Domingo, 22 de Febrero de 2.015
A ti, que conoces a ignorantes y a mala gente: Amigo mío, te has dado cuenta de que las malas acciones, hechas por ignorancia o por maldad, tienen un resultado siempre igual, un mal. Y es una lástima, una completa lástima, que por ignorancia, algunos actúen con maldad. La caridad, es hacer el bien por amor a Dios, aunque cueste, aunque te cueste; esto, hacer, vivir la caridad, ¿cuántos lo hacen de verdad?, ¿cuántos viven la caridad? Dime, tú que conoces a personas, que tratas con gente, dime de cuántos puedes decir que viven la caridad. Tantos que se dejan llevar por los sentimientos del momento, y en un momento, dejan a Dios de lado, llenándose de orgullo y soberbia, sobre todo si van contra ellos y sus intereses. Todos tienen muy claro cuáles son sus intereses, los tienen en la mente, los meditan, hacen acciones concretas para salirse con la suya, y no piensan que pueden dañar a otros, ni piensan que pueden hacerse daño a sí mismos, porque el egoísmo no es bueno para nadie, ni para el egoísta ni para los que son manipulados por egoísmos. No quiero deprimiros, amigos, no quiero que penséis que no hay solución a esto, porque sí que la hay, la santidad. La santidad no es tampoco olvidarse de uno y su familia, para darlo todo a los demás, renunciando a lo legítimo. ¡No se puede hacer mal a nadie, ni a uno mismo! A veces, vemos que ponen de ejemplo el que renuncies a algo que necesitas para darlo a otro, pero ¿por qué, este que lo recibe, por qué se lo queda, por qué no lo da a su vez?… No es la santidad una carrera de “a ver quién vive peor”. Todo jornalero es digno de su sueldo. Sé que me comprendes. Hay pocos, de hecho, hay muy pocos, que den de lo que necesitan, pero hay muchos que piden a otros que den de lo que necesitan. ¿Comprendes, amigo, lo que te digo? La santidad no se hace con normas, la santidad nace de una estrecha unión personal con Dios, porque es Dios quien santifica a cada uno, y lo hace con la unión de uno a Él, a Dios, es decir, viviendo tú, como cada uno, en Gracia Santificante, es decir, ser bautizado y no pecando, y confesando, comulgando, asistiendo a Misa y cumpliendo todos los mandamientos, no sólo el tercero, sino el cuarto, el quinto, el sexto, el séptimo, el octavo, el noveno, el décimo, el primero y el segundo. Sí, sé que me comprendes. Quiero que no haya ignorantes, porque hacen tanto daño a la humanidad, los ignorantes como los malvados. Lo que no se hace bien, hace mal, sea quien sea quien lo haga. Aprende el Catecismo de la Iglesia Católica. He vuelto a reflexionar, semanalmente, los martes, el catecismo, y puedes ver mis comentarios sobre el mismo AQUÍ: La Iglesia Católica es la verdadera, ¡no hay duda!; no dudes tú, y si dudas, deja la ignorancia y aprende. Ah, los miércoles, también he vuelto a retomar las meditaciones de la Sagrada Biblia, que están AQUÍ: Amigo, te quiero mucho, en verdad, lo siento así, en mi corazón; soy sacerdote para siempre. Rezo por ti y por mis amigos. Con afecto sincero. P. Jesús © copyright |
Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN. |