para tu santidad - 94. página

.-La esposa: Las palabras que son fieles a la verdad, llenan los corazones de alegría, y tú, oh, amado esposo, llenas de alegría, amor y gozo, este corazón que ha sufrido tanto, porque la vida es sufrimiento, todo y teniendo un amor como el tuyo, imperecedero.

P. Jesús

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.-El esposo: Hemos llorado juntos tantas veces, oh esposa amada, ya anciana, tú con tus ojos y con el corazón, yo, para no desconsolarte más, con el corazón lleno de lágrimas a rebosar, que me sacrificaba en no derramar en tu presencia, porque tú no sufrieras más y no tuvieras la esperanza perdida, bendita mujer mía, la que mi corazón eligió, porque la mente analizó que eras la mujer perfecta para ser mi esposa, la preferida, la única, para ser madre de nuestra descendencia.

P. Jesús

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.-Estáte ocupado-a, haz algo de provecho siempre. El ocioso tiene muchas tentaciones y pierde el tiempo.  

P. Jesús

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.-Sonríe. Lleva tu sufrimiento por dentro, ¡es tuyo! No cargues las cruces de otros. Cada uno tiene ya una cruz. Lleva la tuya con resignación cristiana.

P. Jesús

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.-Comprende a los demás; piensa que si te gritan, es que alguien les grita, quizás la misma vida.

P. Jesús

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.-Mantén la calma; acuérdate de la vida de la Virgen María.

P. Jesús

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.-Dios no quiere tu sufrimiento; pídele ayuda, y Él, que es Dios, te traerá la sanación. Espera y confía. Reza.

P. Jesús

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.-No eres perfecto-a, pero, con la Gracia de Dios, puedes intentar ser mucho mejor.

P. Jesús

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.-Cada vez que vayas a confesar, Dios te consolará, siempre.

P. Jesús

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.-Renuncia al pecado, no me seas malo. Sé bueno y aprende el Evangelio.

P. Jesús

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