Domingo, 8 de mayo de 2.011
A ti, que deseas ser mejor de lo que eres:
Necesitas información y formación, ¿de qué?, ¿de quién?; de Jesús de Nazaret, el Dios Hijo, Jesucristo, hecho hombre; Él, Dios mismo te enseña con su vida, sus palabras y obras, todo lo que tienes que saber para ser mejor cada día; y lo que necesitas aprender rápido, pero que muy rápido, pero que ya de ya, es que no haga mella en ti los comentarios negativos de los demás sobre ti, sobre las cosas de la vida, porque para prosperar en ella, en tu vida, necesitas ser optimista, sí, he dicho optimista, porque es bueno que seas realista, y la realidad es que Dios vive, vive en la Eucaristía, y teniendo a Dios en ti y contigo, todo es para bien, porque no sólo tienes que saber que Dios vive, sino que además tiene que vivir en ti; y ¿cómo puedes conseguir esto?, muy fácil, yendo a confesarte y acudiendo a comulgar, y la gracia de Dios vivirá en ti mientras no peques; y para no pecar, no te juntes con personas negativas, tú busca luchadores como tú para tener una fe a toda prueba, porque en la lucha hallarás la perseverancia y la confianza, también la esperanza y la alegría de vivir, porque uno está alegre cuando lucha para bien, para hacer el bien, para ser mejor. Una manera rápida para ser feliz, es que luches para ser mejor de lo que eres. Sé que tienes cosas muy buenas, sé que las virtudes te protegen de la mediocridad, sé que Dios Espíritu Santo te consuela de todos tus sufrimientos y te anima a seguir “al pie del cañón”, apuntando al enemigo, a la mala tentación, al desánimo, a quitar la libertad de los demás. Jesús dejó que todos fueran libres, porque si no, no se vale, no valen las obras de los robots, de los que están programados para una santidad a la carta, que no es más que hipocresía; ¡aléjate de esta comodidad!, tú, lucha, lucha porque la santidad se gana momento a momento y no sólo con oraciones y obras de piedad, sino que es en todas tus cosas, en toda tu vida, en el trabajo bien hecho, en no estafar a nadie, en no perder el tiempo, en trabajar con diligencia y servir a otros con tu trabajo, con tu labor, con tus estudios, que te perfeccionan en tu campo profesional, intelectual y en la comprensión mejor de lo que va la vida, porque la vida va de información y formación. La información es necesaria para que tu libertad decida, y la formación te es necesaria para adquirir las herramientas que necesitas y precisas en tu vida para ser optimista. El optimista se hace, el optimista tiene fe, cree en Dios, en que con Jesús todo lo puede y se prepara y lo hace y, mientras vive en su labor de ser mejor, disfruta de la satisfacción de la lucha, en la lucha que le hace valiente y fuerte, con ganas de vivir, porque las ganas de vivir se conquistan con, por la fe y las obras de la misma.
Disfruta haciendo obras de bondad, de caridad, de servicio desinteresado a los demás, siendo un buen profesional, teniendo planes de futuro. Piensa que vas a vivir mucho tiempo, aunque estuvieras enfermo, aunque te hubieran desahuciado, tú piensa que tienes mucha vida por delante, porque sólo Dios tiene la última palabra y porque la vida no se acaba en este mundo, ¡la vida continua! Haz planes de bondad, de caridad, porque los podrás ejecutar en la tierra y en el Cielo; en los dos lugares se precisa de ellos, de bondad, de caridad. Haz planes de larga vida terrena y disfrutarás de la misma, no permitas que te corten de cuajo la esperanza, porque la vida da sorpresas, la vida está llena de grandes milagros, que por la fe, por la esperanza, por la oración y la confianza en Dios, Dios sana muchas vidas que muchos médicos desahucian. ¡No perdáis jamás la esperanza!, mientras hay vida hay esperanza de vida; eso grávatelo en la mente, y confía en el Resucitado, en Jesús, que pasó por la vida y dio vida a los muertos y curó a los enfermos. Tú, ve a la de Dios, y piensa en vivir larga vida; prepárate para ello, cuídate para ello y disfruta de ello, de saber que no tienes miedo, porque el miedo mata a muchos que podrían vivir mucho más, pero cuando la libertad del hombre es dejarse morir, cansado de vivir, entonces Dios permite lo que uno desea y pide, pero, amigos míos, Dios necesita de ti, de que vivas para que hagas con tu vida una obra maestra, tengas la edad que tengas, y que siendo bueno-a y haciendo el bien por Amor a Dios, hagas, en tus circunstancias, nacer flores de tus buenas obras. ¡Sé fuerte!, ¡sé valiente!, ¡sé santo-a! Dios espera eso de ti. Aprende de Él, leyendo el Evangelio. Únete a Él, usando de los sacramentos; pídele a Él, con tu asidua oración, y ¡vive!, porque puedes dar mucho a la vida. Y, preguntas, “¿cómo, qué?”; te lo digo, escucha, observa, aprende a querer a los demás como son, haciéndoles pequeños y grandes servicios, procura alegrar la vida a los demás, aunque sean personas que no te hagan feliz, aunque creas que no se lo merecen, hazlo por Dios, y sembrarás flores de alegrías. Acostúmbrate a ser un sembrador de esperanza, porque, como a ti muchas veces te ocurre, a otras personas también les pasa, necesitan que alguien les dé alguna alegría. ¡Vamos!, anímate a ser mejor que ayer, Dios te lo premiará, dejarás tu egoísmo y vivirás más años que los que viven pensando en sí mismos. Tú vive para Dios, como vivió el Beato Juan Pablo II; ¿verdad que alegró la vida de muchos?, ¡la tuya también!, ¡como a mí!
Con afecto sincero.
P. Jesús
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