Consejo nº 217

.-La Virgen María, Madre de Dios y Madre tuya, comprende tu dolor, comprende el dolor; Ella, siendo llena de Gracia, también sufrió. Entonces, aprende y acepta que el dolor con que sufres, no es por tus pecados y faltas, porque María, la Madre de Dios, jamás pecó, sino que sufrir es lo natural en la vida, como sufrió también Dios, Jesús. Si sufres, no te sientas culpable por tus errores, faltas o pecados, o por los de otros, sino que lo aceptas, como aceptas la lluvia en primavera, que ayuda a crecer a las plantas. Tú, con tu dolor, vas a crecer como persona. Dios, con su dolor, te salvó; y la Virgen María, Madre de Dios y tuya, con su dolor, es corredentora, y conocedora de la lluvia de primavera que sirve de alimento a la fe y despeja el camino del Cielo Eterno, allí donde Ella, María, te espera. 

 Sufre con María, tu Madre y Madre de Dios; sufrid los dos.

P. Jesús

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