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29 de Junio / Fiesta del Inmaculado Corazón de María

María, Madre de Jesús y nuestra, nos señala hoy su Inmaculado Corazón. Un corazón que arde de amor divino, que rodeado de rosas blancas nos muestra su pureza total y que atravesado por una espada nos invita a vivir el sendero del dolor-alegría. La Fiesta de su Inmaculado Corazón nos remite de manera directa y misteriosa al Sagrado Corazón de Jesús. Y es que en María todo nos dirige a su Hijo. Los Corazones de Jesús y María están maravillosamente unidos en el tiempo y la eternidad… La Iglesia nos enseña que el modo más seguro de llegar a Jesús es por medio de su Madre. Por ello, nos consagramos al Corazón de Jesús por medio del Corazón de María. Esto se hace evidente en la liturgia, al celebrar ambas fiestas de manera consecutiva, viernes y sábado respectivamente, en la semana siguiente al domingo del Corpus Christi. Santa María, Mediadora de todas las gracias, nos invita a confiar en su amor maternal, a dirigir nuestras plegarias pidiéndole a su Inmaculado Corazón que nos ayude a conformarnos con su Hijo Jesús. Venerar su Inmaculado Corazón significa, pues, no sólo reverenciar el corazón físico sino también su persona como fuente y fundamento de todas sus virtudes. Veneramos expresamente su Corazón como símbolo de su amor a Dios y a los demás. El Corazón de Nuestra Madre nos muestra claramente la respuesta a los impulsos de sus dinamismos fundamentales, percibidos, por su profunda pureza, en el auténtico sentido. Al escoger los caminos concretos entre la variedad de las posibilidades, que como a toda persona se le ofrece, María, preservada de toda mancha por la gracia, responde ejemplar y rectamente a la dirección de tales dinamismos, precisamente según la orientación en ellos impresa por el Plan de Dios. Ella, quien atesoraba y meditaba todos los signos de Dios en su Corazón, nos llama a esforzarnos por conocer nuestro propio corazón, es decir la realidad profunda de nuestro ser, aquel misterioso núcleo donde encontramos la huella divina que exige el encuentro pleno con Dios Amor.

*Más información sobre esta popular devoción en: http://www.aciprensa.com/Maria/corazonmaria/index.htm

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Fiesta del Inmaculado Corazón de María

Sí, por María Inmaculada amamos a Dios.

Como ella, dentro de ella, en su amor, recibimos el mismo amor de Dios en nosotros por ella, la Virgen Madre de Dios.

P. Jesús

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4 de Julio / Santa Isabel de Portugal

Isabel significa «Promesa de Dios» (Isab = promesa. El = Dios). 

Nació en 1270. Era hija del rey Pedro III de Aragón, nieta del rey Jaime el Conquistador, biznieta del emperador Federico II de Alemania. Le pusieron este nombre en honor de su tía abuela Santa Isabel de Hungría. 

Santa Isabel tuvo la dicha que su familia se esmerara extremadamente en formarla lo mejor posible en su niñez. Desde muy niña tenía una notable inclinación hacia la piedad, y un gusto especial por imitar los buenos ejemplos que leía en las vidas de los santos o que observaba en las vidas de las personas buenas. En su casa le enseñaron que si quería en verdad agradar a Dios debía unir a su oración, la mortificación de sus gustos y caprichos y esforzarse por evitar todo aquello que la pudiera inclinar hacia el pecado. Le repetían la frase antigua: «tanta mayor libertad de espíritu tendrás, cuanto menos deseos de cosas inútiles o dañosas tengas». Sus educadores le enseñaron que una mortificación muy formativa es acostumbrarse a no comer nada entre horas (o sea entre comida y comida), y soportar con paciencia que no se cumplan los propios deseos, y esmerarse cada día por no amargarle ni complicarle la vida a los demás. Dicen sus biógrafos que la formidable santidad que demostró más tarde se debe en gran parte a la esmerada educación que ella recibió en su niñez. 

