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7 de Julio / San Panteno

San Panteno, sabio Padre de la Iglesia y varón apostólico, vivió en el siglo II. En su juventud había sido un filósofo de la escuela de los estoicos. Según la tradición, llegó a ser director de la escuela catequética de Alejandría. Los excelentes métodos pedagógicos que empleó, elevaron dicha escuela por encima de todas las de los filósofos. En esta misma escuela, San Panteno formó al famosísimo Clemente de Alejandría. 

Eusebio, el historiador, cuenta que había oído decir que San Panteno fue a predicar la fe a la India (tal vez Yemen y Etiopía) y que conoció ahí a los cristianos a los que San Bartolomé había dado el texto hebreo del Evangelio de San Mateo. Este testimonio, repetido por San Jerónimo, es uno de los argumentos más utilizados por los que sostienen que la Iglesia de la India fue fundada por un Apóstol. 

Eusebio afirma también que San Panteno era un hombre de gran cultura y un ardiente y celoso predicador.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Panteno

La cultura ayuda a los santos a ser más felices en el cumplimiento de su servicio humano a los demás. La cultura ayuda a disfrutar de la vida y de los deleites que Dios nos ha concedido en ella: la vida. La cultura nos permite saber de la historia y aprender de los que han vivido antes que nosotros; y han meditado en los caminos que debemos recorrer hoy nosotros, y sus pensamientos y los hechos suyos, son causa de alegría porque nos permiten ser mejores y evitarnos unos cuantos errores que se cometerían por la inexperiencia, por la ingenuidad y por la ignorancia. Tener cultura es lo que deseo a todos. Adquirid cultura y Dios será feliz de veros hablar cosas provechosas en vez de ociosas.

San Panteno, hombre culto y santo.

P. Jesús

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30 de Julio / San Pedro Crisólogo

San Pedro Crisólogo, quien fue uno de los oradores más famosos de la Iglesia Católica, nació en Imola, Italia y fue formado por el Obispo de esa ciudad Cornelio, por el cual conservó siempre una gran veneración. El Obispo Cornelio convenció a San Pedro Crisólogo de que en el dominio de las propias pasiones y en el rechazar los malos deseos reside la verdadera grandeza, y que este es un medio seguro para conseguir las bendiciones de Dios. 

San Pedro Crisólogo gozó de la amistad del emperador Valentiniano y de la madre de éste, Plácida, y por recomendación de los dos, fue nombrado Arzobispo de Ravena. También gozó de la amistad del Papa San León Magno. 

Cuando empezó a ser arzobispo de Ravena, había en esta ciudad un gran número de paganos. Y trabajó con tanto entusiasmo por convertirlos, que cuando él murió ya eran poquísimos los paganos o no creyentes en este lugar. 

A la gente le agradaba mucho sus sermones, y por eso le pusieron el sobrenombre de crisólogo, que quiere decir, el que habla muy bien. Su modo de hablar era conciso, sencillo y práctico. La gente se admiraba de que en predicaciones bastante breves, era capaz de resumir las verdades más importantes de la fe. Se conservan de él, 176 sermones, muy bien preparados y cuidadosamente redactados. Por su gran sabiduría al predicar y escribir, fue nombrado Doctor de la Iglesia, por el Papa Benedicto XIII. 

Recomendaba mucho la comunión frecuente y exhortaba a sus oyentes a convertir la Sagrada Eucaristía en su alimento de todas las semanas. 

Murió el 30 de julio del año 451.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Pedro Crisólogo

Medita esto, San Pedro Crisólogo murió el 30 de Julio del año 451, y hoy 30 de Julio de 2.009 aún se le recuerda y se le toma por ejemplo. Así  sucede con los santos, que viven siempre en el recuerdo de su bondad, de su ‘serviam’.

San Pedro Crisólogo servía a Dios con la palabra, con el don de la palabra, la sabiduría y claridad de pensamiento, que lo transmitía con su voz en sencillas enseñanzas que todos comprendían y así podían poner en práctica., porque si no entendemos, aunque lo que oímos nos parezca soberbio, no vamos luego a poder ponerlo en práctica, porque somos hombres libres y queremos saber el porqué.

Hay quien como San Pedro Crisólogo, por Gracia de Dios, consigue hacerse comprender y, al comprender la Verdad de la que habla, podemos obedecer a Dios que tanto nos ama y que nos da Santos con dones especiales para que nos transmitan Sus enseñanzas y así al comprenderlas podemos ponerlas en práctica.

¡Somos libres y no tontos!  

Gracias son dadas a todos los Santos.

P. Jesús

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21 de Agosto / San Pío X, Papa

Giuseppe Melchiorre Sarto, quien luego sería el Papa Pío X nació el 2 de Junio de 1835 en Riese, provincia de Treviso, en Venecia. Sus padres fueron Giovanni Battista Sarto y Margarita Sanson. Su padre fue un cartero y murió en 1852, pero su madre vivió para ver a su hijo llegar a Cardenal. Luego de terminar sus estudios elementales, recibió clases privadas de latín por parte del arcipreste de su pueblo, Don Tito Fusarini, después de lo cual estudió durante cuatro años en el gimnasio de Castelfranco Veneto, caminando de ida y vuelta diariamente. 

En 1850 recibió la tonsura de manos del Obispo de Treviso y obtuvo una beca de la Diócesis de Treviso para estudiar en el seminario de Padua, donde terminó sus estudios filosóficos, teológicos y de los clásicos con honores. Fue ordenado sacerdote en 1858, y durante nueve años fue capellán de Tómbolo, teniendo que asumir muchas de las funciones del párroco, puesto que éste ya era anciano e inválido. Buscó perfeccionar su conocimiento de la teología a través de un estudio asiduo de Santo Tomás y el derecho canónico; al mismo tiempo estableció una escuela nocturna para la educación de los adultos, y siendo él mismo un ferviente predicador, constantemente era invitado a ejercer este ministerio en otros pueblos. 

