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Carta para ti del P. Jesús - 2. página

34 Carta / A ti, que sabes de ese bebé que no han bautizado

Domingo, 6 de febrero de 2.011

A ti, que sabes de ese bebé que no han bautizado:

A muchos les sabe mal que si una persona, un bebé, no ha sido bautizado, esté en pecado, pero, algo hace el Santo Bautismo; no es lo mismo recibirlo, o no. Sería injusto que el que se ha bautizado o le han bautizado, fuera igual al que no.

Sí, duele, duele que una persona, un bebé, viva en pecado, pero es que si no se bautiza, aun tiene en él la lacra del pecado de nuestros primeros padres Adán y Eva; que para restablecer el amor con Dios, el poder darse uno al otro amor, criatura a Creador, tiene que estar bautizada la criatura, aunque sea un bautismo de deseo, pero si no está bautizada tiene el pecado original, la lacra de sus consecuencias: ¡la soledad! Dios echó de su lado a Adán y Eva, ¡los echó fuera del Paraíso!, y cuando uno se bautiza, o lo bautizan, es tener abierta la puerta del Paraíso; ¡no en vano padeció y murió Cristo!, así son las cosas en la vida, hay consecuencias de todos los actos, pensamientos y palabras. 

Uno no quiere a veces que Dios castigue, pero, ¡es que ya Dios castigó al hombre, a Adán y Eva!, y por el Santo Sacramento del Bautismo, se reconcilia con la persona. Es así la cosa. La verdad es que por el Bautismo hay vida sobrenatural, la vida de la gracia santificante, la vida de relación entre Dios y tú.

No mires el que si un bebé vivo no está bautizado, vive en pecado, más bien, date cuenta, de que un bebé vivo, si lo bautizan, tiene a partir de ese instante una relación con Dios. ¿No es justo que Dios nos de el bautismo para reconciliarse con el hombre? Es más que justo, es un acto de gran misericordia, una proclamación de amor del Creador.

Te estoy hablando de los bebés y personas vivas; los muertos, desde luego, todos ellos han podido aceptar la gran e infinita misericordia de Dios Padre y Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.

Quiero que lo entiendas, hijo, hija, quiero que comprendas que Dios no es injusto, sino que es injusto-a el que no bautiza, el que rechaza el sacramento. ¡Este o estos son los injustos!

Los padres dejan sus propiedades y dinero a sus hijos, cuando mueren, y si tienen deudas también las dejan a sus hijos, como el mal nombre o las injusticias que hicieron, al igual que todas las bendiciones que recibieron, como Adán y Eva nos dejaron la sentencia de su pecado. Pero por eso vino Dios al mundo, para no ser injusto, para que cada quien pague por lo suyo, sea mal o bien. Por eso aunque uno tenga padres malos, él, ¡tú!, puedes ser bueno, bautízate, ¡hazte cristiano!, ¡vive de fe! 

Lo mejor de lo mejor de esta vida son los sacramentos, porque Dios está en ellos. Ve a Dios, y pasa de lo demás que no te lleve a la caridad, como es el que critiques a Dios. Si algo no lo comprendes, ¡pregunta!, ¡infórmate!, pero no digas que Dios es injusto, no digas que no te ama, porque DIOS TE AMA, ¡entérate de una vez por todas! Dios te ama a ti, que estás lleno-a de pecados, y que, de algunos, no tienes ni remordimientos. Indaga, entérate de qué le agrada a Dios y hazlo, ¡bautízate!, ¡bautiza!

Dios te ama, Dios te ama a ti, ¡¡Dios te ama!!

Que sepas la verdad y obres en consecuencia: ¡Dios te ama! ¿Te has enterado de que Dios te ama a ti?… ¡¡¡Aleluya!!!, vamos prosperando. Bienvenido al Amor de Dios: el Evangelio; escúchalo, léelo, apréndelo, que sepas de qué va tu fe. ¡Te lo diré!, ¡va de Amor!, ¡¡de Amor!!, ¡del Amor que siente Dios por ti, tu que eres tan pecador-a!

Empieza a sufrir por saberte un desagradecido-a, porque Dios te ama sin tú amarlo, sin conocerlo, sin ser bautizado.

Anda, apúntate a CatholicosOnline para recibir cada día el Evangelio, y verás lo que le va a ocurrir a tu vida; ¿sabes qué?, te lo diré: te vas a llenar cada día de alegría, de la alegría de la fe.

Te espero. Espero que te inscribas, porque en alguna meditación de la Palabra de Dios, voy a comentarte algo que te hará muy feliz… Si no te inscribes no vas a enterarte, para saberlo deberás recibir el Evangelio de la fe; lo llamo así, porque es de fe el Evangelio.

 Con afecto sincero.

P. Jesús
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50 Carta / A ti, que no sabes dónde ir

Domingo, 17 de julio de 2.011

A ti, que no sabes dónde ir:

Tienes ya decidido seguir por siempre a Dios, a Jesús, a ser su fiel discípulo, a cargar con tu cruz cada día, a aceptar que no te quieren los que quieres, a ver tu vida de soledad, y decidir preferirla antes que devolver mal por mal.

¿Dónde vas a ir?…

Pon tierra por medio, si tu trabajo te lo permite; sinó, cámbiate de casa y acepta con sencillez y templanza tu nueva vida.

Si tu trabajo no te lo permite, sigue tu vida donde estás, pero medita en marcharte en cuanto Dios lo permita, con su providencia infinita. Confía siempre en Él.

