados y guiados por el Espíritu Santo. El Cura de Ars, San Juan Bautista María Vianney, tenía el don, la gracia, de unir a una persona que le pedía ayuda y se confesaba con él, a la Comunión de los Santos.

P. Jesús

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7 de Agosto / Santos Cayetano y Sixto

San Cayetano, muy popular entre los comerciantes y ganaderos, nació en 1480 en Vicenza, cerca de Venecia, Italia. Huérfano de padre a temprana edad, el santo quedó bajo los amorosos cuidados de su madre quien se preocupó por darle una adecuada y cristiana formación. 

Cursó estudios en la Universidad de Padua donde obtuvo dos doctorados, y luego, partió a Roma donde ocupó el cargo de Secretario privado del Papa Julio II, y notario de la Santa Sede. A los 33 años fue ordenado sacerdote, y estando en Roma, se inscribió en una asociación llamada «Del Amor Divino», cuyos socios se esmeraban por llevar una vida lo más fervorosa posible y por dedicarse a ayudar a los pobres y a los enfermos. 

Viendo que el estado de relajación de los católicos era sumamente grande y escandaloso, se propuso fundar una comunidad de sacerdotes que se dedicaran a llevar una vida lo más santa posible y a enfervorizar a los fieles, fundando la orden de los Padres Tetinos. Además, San Cayetano fundó varias asociaciones dedicadas a realizar préstamos a los más pobres con muy bajos intereses. Sus momentos libres los dedicaba, donde quiera que estuviera, a atender a los enfermos en los hospitales, especialmente a los más abandonados y repugnantes. 

En sus últimos años, el santo fue presa de muchas enfermedades y sufrimientos. Falleció el 7 de agosto del año 1547, en Nápoles, a la edad de 67 años. 

Por su parte, San Sixto fue consagrado obispo de Roma el año 257. Al año siguiente, mientras celebraba la sagrada liturgia en el cementerio de Calixto, fue detenido por unos soldados y ejecutado al momento, junto con cuatro de sus diáconos, el día 6 de agosto. Recibió sepultura en el mismo cementerio.

FUENTE: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santos Cayetano y Sixto

Dos santos, San Cayetano y San Sixto, que tienen poco en común en sus circunstancias y biografía, no vivieron en el mismo tiempo, pero viven en el Cielo donde no hay el tiempo ni el cuerpo, si no que hay el amor de todo un Dios de amor, aceptado y reconocido en su corazón y en las obras de los mismos. Ambos amaron a Dios sobre todas las cosas y personas, sobre si mismos, y sirvieron a sus semejantes.

Lo importante y vital para ambos, fue su amor verdadero a Dios, que no sólo lo sentían en su corazón sino que lo demostraron con su biografía.

Ya sabes. ¿Tu historia podrá demostrar y mostrar que amabas a Dios sobre todas las cosas? ¿O sólo eres un charlatán o escritor de palabras sin hechos? Hay algunos católicos que sabiendo que uno no se salva por la sóla fe, y criticando a los que creen esta herejía, les lanzan miles de discursos, pero las obras de su fe no les respaldan en nada; todo son palabras vanas, buscar un lugar en la sociedad para lucirse. Esos no son santos; los santos viven, esos van a morir, porque no tienen  pruebas de su fe. ¡qué pena!

Recemos unos por otros, y Dios que nos salvó, Jesús, que sea nuestro Maestro. ¡Imitémoslo! ¡Santos!

P. Jesús

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11 de Agosto / Santa Clara, Virgen. Fundadora de las Clarisas

Cuando Clara tenía 18 años, San Francisco predicó en Asís los sermones cuaresmales en la Iglesia de San Jorge. Las palabras del «poverello» encendieron el corazón de la joven, quien fue a pedirle, en secreto, que la ayudase a vivir según el Evangelio. San Francisco la alentó en su deseo de dejarlo todo por Cristo. El día de Ramos de 1212, Clara asistió a la bendición de las palmas en la catedral. Todos los fieles se acercaban a recibir una rama de olivo, pero Clara se quedó en su sitio, presa de la timidez. Al ver esto, el obispo llevó la rama hasta el lugar en que se hallaba. Esa noche, Clara huyó de su casa y se dirigió al pueblo de Porciúncula, que distaba dos kilómetros de donde vivía San Francisco con su comunidad.