En 1867 fue nombrado arcipreste de Salzano, un importante municipio de la Diócesis de Treviso, en donde restauró la iglesia y ayudó a la ampliación y mantenimiento del hospital con sus propios medios, en congruencia con su habitual generosidad hacia los pobres; especialmente se distinguió por su abnegación durante una epidemia de cólera que afectó a la región. Mostró una gran solicitud por la instrucción religiosa de los adultos. En 1875 creó un reglamento para la catedral de Treviso; ocupó varios cargos, entre ellos, el de director espiritual y rector del seminario, examinador del clero y vicario general; más aún, hizo posible que los estudiantes de escuelas públicas recibieran instrucción religiosa. En 1878, a la muerte del Obispo Zanelli, fue elegido vicario capitular. El 10 de Noviembre de 1884 fue nombrado Obispo de Mantua, en ese entonces una sede muy problemática, y fue consagrado el 20 de Noviembre. Su principal preocupación en su nuevo cargo fue la formación del clero en el seminario, donde, por varios años, enseñó teología dogmática y, durante un año, teología moral. Deseaba seguir el método y la teología de Santo Tomás, y a muchos de los estudiantes más pobres les regaló copias de la “Summa Theologica”; a la vez, cultivó el Canto Gregoriano en compañía de los seminaristas. La administración temporal de la sede le impuso grandes sacrificios. En 1887 celebró un sínodo diocesano. Mediante su asistencia en el confesionario, dio ejemplo de celo pastoral. La Organización Católica de Italia, conocida entonces como la “Opera dei Congressi”, encontró en él a un celoso propagandista desde su ministerio en Salzano. En el consistorio secreto celebrado en Junio de 1893, León XIII lo creó Cardenal, con el título de San Bernardo de las Termas; y en el consistorio público, tres días más tarde, fue preconizado Patriarca de Venecia, conservando mientras tanto el título de Administrador Apostólico de Mantua. El Cardenal Sarto fue obligado a esperar dieciocho meses, antes de tomar posesión de su nueva diócesis, debido a que el gobierno italiano se negaba a otorgar el exequatur, reclamando que el derecho de nominación había sido ejercido por el Emperador de Austria. Este asunto fue tratado con amargura en periódicos y panfletos; el Gobierno, a manera de represalia, rehusó extender el exequatur a los otros obispos que fueron nombrados durante este tiempo, por lo que el número de sedes vacantes creció a treinta. Finalmente, el ministro Crispi, habiendo regresado al poder, y la Santa Sede, habiendo elevado la misión de Eritrea a la categoría de Prefectura Apostólica en atención a los Capuchinos Italianos, motivaron al Gobierno a retractarse de su posición original. Esta oposición no fue causada por ninguna objeción contra la persona de Sarto. En Venecia el cardenal encontró un estado de cosas mucho mejor que el que había hallado en Mantua. También allí puso gran atención en el seminario, donde logró establecer la facultad de derecho canónico. En 1898 celebró el sínodo diocesano. Promovió el uso del Canto Gregoriano y fue gran benefactor de Lorenzo Perosi; favoreció el trabajo social, especialmente los bancos en las parroquias rurales; se dio cuenta de los peligros que entrañaban ciertas doctrinas y conductas de algunos Cristiano-Demócratas y se opuso enérgicamente a ellas. El Congreso Eucarístico Internacional de 1897, en el centenario de San Gerardo Sagredo (1900), la bendición de la primera piedra del nuevo campanario de San Marcos y la capilla conmemorativa en el Monte Grappa (1901) fueron eventos que dejaron una profunda impresión en él y en su gente. A la muerte de León XIII, los cardenales se reunieron en cónclave y, después de varias votaciones, Giuseppe Sarto fue elegido el 4 de Agosto al obtener 55 de 60 votos posibles. Su coronación tuvo lugar el siguiente Domingo, 9 de Agosto de 1903.

En su primera Encíclica, deseando revelar hasta cierto punto su programa de trabajo, mencionó el que sería el lema de su pontificado: “instaurare omnia in Christo” (Ef 1,10). En consecuencia, su mayor atención giró siempre sobre la defensa de los intereses de la Iglesia. Pero ante todo, sus esfuerzos también se dirigieron a promover la piedad entre los fieles, y a fomentar la recepción frecuente de la Sagrada Comunión, y, si era posible, hacerla diariamente (Decr. S. Congr. Concil., 20 de Diciembre, 1905), dispensando a los enfermos de la obligación de ayunar para poder recibir la Sagrada Comunión dos veces al mes, o incluso más (Decr. S. Congr. Rit., 7 de Diciembre, 1906). Finalmente, mediante el Decreto “Quam Singulari” (15 de Agosto, 1910), recomendó que la Primera Comunión en los niños no se demorara demasiado tiempo después de que alcanzaran la edad de la discreción. Fue por deseo suyo que el Congreso Eucarístico de 1905 se celebró en Roma, mientras que aumentó la solemnidad de los congresos Eucarísticos posteriores mediante el envío de cardenales legados. El quincuagésimo aniversario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción fue una ocasión que supo aprovechar para impulsar la devoción a María (Encíclica “Ad illum diem”, Febrero 2,1904); y el Congreso Mariano junto con la coronación de la imagen de la Inmaculada Concepción en el coro de la Basílica de San Pedro fueron una digna culminación de la solemnidad. Fuera como simple capellán, como obispo, y como patriarca, Giuseppe Sarto fue siempre un promotor de la música sacra; como Papa publicó, el 22 de Noviembre de 1903, un Motu Propio sobre música sacra en las iglesias, y, al mismo tiempo, ordenó que el auténtico Canto Gregoriano se utilizara en todas partes, mientras dispuso que los libros de cantos se imprimieran con el tipo de fuente del Vaticano bajo la supervisión de una comisión especial. En la Encíclica “Acerbo nimis” (Abril 15, 1905), planteó la necesidad de que la instrucción catequética no se limitara a los niños, sino que también fuera dirigida hacia los adultos, dando para ello reglas detalladas, especialmente en lo referente a escuelas adecuadas para la impartición de la instrucción religiosa a los estudiantes de escuelas públicas, y aun de universidades. Promovió la publicación de un nuevo catecismo para la Diócesis de Roma.

Como obispo, su principal preocupación había sido la formación del clero, y de acuerdo con este propósito, una Encíclica dirigida al Episcopado Italiano (Julio 28, 1906) hacía énfasis en la necesidad de tener mayor cuidado en la ordenación de sacerdotes, llamando la atención de los obispos sobre el hecho de que, entre los clérigos más jóvenes, se manifestaba cada vez con mayor frecuencia un espíritu de independencia que era una amenaza para la disciplina eclesiástica. En beneficio de los seminarios italianos, ordenó que fueran visitados regularmente por los obispos, y promulgó un nuevo programa de estudios que había estado en uso en el Seminario Romano. Por otra parte, como las diócesis del Centro y Sur de Italia eran tan pequeñas que sus seminarios respectivos no podían prosperar, Pío X estableció el seminario regional, que es común para las sedes de una región dada; en consecuencia, muchos seminarios, pequeños y deficientes, fueron cerrados.

Para una mayor eficacia en la asistencia a las almas, a través de un Decreto de la Sagrada Congregación del Consistorio (Agosto 20, 1910), promulgó instrucciones concernientes a la remoción de párrocos como un acto administrativo, cuando tal procedimiento requería de graves circunstancias que podían no constituir una causa canónica para la destitución. Con motivo de la celebración del jubileo de su ordenación sacerdotal, dirigió una carta llena de afecto y prudentes consejos a todo el clero. Por un Decreto reciente (Noviembre 18, 1910), el clero había sido impedido de tomar parte en la administración temporal de organizaciones sociales, lo cual era causa frecuente de graves dificultades.

