para tu santidad - 25. página

.-Saluda a quien veas que te mira, porque existe, y busca una reafirmación de su existencia. Dile “adiós” e irá con Dios, por tu oración instantánea salida de tu caridad, por la fe en tus obras de misericordia. “Adiós” es un saludo que puede salvar a muchas almas. Empieza a ayudar a Dios a salvarlas, saludando a quien te ve, por mirarte. Por eso, no se puede negar jamás un saludo, porque es negar una oración de misericordia. Haz actos de misericordia; envía las personas a Dios, saluda.

P. Jesús

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.-Si quieres, puedes. Si rezas, podrás.

P. Jesús

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.-Protege tu alma y tu cuerpo, apartándote de todo mal. Come sano y ten amigos sanos.

P. Jesús

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.-Haces bien en no querer mentir nunca más. ¿De qué te ha servido? Mira como tienes de liada tu vida afectiva. Te has engañado a ti mismo, a ti misma. Di la verdad y vas a ganar en paz, tranquilidad, dignidad y humildad. Que de eso va la santidad: de decir la Verdad. ¡Esa también hay que decirla!

P. Jesús

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.-Sigues sin dormir tus horas. No es cierto que con cuatro y cinco horas de sueño ya descansas. ¿Cuánto dura la noche? ¿Cuánto tiempo se está sin luz? ¡Estas te son las horas necesarias de sueño! Lo natural.

P. Jesús

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.-¡Vamos, Vamos! Ya me estás llorando de nuevo. Ve a confesarte. Sí, otra vez. ¡Sí!

P. Jesús

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.-Se camina poniendo un pie delante de otro; es cierto, pero es la voluntad quien te hace caminar.

P. Jesús

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.-¿Ya has dado las gracias a Dios por todo lo que no ha permitido que te ocurra?… ¿No vives? ¡Vive!

P. Jesús

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.-O limpias la ventana, o limpias tus gafas, o tu conciencia. Pero algo debes de limpiar, porque no ves bien si vives mal.

P. Jesús

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.-Si empiezas a echar la culpa a los demás, vas mal. ¿Qué tienen que ver los demás contigo? Tú eres único e irrepetible, y tienes una voluntad para cumplir el bien en tu libertad. Así que nada de echar la culpa a nadie. Tú decides. ¡Decide!

P. Jesús

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