Ahí cambió Clara sus finos vestidos por un hábito de penitente, que consistía en una túnica de tela burda y una cuerda de cinturón. San Francisco le cortó el cabello. Como éste no había fundado un convento para religiosas, consiguió alojamiento provisional para Clara en el claustro de las benedictinas de San Pablo, cerca de Bastia. Los parientes de Clara ya habían planeado para ella un matrimonio y en cuanto supieron lo que había pasado, decidieron sacarla del convento. Se cuenta que Clara se aferró con tal fuerza al altar, que desgarró los manteles cuando la arrancaron de ahí. La joven se descubrió la cabeza para que viesen sus cabellos cortados y dijo a sus amigos que Dios la había llamado a su servicio y que ella estaba dispuesta a responder. Al poco tiempo, fue a reunirse con Clara su hermana Inés, lo cual desencadenó una nueva persecución familiar. Más tarde, San Francisco trasladó a Clara e Inés a una casa contigua a la iglesia de San Damián, en las afueras de Asís, y nombró superiora a Clara.

Al cabo de algunos años, había ya varios conventos de las clarisas en Italia, Francia y Alemania. La Beata Inés fundó una orden en Praga, donde tomó el hábito. Santa Clara y sus religiosas practicaban austeridades hasta entonces desconocidas en los conventos femeninos. No usaban calzado y dormian en el suelo, no comían carne nunca y sólo hablaban cuando era necesario o por caridad. Santa Clara imitó a la perfección el espíritu de pobreza de San Francisco. Gregorio IX acabó por conceder a las clarisas, en 1228, el «Privilegium Paupertatis» para que nadie pudiese obligarlas a tener posesiones.

Además, Santa Clara como verdadera intérprete del espíritu y tradición franciscanos, redactó por su cuenta una regla que los refleja con fidelidad y que prohibe toda forma de propiedad individual o común. Inocencio IV no aprobó esta regla sino dos días antes de la muerte de la santa.

Santa Clara murió el día de la fiesta de San Lorenzo, a los 60 años de edad, de los cuales 40 los consagró a la vida religiosa. Fue sepultada el 12 de agosto, en el cual la Iglesia celebra su fiesta. El Papa Alejandro IV la canonizó en Agnani en 1255.

FUENTE: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Clara, Virgen. Fundadora de las Clarisas

Llegar a renunciar a todo por Dios, pocos lo hacen, aunque pocos son los llamados a ello, porque la vida tiene que continuar y el pan es necesario en las mesas. Pero muchos que se dicen elegidos y dicen hacer voto de pobreza, luego andan tomándose y dándose licencias. Algunos dicen hacer voto de pobreza y tienen a otras personas a su servicio que les sirven la mesa y les lavan la ropa; esta no es la pobreza de un voto a Dios, puede ser una pobreza mal entendida porque la verdadera pobreza es la de las Clarisas.

Bendita Santa Clara, mujer que realmente renunció a sus posesiones por el amor a Cristo y enseñó a las Clarisas a ser dignas de su voto. Nadie puede obligar a un voto de pobreza o castidad, pero quien lo haga, que lo cumpla porque Dios es Uno en su Divina Trinidad.

P. Jesús
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14 de Septiembre / Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz

La Iglesia en este día celebra la veneración a las reliquias de la cruz de Cristo en Jerusalén, tras ser recuperada de manos de los persas por el emperador Heráclito. 

Según manifiesta la historia, al recuperar el precioso madero, el emperador quiso cargar una cruz, como había hecho Cristo a través de la ciudad, pero tan pronto puso el madero al hombro e intentó entrar a un recinto sagrado, no pudo hacerlo y quedó paralizado. El patriarca Zacarías que iba a su lado le indicó que todo aquel esplendor imperial iba en desacuerdo con el aspecto humilde y doloroso de Cristo cuando iba cargando la cruz por las calles de Jerusalén. Entonces el emperador se despojó de su atuendo imperial, y con simples vestiduras, avanzó sin dificultad seguido por todo el pueblo hasta dejar la cruz en el sitio donde antes era venerada. 

Los fragmentos de la Santa Cruz se encontraban en el cofre de plata dentro del cual se los habían llevado los persas, y cuando el patriarca y los clérigos abrieron el cofre, todos los fieles veneraron las reliquias con mucho fervor, incluso, se produjeron muchos milagros.

Fuente: ACI PRENSA

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz

Dios, después de morir, siguió y sigue eligiendo a los suyos: no quiere ostentación cuando uno carga con la cruz, como iba vestido el emperador Heráclito. A Dios no le interesan los bienes del mundo ni las coronas del mundo, Él, Dios, en Jesús, vino al mundo, y siendo Rey del mundo y del Cielo, fue pobre y predicó la humildad; y la humildad está, no en la ostentación, y si en el servicio a los demás por amor a Dios.