Si debes seguir viviendo en la casa de los que te amargan la existencia, hasta al punto de ponerte en serias condiciones de pecar, busca, o haz el propósito de buscar un nuevo lugar donde ir a vivir; que sea algo sencillo, aunque tengas dinero en el bolsillo, pero para los cambios intermedios, es mejor que busques un lugar opcional hasta que no halles el amor de los seres que te lo van a dar, por Gracia de Dios; que Dios sabe de lo que necesitas. Por eso te digo que sea un lugar como de paso, porque estás pasando de una triste vida a una vida mejor, sin tener que enfrentarte a la posibilidad de pecar, y perdiendo tu identidad de hijo-a de Dios, te pierdas el Cielo, por vivir en este infierno sin afecto de los que deberían quererte, y en vez de esto, hacen obras y sueltan palabras que te duelen a morir. ¡Vive!

Todos los cambios llevan dolor e incertidumbre, pero es mejor esto que dar mal por mal. ¡No peques nunca más!, que sea esta tu intención.

Llena las maletas y despídete, sí. Haz las cosas bien. Deja que una vez más te insulten, pero no des con el silencio. Tú te despides, aunque te pese, y diles que los escribirás, que te mantendrás en contacto con ellos. Y es mejor por escrito, hasta que no aprendan que te han perdido, y empiecen a respetarte como ser humano, si no lo hacen como padre, como hijo, como hermano…

Te será duro, pero no doloroso. El dolor es vivir sin comprensión y rodeado de sermones sociales-mundanos, sin ton ni son, y a todo tiempo, y teniendo que enfrentarte siempre con tu fe.

Dios te ayudará.

Dios proveerá.

No devuelvas nunca mal por mal, ¡es pecado grave hacerlo!

Hoy hablaré poco porque, cuando uno se va, cuando uno deja a los seres que ama y que lo crucifican en toda ocasión, necesita de soledad una temporada, porque Dios Espíritu Santo quiere consolarte, y lo hace, y lo hará, mientras sigas viviendo en Gracia de Dios.

Tu prioridad es vivir en Gracia de Dios.

Y, tómate unas vacaciones de Amor con Dios. Esas que propuse ya el año pasado. Que los de CatholicosOnline pongan el link aquí mismo, para que puedas acceder a ellas, y vívelas en esta tu nueva vida.

Fe, esperanza y caridad. Eso da Dios Espíritu Santo, en cuanto lo aceptas como Amigo de tu viaje en esta vida terrenal. Comparte tu vida con Él, este Gran desconocido que es Dios Espíritu Santo, y que es el Amor que necesitas ahora y siempre. Te encomiendo a Él. ¡Vive con Él! Acéptalo como a tu Dios de Amor que es. Déjate Amar por Él, por Dios Espíritu Santo. Y ve con María, tu Madre bendita; Ella siempre ha estado a tu lado, sufriendo viendo como eras tan mal tratado por las personas que amas y que deberían amarte, pero no lo han hecho, y es hora de reconocerlo. Dios ya te dará ocasión de una verdadera reconciliación, cuando sean capaces de respetarte y de valorarte, y de permitirte vivir la fe católica. Todo llegará si rezas por intercesión de la bendita Madre de Dios, la mujer más poderosa del mundo entero, la más fiel, la más hermosa, la misma Madre de Dios, de Jesús, que anda contigo, como a lo que es: tu hermano, tu amigo; ten un trato así con Él.

¡No estás solo!

Y a tu Ángel de la Guarda, ¡no lo olvides!, habla con él, pídele ayuda en todo, sobre todo en lo material y físico; para lo espiritual, Dios Espíritu Santo, siempre está contigo.

Bienvenido a los que dejamos todo para vivir sin hacer mal a nadie, para vivir en obediencia a Dios Padre.

Con afecto sincero.

P. Jesús
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57 Carta / A ti, que eres amigo-a de los desamparados

Domingo, 4 de septiembre de 2.011

A ti, que eres amigo-a de los desamparados:

Esos que no tienen techo, ni comida, ni palabras de aliento, ¡bienaventurados! Y bienaventurado tu, hijo-a, amado-a de Dios, por ser amigo-a de los desamparados, por dedicar parte de tu jornada a ellos, aunque sea rezando por ellos, ¡bendito-a eres y serás! Muchos pecados te serán perdonados por dar al necesitado.

¡Cuántas almas en pena van vagando por el mundo!

¡Cuántos corazones lloran!

¡Cuántos ojos miran buscando ayuda!

¡Cuántos ojos ya no buscan!

¡Cuántos ojos ya no lloran!

Y tú, amado-a de Dios, pensando que no sirves para nada. Piensas quizás que sólo la acción es valorada, pero déjame decirte, oh amado-a de Dios, que tu oración vale tanto o más que la acción, porque para que tú obres, alguien, o tú mismo, has tenido que rezar primero.

Date un respiro, ¡sal de ti mismo-a! y ve a Dios con la oración.

¡Amado-a y bendito-a!, Cristo te salva si quieres. ¿Quieres?, sí, sé que quieres. Entonces, ¿qué problema hay?; tú quieres y Dios quiere; ¿qué pasa entonces contigo hijo-a, bendito-a del Padre?…

¡No estás solo-a!

¡Dios te Ama! ¡Dios te sana! ¡Dios te perdona!

Infórmate bien de quién es Dios, y fórmate en su doctrina, y vive siendo amigo-a de los desamparados, porque ellos, aún sufren más que tú. No tienen, nada ni a nadie…

Muchos no tienen a nadie que rece por ellos.

Algunos viven en países muy pobres, y son muy desdichados. ¡Dales tu alegría de rezar a Dios por ellos!

Aunque son los hombres, las personas, los que hacen la acción física, antes pero, es Dios quien mueve los corazones a la santa misericordia, a la ayuda espiritual y física a los desamparados.

Tú puedes hacer tanto por ellos.

Empecemos juntos, recemos:
Padre nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros Tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Dios te salve María; llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

Si supieras cuánto bien acabamos de hacer tú y yo, rezando juntos. Los Ángeles de Dios, se han puesto en acción por nuestra bendita oración.

Te quiero mucho.

