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11 Carta / A ti que quieres suicidarte

Domingo, 18 de julio de 2.010

A ti que quieres suicidarte.

Hijo, hija, estos malos pensamientos de que aquí no haces nada, de que nadie te quiere, de que todo es inútil, todo esto que piensas, no es bueno para ti, ni para nadie, ni para Dios. Dios te hizo nacer con un propósito positivo, quizás no lo has visto aún, quizás no quisiste verlo en su momento, pero aún está ahí la misión que Dios te encomendó. Y con estos pensamientos funestos que tienes, déjame decírtelo, ¡no has hallado aún tu misión!

La misión es conocer el amor con que Dios te ama. Sé que tú lo amas, que lo necesitas, que Dios es tu vida, pero dudas, dudas de su Amor por ti.

Te has juzgado tu mismo, tu misma, y te has sentenciado a una vida sin amor de Dios. Y, ¿sabes qué?, pues no es esa la realidad. Te lo estás pasando mal, muy mal, sin saber lo mucho que Dios te ama. Y te ama con todas estas circunstancias que te envuelven, con todas ellas, sin quitar ni una, Dios te ama. Y ¿ahora qué? ¿Qué vas a hacer?

Sin saber que Dios te ama, eres débil, eso debilita a la persona, el vivir sin saber cuánto la ama Dios.

Yo te lo digo y no te lo crees, ¿Por qué no te crees que Dios te ama? Dime. Te escucho… … … Puedes escribírmelo, de verdad.

¿Cómo puedo hacerte ver que Dios te ama y te ama tanto? A ver, vamos a ver… Quiero que lo entiendas. ¡Ya sé! Lee vidas de santos. Eso es, ve a la sección de biografías de santos, y que los de Catholicos Online pongan el link y lee, lee bien.

https://www.santodeldiaadia.net/indice-mensual/

Tú piensas que los santos han nacido santos desde el vientre de sus madres, pero no es así, precisamente muchos han sido y son santos, por desear morir, en algún momento dado de su vida. Sí, así como tú ahora, que estás pensando en suicidarte, ellos, algunos, llegaron a un punto de su vida, que ya no podían más, y gracias a este estado de cosas tan tristes y trágicas, y por su soledad, por ese “desprecio” recibido de muchos, por muchos, y pensando en que a nadie les importaban, pudieron cortar con la barrera del “¿Qué dirán?”, y decidieron que ya no seguirían, a nadie, ni a la moda, ni a ningún líder, porque si los demás “pasaban” de ellos, ellos al verse cara a cara con su soledad, decidieron elegir a quién seguir, y, ¿sabes qué? decidieron seguir a Dios, a Jesús de Nazaret, porque Él, Dios, como ellos, como tú, se sintió solo, incomprendido por el mundo y solo, como tú, allí en el Huerto de los Olivos, fue al encuentro del Padre, de Dios, que te creó, a ti como a todos, y uniéndose al Padre, vivió para hacer su voluntad. Prueba tu hacer lo mismo. Total, ¿qué puedes perder, si estás pensando en perderlo todo al pensar en suicidarte; pues, antes de dar este paso, ¿qué te parece si primero intentas servir a Dios? Total, ¿Qué puedes perder, si ya lo das todo por perdido?, entonces, hijo, hija, dale un voto de confianza a Dios. Has dado tantos a tantos que te han decepcionado, que, prueba a dárselo a Dios. ¡Anda, no seas perezoso-a! Piensa un momento en la posibilidad de ser santo: de ir al Cielo directo cuando mueras. Sí, ya sé, ya sé que has pecado mucho. Bueno, ven, ven a confesarte y eso tiene remedio, si te acusas, ante Dios, que está representado por un sacerdote, de todos tus pecados, pues Dios te perdona totalmente y verdaderamente, pero cumple con la penitencia, y no quieras volver a pecar; pero como seguro pecarás, ve a confesarte tantas veces como te haga falta. Así es de fácil ser perdonado, porque lo difícil lo hizo Dios mismo por ti: Morir sin pecados. Eso es lo que hizo Dios, Jesús.

Ahora volvamos al tema de que no te acabas de creer cómo te ama Dios. Te pregunto, ¿tú sientes afecto sincero por mí? ¿Por qué? Porque con mis palabras te demuestro mi afecto, verdad que sí. Sí, y es cierto, te quiero mucho hermano mío, hermana mía, mucho, mucho. Ya ves, yo, un sacerdote, te quiero; y sabes que es cierto, lo estás notando dentro de ti, por mis palabras sinceras, pues lo mismo Dios. Recuerda sus Palabras, Palabra de Jesús, Dios: “16Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga Vida eterna. 17Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. 18El que cree en Él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. (S. Juan 3. 16-18)”. Es clarísimo, ¿ves?,  relee, y medita en las palabras de Jesús. Tú y tus pecados, por tu fe en Jesús, por ir a confesarlos, que es una obra de fe, Dios te da la Vida eterna, y tú aquí pensando en suicidios y tristezas. ¡Nada, nada! Lee el Evangelio, cree en Jesús, obra la voluntad de Dios y como todos los santos: derechito al cielo. Sí hombre, claro que sí, que aún te queda tiempo, ¡ya lo verás! Tú confía en la voluntad de Dios. Déjate llevar por el cumplimiento de los Diez mandamientos de la Ley de Dios, y verás cómo va a cambiar tu vida. ¡La alegría será tuya! La alegría de saberte amado por Dios. Pero vive. ¡No seas cobarde! ¡Dale un voto de confianza a Dios!

¡Hasta la próxima semana! ¡Campeón!

 Con afecto sincero.

P. Jesús

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Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.