A los 15 años ya sus padres la habían casado con el rey de Portugal, Dionisio. Este hombre admiraba las cualidades de tan buena esposa, pero él por su parte tenía un genio violento y era bastante infiel en su matrimonio, llevaba una vida nada santa y bastante escandalosa, lo cual era una continua causa de sufrimientos para la joven reina, quien soportara todo con la más exquisita bondad y heroica paciencia. 

El rey no era ningún santo, pero dejaba a Isabel plena libertad para dedicarse a la piedad y a obras de caridad. Ella se levantaba de madrugada y leía cada día seis salmos de la Santa Biblia. Luego asistía devotamente a la Santa Misa; enseguida se dedicaba a dirigir las labores del numeroso personal del palacio. En horas libres se reunía con otras damas a coser y bordar y fabricar vestidos para los pobres. Las tardes las dedicaba a visitar ancianos y enfermos y a socorrer cuanto necesitado encontraba. 

Hizo construir albergues para indigentes, forasteros y peregrinos. En la capital fundó un hospital para pobres, un colegio gratuito para niñas, una casa para mujeres arrepentidas y un hospicio para niños abandonados. Conseguía ayudas para construir puentes en sitios peligrosos y repartía con gran generosidad toda clase de ayudas. Visitaba enfermos, conseguía médicos para los que no tenían con qué pagar la consulta; hacía construir conventos para religiosos, a las muchachas muy pobres les costeaba lo necesario para que pudieran entrar al convento, si así lo deseaban. Tenía guardada una linda corona de oro y unos adornos muy bellos y un hermoso vestido de bodas, que prestaba a las muchachas más pobres, para que pudieran lucir bien hermosas el día de su matrimonio. 

Su marido el rey Dionisio era un buen gobernante pero vicioso y escandaloso. Ella rezaba por él, ofrecía sacrificios por su conversión y se esforzaba por convencerlo con palabras bondadosas para que cambiara su conducta. Llegó hasta el extremo de educarle los hijos naturales que él tenía con otras mujeres. 

Tuvo dos hijos: Alfonso, que será rey de Portugal, sucesor de su padre, y Constancia (futura reina de Castilla). Pero Alfonso dio muestras desde muy joven de poseer un carácter violento y rebelde. Y en parte, esta rebeldía se debía a las preferencias que su padre demostraba por sus hijos naturales. En dos ocasiones Alfonso promovió la guerra civil en su país y se declaró contra su propio padre. Isabel trabajó hasta lo increíble, con su bondad, su amabilidad y su extraordinaria capacidad de sacrificio y su poder de convicción, hasta que obtuvo que el hijo y el papá hicieran las paces. Lo grave era que los partidos políticos hacían todo lo más posible para poder enemistar al rey Dionisio y su hijo Alfonso. 

Algunas veces cuando los ejércitos de su esposo y de su hijo se preparaban para combatirse, ella vestida de sencilla campesina atravesaba los campos y se iba hacia donde estaban los guerreros y de rodillas ante el esposo o el hijo les hacía jurarse perdón y obtenía la paz. Son impresionantes las cartas que se conservan de esta reina pacificadora. Escribe a su esposo: «Como una loba enfurecida a la cual le van a matar a su hijito, lucharé por no dejar que las armas del rey se lancen contra nuestro propio hijo. Pero al mismo tiempo haré que primero me destrocen a mí las armas de los ejércitos de mi hijo, antes que ellos disparen contra los seguidores de su padre». Al hijo le escribe: «Por Santa María la Virgen, te pido que hagas las paces con tu padre. Mira que los guerreros queman casas, destruyen cultivos y destrozan todo. No con las armas, hijo, no con las armas, arreglaremos los problemas, sino dialogando, consiguiendo arbitrajes para arreglar los conflictos. Yo haré que las tropas del rey se alejen y que los reclamos del hijo sean atendidos, pero por favor, recuerda que tienes deberes gravísimos con tu padre como hijo y como súbdito con el rey». Y conseguía la paz una y otra vez. 

Su esposo murió muy arrepentido, y entonces Isabel dedicó el resto de su vida a socorrer pobres, auxiliar enfermos, ayudar a religiosos y rezar y meditar. 