Gracias por rezar conmigo. Eres verdaderamente hijo-a de Dios.

Que la Virgen María te acompañe en este día y durante toda tu vida, la terrena y la Eterna, porque vas a vivir en el Cielo, oh bendito-a del Padre.

Con afecto sincero.

P. Jesús
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58 Carta / A ti, que te sabes con mal carácter

Domingo, 11 de septiembre de 2.011

A ti, que te sabes con mal carácter:

Expondré en esta carta, unas palabras que una persona, que tanto ama a Dios, escribió sobre una de mis meditaciones en CatholicosOnline, y decía: “Qué hermosa reflexión, claro que estoy muy sucia, y eso duele; quiero cambiar y no puedo, sufro realmente por ser como soy, tengo un carácter horrible, daño a los que amo. Le pido a Dios con mucha frecuencia que me ayude, y ya no sé qué decir o hacer; yo sé que Dios me ama, pero no puedo dejar de gritar a mis hijos; ¡qué horror!”

Dios sale a tu paso, viene a tu encuentro cuando sientes que tu conciencia te acusa.

¡Dios no te abandona!, ¡jamás!   

Y los sacerdotes estamos para aliviar a las almas que sufren tanto por no ser santas, ¡cómo tú!

Debes de amar más a Dios. ¡Olvídate de ti y ama a Dios!, pero propóntelo en serio, no cuando hayas primero solucionado estos problemas que te llenan de desespero y mal humor, que descargas con las personas que amas. No te digo que te esfuerces en ser mejor, porque sé, ¡estoy seguro!, que lo haces, que te esfuerzas ¡y mucho!, lo sé. Te pido, te suplico de rodillas, que pienses en amar a Dios sobre todas las cosas y personas, ¡sobre ti misma! Olvídate de tus hijos, olvídate de todos, y piensa en Cristo, ¡tu Dios!, Imagínate a Cristo delante de ti, sintiéndote y con intención de escucharte en tus lamentos, ¡háblale de tus penas!, cuéntale tus desgracias y sufrimientos y llora; si es preciso, ¡llora! Dios Espiritu Santo, vendrá raudo a consolarte, y te cubrirá de besos santos; los besos de Dios, que confortan, que alivian, que sanan más que los besos de cualquier buena madre. ¡Deja que Dios te Ame!

Quiero que entiendas, que comprendas que tu vida real va de tu relación de Amor con Dios. ¡En serio! De esto va la vida, de tu vida de relación con Jesús, que es Dios.

Ama a Jesús.

Visita a Jesús.

Cuando tienes mal humor, es que te sientes sola, es que te crees que nadie te pude ayudar, y no te ves capaz de afrontar con éxito los problemas de la vida, pero realmente, ¡no estás sola!, y sé que sabes, que Dios te Ama y te acompaña, pero te has olvidado de que Dios es Todopoderoso, de que puede ayudarte de verdad, en todas tus cosas, en todas tus relaciones con otros.

Ya sé que en asuntos de hijos, fui niño e hijo, hay cosas que son del momento, que en ese preciso momento hay que solucionarlas, que parece que no hay ni un instante para alzar el corazón a Dios, pidiendo ayuda. Pero no es cierto, un segundo, la mayoría de cosas urgentes pueden esperar, incluso una respuesta, y es el tiempo que necesitas para decir en pensamiento: “Jesús ayúdame”. Y en cuestión de hijos o subalternos, o familiares, incluso entre cónyuges, puedes empezar en hacerte repetir lo que te han dicho, y muchas cosas, nadie las repite, porque muchas son dichas a la tuntún. Los hijos tienen unas circunstancias que los manipulan, y es que, el cuerpo está creciendo, se están desarrollando físicamente y los trastornos orgánicos, les hacen hablar, a algunos, más de la cuenta, a otros, los encierran en silencios, muchas veces hoscos o bruscos, pero es que su cuerpo los sojuzga con los síntomas del crecimiento y la transformación hormonal. Debes tenerlo en cuenta, madre. Ellos no saben bien, muchas veces, lo que dicen ni lo que hacen, es más, muchas cosas las dejan por hacer. ¡Sírvelos!, sí, ya sé que lo que te he dicho y lo que te diré, va contra los manuales de pedagogía infantil, juvenil y para adolescentes, que siempre dicen que vayas exigiendo, y ¡claro!, en exigirles hay los roces, hay las broncas, hay los gritos, el mal humor. En cambio, yo te pido que apliques también aquí las enseñanzas de Cristo, que son para todas las ocasiones y para todas las personas, porque Dios no dijo que se sirviera a nuestros semejantes menos a los hijos, al cónyuge, a los padres, a los suegros, ¡¡¡noooo!!!

Dios, quiere que laves los pies de todos, empezando por los de tu casa.

Así que ponte un paño en la cintura, para no ensuciarte, arrodíllate y empieza a lavar los pies de tus hijos.

¡No temas hacerlos unos consentidos!, si ven y saben que todo lo haces por Jesús, por Caridad, que eso también tienen que saberlo. Debes de decírselo. Por ejemplo: “Ordenaré tu dormitorio, no por ti, sino para ti, para que lo tengas limpio y para que vivas bien, y Dios, Jesús, esté contenta de mí. Si no está contento de ti, allá tú con Jesús, que es el que te juzgará a ti y a mí, pero yo quiero hacer todas las cosas bien, y es bueno que tengas tu cuarto ordenado”. Y se lo dices en paz, con paz, la paz de decir la verdad. Es bueno que sepa-n porque les ayudas aunque no se lo merezcan. Y hazlo todo sin gritar y sin rencor, porque pasa algo maravilloso y único, cuando los demás ven tus obras de amor a Dios, sirviéndolos a ellos. Pasa que ellos, los que te ven, te imitan. Pero tiene que ser en serio, salido del corazón, sabiendo que Dios te premiará por ello, y a ti te interesa más la recompensa de Dios que incluso el que tu-s hijo-s, se ordenen o no la habitación. Y también mientras lo hagas, reza por ellos, para que otro día sean ellos quien se la ordenen, que este sacrificio de servirlos, sirva para que Dios toque sus corazones. Si haces esto verás milagros en ellos, por la fuerza del Amor. Y tú harás méritos para tu propia salvación y la suya. Además muchas enfermedades pasarán de largo de tu familia, porque cuando los hijos, cuando las personas no reaccionan, no hacen lo correcto, el cuerpo sufre y se enferma; por eso también, siempre hay que hacer el bien.