La Cruz de Dios sólo pudo ser cargada cuando el emperador se cambió de prendas de vestir, y tú, sólo podrás cargar con tu cruz, a semejaza de Dios, cuando dejes tu vanidad y orgullo, cuando te hagas niño, y como niño no temas a los demás, sino que con tu idea fija en Dios, prefieras tu salvación al orgullo de aparentar y ser visto por los demás con poder. Todos creerán en ti cuando seas humilde y cargues con tu cruz cada día. Y al igual que lo hizo Jesús, calles y camines por caminos de santidad.

P. Jesús

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16 de Septiembre / San Cornelio, Papa y San Cipriano, Obispo

Debido a la violencia de la persecución de Decio, la sede pontifical de Roma estuvo vacante por más de doce meses después del martirio del Papa San Fabián, hasta que el sacerdote Cornelio fue elegido Papa. Sin embargo, los primeros problemas del nuevo Papa surgieron no tanto del poder secular como de las disensiones internas, a pesar de que éstas se derivaban de la misma persecución. 

La persecución contra los cristianos se intensificó de nuevo, y el Papa fue desterrado a Centumcellae. San Cipriano, Obispo de Cartago y que tenía una profunda amistad con el Papa, le escribió una carta congratulatoria por haber podido gozar de la felicidad de sufrir por Cristo y por la gloria de su Iglesia, ya que ni uno sólo de sus cristianos había renegado de su fe. El santo Papa sufrió muchas penurias, fatigas y sufrimientos en su destierro para luego ser decapitado. La amistad de San Cipriano fue el gran apoyo del Papa San Cornelio como Supremo Pontífice y como defensor de la Iglesia contra el rigorismo de Novaciano, y la estrecha asociación entre ambos se ha reconocido, desde entonces, como muy valiosa. 

San Cipriano por su parte, desempeñó un papel importante en la historia de la Iglesia y en el desarrollo del pensamiento cristiano en África. Convertido al cristianismo en edad adulta, el santo dedicó todos sus esfuerzos a mantener viva la fe de la Iglesia tras ser decretado la violenta persecución en aquella ciudad. 

Fue desterrado a Curubis por varios años, hasta que el pre-cónsul Máximo ordenó su regreso para compadecer ante él y obligarlo a desistir de su fe. El Obispo se mantuvo firme por lo que fue decapitado.

Fuente: ACI PRENSA

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Cornelio, Papa y San Cipriano, Obispo

Ambos Santos, San Cornelio, Papa, y San Cipriano, Obispo, se dieron su caridad, porque la caridad es mejor que la amistad; la amistad va unida a los deseos personales, y es bueno y es agradable a Dios que se tengan amigos, pero la caridad es más excelsa, porque es y pasa por el amor mismo de Dios. Uno puede tener un amigo y puede que este amigo no sea digno de tu amistad y aún así es amigo tuyo, por tus gustos, por tus costumbres, pero el trato de caridad es el trato de ayudar por Dios, porque Dios lo quiere. Y los amigos también tienen que ser los que Dios quiere y no los que las circunstancias te dan.

San Cornelio y San Cipriano se dieron mutuamente caridad, sufrían demasiado para ser amigos, sólo podía caber en ellos la caridad. Porque cuando uno sufre mucho le es difícil tener amigos, porque necesita más de Dios y de la caridad que le dan otros por Dios, que es como ir Dios a él a través de otro, y esto llena de paz a la persona que tanto sufre. Hay tiempos en la vida de una persona que es difícil que tenga amigos, porque como en el caso de San Cornelio Papa, tenía demasiadas insidias a su alrededor para creer en la amistad. San Cipriano le dio caridad con su fe en el martirio de los que son de Cristo, y a un amigo le duele que otro sufra, pero por caridad se comprenden cosas incomprensibles, como las que padeció San Cornelio, Papa. Al final ambos fueron decapitados por mantenerse firmes en su fe.

P. Jesús

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25 de Septiembre / San Carlos de Sezze, Franciscano

Nació en 1620 en el pueblo italiano de Sezze. Un día una bandada de aves espantó a los bueyes que Carlos dirigía cuando estaba arando, y estos arremetieron contra él con grave peligro de matarlo. Cuando sintió que iba a perecer en el accidente, prometió a Dios que si le salvaba la vida se haría religioso. Y milagrosamente quedó ileso. Pidió entonces a unos religiosos franciscanos que le ayudaran a entrar en su comunidad y ellos lo invitaron a que fuese a Roma para que hablara con el superior de la congregación. Así lo hizo junto con tres compañeros más y tras ser probados en la humildad tratándolos con mucha dureza, el superior accedió a admitirlos. 