Pero un día supo que entre su hijo Alfonso de Portugal y su nieto, el rey de Castilla, había estallado la guerra. Anciana y achacosa como estaba, emprendió un larguísimo viaje con calores horrendos y caminos peligrosos, para lograr la paz entre los dos contendores. Y este viaje fue mortal para ella. Sintió que le llegaba la muerte y se hizo llevar a un convento de hermanas Clarisas, y allí, invocando a la Virgen María murió santamente el 4 de julio del año 1336. 

Dios bendijo su sepulcro con varios milagros y el Sumo Pontífice la declaró santa en 1626. Es abogada para los territorios y países donde hay guerras civiles, guerrillas y falta de paz. Que Santa Isabel ruegue por nuestros países y nos consiga la paz que tanto necesitamos.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Isabel de Portugal

Santa Isabel, que falta haces en tantos hogares donde, padres e hijos y nietos, y toda una familia, se pierde la paz y empiezan las peleas. Tú, que tan buena fuiste, intercede por nosotros, para que imitemos a –Cristo y a Su Santísima Madre, María, como tú hiciste;  bendita tú Santa Isabel de Portugal, porque poner paz es lo que más se necesita en un hogar, para que así el amor florezca y dé paso a la santidad.

Haced como le hicieron a Santa Isabel, que desde muy niña la educaron bien. Educad bien a los niños para que les sea más fácil ser perfectos, y Dios los hará santos, como hizo con Santa Isabel de Portugal.

P. Jesús

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31 de Julio / San Ignacio de Loyola

En 1534, a los 43 años de edad, San Ignacio obtuvo el título de maestro en artes de la Universidad de París. Por aquella época se unieron a Ignacio otros tres estudiantes de teología: Pedro Fabro, Francisco Javier, Laínez y Salmerón, que brillaban mucho en los estudios, Simón Rodriguez y Nicolás Bobadilla. Estos hicieron votos de castidad, pobreza y de predicar el Evangelio a Palestina, y si esto último resultaba imposible, de ofrecerse al Papa para que los emplease en el servicio de Dios cómo y dónde mejor lo juzgase. La ceremonia tuvo lugar en una capilla de Montmartre, donde todos recibieron la comunión de manos de Pedro Fabro, quien acababa de ordenarse sacerdote. Era el día de la Asunción de la Virgen de 1534. También resolvieron que si alguien les preguntaba el nombre de su asociación, responderían que pertenecían a la Compañía de Jesús, porque estaban dispuestos a luchar contra el error y el vicio bajo el estandarte de Cristo. Así, pusieron de manifiesto su espiritualidad militante.

Paulo III aprobó la Compañía de Jesús por una bula emitida el 27 de septiembre de 1540. Ignacio fue elegido primer general de la nueva orden y, algunos días más tarde, todos los miembros hicieron los votos en la basílica de San Pablo Extramuros.

La actividad de la Compañía de Jesús en Inglaterra es un buen ejemplo del importantísimo papel que desempeñó en la contrarreforma. Ese movimiento tenía el doble fin de dar nuevo vigor a la vida de la Iglesia y de oponerse al protestantismo. «La Compañía de Jesús era exactamente lo que se necesitaba en el siglo XVI para contrarrestar la Reforma. La revolución y el desorden eran las características de la Reforma. La Compañía tenía como características la obediencia y la más sólida cohesión. Se puede afirmar, sin pecar contra la verdad histórica, que los jesuitas atacaron, rechazaron y derrotaron la revolución de Lutero y, con su predicación y dirección espiritual, reconquistaron a las almas, porque predicaban sólo a Cristo, a Cristo crucificado.