En caso de que estuvieras enferma o con mucho trabajo, y no pudieras servir a los tuyos en algunas cosas, debes de pedirles su ayuda, no gritarles ni ordenarles que hagan lo que quieres, que muchas veces es lo que deben hacer, pero, ellos, como tú, como todos, tampoco no cumplís todo lo que Dios os pide en los 10 Mandamientos de su Ley, sino que muchas veces, en vuestro examen de conciencia, os dais cuenta de que no habéis obrado bien, que habéis decepcionado a Dios Padre, y lloráis, como llorarán vuestros hijos cuando os decepcionen, si vosotros, como Jesús, que es Dios, sois buenos, como Él lo fue siempre, aun sabiendo que Judas lo iba a traicionar, pero hay un destino universal que cumplir, y vuestros hijos también lo están cumpliendo. ¡Déjalos que lo hagan!, déjalos ser Judas, o Pedro, o San Juan, el más amado de Jesús.

Los padres, parece que no se enteran, hasta que es tarde, de que sus hijos son libres, ¡Dios lo quiere así!, así nos ha hecho a todos, para poder salvarnos, premiarnos, como dice en Apocalipsis 2, 7: “Al que venza le daré de comer del árbol de la vida que está en el paraíso de Dios”. Pero esta comida, debe cada uno ganársela, no puede Dios darla sino a cada uno, al igual que la Comunión, cada uno tiene que abrir su boca para comer el Pan de Vida Eterna.

Madre, padre, acepta la individualidad de cada uno de tus hijos, y aunque son tuyos, lo son para dar cuentas a Dios de lo que has hecho con ellos, de si les has dado la vida y buen ejemplo.

Sé que me has comprendido. Sé que me admiras, y daremos gracias a Dios los dos, con esta oración: “Gracias Padre, porque escondes todo la Verdad a los orgullosos y soberbios, ya que la Verdad es para los humildes de corazón, los que lloran diciendo: Estoy muy sucia, y eso duele; quiero cambiar y no puedo, sufro realmente por ser como soy; tengo un carácter horrible, daño a los que amo.”

Dios te bendice hija-o, que lloras por tu mal carácter, por no dar el bien a los que amas. Sé, que después de leer esta carta, algo cambiará en tu vida, y serás otra persona distinta, porque Dios también toca con las palabras de sus sacerdotes. Esto es lo maravilloso de ser sacerdote, de tener el sacramento sacerdotal, que por el sacramento Dios va al sacerdote y a todos los que el sacerdote ama, y yo te amo a ti, porque amo a Dios, y yo te sirvo a ti, con mi ministerio sacerdotal, porque amo a Dios, al que tú amas, y Él nos Ama a los dos. Dios Padre es lo más maravilloso de la Creación, porque por Él todos existimos y somos y tenemos Amor, somos Amor de Dios; tú y yo.

Con afecto sincero.

P. Jesús
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61 Carta / A ti, que necesitas de tu Ángel de la Guarda

Domingo, 2 de octubre de 2.011

A ti, que necesitas de tu Ángel de la Guarda:

Sí, tú necesitas dejar la soledad, saber que siempre, a tu lado, está tu Ángel de la Guarda, que tiene orden dada de Dios de llevarte de regreso a Casa, a Dios.

El Cielo, el Reino de los Cielos, es la plenitud de Dios Uno y Trino, porque el hombre salió del Amor de Dios, fue deseado, creado, hecho por Amor, el Amor de Dios. ¡No estás solo!

Aquí, en la tierra, tus padres adoptaron tu alma con su amor, -debería haber sido por amor, tu vida a la vida terrenal, como fue por amor tu vida a la vida; ellos, tus padres, en su amor unido al amor de Dios por el sacramento matrimonial del voto de entrega personal de un cónyuge a otro, para siempre, en la vida de la tierra, en la vida ésta donde uno se gana el regreso a Casa, al Amor, a Dios. Por eso la santidad da el sello de la vocación matrimonial, al igual que a cualquier otra vocación que se vive por Dios. El matrimonio se vive por Dios.

Lo repetiré otra vez:

El matrimonio se vive por Dios.

Y por el matrimonio y los hijos que dan en amor, por Amor, amando, los Ángeles tienen un destino, el destino de alguno de ellos que es el de ser Ángeles de la Guarda, y cada ser humano tiene uno por lo menos.

Aprende la verdad de que no estás solo, de que tienes un ángel, que no es lo mismo que tener un amigo; un ángel es un ángel y un amigo es un amigo. Un amigo, hace como tú mismo: vive. Un ángel de la guarda tiene por misión, dada por Dios, el ocuparse de ti. Fíjate si eres importante, porque tienes por lo menos a un ángel de la guarda que su misión específica es cuidar de ti, que fue creado por Dios para que en este tiempo terrenal tuyo, él cuide de ti; y lo hace; todos estos pequeños milagros cotidianos que ves en tu vida y en las vidas de los que conoces; ese: “¡menos mal que no pasó nada!”, fue dicho gracias a que el Ángel de la Guarda cumplió su misión, la de cuidarte, la de protegerte de todo mal.

