Domingo, 22 de enero de 2.012
A ti, que no sabes si Dios ha dicho tu nombre: Hija buena, me escribes diciendo: “¿cómo se yo que ha dicho mi nombre? según he leído en el Evangelio de hoy… ¿cómo puedo saber que El ha dicho mi nombre?. Trato de hacer mis cosas diarias… oraciones, rosario, atención de familia, etc., pero lo que más me interesa es sentir como esta mi alma ante Dios. Tengo un periodo diría casi de aridez. Me faltan sin duda los sacramentos diarios y adquirir fortaleza para soportar lo que El quiera mandarme. Tengo 85 años, viuda y casada nuevamente con un hebreo a quien nada puedo comentar ni decir. No es practicante pero trato de que vea en mí que trato de ser una buena católica… reza el Avemaría y me acompaña a Misa aunque dice sólo lo hace por acompañarme pues no siente nada… NO TIENE FE sabe muchísimos pasajes del antiguo testamento, y del nuevo innumerables pasajes de la vida de Cristo en la tierra y sus parábolas. Dice que no puede entender como se hizo Dios, como comenzó la vida humana y porque fueron echados del Paraíso. Los sacerdotes de mi Parroquia me han prohibido que trate de convencerlo. Le hablo de las dudas de San Agustín y lo que más me molesta si así puedo decirlo que duda de la virginidad de la Sma Virgen….a pesar de que casi diariamente antes de dormir reza… parecería que de algún modo hay en el FE pero no se da cuenta… REZA el Avemaría conmigo o cuando me ve mal de salud. He ofrecido mi vida a la S.V de la Medalla Milagrosa por su conversión y conseguí que besara una medalla de la S.V. según me dijo un sacerdote que lo hiciera (por supuesto el no lo sabe) hable con el superior del Seminario de San Rafael de Mendoza y me confirmo, diciendo que estaba bien mi ofrecimiento. Trato de no pensar cuando sucederá y cómo. Dios decidirá…Gracias P. Jesús por leer mi mensaje. ¿es mucho pedir que me conteste aunque sean unas pocas palabras?..Que El Señor lo bendiga en su Ministerio.” Hija ¿pero es que no ves?, él está convertido, tu esposo hebreo está convertido. Es que viendo, no ves. Mujer, todos los católicos, todos, tienen cosas que no entienden, que no comprenden, al igual que tu esposo, pero como tu esposo, van a la Iglesia y rezan. Sí, lo sé: él no confiesa ni comulga, pero, aunque no sea excusa, te diré una verdad real, ¡cuántos confiesan mal, cuántos van a comulgar en pecado mortal!. Llegará el momento que él también confesará y comulgará, que se bautizará; dale todo tu cariño, y vive con alegría, la alegría de la esperanza que será cumplida. Tu esposo necesita esta alegría cristiana, y tú estás demasiado preocupada en ver, en palpar su conversión. Hija mía, que llenas de alegrías el corazón de Cristo Rey, tu nombre es pronunciado constantemente por los santos ángeles que le traen a Dios tus nuevas, todas tus penas, que ¡son alegrías divinas!, le haces tan feliz a Dios, hija mía, ¡seguro!, como a mí me has hecho tan contento, ¡mujer buena! Ya sabes lo que te he dicho, quiero que disfrutes de lo que has conseguido, y lo demás lo hará tu alegría, esa sonrisa que te saldrá del corazón por los ojos. Y, no te importe que dude, porque siempre dudará, ya que hay tantas cosas maravillosas en nuestra bendita fe, que saberlas todas… no se saben, por eso le llamamos fe, ¡fe!. Ten fe, porque Dios pronunció tu nombre en el mismo momento que se unieron en la indisolubilidad las esencias de tus padres, y al pronunciar tu bendito nombre, tuviste identidad, porque Dios quiso. Qué bella eres en tu ancianidad, ¡mujer cristiana-católica! Que los ángeles te guarden y disfrutes de tu fe, porque tu fe es para vivirla, y viviéndola la disfrutes. No hay nada más maravilloso que creer en Dios, en todo lo que la Santa Madre Iglesia enseña. ¡Aleluya! Gracias, hermana. Con afecto sincero. P. Jesús © copyright |
Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN. |