Pero por sobre todas las cosas, la principal preocupación del Papa era la pureza de la fe. En varias ocasiones, como en la Encíclica con respecto al centenario de San Gregorio Magno, Pío X resaltaba los peligros de ciertos métodos teológicos nuevos, los cuales, basándose en el Agnosticismo y el Immanentismo, por fuerza suprimían la doctrina de la fe de sus enseñanzas de una verdad objetiva, absoluta e inmutable, y más aun cuando estos métodos se asociaban con una crítica subversiva de las Sagradas Escrituras y de los orígenes del Cristianismo. Por esta razón, en 1907, publicó el Decreto “Lamentabili” (llamado también el Syllabus de Pío X), en el que sesenta y cinco proposiciones modernistas fueron condenadas. La mayor parte de estas se referían a las Sagradas Escrituras, su inspiración y la doctrina de Jesús y los Apóstoles, mientras otras se relacionaban con el dogma, los sacramentosn y la primacía del Obispo de Roma. Inmediatamente después de eso, el 8 de Septiembre de 1907, apareció la famosa Encíclica “Pascendi”, que exponía y condenaba el sistema del Modernismo. Este documento hace énfasis sobre el peligro del Modernismo en relación con la filosofía, apologética, exégesis, historia, liturgia y disciplina, y muestra la contradicción entre esa innovación y la fe tradicional; y, finalmente, establece reglas por las cuales combatir eficazmente las perniciosas doctrinas en cuestión. Entre las medidas sugeridas cabe señalar el establecimiento de un cuerpo oficial de “censores” de libros y la creación de un “Comité de Vigilancia”. Posteriormente, mediante el Motu Propio “Sacrorum Antistitum”, Pío X llamó la atención en los interdictos de la Encíclica y las disposiciones que habían sido establecidas previamente bajo el pontificado de León XIII sobre la predicación, y sancionó que todos aquellos que ejercieran el sagrado ministerio o quienes enseñaran en institutos eclesiásticos, así como canónigos, superiores del clero regular, y aquellos que servían en oficinas eclesiásticas, deberían tomar un juramento en el que se comprometían a rechazar los errores que eran denunciados en la Encíclica o en el Decreto “Lamentabili”. Pío X retomó este asunto vital en otras ocasiones, especialmente en las Encíclicas que fueron escritas en conmemoración de San Anselmo (Abril 21, 1909) y de San Carlos Borromeo (Junio 23, 1910), en la segunda de las cuales el Modernismo Reformista fue especialmente condenado. Como el estudio de la Biblia es, a la vez, el área más importante y más peligrosa de la teología, Pío X deseaba fundar en Roma un centro especial para esos estudios, que les diera la garantía inmediata de una ortodoxia incuestionable y un valor científico; en consecuencia, y con el apoyo de todo el mundo católico, se estableció el Pontificio Instituto Bíblico de Roma, bajo la dirección de los jesuitas. 

Una necesidad sentida durante mucho fue la de codificar la Ley Canónica, y con la intención de llevarla a cabo, el 19 de Marzo de 1904, Pío X creó una congregación especial de cardenales, de la que Gasparri, convertido en cardenal, sería el secretario. Las más eminentes autoridades en derecho canónico de todo el mundo, colaboraron en la formación del nuevo código, algunas de cuyas prescripciones ya habían sido publicadas, como por ejemplo, las modificaciones a la ley del Concilio de Trento en lo referente a los matrimonios secretos, las nuevas reglas para las relaciones diocesanas y para las visitas episcopales ad limina, y la nueva organización de la Curia Romana (Constitución “Sapienti Consilio”, Junio 29, 1908). Anteriormente, las Congregaciones para las Reliquias e Indulgencias y de Disciplina habían sido suprimidas, mientras que la Secretaría de Asuntos Menores había sido unida a la Secretaría de Estado. La característica del nuevo reglamento es la completa separación de los aspectos judiciales de los administrativos; mientras que las funciones de algunos departamentos habían sido determinadas con mayor precisión y sus trabajos más equilibrados. Las oficinas de la Curia se dividieron en Tribunales (3), Congregaciones (11), y Oficinas (5). Con respecto a los primeros, el Tribunal de Signatura (constituido exclusivamente por cardenales) y el de la Rota fueron revividos; al Tribunal de la Penitenciaría le fueron dejados únicamente los casos del fuero interno (conciencia). Las Congregaciones permanecieron casi como estaban al principio, con la excepción de que una sección especial fue agregada al Santo Oficio de la Inquisición para las indulgencias; la Congregación de Obispos y Regulares recibió el nombre de Congregación de Religiosos y tendría que tratar únicamente los asuntos de las congregaciones religiosas, mientras los asuntos del clero secular serían derivados a la Congregación del Consistorio o a la del Concilio; de este último fueron retirados los casos matrimoniales, los cuales serían ahora enviados a los tribunales o a la recientemente creada Congregación de los Sacramentos. La Congregación del Consistorio aumentó grandemente su importancia debido a que tendría que decidir sobre cuestiones que eran competencia de las otras Congregaciones. La Congregación de Propaganda perdió mucho de su territorio en Europa y América, donde las condiciones religiosas habían comenzado a estabilizarse. Al mismo tiempo, fueron publicadas las reglas y regulaciones para empleados, y aquellas para los diferentes departamentos. Otra Constitución reciente presenta una relación de las sedes suburbicarias.

La jerarquía Católica incrementó grandemente su número durante los primeros años del pontificado de Pío X, en los que se crearon veintiocho nuevas diócesis, la mayoría en los Estados Unidos, Brasil y las Islas Filipinas; también una abadía nullius, 16 vicariatos Apostólicos y 15 prefecturas Apostólicas.

León XIII llevó la cuestión social dentro del ámbito de la actividad eclesial; Pío X también deseó que la Iglesia cooperara, o, mejor aún, desempeñara un papel de liderazgo en la solución de la cuestión social; sus puntos de vista en esta materia fueron formulados en un syllabus de diecinueve proposiciones, tomadas de diferentes Encíclicas y otras Actas de León XIII, y publicadas en un Motu Propio (Diciembre 18, 1903), especialmente para la orientación en Italia, donde la cuestión social era un asunto espinoso a principios de su pontificado. Buscó especialmente reprimir ciertas tendencias que se inclinaban hacia el Socialismo y promovían un espíritu de insubordinación a la autoridad eclesiástica.

Como resultado del aumento constante de divergencias, la “Opera dei Congressi”, la asociación Católica más grande de Italia, fue disuelta. No obstante, inmediatamente después la Encíclica “Il fermo proposito” (Junio 11, 1905) provocó la formación de una nueva organización, constituida por tres grandes uniones, la Popular, la Económica y la Electoral. La firmeza de Pío X logró la eliminación de, por lo menos, los elementos más discrepantes, posibilitando, ahora sí, una verdadera acción social Católica, aunque subsistieron algunas fricciones. El deseo de Pío X es que la clase trabajadora sea abiertamente Católica, como lo expresó en una memorable carta dirigida al Conde Medolago-Albani. También en Francia, el Sillon, después de un origen prometedor, había dado un giro que lo acercaba a la ortodoxia del extremismo democrático social; y los peligros de esta relación fueron expuestos en la Encíclica “Notre charge apostolique” (Agosto 25, 1910), en la cual los Sillonistas fueron conminados a mantener sus organizaciones bajo la autoridad de los obispos.