¡No estás solo!, y aunque no tengas fe, y aunque vayas contra tu fe, contra la fe, ¡no estás solo!, tienes un ángel de la guarda en exclusiva para ti; ¡es de fe!

No desesperes tampoco de esa persona que conoces y que renuncia a la fe, o que no quiere saber nada de ella, o que incluso va por otro camino. No te expongas a perder tu fe, yendo con ella, con esta persona, por miedo a que se pierda, ¡tranquilo!, tiene a su ángel de la guarda, y no podrás hacer tú por ella, por esta persona, más que su propio ángel de la guarda. Así que confía una vez más en Dios, que todo lo tiene controlado, ¡todo!, porque lo que ocurre en el mundo, algunos lo han descrito como un sueño, ¡que no lo es!, pero sí que puedo decirte y te digo, que te lo cojas todo para bien, porque hay un Dios que rige los destinos, a pesar de la voluntad legal y verídica que todo ser humano tiene dada por Dios: somos libres porque Dios quiere que lo seamos, porque en el Cielo, en el Reino de los Cielos, hay muchas moradas, y allí no hay influencias de “papás con dinero”, allí, cada uno se gana su sustento, se gana su lugar, y el ángel de la guarda tiene por misión ayudarte. Puedes rechazarlo, que algunos lo hacen, pero no puedes evitar que él viva siempre a tu lado, que incluso los santos, una vez en el Cielo, su Ángel de la Guarda sigue con él, porque es un destino definitivo, el destino de la criatura, el Creador y el ser espiritual, tu ángel; es esta unión por la misma voluntad de Dios que quiere que nadie esté solo jamás, ni los ángeles están solos, los de la guarda, cada uno tiene un pupilo, porque Dios no quiere la soledad, no vive la soledad, Él, Dios, es un Dios de Amor, y el Amor se da, tiene que darse para que exista, y por eso los Ángeles de la Guarda, que aman también, como aman también los santos, no están solos, todos están unidos a Dios y con Dios unos con otros. La próxima semana os hablaré del Cielo, ¡os gustará!

Ahora quiero que sepas que tienes un Ángel de la Guarda, que no estás solo y que no lo estarás jamás, porque la soledad realmente no existe, la soledad es contraria a Dios, donde hay soledad, no hay amor, donde hay soledad falta la Verdad, porque Dios es Amor y está en todo lugar; como el Ángel de la Guarda, Dios está siempre cerca de ti; los que viven en su Gracia lo llevan dentro, los demás lo tienen siempre cerca, tan cerca que sólo hace falta aceptarlo, aunque sea en pensamiento, para que Él, Dios, entre dentro de ti y te conduzca al camino de la Gracia Santificante, para que no te pierdas este Cielo que te espera, este Cielo que es tuyo si aceptas que Dios te Ama; mira si es fácil ir al Cielo, reconociendo que Dios te Ama, puedes ir, porque se empieza por eso, por el Amor con que Dios te Ama, seas quien seas, vivas como quieras, pero la certeza de un Amor para ti, si lo aceptas, te llevará a descubrir tu amor, el que tú eres capaz de tener, de sentir, y siendo así, lo querrás dar, necesitarás compartir y servir, y entonces… eso te lo contaré la otra semana, no la próxima, sino a la otra. Así que ya ves cuantas cosas quiero compartir contigo, porque no estás solo, porque yo, sacerdote, estoy pendiente de ti, sí, quieras o no, yo te quiero.

Con afecto sincero.

P. Jesús
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62 Carta / A ti, que no sabes cómo es el Cielo

Domingo, 8 de octubre de 2.011

A ti, que no sabes cómo es el Cielo:

Hermoso es el Cielo, todo él está lleno de Amor en grado máximo, en tal medida que nadie es egoísta, todos son buenos hasta más no poder. Todos te miran con más que cariño, nadie baja la mirada al verte o te da la espalda, todos te quieren, todos te esperan y todos te conocen verdaderamente como eres. No hace falta engañar a nadie, ni a ti mismo-a, porque en el Cielo se sabe todo, todo lo bueno que has hecho, porque lo malo, Dios, Cristo, lo compró a muy alto precio, ¡con su Sangre derramada!, para que nadie tenga constancia de ello, para que no se tenga en cuenta en los sucesos, ni en los acontecimientos, porque Dios suple y recupera tu timón, siempre que vas a confesar tu pecado.

Como te digo, en el Cielo, en este lugar maravilloso, allí tienes un lugar para ti. Jesús fue a preparártelo y te lo está guardando mientras tengas vida, ¡vive!

Si tu vida te es muy dolorosa, por tus circunstancias actuales, ¡resiste!, porque habrá otro día para ti. Piensa en ¡mañana!

Si tu vida te ha sido muy dolorosa, por tu historia personal, ¡acéptalo!, porque habrá otro día para ti. Piensa en ¡mañana!

Hay para tu futuro, además, un lugar en el Cielo, ¡lo hay!; ¡apuesta por ello!, no hagas caso a los pesimistas, a los manipuladores, a los que quieren hundirte en el pozo negro de las lamentaciones. ¡Hazme caso!, y además de ser verdad, te es más fácil creer el bien que seguir al mal.

Todos los números los tiene Dios; ¡Él gana siempre!, sí o sí, Él vive en el Cielo, vayas tú o dejes de ir.

No aceptes menos que el Amor.

Ninguna otra religión ama al semejante; ninguna otra religión perdona totalmente, ninguna otra religión te comprende como la religión católica, la que tiene la misericordia de Cristo en tu bautismo, donde el Rey es súbdito tuyo, donde la Reina te consuela, donde los grandes viven para el pequeño y los pequeños son cuidados, valorados, amados, aceptados, donde tú tienes un lugar para ti y para siempre, ¡siempre! y, aunque no te creas digno de este lugar, ¡el Cielo!, lo recibes por heredad, no por tus méritos, no por tu trabajo, sino por el Amor de Dios.