Una de las obras más fecundas de San Ignacio fue el libro de los «Ejercicios Espirituales». Empezó a escribirlo en Manresa y, lo publicó en Roma, en 1548, con la aprobación del Papa. Los Ejercicios cuadran con la tradición de santidad de la Iglesia. Lo nuevo en el libro de San Ignacio es el orden y el sistema de las meditaciones. Si bien, las reglas y consejos que da el santo en su obra se hallan diseminados en las obras de los Padres de la Iglesia, San Ignacio tuvo el mérito de ordenarlos metódicamente y formularlos con perfecta claridad. El fin específico de los Ejercicios es llevar al hombre a un estado de serenidad y despego terrenal para que pueda elegir «sin dejarse llevar por el placer o la repugnancia. Así, el principio que guía la elección es únicamente la consideración de lo que más conduce a la gloria de Dios y a la perfección del alma». Como lo dijo Pío XI, el método ignaciano de oración «guía al hombre por el camino de la propia abnegación y del dominio de los malos hábitos a las más altas cumbres de la contemplación y el amor divino».

Durante los 15 años que duró el gobierno de San Ignacio, la orden aumentó de diez a mil miembros y se extendió en nueve países europeos, en la India y en Brasil.

Murió súbitamente el 31 de julio de 1556, sin haber tenido siquiera tiempo de recibir los últimos sacramentos. Fue canonizado en 1622, y Pío XI le proclamó patrono de los ejercicios espirituales y retiros.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Ignacio de Loyola

Hay que retirarse de vez en cuando del mundo, como enseñan y practican los grandes santos de la Iglesia, como hizo San Ignacio de Loyola. Esas vacaciones tendrían que ser tiempos de meditaciones y no de comilonas y derroche de dinero y usar de placeres para el cuerpo, que son nefastos para la vida del alma.

Los Santos saben, como supo hacer las cosas bien San Ignacio de Loyola, hombre de piedad intensa y feliz entre los pobres. Aprendamos de él.

P. Jesús

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12 de Agosto / Beato Inocencio XI, Papa

El 20 de noviembre de 1650, recibió la ordenación sacerdotal y la consagración episcopal, el 19 de enero de 1651. Después de retirarse durante algún tiempo en su ciudad natal, tomó posesión efectiva de su sede, en febrero de 1652. En 1656, regresó a Roma en donde vivió hasta que fue elegido Sumo. Fue un Papa muy piadoso, austero, amante de la pobreza. Cuando tomaba una decisión para bien de la Iglesia, no había nada que lo hiciera retroceder. Se considera que antes de llegar a ser Papa era más un administrador que un pensador. Esto no fue determinante. Si los actos más sobresalientes de su pontificado fueron provocados por el anhelo de administrar la Iglesia, de defenderla y de reformarla, su actuación apologética, aunque menos brillante, fue también de importancia profunda y duradera. 

Inocencio XI fue enemigo del nepotismo. Su atención se enfocó hacia la moralidad de la enseñanza religiosa. Se ocupó de la reforma de los dominicos de Toscana y Lombardía, y de las cistercienses de Polonia. Aprobó dos nuevas congregaciones y, en 1686, la regla de la Tercera Orden Franciscana. 

Luchó, aplicando las leyes canónicas, contra la declaración del 10 de febrero de 1673, en la que Luis XIV extendió los privilegios temporales que concedían la rey la potestad de nombrar a los obispos para las sedes vacantes en las diócesis del mediodía que habían sido exceptuadas hasta entonces. Además, se adjudicó el derecho de nombrar a las abadesas de los monasterios y a los titulares cuando estaban vacantes las sedes episcopales. 

Fue sepultado en San Pedro. Gozó de una reputación de santidad tal, que su causa fue introducida el 23 de junio de 1714, todavía en vida de Luis XIV. Finalmente, fue beatificado por el Papa Pío XII, el 7 de octubre de 1956.

FUENTE: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Beato Inocencio XI, Papa

Hay santos que todos saben que son santos, como el Beato Inocencio XI, Papa. Luchador incansable para el bien de la Iglesia de Cristo. Enemigo de todo lo contrario a la Verdad. Muchos lo seguían por ese desprendimiento del dinero y esa vida de pobreza y piedad que todos veían en él, por ser verdaderamente así que era él, el Beato Inocencio XI, Papa, un hombre luchador de la fe, con las armas de la piedad y el escudo de la verdadera pobreza.

Descansa en paz y alegría intensa e inmensa en los brazos de María Reina de la Iglesia.