En sus relaciones con los Gobiernos, el pontificado de Pío X tuvo que mantener luchas dolorosas. En Francia el papa heredó disputas y amenazas. La cuestión “Nobis nominavit” fue resuelta con la condescendencia del papa; pero en lo referente al nombramiento de obispos propuestos por el Gobierno, la visita del presidente al Rey de Italia, con la consiguiente nota de protesta, y la remoción de dos obispos franceses, deseada por la Santa Sede, se convirtieron en pretextos del Gobierno en París para el rompimiento de las relaciones diplomáticas con la Corte de Roma. Mientras tanto la ley de Separación ya había sido preparada, despojando a la Iglesia de Francia y prescribiendo, además, una constitución para la misma, la cual, si bien no era abiertamente contraria a su naturaleza, por lo menos entrañaba grandes peligros para ella. Pío X, sin prestar atención a los consejos oportunistas de quienes tenían una visión corta de la situación, rechazó firmemente consentir en la formación de las asociaciones cultuales. La separación trajo cierta libertad a la Iglesia de Francia, especialmente en materia de la elección de sus pastores. Pío X, sin buscar represalias, todavía reconoció el derecho francés de protectorado sobre los Católicos en el Este. Algunos párrafos de la Encíclica “Editae Saepe”, escrita en ocasión del centenario de San Carlos Borromeo, fueron mal interpretadas por los Protestantes, especialmente en Alemania, por lo que Pío X elaboró una declaración refutándolos, sin menoscabo a la autoridad de su alto cargo. En ese tiempo (Diciembre, 1910), se temían complicaciones en España, así como la separación y persecución en Portugal, para lo cual Pío X ya había tomado las medidas oportunas. El Gobierno de Turquía envió un embajador ante el Papa. Las relaciones entre la Santa Sede y las repúblicas de América Latina eran buenas. Las delegaciones en Chile y la República Argentina fueron elevadas a la categoría de internunciaturas, y se envió un Delegado Apostólico a Centroamérica.

Naturalmente, la solicitud de Pío X se extendió a su propia estancia, realizando un gran trabajo de restauración en el Vaticano; por ejemplo, en las habitaciones del cardenal-secretario de Estado, el nuevo palacio para los empleados, una nueva galería de pinturas, la Specola, etc. Finalmente, no debemos olvidar su generosa caridad en las calamidades públicas: durante los grandes terremotos de Calabria, pidió la ayuda de todos los Católicos del mundo, logrando reunir, al momento del último sismo, aproximadamente 7.000.000 de francos, que sirvieron para cubrir las necesidades de quienes fueron afectados y para la construcción de iglesias, escuelas, etc. Su caridad no fue menor en ocasión de la erupción del Vesubio y de otros desastres fuera de Italia (Portugal e Irlanda). En pocos años, Pío X obtuvo resultados magníficos y duraderos en interés de conservar la doctrina y disciplina Católicas, aún enfrentando grandes dificultades de todo tipo. Hasta los no Católicos reconocen su espíritu apostólico, su fortaleza de carácter, la precisión de sus decisiones y su búsqueda de un programa claro y explícito.

U. BENIGNI
Transcrito por David M. Cheney
Dedicado a Ceil Holman (1907-1996), mi abuela.
Traducido por Salvador Gómez Contreras
En el centenario de la elección de Giuseppe Sarto como Papa (Agosto, 1903-2003).

FUENTE: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Pío X, Papa

Al amado San Pío X, Papa: Salud. Como los primeros cristianos, vamos a seguir siendo todos fieles a la Iglesia de Roma, la Católica, Apostólica y Romana, que tanto bien hace, ha hecho y hará al mundo por civilizar en la moral de la misma naturaleza social del hombre, que es a imagen y semejanza de Dios, el Todopoderoso, que de vez en cuando, nos invade con Su Gracia de concedernos santos tan santos como el Papa San Pío X. ¡Qué bueno es Dios!

Hay una Iglesia que nos ama y nos protege de todo mal, y mala influencia, incluso de los mismos malos que dicen pertenecer a ella y que están allí para dañarla, pero Dios tiene a sus propios aliados, como al magistral Papa Pío X.

Dios es Grande y su grandeza se ve más cuando los santos, a imitación de Dios, hacen cosas grandes para amar a Dios y a los semejantes.

P. Jesús
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20 de Septiembre / San Pedro de Arbués. Mártir. Año 1485

Que Dios nos envíe nuevos y valerosos defensores 
que nos libren de los errores y engaños de los herejes.
«Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (San Pablo).

San Pedro de Arbués, nació en Aragón (España) en 1441.

Como tenía muy especiales cualidades intelectuales, sus padres lo enviaron a estudiar a la famosa Universidad de Bolonia, donde impresionó a superiores y compañeros, por la exquisita amabilidad de su trato y el rendimiento excepcional en los estudios.

Habiéndose graduado de doctor en ambos derechos, volvió a España y allá fue nombrado Canónigo o Monseñor de la Catedral de Zaragoza.

Fue encargado luego de defender la religión católica contra los herejes que querían enseñar doctrinas falsas. Estos trataron de sobornarlo ofreciéndole grandes cantidades de dinero si dejaba de oponérseles. Como no lo lograron, dispusieron matarlo. Varias veces se salvó milagrosamente de criminales atentados.

A quienes le aconsejaban que se consiguiera guardaespaldas, les respondía: «¿Para qué? Si muero asesinado, muero por defender la fe católica. ¿Qué mayor honor puedo esperar?»

Varios herejes se juntaron con los judíos más anticatólicos de Zaragoza y se propusieron atacar al santo cuando fuera a la catedral a orar. Sabían que cada noche entraba al templo y se arrodillaba por bastante tiempo a rezar.

Y el 14 de septiembre de 1485, estando él de rodillas orando devotamente, salieron los asesinos que se habían escondido en la oscura catedral y lo asesinaron.
Sus últimas palabras fueron: «Muero por Jesucristo. Alabado sea su santo nombre». El pueblo que conocía la gran amabilidad y la santidad de vida de este sacerdote reaccionó violentamente, y si no hubiera sido porque el Señor Arzobispo salió a las calles a defender a los herejes, esa misma noche los habrían linchado a todos en la ciudad.

El autor intelectual del crimen se suicidó en la prisión. Los autores materiales fueron sentenciados a muerte.
Inmensa muchedumbre acompañó al santo mártir en su funeral, y después en su sepulcro se consiguieron muchos favores de Dios muy admirables.

Fuente: EWTN

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Pedro de Arbués. Mártir. Año 1485

¿Tenía miedo San Pedro de Arbués, mártir, de morir, o no quería vivir? A San Pedro de Arbués, su fe le impedía retroceder ante la muerte, porque, por su fe, era por lo que deseaban matarle. Si no hubiera tenido fe, si no hubiera defendido su fe, no tenían por qué matarle.

Murió rezando. Murió por su fe y sin abandonar su fe, murió por ella, por Jesucristo.

Sus asesinos murieron por su falta de fe.

Todos murieron, el Santo y los asesinos: ¿Quién sacó provecho de su vida?

El Santo, que tenía fe. San Pedro Arbués, mártir, él está en el Cielo por su fe.

P. Jesús

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23 de Septiembre / San Pío de Pietrelcina

El padre Francesco Forgione nació en Pietrelcina, provincia de Benevento, el 25 de mayo de 1887. Sus padres fueron Horacio Forgione y María Giuseppa. Creció dentro de una familia humilde, pero como un día él mismo dijo, nunca careció de nada. 

Fue un niño muy sensible y espiritual. En la Iglesia Santa María de los Ángeles, la cual se podría decir fue como su hogar, fue bautizado, hizo la Primera Comunión y la Confirmación. También en esta misma Iglesia fue donde a los cinco años se le apareció el Sagrado Corazón de Jesús. Más adelante empieza a tener apariciones de la Virgen María que durarían por el resto de su vida. 

Ingresó a la Orden de los Frailes Menores Capuchinos en Morcone en enero de 1903. El día anterior de entrar al Seminario, Francisco tuvo una visión de Jesús con su Santísima Madre. En esta visión Jesús puso su mano en el hombro de Francisco, dándole coraje y fortaleza para seguir adelante. La Virgen María, por su parte, le habló suave, sutil y maternalmente penetrando en lo más profundo de su alma. 