Una cosa necesitan los que van al Cielo, es humildad, la humildad de saber y aceptar que son los méritos de Cristo quien es te dan el boleto de entrada al Cielo. Si aceptas que Dios pagó tu entrada en el Cielo y que debes creer en Él y en ello, entonces ya puedes preparar tu equipaje de obras de caridad en la fe, para irte al Reino Celestial.

¡Nos veremos allí!

Con afecto sincero.

P. Jesús
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63 Carta / A ti, que no sabes cómo amar

Domingo, 16 de octubre de 2.011

A ti, que no sabes cómo amar:

¿Te has fijado que las canciones son casi todas de amor?, ¡y siempre son un éxito!, porque todos hemos nacido del Amor de Dios, y todos queremos regresar, y antes vivir en amor, porque nuestra esencia es AMAR.

Si no amas, ¡no vives!

Si no amas, es como si estuvieras solo-a, y si te sientes solo-a, es que no amas, es que no tienes a nadie para amar.

Claro, que lo triste es que, por desgracia, pocas personas en este mundo actual, son dignas de amarlas; la mayoría son egoístas, orgullosas o están deprimidas y, estas últimas, las deprimidas, las que han recibido el desamor de otra-s personas, la depresión que padecen, pone barreras a la comunicación; y las orgullosas, parece que no quieren ser amadas, pero sí que quieren, aunque quieren recibir algo material junto con el amor, creen que el amor o se compra, o se paga, o se exige; no creen que el amor sea gratis y ¡porque sí!; y las egoístas, estas son las que quieren más amor, pero un amor mal entendido, el amor de que las sirvan porque sí, de que si las aman, hagan lo que ellas quieren, sinó, creen que no son amadas, y esto es una aberración de los sentimientos, el pensar que el amor es esclavizarse a otro y dejar la vida propia por el “bien” del otro; esto no es amor, esto es esclavitud, el amor es como nos Ama Dios, que no es esclavo de nadie, aunque como cordero degollado, se entrego libremente a la muerte y muerte en cruz para que tú, y tú, y tú, sientas y vivas sabiendo cómo Dios te Ama.

Volvamos a las canciones de amor. Y añado, que en casi todas las películas hay un desenlace de un amor humano, porque el destino tuyo, del hombre, de la persona, es tener este encuentro, este conocer y fusionarse con el Amor, pero yo te estoy hablando del Dios, de Dios Amor, de la potencia de Amar.

Ahora quiero que pienses en familiares, en personas que conoces, y dime, ¿cuántas han triunfado en el amor humano?…

La busca del éxito es natural, porque el éxito es la plenitud, es la recompensa a los esfuerzos, es el sueño hecho realidad. Y sí, ¡claro que sí que hay éxitos en este mundo!, por los que pasan al Otro, directos al Cielo. Este es el verdadero éxito, el que te lleva a recibir el trofeo.

Los éxitos humanos también tienen que reflejar el verdadero éxito, el perdurable, el del amor.

A veces se ama a la persona equivocada, ¡tantas veces!, porque o te ha engañado o no buscas bien, ¡tu propio bien!, y luego hay sufrimiento, porque no amas a Dios sobre todas las cosas y no respetas la libertad de quien decide no dejar la maldad.

Sí, el amor es tan necesario por todos, que lo cantan y lo hacen película, pero la cruda realidad es que pocos conocen el verdadero amor humano, este que dura y perdura, que se hace grande y madura, que todo lo puede soportar y que da la felicidad.

Estamos impresos por lo que somos, por lo que hemos nacido: por Amor de Dios, el Amor que Dios nos tiene.

Todo el que vive, es porque Dios lo Ama, ¡esta es la realidad!, esta es tu realidad, y debes aceptarlo y debes de admitir que tienes un Dios a quien seguir para ser quien eres, y eres alguien fantástico, eres hijo-a de Dios, del Padre de todo lo creado, y eres hermano de Dios Hijo, Jesucristo, que no te juzga en vida, que con su vida te salva, y sí que te sentenciará después de tu muerte a una eternidad predecible, la que tu decidas tener, y que por las obras de tu fe se ve.

No hay nada escondido que no haya de conocerse, ni nada malo que resista siempre, porque el mal es vencido por el bien, por el Sumo Bien, que decide a quién quiere en su Cielo, y decide por lo que cada uno libremente quiere ser.

Aprende que el amor que buscas está en Dios, te lo da Dios, y cuando lo tienes, puedes darlo a quien lo quiera recibir.

Las películas son de amor, las canciones son de amor; las historias humanas, en la gran mayoría, son de falta de amor, porque sólo que el que acepta el Amor, que es Dios, es amado, y siendo amado, Ama, por eso hay tan pocos que amen y sean amados humanamente, porque no hay amor de Dios en muchos corazones, que buscan quimeras y falsean la lujuria por amor, porque el amor va a todas, todas; fíjate lo que hizo Dios por este Amor a ti: se dejó matar. ESTO SÍ QUE ES AMOR DE VERDAD; lo de las canciones y las películas, sólo son el reflejo de la búsqueda de este amor humano, que lo tiene el que tiene a Dios y a su Amor viviendo en él, el que vive en Gracia de Dios.

¿Amas?

¿Eres amado?

Si tu respuesta es negativa, es que no amas a Dios sobre todas las cosas, porque si lo amaras sobre todas las cosas, tendrías su amor y mucho amor humano, el amor de los santos, y por añadidura, el de los que buscan y no encuentran, y quieren y no saben.

El amor todo lo puede, incluso AMAR.

Aprende de Jesús, aprende de quien dio la vida por ti, no hagas caso de los que te quieren “vender la moto”, tú ve a pie y disfruta del paisaje. La vida es hermosa, cuando uno sabe Amar a Dios sobre todas las cosas.

