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Cuidar

29 Carta / A ti, que debes querer y cuidar de lo que Dios te da

Domingo, 26 de diciembre de 2.010

A ti, que debes querer y cuidar de lo que Dios te da:

Cuida de tu fe, no dejes que nadie te la quite.

Cuida de tu moral, no dejes que nadie te mancille.

Cuida de tu dinero, hazlo rendir, porque con el dinero demuestras tus talentos.

Cuida de las personas que amas, porque ahora están esperando tu amor. ¡Dáselo!

Cuida de tu vida de oración, porque es el pilar principal de tu felicidad. Conversa con Dios, porque hablar con Dios es algo que no todos pueden apreciar, y quien lo hace, quien trata a Dios como a un amigo, de seguro que este Gran Amigo, que es Cristo, Dios, no le va a fallar.

Aprender a querer y cuidar de lo que tienes, es necesario que lo hagas, porque a ti nadie te debe nada, y todo lo que tienes es un privilegio, porque hay muchos que no tienen tanto como tú. Otros tienen quizás más, pero lo que tú tienes, no lo tiene nadie más. Aprende a valorar todo lo que se te ha dado, y úsalo, hazlo servir para dar felicidad a los que tengan más o menos que tú, pero, teniendo lo que tienen, necesitan de lo que tú les puedes dar.

Da una sonrisa en tiempo de Navidad. Y reza por alguien por el que no quisieras rezar. Haz un sacrificio esta Navidad, y ya verás cuántas alegrías tendrás en tu vida.

La semana que viene te hablaré del sacrificio. ¡No te vayas! ¡Vuelve!

Como te quiero, por volver.

 Con afecto sincero.

P. Jesús
© copyright

130 Carta / A ti, que cuidas de tus ojos, de lo que ven

Domingo, 23 de Noviembre de 2.014

A ti, que cuidas de tus ojos, de lo que ven:

Haces bien, ¡eres listo!, porque no todo se puede ver, y menos observar, si algo te puede hacer pecar, pasa la vista y no mires más.

La belleza, mirar la belleza, no hace pecar, lo que hace pecar es desear poseerla, que sea tuya. Y la belleza de una mujer o de un hombre, o de una casa o un coche, etc., es pública, se ve; ¿quién esconde una casa?, ¿quién esconde un coche?, ¿quién esconde un bello rostro?; si está ahí, se ve, pero si a ti te hace pecar, te hace desear poseer lo que no es tuyo, lo que es de otros, entonces, ¡no mires!, pasa los ojos, pasa la vista y da gracias a Dios de lo que tú tienes.

¿Cuántos hay que no cuidan lo que tienen y desean poseer lo de los demás?, muchos. Tú, no seas de éstos, tú cuídate y cuida lo tuyo, usa de la limpieza, de la pureza, de no gastar más de lo que puedes permitirte, y verás lo feliz que vas a ser.

Muchos tienen hoy, y lo pierden mañana. ¡Qué pena!, ¿no?

Mejor, que lo que tienes, lo puedas mantener a tu lado, lo aprecies, lo valores, lo cuides y lo uses bien.

Cuídate a ti mismo también, y a los tuyos, valora lo que tienes, y verás cómo lo seguirás teniendo, y se te irán añadiendo muchas cosas más.

Hay quien no tiene ojos para su cónyuge, y va mirando aquí y allá; que sepa éste, que muy seguro, que otros miran lo que él no quiere ver, a este cónyuge que está expuesto, por el desprecio del otro, a sentirse mal, a llenarse de tristeza y vivir una vida infeliz, cuando podría ser tan feliz si su cónyuge, en vez de mirar a otro-a, contemplara a la persona que libremente decidió entregarle su amor, su vida. Ay, cuántos sufren por falta de cuidados de su cónyuge.

Tú, mira en dirección a tu hogar, y no te entretengas en mirar lo que no es tuyo ni es bueno que observes.

Decide ser fiel y verás cómo cambia la calidad de tu vida, porque el que cuida de lo suyo, prosperará.

Con afecto sincero.

P. Jesús

© copyright

Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.

131 Carta / A ti, que esperas que a otro le vaya mal

Domingo, 30 de Noviembre de 2.014

 

A ti, que esperas que a otro le vaya mal:

Sí, no te engañes a ti mismo, no vayas de humilde, porque tu humildad encubre tus deseos de que a otro le vaya mal. Disfrutas alegrándote de la desgracia de otro. Qué tristeza me das. Emplear así tu tiempo, cuando podrías hacer de tu vida una maravilla.

En vez de pensar en cosas buenas para ti, en dar lo mejor de ti mismo, te dedicas a pensar cómo disfrutarías de que a ése y a aquel, las cosas no le fueran nada bien.

Qué manera de perder el tiempo y la santidad.

Reacciona y decide hacer algo al respecto; ve a confesarte y empieza a pensar en ti, no para ser egoísta, sino para decidir qué vas a dar de útil a la vida.

Mira quién eres y lo que tienes, y medita en qué puedes mejorar, porque Dios quiere la perfección en todos, también en ti, así que ya sabes lo que Jesús, Dios, espera de ti: ¡la santidad!

Estos malos pensamientos, estos malos deseos, son maldades que el Demonio ve, y se frota las manos pensando en que estás cayendo a sus pies, a servirle para hacer daño al semejante. Porque se empieza así, deseando que a otro las cosas le vayan mal, y luego se pasa a la acción, a hablar mal del otro al jefe, a sus clientes, a sus amigos. Todo aquel que habla mal de otro, sea cierto o no, normalmente exagera y miente, porque el deseo de hundirle es más grande que el de respetar a los demás, que dejar que Dios haga las cosas a su manera, ¡que las hace!, y ya en esta vida, manda recompensas a los que son fieles a su doctrina y cumplen con los mandamientos de la Ley de Dios, haciendo asiduo examen de conciencia, y oran para dar de sí lo mejor y ayudar al que no lo hace bien en vez de desprestigiarlo y de hacer teatro para disfrutar de ver cómo las cosas le van mal. A este que hace esto, le puede ir bien una temporadita, la gente le hará caso, pero no toda la vida podrá dedicarse a hacer este teatro, porque la función se termina cuando Dios dice ¡Basta!, y lo dice muchas veces, porque Dios es bueno y quiere el bien, y no le gusta que nadie se tome la venganza por su cuenta, aunque la llame justicia, ni quiere que se peque contra el que quizás peca, o quizás no, pero que tú deseas que las cosas no le vayan bien.

Piensa en ti, en hacer que tus cosas vayan mejor, y verás cómo Satanás deja de rondarte y tendrás paz, las cosas te irán mejor cuando no desees el mal ajeno. ¡Haz la prueba y ya verás cómo tu vida cambia!, estarás más sano, te sentirás mejor y estarás contento de ti. Pruébalo.

Te deseo lo mejor para ti y para todos, porque lo mejor para todos es lo que Dios quiere; deséalo tú también, y te apartaras del mal y harás el bien.

Con afecto sincero.

P. Jesús

© copyright

Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.