P. Jesús

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17 de Octubre / San Ignacio de Antioquia

San Ignacio fue obispo de Antioquia, la primera ciudad en que los seguidores de Cristo empezaron a llamarse «cristianos». La tradición señala que fue un discípulo de San Juan Evangelista. Por 40 años estuvo como obispo ejemplar de Antioquia que, después de Roma, era la ciudad más importante para los cristianos, porque tenía el mayor número de creyentes.

El emperador Trajano mandó a encarcelaran a todos los que no adoraran a los falsos dioses de los paganos. Como San Ignacio se negó a adorar esos ídolos, fue llevado preso. El emperador ordenó que Ignacio fuera llevado a Roma y echado a las fieras para diversión del pueblo.

Encadenado fue llevado preso en un barco desde Antioquia hasta Roma en un largo y penosísimo viaje, durante el cual el santo escribió siete cartas que se han hecho famosas, las cuales iban dirigidas a las Iglesias de Asia Menor.

En una de esas cartas, el santo señala que los soldados que lo llevaban eran feroces como leopardos; que lo trataban como fieras salvajes y que cuanto más amablemente los trataba él, con más furia lo atormentaban.

El barco se detuvo en muchos puertos y en cada una de esas ciudades salían el obispo y todos los cristianos a saludar al santo mártir y a escucharle sus provechosas enseñanzas. De rodillas recibían todos su bendición. Varios se fueron adelante hasta Roma a acompañarlo en su gloriosos martirio.

Al llegar a Roma, salieron a recibirlo miles de cristianos. Y algunos de ellos le ofrecieron hablar con altos dignatarios del gobierno para obtener que no lo martirizaran. Él les rogó que no lo hicieran y se arrodilló y oró con ellos por la Iglesia, por el fin de la persecución y por la paz del mundo. Como al día siguiente era el último y el más concurrido día de las fiestas populares y el pueblo quería ver muchos martirizados en el circo, especialmente que fueran personajes importantes, fue llevado sin más al circo para echarlo a las fieras.

Ante el inmenso gentío fue presentado en el anfiteatro. Él oró a Dios y en seguida fueron soltados dos leones hambrientos y feroces que lo destrozaron y devoraron, entre el aplauso de aquella multitud ignorante y cruel. Así consiguió Ignacio lo que tanto deseaba: ser martirizado por proclamar su amor a Jesucristo.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Ignacio de Antioquia

San Ignacio de Antioquia, hombre sabio, de gran fe y por lo cual, portador de la Buena Nueva: el Evangelio. No quería ser martirizado, de haberlo querido no se habría quejado en sus famosas cartas de lo feroces que eran los soldados que lo custodiaban a la muerte segura; él sólo quería, con todas las ansias de un noble corazón proclamar el amor a Cristo, y ese celo de apostolado, en esos tiempos de los primeros cristianos era pagado por la sociedad pagana con el martirio. Él, San Ignacio de Antioquia, quería salvar almas y murió comido por los leones entre aplausos de la gentuza. ¡Que pena por ellos! ¡Que gracia para San Ignacio de Antioquia!

Los santos aceptan su vida.

P. Jesús

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17 de Octubre / San Ignacio, Obispo de Antioquía, Mártir

Llamado Teóforo «el que lleva a Dios», probablemente fue un converso, discípulo de San Juan Evangelista. Luego, por orden de San Pedro y San Pablo, sucedió a San Evodio como Obispo de Antioquía por cerca de cuarenta años, siendo un pastor ejemplar.

La paz que gozaron los cristianos al morir Domiciano duró muy poco y bajo Trajano se reanudó nuevamente la persecución. Rápidamente, el obispo fue capturado y luego de proclamar su fe en Cristo, fue condenado a ser devorado por las fieras en las fiestas populares en Roma.

Las numerosas paradas durante su penoso viaje dieron oportunidad al santo de confirmar en la fe a las iglesias cercanas a la costa de Asia Menor, así como también escribir cuatro cartas: a los Efesios, a quienes exhortaba a seguir luchando por la fe en Jesús nuestro Señor; a las iglesias de Magnesia y Tralles; a los cristianos a Roma y a San Policarpo, a quien también exhorta a seguir trabajando por Cristo.