Aprende sirviendo, aceptando la doctrina católica y perdonando al que no sabe, y también al que sabe y se despista por ser tentado y caer en la tentación por falta de sabiduría y también por falta de Amor, porque quien ama a Dios sobre todas las cosas, no necesita nada más que lo que Dios permite y le da, teniendo la esperanza en Aquel que dijo y te dice: “¿Qué quieres de Mí?”… ¡¡Pide!! Pide a Jesús, Dios, todo lo que necesites y quieras, Él es el Rey.

Con afecto sincero.

P. Jesús
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73 Carta / A ti, que quisieras que bautizaran a tu nieta

Domingo, 8 de enero de 2.012

A ti, que quisieras que bautizaran a tu nieta:

Alma bendita, tú que me escribes y me dices:

Mi hija no está casada por la iglesia porque el marido no es católico y además no quiere bautizar a mi nieta. ¿Qué puedo hacer? Ella no quiere ni que le hable de los sacramentos. Ayúdeme Padre, por favor, con sus oraciones. Que Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, lo llene de bendiciones. Saludos.

Siempre han sido tiempos difíciles para la fe para muchos, ahora, hija mía, son tiempos difíciles para ti, necesitarás toda la valentía y la piedad para resistir la invasión de los sin fe. Y no pierdas jamás, ¡jamás!, la confianza en Dios, que siempre, desde el principio de los tiempos, está Dios al lado de los que le aman, ¡tú!; siempre Dios estará a tu lado, junto a ti, y lo importante, lo vital, es que tú no dejes de creer, que tú tengas caridad y paciencia, y tu nieta crecerá y podrás ir, despacito, enseñándole la fe, no con palabras, sino con obras, las obras de esta fe tuya que quieres que tu familia tenga.

Es tiempo de enseñar con el ejemplo.

No se puede obligar a nadie, pero todos pueden ver, y ven las obras de tu fe, tu vida de piedad, siendo coherente con tu religión, y estando muy segura de Dios, de que Dios te Ama. Si tienes esto bien claro, tú te salvarás, y por ti y contigo, tu familia se salvará.

No quieras evangelizar con las palabras, no quieras imponer nada, pero que tu vida, hija mía, sea una vida piadosa, pacífica, de Misa y sacramentos, de tener en tu casa imágenes de Jesús, de la Virgen María, de los ángeles de la guarda, de los santos, como San José. Y cuando sea más mayor, a tu nieta le regalas una medalla de la Virgen Milagrosa.

Quiere mucho a tu familia, no te enfades con tu hija; a estas alturas, cuando ya está casada con un hombre que no es cristiano, cuando no quiere bautizar a su hija, ¡es un poco tarde, para avisarla!; ahora, si callaste, debes de continuar aceptando lo que aceptaste, porque seguramente fuiste a su boda, y te divertiste en ella, aceptaste su manera de vivir la vida, y debes de seguir igual, porque ya lo hiciste, ya colaboraste con ella; si es que fuiste a su boda, si es que participaste en la misma, eso es señal de que estabas de acuerdo, y ahora, si te molestas porque no quieren bautizar a la niña, es demasiado tarde; en tu caso, debes de aguantar, resistir, y luchar no con las palabras, porque por tus hechos, aceptando esta boda diste tu visto bueno, y ahora no van a permitir que cambies de opinión, no lo comprenden; ni yo comprendo que fueras a su boda, si no era una boda religiosa. Si no te importó, en ese momento, que tu hija se casara sin el sacramento del Matrimonio, ¿cómo es que ahora quieres exigir que tu nieta reciba el sacramento del bautismo? Te equivocaste, y tendrás que aceptar las penas de tu error, y tendrás que sufrir de tu mala conciencia, porque permitiste, diste valor, a un casamiento que no era una boda como sacramento.

Para los que me leáis, y aún tenéis tiempo de ser coherentes con vuestra fe, aprended de esta abuela que sufre, y recemos todos por esta familia, y para que ella, dé buen ejemplo y, por la Gracia de Dios, sean una familia cristiana-católica, que Dios todo lo puede, ¡es Dios!

Tú, y todos, cada uno de vosotros, por lo menos, velad por uno mismo, para dar buen fruto, para no ser un fariseo, para vivir la fe con alegría, la de tener el Amor de todo un Dios de bondad, misericordia, y todo el poder del bien está en Él. Pedidle y os dará, rogadle y recibiréis.

Y si has obrado mal alguna vez, ve a confesarte, y déjate consolar por Dios Espíritu Santo. La iglesia te espera, allí está Dios, allí esta Jesús, vivo, ¡Resucitó!

¡Alegría!

¡Vivid la fe!, y veréis que muchos se bautizarán, si os ven alegres de verdad, confiados en el Todopoderoso.

Sed amigos de Jesús, y de su Santa Madre, María. Y disfrutad de la vida, confiando en esas pequeñas cosas que hacen del día a día ¡un gran día!, el hacer siempre el bien, sin mirar a quien.

Muchos se bautizarán si tú estás alegre, si vives feliz, porque la Gracia de Dios puede llenarte, debe llenarte de alegría; tú estás salvado, estás bautizado, y eso es lo importante para ti y para los demás, que tú vivas la fe, y por ti todo va a cambiar, porque tu bautizo vale, vale toda la Sangre de Cristo derramada en la Cruz.

Siempre es tiempo de esperanza.

Confía en Dios y ¡vive la vida!, como Él la vivió, con Caridad.

No sufras por lo que has hecho mal; confiésate, y disfruta de todo lo bueno que puedes hacer a partir de ahora, ¡ya!

Con afecto sincero.

 P. Jesús

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Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.

