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F - 3. página

13 de Noviembre / Santa Francisca Cabrini

Alrededor de 1874, el obispo de Lodi y Monseñor Serrati, invitaron a Francisca a ir a ayudar a un pequeño orfanatorio llamado la Casa de la Providencia (el cual se encontraba en mal estado a causa de los malos manejos) y fundar ahí una congregación religiosa. En 1877, hizo los primeros votos y, al mismo tiempo, el obispo la nombró superiora. El obispo decidió renunciar al proyecto de la Casa de la Providencia y la cerró. Dijo a Francisca: «Vos deseáis ser misionera. Pues bien, ha llegado el momento de que lo seáis. Yo no conozco ningún instituto misional femenino, fundadlo vos misma.»

En Codogno había un antiguo convento franciscano, vacío y olvidado. A él se trasladó la madre Cabrini con sus siete fieles compañeras. En cuanto la comunidad quedó establecida, la santa se dedicó a redactar las reglas. El fin principal de las Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón era la educación de las jóvenes. Ese mismo año el obispo de Lodi aprobó las constituciones. Dos años más tarde, se inauguró la primera filial en Gruello, a la que siguió pronto la casa de Milán. Las constituciones de las Hermanas del Sagrado Corazón fueron finalmente aprobadas en 1907. Para entonces, la congregación, que había comenzado en 1880 con ocho religiosas, tenía ya más de 1000 y se hallaba establecida en ocho países. Santa Francisca había hecho más de cincuenta fundaciones, entre las que se contaban escuelas gratuitas, escuelas secundarias, hospitales y otras instituciones.

La madre Francisca Javier murió absolutamente sola en el convento de Chicago, el 22 de diciembre de 1917. Fue canonizada en 1946. Su cuerpo se halla en la capilla de la «Cabrini Memorial School» de Fort Washington, en el estado de Nueva York. Fue la primera ciudadana americana cuya santidad fue públicamente reconocida por la Iglesia mediante la canonización.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Francisca Cabrini

 

Santa Francisca Cabrini, mujer fuerte en la fe de su Dios y Señor, en Cristo Salvador y Fundador de la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana, que la llevó a misionar y a fundar, y a hacer obras sin cobrar.

Benditos sean por siempre los santos.

P. Jesús

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3 de Diciembre / San Francisco Javier

El Papa Pío X nombró a San Francisco Javier como Patrono de todos los misioneros porque fue sin duda uno de los misioneros más grandes que han existido, siendo llamado con justa razón el «gigante de la historia de las misiones».

San Francisco empezó a ser misionero a los 35 años y murió con tan sólo 46 años. En once años recorrió la India (país inmenso), el Japón y varios países más. Su deseo de ir a Japón era tan grande que exclamaba: «si no consigo barco, iré nadando». Fue un verdadero héroe misional.

El santo nació cerca de Pamplona (España) en el castillo de Javier, en el año 1506. Fue enviado a estudiar a la Universidad de París, y estando allí conoció a San Ignacio de Loyola con quien estableció una sólida y bonita amistad. San Ignacio le repetía constantemente la famosa frase de Jesucristo: «¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si se pierde a sí mismo?» y fue justamente esta amistad y las frecuentes pláticas e intensas oraciones lo que transformó por completo a San Francisco Javier, quien fue uno de los siete primeros religiosos con los cuales San Ignacio fundó la Compañía de Jesús o Comunidad de Padres Jesuitas.

Su gran anhelo era poder misionar y convertir a la gran nación china. Pero en ese lugar estaba prohibida la entrada a los blancos de Europa. Al fin consiguió que el capitán de un barco lo llevara a la isla desierta de San Cian, a 100 kilómetros de Hong – Kong, pero allí lo dejaron abandonado, se enfermó y consumido por la fiebre, murió el 3 de diciembre de 1552, pronunciando el nombre de Jesús, la edad de 46 años.

Años más tarde, sus compañeros de la congregación quisieron llevar sus restos a Goa, y encontraron su cuerpo incorrupto, conservándose así hasta nuestros días. San Francisco Javier fue declarado santo por el Sumo Pontífice en 1622 junto con Santa Teresa, San Ignacio, San Felipe y San Isidro.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Francisco Javier

Los santos tienen sus planes de apostolado que a veces no llegan a poder cumplirse, sólo Dios sabe por qué. Porque Dios conoce todo, lo escondido, lo oculto y lo que todos ven.

Gran Santo fue San Francisco Javier; imitémosle en la fe y en sus ansias de misionar, pero tanto da ir a China como quedarse en el mismo lugar donde vimos la luz un día; lo importante de verdad es hablar de Dios a las gentes y llenarles el corazón de deseos de obras de piedad. Hoy se reza poco y se reza mal; hay que rezar para pedir por los demás y no sólo por nosotros. Seamos misioneros también en la oración, que esto agrada en abundancia al Señor Nuestro Dios, Jesucristo, Rey y Salvador.

P. Jesús
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