Fue ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1910 en la Catedral de Beneveto, y en febrero de ese año se estableció en San Giovanni Rotondo, donde permaneció hasta su muerte, el 23 de setiembre de 1968. 

Poco después de su ordenación, le volvieron las fiebres y los males que siempre le aquejaron durante sus estudios, y es enviado a su pueblo, Pietrelcina, para que se restableciera de salud. Luego de 8 años de sacerdocio, el 20 de setiembre de 1918, recibe los estigmas de Nuestro Señor Jesucristo en sus manos, pies y costado izquierdo, convirtiéndose en el primer sacerdote estigmatizado. En una carta que escribe a su director espiritual los describe así: «En medio de las manos apareció una mancha roja, del tamaño de un centavo, acompañada de un intenso dolor. También debajo de los pies siento dolor». 

Más adelante, en el año de 1940 proyectó un hospital que se denominó «Casa del Alivio del Sufrimiento» -el más importante del sur de Italia-, cuya construcción culminó en 1956. 

El 20 de septiembre de 1968 el Padre Pío cumplió 50 años de haber recibido por primera vez los estigmas del Señor Jesús. El Padre Pío celebró la Misa a la hora acostumbrada. Alrededor del altar hubieron 50 grandes macetas con rosas rojas para sus 50 años de sangre… A los dos días murmurando por largas horas «Jesús, María!», muere el Padre Pío, el 22 de septiembre de 1968. Los que estaban presentes quedaron largo tiempo en silencio y en oración. Después estalló un largo e irrefrenable llanto. 

El funeral del Padre Pío fue impresionante ya que se tuvo que esperar cuatro días para que la multitud de personas pasaran a despedirse. Se calcula que más de cien mil personas participaron del entierro. Al morir desaparecieron los estigmas con el cual el Señor ha confirmado su origen místico y sobrenatural. 

Muchas han sido las sanaciones y conversiones concedidas por la intercesión del Padre Pío e innumerables milagros han sido reportados a la Santa Sede. 

El 18 de diciembre, de 1997, Su Santidad Juan Pablo II pronunció venerable al Padre Pío. Este paso, aunque no tan ceremonioso como la beatificación y canonización, es ciertamente la parte más importante del proceso. 

Fue beatificado por su S.S. Juan Pablo II el 2 de mayo de 1999 en una solemne Concelebración Eucarística en la Plaza San Pedro. 

El 16 de junio del 2002 fue declarado San Pío de Pietrelcina en presencia de S.S. Juan Pablo II, en una solemne misa en la Plaza San Pedro.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Pío de Pietrelcina

Ay, los santos, ¡cuánto sufren los santos y cuánto bien hacen a la Iglesia y al mundo entero!

Con la vida de San Pío de Pietrelcina, vemos sus sufrimientos y vemos las delicadezas que tiene Santa María, y Jesús, que es Dios, con ellos. Dios Padre lo tiene en su ‘punto de mira’, para darle las Gracias oportunas para su salvación y la salvación de muchos, por esas mismas gracias, y tiene también todo el Amor de Dios Espíritu Santo, amándole. Sí que les atormenta Satanás mismo y sus secuaces, los demonios, y también las malas y necias personas, que hay tantas en el mundo, incluso en la misma y Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Ser santo es sufrir, estando en vida, con Dios y la Virgen María. Muchos otros sufren y no tienen a la Divina Trinidad y no tienen a María. Sufrir es humano; recibir el amor de Dios y su Madre bendita, es divino. Los santos lo saben y ¡son santos!

P. Jesús
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23 de Septiembre / San Pío de Pietrelcina

El Padre Pío nació en el seno de una humilde y religiosa familia de agricultores, el 25 de mayo de 1887, en una pequeña aldea del Sur de Italia, llamada Pietrelcina. Recibió su primera instrucción de un maestro privado y a la edad de 15 años hizo su ingreso en el Noviciado de los Padres Capuchinos en la Ciudad de Morcone.

De débil salud, pero de excepcional fuerza de voluntad, pudo completar sus estudios y gracias a una continua asistencia divina tuvo la ansiada ordenación sacerdotal. El 20 de Septiembre de 1918, aparecieron visiblemente las llagas de Nuestro Señor en sus manos, pies y costado izquierdo del pecho, haciendo del P. Pío el primer sacerdote estigmatizado en la historia de la Iglesia (recuerden que San Francisco no era sacerdote). Grandes multitudes, de todas las nacionalidades pasaron por su confesionario. Las conversiones fueron innumerables.

Diariamente recibía centenares de cartas de fieles, que pedían su consejo iluminado y su dirección espiritual, la cual ha siempre significado un retorno a la serenidad, a la paz espiritual y al coloquio con Dios. Toda su vida no ha sido otra cosa que una continua oración y penitencia, lo cual no impedía que sembrase a su alrededor felicidad y gran alegría entre aquellos que escuchaban sus palabras, que eran llenas de sabiduría o de un extraordinario sentido del humor. El Papa Juan Pablo II lo conoció personalmente en 1947, poco después de su ordenación sacerdotal. El Padre Pío profetizó que aquel joven sacerdote sería un día Papa. El Señor lo llamó a recibir el premio celestial el 23 de Septiembre de 1968. Tenía 81 años.

Durante 4 días su cuerpo fue expuesto ante millares de personas que formaban una enorme columna que no conoció interrupción hasta el momento del funeral, al cual asistieron más de cien mil personas. Millones visitan su tumba en el pueblo de San Giovanni Rotondo, Italia. Entre ellos el Papa Juan Pablo II. El P. Pío está sepultado en la cripta del Santuario de Nuestra Señora de las Gracias, San Giovanni Rotondo.

Los preliminares de su Causa de Beatificación y Canonización se iniciaron en noviembre de 1969. Declarado Venerable el 18 de diciembre de 1997 y Beato, el 2 de mayo de 1999. Declarado Santo el 16 de junio de 2002, en la Plaza de San Pedro en Roma, por S.S. Juan Pablo II. Fechas importante en la vida de San Pío Pietrelcina  25 de mayo, 1887. Nace en Pietrelcina, Benevento, en el sur de Italia. Sus padres, Grazio «Orazio» Mario Forgione (1860-1946), granjero, y María Giuseppa de Nunzio Forgione (1859-1929). 26 de mayo, 1887. Bautizado en la Iglesia de Santa María de los   Ángeles. Recibe el nombre de Francesco Forgione. 27 de mayo, 1899. Recibe el Sacramento de la Confirmación. 6 y 22 de enero, 1903.

A los dieciséis años entra al noviciado de Marcone. El 22 de enero es investido con el hábito de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos. Toma el nombre de Fra Pío (Fra por Fratello/Hermano). 22 de enero, 1904. Terminado el año de noviciado hace la Primera Profesión (profesión temporal) de los Consejos Evangélicos de Pobreza, Castidad y Obediencia.  Entra al convento de la provincia monástica y estudia para ordenarse sacerdote. 1907.

Al cumplirse los tres años de los votos temporales hace su  profesión perpetua o votos solemnes. 10 de agosto, 1910. Con férrea voluntad se sobrepone a graves problemas de salud, es ordenando sacerdote en la capilla del Arzobispo de Beneveto, pero los problemas de salud le obligan a residir con su familia, por largos períodos, hasta el 1916. Septiembre, 1910. Recibe los estigmas visiblemente por primera vez, pero por poco tiempo y de forma intermitente. 