Al llegar a Roma, y antes de ser conducido al anfiteatro, rezó junto con sus hermanos por la Iglesia, por el fin de la persecución y por la caridad y concordia entre los fieles.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Ignacio, Obispo de Antioquía, Mártir

San Ignacio, Obispo de Antioquía, antes de pasar por su martirio que le llevó a la muerte y entrada directa al Cielo Eterno con Dios, con Jesucristo que es Dios Hijo, rezó junto a sus hermanos por la Iglesia, y yo os pido recemos ahora por lo mismo que ellos rezaron: por el fin de la persecución, y la caridad y concordia entre los fieles. Amén.

P. Jesús
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5 de Noviembre / Santos Zacarías e Isabel

Fueron los padres de Juan bautista y Zacarías era sacerdote de la Antigua Ley. No tenían hijos y habían llegado ya a una edad en que no podían esperar tenerlos, cuando un ángel se le apareció a Zacarías, en el momento en que éste oficiaba en el templo y le dijo:

«No temas Zacarías porque tu plegaria ha sido escuchada, e Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo, al que pondrás por nombre Juan. Desde el seno de su madre será lleno del Espíritu Santo y, a muchos de los hijos de Israel convertirá al Señor su Dios». Y así sucedió.

Según un escrito apócrifo, Zacarías había muerto mártir. Cuenta que fue asesinado en el templo por mandato de Herodes, porque se había negado a decir dónde estaba su hijo. El Martirologio, sin embargo, no menciona el martirio al conmemorar a Zacarías e Isabel el 5 de noviembre.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santos Zacarías e Isabel

Cuando toda esperanza fracasa, queda la fe. La fe consigue hacer realidad cualquier cosa que le pidas a Dios y con esa fe confíes en su Providencia.

No te desesperes, que nada es imposible para Dios. Aprende de la historia de los Santos Zacarías e Isabel.

P. Jesús

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17 de Noviembre / Santa Isabel de Hungría, Viuda

Su padre era rey de Hungría y fue hermano de Santa Eduvigis. Nacida en 1207, vivió en la tierra solamente 24 años, y fue canonizada apenas cuatro años después de su muerte. La Iglesia Católica ha visto en ella un modelo admirable de donación completa de sus bienes y de su vida entera a favor de los pobres y de los enfermos.

Cuando ella sólo tenía veinte años y su hijo menor estaba recién nacido, el esposo murió luchando en las Cruzadas. La Santa estuvo a punto de sucumbir a la desesperanza, pero luego aceptó la voluntad de Dios. Renunció a propuestas que le hacían para nuevos matrimonios y decidió que el resto de su vida sería para vivir totalmente pobre y dedicarse a los más pobres. Daba de comer cada día a 900 pobres en el castillo

Un día, después de las ceremonias, cuando ya habían quitado los manteles a los altares, la santa se arrodilló ante un altar y delante de varios religiosos hizo voto de renunciar a todos sus bienes y de vivir totalmente pobre, como San Francisco de Asís hasta el final de su vida y de dedicarse por completo a ayudar a los más pobres. Cambió sus vestidos de princesa por un simple hábito de hermana franciscana. Cuando apenas iba a cumplir sus 24 años, el 17 de noviembre del año 1231, pasó de esta vida a la eternidad.

Los milagros que sucedieron en su sepulcro movieron al Sumo Pontífice a declararla santa, cuando apenas habían pasado cuatro años de su muerte, y además, Santa Isabel de Hungría fue declarada patrona de la Arquidiócesis de Bogotá.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Isabel de Hungría, Viuda

Hay santos, grandes santos que consiguen la santidad por aceptar la desgracia acaecida en sus vidas y, en vez de amargarse la vida o vivirla mundanamente, aceptando el Amor de Dios; eso hizo, con voluntad en su libertad, Santa Isabel de Hungría, viuda; se santificó e hizo mucho bien a tantos pobres que necesitaban de sus bienes, y que ella libremente renunció a ellos para el bien de los que sufren, y fue aceptado su total desprendimiento de este mundo; por eso Dios obró tantos milagros y maravillas en su tumba, para que el mundo supiera que no era locura sino amor verdadero lo que la llevó a sus grandes obras de bondad.