Ante el pedido de muchas personas que le pedían incesantemente que redactase algunas normas para orar mejor y crecer en santidad, el santo publicó un folletín causándole diversas dificultades por lo que casi es expulsado de su comunidad. Humillado se arrodilló ante un crucifijo para contarle sus angustias, y oyó que Nuestro Señor le decía: «Ánimo, que estas cosas no te van a impedir entrar en el paraíso». 
La petición más frecuente del hermano Carlos a Dios era esta: «Señor, enciéndeme en amor a Ti». Y tanto la repitió que un día durante la elevación de la santa hostia en la Misa, sintió que un rayo de luz salía de la Sagrada Forma y llegaba a su corazón. Al fin los superiores se convencieron de que este sencillo religioso era un verdadero hombre de Dios y le permitieron escribir su autobiografía y publicar dos libros más, uno acerca de la oración y otro acerca de la meditación. 

El Papa Juan XXIII lo declaró santo en 1959, porque su vida es un ejemplo de que aún en los oficios más humildes y en medio de humillaciones e incomprensiones podemos llegar a un alto grado de santidad y ganarnos la gloria del cielo.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Carlos de Sezze, Franciscano

Dios dijo a San Carlos de Sezze, Franciscano, «Ánimo, que estas cosas no te van a impedir entrar en el Paraíso», y también Dios te las dice a ti, cuando te humillan los que deberían amarte, cuando te calumnian y te juzgan mal, cuando sufres y pierdes dinero y bienes, cuando estás enfermo o te hacen sufrir los errores y pecados de los demás. Dios sabe que todo eso que te dan y recibes o tienes, Dios sabe que todo eso no va a impedirte entrar en el Paraíso. Lo que te impide entrar en el Paraíso, de eso sí: duélete y con razón. De lo demás, aguanta, y si no pudieras más: morirías. Es decir, mientras vivas puedes aguantar y, si por ejemplo no puedes luchar más contra la enfermedad, ella te lleva a la muerte y por la muerte al Paraíso. Pero, lo puedes resistir todo antes que pecar. Llora, y reza. Dios te dice: «Ánimo, que estas cosas no te van a impedir entrar en el Paraíso».

P. Jesús

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26 de Septiembre / San Cosme y San Damián, Mártires

Estos dos santos han sido, junto con San Lucas, los patronos de los médicos católicos. En oriente los llaman «los no cobradores», porque ejercían la medicina sin cobrar nada a los pacientes pobres. Lo único que les pedían era que les permitieran hablarles por unos minutos acerca de Jesucristo y de su Evangelio. 

Lisias, el gobernador de Cilicia, se disgustó mucho porque estos dos hermanos propagaban efectivamente el cristianismo. Trató inútilmente de que dejaran de predicar, y como no lo consiguió, mandó echarlos al mar. Pero una ola gigantesca los llevó sanos y salvos a la orilla. Entonces los mandó quemar vivos, pero las llamas no los tocaron, y en cambio quemaron a los verdugos paganos que los querían atormentar. Entonces el mandatario pagano mandó que les cortaran la cabeza. Finalmente, derramaron su sangre por proclamar el amor al Divino Salvador. 

Junto a la tumba de los dos hermanos gemelos, empezaron a obrarse milagrosas curaciones. El emperador Justiniano de Constantinopla, padeciendo de una grave enfermedad, se encomendó a estos dos santos mártires y fue curado inexplicablemente.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Cosme y San Damián, Mártires

Muchos tormentos y muchas gracias concedió Dios a San Cosme y San Damián, pero también llegó la muerte y muerte cruel para ellos. ¡No temas a la muerte porque es Vida! Sin la muerte no podrías pasar a mejor vida. Un día u otro deberás morir, y será cuando Dios lo decida y no los hombres, porque el nacer y el morir son cosas de Dios. Ten fe y ten valor, y si tienes una grave enfermedad, pide por la intercesión de Santa María tu curación, y puede que te la dé o puede que no, pero algo es verdad, aunque te cures milagrosamente, llegará el día, la fecha de tu entrada en la Vida Eterna. Mira de ir al Cielo, porque es lo único que vale la pena en esta vida, vivirla para la Vida en el Reino de Dios, junto a María, la Madre de Dios y tuya, la Niña judía que unió el antiguo y el nuevo Testamento: La Gracia de Dios que estaba en Ella, y que por Ella y con Ella, con María, nos derramó ese nuevo Testamento: Herederos de Dios, por Jesús Rey del Universo: Dios Hijo e hijo de María Madre de Dios. ¡Confía!, que Ella te espera. No estás solo con tu dolor; no estás sola con tu dolor: Tienes a Jesús, tienes a María y tienes a la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, que los santos la sostienen; Tú debes sostenerla: ¡Santo! ¡Santa!

P. Jesús
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