Ruega a Dios se los quite. Confía el acontecimiento únicamente a su Director Espiritual. Noviembre, 1911. El suceso sobrenatural llega a la atención de sus superiores cuando es observado un día en éxtasis. 28 de julio, 1916. Llega al Convento de San Giovanni Rotondo y permanece allí hasta su muerte. 5 a 7 de agosto, 1918. Transverberación del corazón, le causan heridas visibles en su costado. (La Transverberación del corazón es una experiencia mística de ser traspasado en el corazón, que indica la unión de amor con Dios.) 20 de septiembre, 1918. Mientras reza, luego de la Misa, en el área del coro de la antigua Iglesia de Nuestra Señora de las Gracias, aparecen los estigmas de forma visible y permanen- te.  El fenómeno perdurará por los próximos 50 años. 1919.

Comienzan a circular rumores en el pueblo del posible traslado del ¨santo¨ de San Giovanni Rotondo, lo que agita grandemente a la población. 2 de junio, 1922. El Santo Oficio (hoy Congregación para la Doctrina de la Fe) prohíbe apariciones públicas y el acceso del público a Padre Pió. 1924-1931. En varias ocasiones la Santa Sede rechaza que el fenómeno sea de origen sobrenatural. 9 de junio, 1931. (Solemnidad de Corpus Christi). La Santa Sede ordena al Padre Pío desistir de toda actividad salvo la celebración de la Santa Misa, la cual sólo podrá celebrar en privado.  

Principios de 1933. El Santo Padre Pío XI ordena al Santo Oficio que de marcha atrás y deje sin efecto la  prohibición que pesaba sobre el Padre Pío de celebrar públicamente. Su Santidad Pío XI comenta al respecto: «Nunca sentí mala disposición hacia el Padre Pío, pero sí fui malamente informado.» 1934. Las facultades del Padre Pío son restauradas poco a poco. Se le permite confesar primero a hombres (25 de marzo, 1934) y luego confesar a mujeres (12 de mayo, 1934). 23 de septiembre de 1968. Fallece serenamente en su celda a las 2:30 de la madrugada. Murió saludable y sin los estigmas, así como había profetizado en cierta ocasión. Sus últimas palabras: «Gesú e Maria» (Jesús y María). 26 de septiembre, 1968.

El cuerpo del Padre Pío se entierra en una cripta en la Iglesia de Nuestra Señora de las Gracias. Asisten al funeral más de 100.000 personas.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Pío Pietrelcina

Hay que asistir a los funerales y hay que celebrar una Santa Misa por el difunto; es necesario ser respetuosos con el cuerpo muerto y con el alma inmortal.

Muchos amaron a San Pío de Pietrelcina y, algunos de la misma Iglesia Santa, lo odiaron hasta no dar veracidad en sus informes ante el Papa Pío XI. Pero todo se llega a saber en este mundo y los Santos sólo viven para Dios y, mientras son castigados por el hombre, ellos, en su penitencia sin pecado, ayudan a salvar al mundo, y Dios lo permite todo para el bien de la Santa Madre Iglesia Católica.

La Historia nos muestra una vez más que Dios gana, como siempre va a ganar, y que las fechorías de los que no obran bien, siempre las aprovecha Nuestro Señor Jesús para dar más bendiciones al mundo.

Aprendemos de San Pío de Pietrelcina que sufrir por Dios siempre lleva su gratificación: Es Santo. ¡Aleluya!

P. Jesús

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8 de Octubre / Santa Pelagia y Santa Tais, penitentes

La antigüedad cristiana se alimentó con el encanto de estas dos historias que de algún modo llevan al corazón cristiano la añoranza de la inocencia perdida y animan a la vuelta. Es un consuelo encontrar en la tierra los rastros de quienes, habiendo sido presa del desarreglo, de la mala vida que por algún tiempo juzgaron como buena, del desorden y la lejanía de Dios, pues, mira… resulta que han sido gente que se salva. Sí, son una gran luz en la oscuridad que alienta la esperanza de los que somos más, de los pecadores. Estas actitudes están personificadas en Pelagia y Tais.

Pelagia.
Se la presenta como una de las más insignes pecadoras del mundo, allá por la segunda mitad del siglo V. En Antioquia -este era el escenario de sus danzas sensuales y altaneras- se la llamaba «Margarita» que es la traducción de «gema», quizá porque, en ocasiones, lo único que cubría las carnes de la extra hermosa eran collares de perlas.
Tuvo, en el marco de la Providencia, la suerte de toparse, en el año 453, con Nono, anacoreta de Tabenas, sacado de allí para hacerlo obispo de Edesa y trasladado a Heliópolis de Siria, que por el momento participaba en un concilio provincial convocado por Máximo. Bastó oírlo para que Dios la moviera a sincera conversión, pidiera el bautismo y cambiara sus danzas, sus máscaras y abalorios por la penitencia. Termina el relato de su historia diciendo que murió penitente en Jerusalén, en el Monte de los Olivos, en el año 468, disimulando con una máscara su condición de mujer, habiéndose hecho llamar Pelagio.

Tais.
Fue anterior a Pelagia en el tiempo y en los oficios. Se educó como cristiana, pero la vida, sus encantos, el acoso de los finos, el hambre de placer y el atractivo de las riquezas estropearon tanto la acción de la gracia que pareció no conocerla. Vive entre el lujo y la prostitución de Alejandría.
Refiere la narración que Pafnucio, el del desierto de Tebaida, la recordaba de años atrás y sentía dolor, más que quien tiene una astilla clavada en el cuerpo, por la perdición y escándalo de la cristiana. Sus penitencias dieron resultado. Provocó un encuentro con ella y fue el instrumento de Dios para el cambio de Tais. Ahora está deshecha en lágrimas, implora el perdón del maestro, le ruega su oración impetrante, recurre a la misericordia de Dios y pide que se le imponga penitencia. Muere penitente reconciliada por los años 348 y se le honra en las Menologías griegas tal día como hoy. Es patrona de Alejandría y se la representa arropada con ricas y coloreadas sedas, con un espejo, símbolo de la coquetería, y una gargantilla de perlas que representan sus riquezas mal adquiridas.

Las dos son una delicada muestra que realza la misericordia del Señor.

Fuente: EWTN

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Pelagia y  Santa Tais, penitentes

Almas bondadosas, vosotras que sabéis de Dios, vosotras que conocéis a Dios y no os habéis extraviado jamás, tened misericordia de los que nunca conocieron a Dios o de los que se extraviaron como hicieron Santa Pelagia y Santa Tais, ambas muy pecadoras, ambas en extremo dando mal ejemplo, y ambas Santas, gracias a personas buenas, a santos que lo dan todo por Dios.

Dios necesita de ti, más que para acusar a los pecadores, para que tu ejemplo les mueva el corazón a ser mejores, a plantearse en serio un cambio radical de vida, a dejar los lazos que sostienen a los pecadores en sus pecados: Sed vosotros las tijeras que corten los vicios y  las ataduras a los malos amigos o malos parientes, porque los futuros santos necesitan de caridad.