P. Jesús

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8 de Diciembre / Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María

El 8 de diciembre de 1854 el Sumo Pontífice, Pío Nono, después de recibir numerosas peticiones de todos los obispos y fieles de todo el mundo se reunió en la Basílica de San Pedro en Roma y proclamó la fiesta de la Inmaculada Concepción. Había más de 200 prelados, cardenales, arzobispos, obispos, embajadores y miles y miles de fieles católicos, en medio de la emoción general declaró solemnemente:

«Declaramos que la doctrina que dice que María fue concebida sin pecado original, es doctrina revelada por Dios y que a todos obliga a creerla como dogma de fe».

Desde Roma cantidad de palomas mensajeras salieron en todas las direcciones llevando la gran noticia, y en los 400,000 templos católicos del mundo se celebraron grandes fiestas en honor de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María

Honrar a María, venerar a María, es dogma de fe, porque Ella, la Virgen María, es la Inmaculada Concepción. Que salgan de nuestro corazón, como palomas mensajeras en todas direcciones, todas nuestras acciones y voz, y declaren nuestro amor a la siempre Virgen Madre de Dios y Madre nuestra. Ella nos bendice y habla de nosotros a su Hijo, Dios, a su Esposo, Dios Espíritu Santo, a su Padre, Dios. Ninguna criatura es más grande que Ella; alabémosla, amémosla; pidámosle que su Gracia nos colme de Gracias de Dios. Ella puede, porque es la amada de Dios; Ella, María, la Inmaculada Concepción.

P. Jesús
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28 de Diciembre / Santos Inocentes Mártires

El día de hoy se conmemora a los Niños Inocentes que el cruel Herodes mandó matar.

Según señala el Evangelio de San Mateo, Herodes llamó a los Sumos Sacerdotes para preguntarles en qué sitio exacto iba a nacer el rey de Israel, al que habían anunciado los profetas. Ellos le contestaron: «Tiene que ser en Belén, porque así lo anunció el profeta Miqueas diciendo: «Y tú, Belén, no eres la menor entre las ciudades de Judá, porque de ti saldrá el jefe que será el pastor de mi pueblo de Israel» (Miq. 5, 1).

Entonces Herodes se propuso averiguar exactamente dónde estaba el niño, para después mandar a sus soldados a que lo mataran. Y fingiendo dijo a los Reyes Magos: – «Vayan y averiguen acerca de ese niño, cuando lo encuentren regresan y me lo informan, para ir yo también a adorarlo». Los magos se fueron a Belén guiados por la estrella que se les apareció otra vez, al salir de Jerusalén, y llenos de alegría encontraron al Divino Niño Jesús junto a la Virgen María y San José; lo adoraron y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra. En sueños recibieron el aviso divino de que no volvieran a Jerusalén y regresaron a sus países por otros caminos, y el pérfido Herodes se quedó sin saber dónde estaba el recién nacido. Esto lo enfureció hasta el extremo, por lo que rodeó con su ejército la pequeña ciudad de Belén, y dio la orden de matar a todos los niñitos menores de dos años, en la ciudad y alrededores.

El mismo evangelista San Mateo afirmará que en ese día se cumplió lo que había avisado el profeta Jeremías: «Un griterío se oye en Ramá (cerca de Belén), es Raquel (la esposa de Israel) que llora a sus hijos, y no se quiere consolar, porque ya no existen» (Jer. 31, 15).

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santos Inocentes Mártires

Los malos quieren matar y matan a los inocentes. Santos son los Inocentes Mártires que el rey Herodes mandó matar, para matar así a Dios, al Mesías.

Recordemos a los Santos Inocentes Mártires y pidámosles que intercedan por la vida, la vida de tantos niños que hoy en día son inocentes y los matan por no querer que tengan vida. La vida es un don de Dios y sólo Dios decide la vida y permite la muerte.

P. Jesús
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