 

75 Carta / A ti, que no sabes si Dios ha dicho tu nombre

Domingo, 22 de enero de 2.012

A ti, que no sabes si Dios ha dicho tu nombre:

Hija buena, me escribes diciendo:

“¿cómo se yo que ha dicho mi nombre? según he leído en el Evangelio de hoy… ¿cómo puedo saber que El ha dicho mi nombre?. Trato de hacer mis cosas diarias… oraciones, rosario, atención de familia, etc., pero lo que más me interesa es sentir como esta mi alma ante Dios. Tengo un periodo diría casi de aridez. Me faltan sin duda los sacramentos diarios y adquirir fortaleza para soportar lo que El quiera mandarme. Tengo 85 años, viuda y casada nuevamente con un hebreo a quien nada puedo comentar ni decir. No es practicante pero trato de que vea en mí que trato de ser una buena católica… reza el Avemaría y me acompaña a Misa aunque dice sólo lo hace por acompañarme pues no siente nada… NO TIENE FE sabe muchísimos pasajes del antiguo testamento, y del nuevo innumerables pasajes de la vida de Cristo en la tierra y sus parábolas. Dice que no puede entender como se hizo Dios, como comenzó la vida humana y porque fueron echados del Paraíso. Los sacerdotes de mi Parroquia me han prohibido que trate de convencerlo. Le hablo de las dudas de San Agustín y lo que más me molesta si así puedo decirlo que duda de la virginidad de la Sma Virgen….a pesar de que casi diariamente antes de dormir reza… parecería que de algún modo hay en el FE pero no se da cuenta… REZA el Avemaría conmigo o cuando me ve mal de salud. He ofrecido mi vida a la S.V de la Medalla Milagrosa por su conversión y conseguí que besara una medalla de la S.V. según me dijo un sacerdote que lo hiciera (por supuesto el no lo sabe) hable con el superior del Seminario de San Rafael de Mendoza y me confirmo, diciendo que estaba bien mi ofrecimiento. Trato de no pensar cuando sucederá y cómo. Dios decidirá…Gracias P. Jesús por leer mi mensaje. ¿es mucho pedir que me conteste aunque sean unas pocas palabras?..Que El Señor lo bendiga en su Ministerio.”

Hija ¿pero es que no ves?, él está convertido, tu esposo hebreo está convertido. Es que viendo, no ves. Mujer, todos los católicos, todos, tienen cosas que no entienden, que no comprenden, al igual que tu esposo, pero como tu esposo, van a la Iglesia y rezan. Sí, lo sé: él no confiesa ni comulga, pero, aunque no sea excusa, te diré una verdad real, ¡cuántos confiesan mal, cuántos van a comulgar en pecado mortal!. Llegará el momento que él también confesará y comulgará, que se bautizará; dale todo tu cariño, y vive con alegría, la alegría de la esperanza que será cumplida. Tu esposo necesita esta alegría cristiana, y tú estás demasiado preocupada en ver, en palpar su conversión. Hija mía, que llenas de alegrías el corazón de Cristo Rey, tu nombre es pronunciado constantemente por los santos ángeles que le traen a Dios tus nuevas, todas tus penas, que ¡son alegrías divinas!, le haces tan feliz a Dios, hija mía, ¡seguro!, como a mí me has hecho tan contento, ¡mujer buena!

Ya sabes lo que te he dicho, quiero que disfrutes de lo que has conseguido, y lo demás lo hará tu alegría, esa sonrisa que te saldrá del corazón por los ojos. Y, no te importe que dude, porque siempre dudará, ya que hay tantas cosas maravillosas en nuestra bendita fe, que saberlas todas… no se saben, por eso le llamamos fe, ¡fe!.

Ten fe, porque Dios pronunció tu nombre en el mismo momento que se unieron en la indisolubilidad las esencias de tus padres, y al pronunciar tu bendito nombre, tuviste identidad, porque Dios quiso.

Qué bella eres en tu ancianidad, ¡mujer cristiana-católica!

Que los ángeles te guarden y disfrutes de tu fe, porque tu fe es para vivirla, y viviéndola la disfrutes. No hay nada más maravilloso que creer en Dios, en todo lo que la Santa Madre Iglesia enseña. ¡Aleluya!

Gracias, hermana.

Con afecto sincero.

 P. Jesús

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76 Carta / A ti, que no sabes bien qué es ser un consagrado

Domingo, 29 de enero de 2.012

A ti, que no sabes bien qué es ser un consagrado:

Me has escrito, y me preguntas:

“Padre Jesús.
Su meditación, me ha hecho pensar mucho y me he preguntado, ¿Quiénes son los consagrados para usted?.  No sé si podrá contestarme, porque debe tener mucho trabajo, aunque se lo agradecería. Yo pensé que los consagrados eran los sacerdotes o religiosos de las diferentes órdenes. Gracias por su trabajo de cada día por todos nosotros. Que Dios lo bendiga”.  

Y te digo, hija amada, en mi corazón de sacerdote, tú puedes consagrarte también, porque eres libre de comprometerte a dedicar tu vida al servicio de Dios; primero, siendo bautizada y haciendo voto tú directamente con Dios, al que debes la vida, con las promesas de que lo servirás fielmente con caridad (todo lo harás, dirás y pensarás por y con amor a Dios, amándolo sobre todas las cosas y personas y sobre ti misma), obediencia (a Dios, Uno y Trino, y a la Iglesia Católica que lo representa), castidad (si eres soltero-a, religioso-a, sacerdote), fecundidad (si eres casado-a),  pobreza (de no gastar más de lo necesario, y si puedes, ahorrar, y dar al necesitado, empezando por los de tu casa, los de tu familia, amigos, conocidos, a la Iglesia…)

caridad
obediencia
castidad / fecundidad
pobreza

¿Es la consagración contraria a la sana doctrina de la Santa Madre Iglesia Católica?; ¿es contraria a Dios?

Con afecto sincero.

 P. Jesús

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