Así se va a poblar el Cielo de los futuros santos de este tiempo, donde pocos han podido recibir de Dios la gracias de ser siempre buenos, porque los medios de comunicación pagana se han introducido en las casas, y todo lo que los padres dejan entrar en el hogar esto cumple con su misión, que es construir las almas que viven en él. ¡Tened hogares santos! No deis entrada al televisor ni a revista que no sean profundamente católicas, que nada impuro esté en la Iglesia Doméstica, que todo sea bueno y bello, por ser agradable a Dios. Y el mundo cambiará.

Sacerdotes acudid a las Iglesias Domésticas y sed ayuda y bálsamo para los esposos que, en unión sacramental, han formado y forman esta Iglesia universal que es la Católica, Apostólica y Romana. Vosotros, santos sacerdotes, que tenéis la instrucción y los sacramentos, vosotros sois ángeles para los padres e hijos de un hogar, vosotros sois la ayuda actual y de siempre que el mundo necesita; por vuestras palabras, los pecadores se arrepienten y con vuestro ejemplo saben cómo vivir, porque no saben cómo se hace para ser bueno. Se ha llegado a tal extremo que no saben nada de bondad, y mucho menos de santidad; vosotros, sacerdotes amados de Dios, ayudadles con vuestro ministerio a ser buenos, y en la bondad y con los sacramentos, está la acción de Dios que es hacer santos, perfectos, a los hombres. Y la perfección radica en el Amor verdadero, que es amar a Dios sobre todas las cosas, y a los demás como a uno mismo, por amor de y a Dios y con Dios.

El reto de hoy día es este: ¡Ayudar a Dios que haga santos!; ¡que tú seas santo!

P. Jesús
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12 de Octubre / Fiesta de Nuestra Señora del Pilar

Historia de la Virgen del Pilar 

Según documentos del siglo XIII, posteriormente a la Ascensión del Señor Jesús, los apóstoles, fortalecidos por el Espíritu Santo, predicaban el evangelio. El Apóstol Santiago el Mayor, hermano de San Juan, en aquel entonces, viajó a predicar en España. Aquellas tierras se encontraban atadas al paganismo, porque aún no recibían el evangelio. La tradición dice que al despedirse el Apóstol Santiago a predicar la fe de Jesucristo, le prometió la Virgen que en aquel lugar donde más se convirtieran a su Hijo se le manifestaría ella. Y una noche la Virgen María se le apareció en un Pilar. 

Los documentos dicen textualmente que Santiago, «pasando por Asturias, llegó con sus nuevos discípulos a través de Galicia y de Castilla, hasta Aragón, el territorio que se llamaba Celtiberia, donde está situada la ciudad de Zaragoza, en las riberas del Ebro. Allí predicó Santiago muchos días y, entre los muchos convertidos eligió como acompañantes a ocho hombres, con los cuales trataba de día del reino de Dios, y por la noche, recorría las riberas para tomar algún descanso». 

El 2 de enero del año 40, Santiago se encontraba en profunda oración con sus discípulos junto al río Ebro cuando «oyó voces de ángeles que cantaban Ave, María, gratia plena y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol». La Santísima Virgen, que aún vivía en carne mortal en Palestina, le pidió a Santiago que en aquel lugar se le construyese una iglesia, y que el altar estuviese en torno al pilar donde ella estaba de pie y prometió que «permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio». 

La Iglesia ha sobrevivido a grandes invasiones de pueblos y guerras, una de ellas es la guerra de 1936-1939, donde le cayeron tres bombas y ninguna explotó. También se cree que la Virgen le dio al Apóstol la pequeña estatua de madera. 

Cuando la Virgen desapareció quedó ahí el pilar; al instante el Apóstol Santiago y sus acompañantes iniciaron la edificación de una iglesia en aquel lugar. Antes que la Iglesia estuviese terminada, Santiago ordenó presbítero a uno de sus discípulos para servicio de la misma, la consagró y le dio el título de Santa María del Pilar antes de regresarse a Judea. Este templo ha sido el primero en ser dedicado a la Virgen. 

Santiago regresó a Jerusalén, después de predicar en España. Herodes Agripas lo mandó a ejecutar alrededor del año 44 d.C., siendo así el primer mártir. Sus discípulos, luego del suceso, tomaron su cuerpo y lo llevaron a España para su entierro. Después de algunos siglos el lugar fue llamado compostela (campo estrellado). El rey Alfonso II, el casto de Asturias y el Obispo Teodomiro fueron los primeros en mandar a construir un santuario en la tumba de Santiago, en el siglo IX. Hoy una magnifica catedral se encuentra en ese sitio. 

Desde hace varios siglos se venera a la Virgen del Pilar y hace mucho se levantó una sencilla capilla que hoy es un Templo Mariano al cual asisten peregrinos de distintos lugares del mundo. 

La Sagrada Escritura narra cuando el Pueblo de Dios fue desterrado hacia la tierra prometida y tuvieron una columna que los guiaba. Para los españoles esa columna es el pilar donde la Virgen se apareció en Zaragoza y que ha recibido durante siglos la fe de muchos cristianos y que hoy ampara a todos los hijos que se dirigen a María. 

El Gran milagro del Cojo de Calanda (1640) 

En el lugar donde la Virgen se apareció, han ocurrido diversos milagros, pero uno de los que más se recuerda es el del cojo de Calanda. A este hombre se la amputó la pierna en el año 1637 y en 1640 la pierna volvió a aparecer en su cuerpo, se dice que ocurrió cuando el hombre se echaba aceite de la lámpara de la Virgen o cuando este soñaba con que visitaba la Basílica. Muchas personas fueron testigos de este gran hecho. En la actualidad hay un cuadro recordándolo a la derecha de la Basílica. 

Tres rasgos peculiares que caracterizan a la Virgen del Pilar y la distinguen de las otras: 

1- A diferencia de las otras apariciones, la Virgen aparece cuando todavía estaba en vida mortal en Palestina: «con ninguna nación hizo cosa semejante». 

2- La columna o pilar fue traída por María misma para que sobre él se construyera la primera capilla, el cual se convertiría en el primer templo mariano de toda la cristiandad. 

3- La vinculación de la tradición pilarista con la tradición jacobea (del Santuario de Santiago de Compostela). Por ello, Zaragoza y Compostela, el Pilar y Santiago, han constituido dos ejes fundamentales en torno a los cuales ha girado durante siglos la espiritualidad de España. 

Simbolismo del pilar 

El pilar o columna: la idea de la solidez del edificio-iglesia con la de la firmeza de la columna-confianza en la protección de María. 

El pilar es símbolo del conducto que une el cielo y la tierra. Es el soporte de lo sagrado y de la vida cotidiana. María, la puerta del cielo, ha sido la mujer escogida por Dios para venir a nuestro mundo. En ella la tierra y el cielo se han unido en Jesucristo. 

Las columnas garantizan la solidez del edificio, sea arquitectónico o social. Quebrantarlas es amenazar el edificio entero. La columna es la primera piedra del templo, que se desarrolla a su alrededor; es el eje de la construcción que liga entre si los diferentes niveles. 

María es la primera piedra de la iglesia; en torno a ella va creciendo el pueblo de Dios; el aliciente para los cristianos, en construir el reino de Dios, es la fe y la esperanza de la Virgen. 

En la Virgen del Pilar el pueblo ve simbolizada «la presencia de Dios, una presencia activa que, guía al pueblo elegido a través de las emboscadas de la ruta».

