Domingo, 7 de noviembre de 2.010
A ti, hijo, hija, tu “antivirus”: A ti, hijo, hija, tu “antivirus” contra el Maligno es Cristo. Y la oración es el “programa” que necesitas para hacer funcionar bien tu ordenador, tu computadora. Tu viaje por Internet puede ser favorable o desfavorable, depende del “antivirus” que uses, porque los “virus”, esta contaminación del Maligno, acecha siempre. ¡El mal jamás duerme! Por eso hay que estar en vela rezando, y por otro lado, hay que darle a las teclas con la precisión de tener una buena conciencia y no querer hacer mal a nadie. Porque, mucho ojo con las palabras, sobre todo las ociosas, ellas te van a marcar como una persona de paz, o de las que, recibir sus palabras, les ponen de mal humor. Dios quiere que te salves, por esto me hice sacerdote, para ayudar a Dios Padre a esta gran misión que es llevar a las almas a la Eternidad Celestial. Todas estáis destinadas a ir al Paraíso perdido, a este lugar de dicha interminable, donde los años no pasan, porque cuando uno es feliz, el tiempo se para, el tiempo es del Amor. Cuando uno ama, parece que todo él, ella, tiene alas, todo es alegría y dicha, todo es goce y disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, y también de las grandes. Por eso, vivir en el Cielo, oh amigos míos tan estimados todos, tan buenos, todos los que vamos a ir al Cielo. Y la bondad se gana a golpes de renuncia, de renunciar a la maldad que nos sigue, que nos persigue, pero Cristo gana siempre a los que con Él se unen, y con fe hacen la voluntad del Padre. No temas por tus pecados, por eso vino Dios al mundo, porque ninguno, que no fuera Él mismo, podía salvar a la generación del hombre que tanto Dios Ama. No me vengas con quejas, con pesimismos, con monsergas: tú para santo, tú para santa, y si estás enfermo y sufres, ¡más santo puedes ser!, porque el dolor te une a Cristo, que por ti murió en la Cruz. Acepta que te salve Dios. Acepta que por ti sólo-a no puedes hacer nada más que sufrir con la paz de creer que es por la fe en Dios, en Cristo, que te viene la salvación. No, no me hables de tus pecados ya confesados, no necesito saberlos. Pon punto final a esa triste historia. Dios no los tendrá en cuenta a la hora de juzgarte si te los confesaste, pues, para qué fastidiarte la vida teniéndolos siempre presente. Esto es lo que Satanás quiere, que en vez de pensar en las maravillas que te esperan en el Cielo eterno, estés pendiente de este pasado tuyo que no deja de atormentarte y que te lleva a pecar de nuevo. ¡Tú eres un hombre nuevo!, así que ¡déjalo ya!, ¡olvídalo!, confesado está, y como secreto de confesión se ha quedado. Tú, es hora de que empieces a preguntarte cuál es tu misión en la vida, la tuya, y no la de Dios, que la de Jesús, fue salvarte, redimirte, enseñarte. Tú propaga el Evangelio y lleva contigo a Cristo, el “antivirus”, más poderoso que jamás has visto, y es gratis. Sí, ¡gratis! No es de “rebajas”, no, es de “primera mano” y directo de Dios Padre, al que Cristo obedeció, llegando a llorar lágrimas de sangre. Tú no vas a tener que hacer esto, porque si confías en Él y cumples sus Mandamientos de la Ley, su Ley, entonces tienes las de ganar, porque tu fe asustará al mismo Satanás, que no podrá nada contra ti. Pero, apártate de la ocasión de pecar y sé optimista: Dios gana siempre, porque Él es la Verdad. Hazle caso a Dios y ámalo con todo tu corazón, y verás la alegría que tienes, esa que vas a contagiar incluso a los moribundos, a los que temen morir, y tú con tu fe en alto, les dirás que crean de una vez por todas, que el Hijo de María es Dios, y que se olviden de sus pecados confesados, porque por algo Dios murió por ellos, para darles la alegría de morir. Si he dicho de morir, porque por la muerte estás a un paso de ir a los dominios de Dios, allí donde Satanás no puede hacerte más nada, y todas tus penas se acabarán. Claro que duele irse, y que otros se queden y otros se vayan, pero naciste también a tu hora, no naciste el mismo día que tus padres, que tu esposa-o o hijos, sino que viniste al mundo en tu momento y te vas a ir del mundo en tu momento, ¡no rechistes!, Dios decide lo mejor y debes de aceptarlo, porque tú no eres Dios. Aparte de dejar a los que amas, y que pronto van a venir contigo, por lo demás todo son ventajas si tienes fe, sí, aunque seas el más pecador de todo el mundo conocido y por conocer, si tú tienes fe y te has confesado de tus pecados, ¡por Dios!, prepara bien tu maleta, para llevarla a la Vida Eterna, cargado-a de buenas obras, hechas por Dios y no porque tienes bondad en tu corazón por imitar a Cristo, tú debes de obrar siempre para alegrar a Dios Uno y Trino. ¿Ya tienes tu “antivirus”: el bautismo? La próxima semana te hablaré del bautismo de deseo. Cuídate, ten fe, y visita a los enfermos y a los moribundos; háblales de la alegría que les espera en el Cielo, y que todos van a seguir sus pasos; diles que desde allí, velen por ti, para que tengas un lugar en la Eternidad Celestial; y amaos hijos de Dios, todos los bautizados. ¡Somos católicos!, por la Gracia de Dios. Con afecto sincero. P. Jesús © copyright |
Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN. |