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Fiesta de Nuestra Señora del Pilar

Ama María a España, de tal manera que, ya en vida, vino a posarse encima del pilar, para animar a Santiago. Y los Ángeles cantan precediendo la venida de la Madre de Dios, que está viva y que vivía en Jerusalén. ¿Por qué España? Quizás porque, de España, saldrían la Santa María, la Pinta y la Niña, tres carabelas dirigidas por Colón para descubrir las Américas y propagar en ella, la fe de la Iglesia.

Honremos a María, visitando el Pilar donde sus lindos pies se posaron, no para descansar, sino para dejar recuerdo de su paso por España, como la Virgen del Pilar.

¡Qué suerte tiene España de que la Virgen, en vida y estando en Jerusalén, la visitara precedida por los cantos de los Ángeles para dar ánimos al Apóstol Santiago y a los españoles que creían en la fe de su Hijo Jesucristo. Quiere la Virgen seguir animando a los españoles a propagar el Evangelio. ¡No hagas “oídos sordos, ni ojos que no ven”; ve al Pilar y pídele, a los pies de donde los pies de María se posaron, que te ayude a evangelizar a España y al mundo entero!

Recuerda: María todo lo puede, es la Madre de Dios. ¡Dios!

P. Jesús

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19 de Octubre / San Pablo de la Cruz

Fundador de los pasionistas. Nació en Ovada, Génova, en 1694. Creció en un hogar muy cristiano. Siempre que Pablo empezaba a llorar por cualquier motivo, su madre le mostraba el crucifijo y le hablaba de los sufrimientos de Cristo. Así, fue formando desde niño, la gran devoción a la Pasión, que había de distinguirle toda la vida. Llevó una vida de oración constante alcanzando así un alto grado de contemplación.

En 1720, tuvo tres extraordinarias visiones. En la tercera de ellas, la Santísima Virgen, vestida con el hábito negro, le ordenó que fundase una congregación cuyos miembros vistiesen ese hábito y sufriesen por la pasión y muerte de Cristo.

En 1741, Benedictino aprobó las reglas de la congregación y las vocaciones para ella aumentaron. San Pablo alcanzó fama por toda Italia a causa de su obra misionera y por la austeridad de su vida. El tema constante de su predicación era la Pasión de Cristo; con una cruz en la mano y los brazos extendidos, el santo hablaba de los sufrimientos del Señor, en forma que conmovía hasta al más duro. En 1769, Clemente XIV, aprobó definitivamente la congregación. En 1771, se inauguró en Corneto el primer convento de religiosas pasionistas. San Pablo no pudo ver a sus hijas espirituales vistiendo el hábito, debido a su mala salud. Su muerte ocurrió el 18 de octubre de 1775.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Pablo de la Cruz

Dios habla a los santos, antes de ser santos. Dios ayuda a los santos a ser santos. Dios, es Dios y decide, como Dios que es. Y se hace siempre su voluntad. Quizás tu piensas que vas a la tuya; quizás alguien puede pensar que va a la suya, porque jamás en su vida, ni de niño, ha rezado a Dios, pero que sepas que la Iglesia ha rezado y reza por ti, seas quien seas y como seas; la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, reza por todos, incluso por los que nunca han rezado, ni nadie les ha hablado de Dios; porque Dios dio su vida por todos, absolutamente por todos: buenos, malos, necios, santos; ¡por ti!

San Pablo de la Cruz, fundó los Pasionistas, que rezan y sufren por ti, seas quien seas. Unidos a Dios mismo, por vivir en su Gracia, rezan por ti. ¡Que lo sepas!

P. Jesús
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20 de Octubre / San Pedro de Alcántara

Famoso por sus terribles penitencias, nació en 1499 en la comunidad española de Alcántara. Su padre era gobernador de la región y su madre era de muy buena familia. Ambos se distinguían por su gran piedad y su excelente comportamiento. Estando estudiando en la universidad de Salamanca, el santo se entusiasmó por la vida de los franciscanos debido a que los consideraba personas muy desprendidas de lo material y muy dedicadas a la vida espiritual. Pidió ser admitido como franciscano y eligió para irse a vivir al convento donde estaban los religiosos más observantes y estrictos de esa comunidad.

En el noviciado lo pusieron de portero, hortelano, barrendero y cocinero. Pero en este último oficio sufría frecuentes regaños por ser bastante distraído. Llegó a mortificarse tan ásperamente en el comer y el beber que perdió el sentido del gusto y así todos los alimentos le sabían igual. Dormía sobre un duro cuero en el puro suelo. Pasaba horas y horas de rodillas, y si el cansancio le llegaba, apoyaba la cabeza sobre un clavo en la pared y así dormía unos minutos, arrodillado. Pasaba noches enteras sin dormir ni un minuto, rezando y meditando. Por eso ha sido elegido protector de los celadores y guardias nocturnos. Con el tiempo fue disminuyendo estas terribles mortificaciones porque vio que le arruinaban su salud. Fue nombrado superior de varios conventos y siempre era un modelo para todos sus súbditos en cuanto al cumplimiento exacto de los reglamentos de la comunidad.

Pero el trabajo en el cual más éxitos obtenía era el de la predicación. Dios le había dado la gracia de conmover a los oyentes, y muchas veces bastaba su sola presencia para que muchos empezaran a dejar su vida llena de vicios y comenzaran una vida virtuosa. Prefería siempre los auditorios de gente pobre, porque le parecía que eran los que más voluntad tenían de convertirse.
Pidió a sus superiores que lo enviaran al convento más solitario que tuviera la comunidad. Lo mandaron al convento de Lapa, en terrenos deshabitados, y allá compuso un hermoso libro acerca de la oración, que fue sumamente estimado por Santa Teresa y San Francisco de Sales, y ha sido traducido a muchos idiomas.

Deseando San Pedro de Alcántara que los religiosos fueran más mortificados y se dedicaran por más tiempo a la oración y la meditación, fundó una nueva rama de franciscanos, llamados de «estricta observancia». El Sumo Pontífice aprobó dicha congregación y pronto hubo en muchos sitios, conventos dedicados a llevar a la santidad a sus religiosos por medio de una vida de gran penitencia.

Los últimos años de su vida los dedicó a ayudar a Santa Teresa a la fundación de la comunidad de Hermanas Carmelitas que ella había fundado, logrando muchos éxitos en la extensión de la comunidad carmelita.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Pedro de Alcántara

San Pedro de Alcántara demostraba a Dios su amor con sus múltiples y terribles penitencias.  Venía de padres ricos y había sido amado y bien cuidado; por eso, como Dios le había concedido muchas gracias, su corazón le pedía sufrimientos, que se imponía, para demostrar su gran amor por Dios. En cambio, hay personas, muchas, que sus padres no los aman, que no tienen estudios, ni cultura, ni han tenido bienes, y para ellos ya Dios, les ha permitido, y les permite, con su vida y de la manera en que la viven, el demostrar así su amor por Él, por Dios.

El amor se tiene que expresar, y se expresa siempre. Cuando San Pedro de Alcántara, por sus grandes penitencias, mermó su salud, luego, ya tenía por la misma naturaleza, su propia penitencia para ofrecer con ella y su resignación, versos de amor a Dios, y entonces dejó sus grandes penitencias y amó a los pobres, que como él, las padecen vía natural.

Dios ve los corazones, y no es la penitencia lo que valora, sino el amor y las obras del mismo, que cada uno le da.

P. Jesús

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