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Virgen María

124 Carta / A ti, que quieres saber sobre la Boda de Caná

Domingo, 12 de Octubre de 2.014

A ti, que quieres saber sobre la Boda de Caná:

¿Cómo es la Virgen María?; en el relato del Evangelio de las Bodas de Caná, lo vemos, y quiero que tú te des mejor cuenta de cómo es la Madre de Dios, en su discreción y fe.

La fe en Dios, en su hijo Jesús, Hijo de Dios y de Ella, la Virgen Inmaculada, la Llena de Gracia, es lo que la hizo acudir a su hijo Jesús, Dios, para pedirle ayuda para los novios, en su boda. Esa fe de María, que tienes que imitar, esta fe, que le hizo ir a decirle a Jesús: “No tienen vino”. Dime, a ver, ¿qué es lo que tú no tienes y necesitas? …

La discreción de María, nuestra Madre; Ella, no fue a los esposos, a decirles que se había dado cuenta de que estaban en problemas, que se les había terminado el vino. Ella, busca soluciones, mientras los novios siguen con la celebración de su boda, de hacer las cosas bien, porque invitaron a Jesús, Dios, a sus esponsales, como hace todo buen cristiano, casarse por la Iglesia, y no sólo por lo civil o juntarse.

Hicieron las cosas bien estos esposos del relato de la Boda de Caná, sí, pero no calcularon bien el presupuesto, aunque sí hicieron las cosas bien, como las hacen bien los que, sin contar el presupuesto se casan por la Iglesia, es decir, canónicamente.

María, se da cuenta de que el vino se termina; ¿quizás oyó a algún sirviente?, probablemente.

María, discreta, sin hacerse la protagonista, sin ir a los esposos y decirles, “mirad, veo que os estáis quedando sin vino, así, que voy a ayudaros, voy a pedir a mi Hijo Dios, que haga un milagro para vosotros, y tendréis que agradecérmelo.” No. La Virgen María, es mujer de acción, de pocas palabras, y menos de alardear, sino que igual que cuando se enteró que su prima Isabel estaba esperando un hijo, fue a ayudarla, pues igual, cuando los esposos se quedaron sin vino en su boda, los ayudó, y sin que ellos tuvieran que enterarse de lo que iba a hacer, porque María, no necesita el aplauso de nadie, Ella hace siempre el bien, porque es buena, no como algunos que pueden hacer el bien, pero no lo hacen porque, de hacerlo, a lo mejor no se entera nadie, y para no tener aplauso, mejor no hacen nada.

María, la Madre de Dios, hizo, se fue a hablar con su Hijo Jesús, Dios, como tú puedes ir a hablar con Dios en oración por alguien que necesita algo, algo lícito, que no es malo, y aunque quizás no es imprescindible, si que le hará un bien obtenerlo. El vino no era imprescindible, pero el que lo tuvieran era un bien social, es como aquel que necesita una casa mejor, aunque podría seguir viviendo donde está, pero si cambia de hogar, no es ningún mal, si puede hacerlo sin robar, sin mentir, sin tener que dejar de cumplir con los deberes del santo matrimonio, con la promesa hecha delante de Dios, al casarse por la Iglesia.

María es así de buena, hace el bien discretamente, sin pregonarlo, eso sí, implicando a los necesarios, a veces al doctor, al médico, al jefe, para que te siga dando trabajo, o al nuevo cliente, al profesor para que te enseñe mejor y aprendas más… y así en todas las cosas que son lícitas, que son necesarias, o no tan importantes, pero que tú, siendo buenas, las quieres, las deseas para hacer un bien.

Reza, pide y verás cómo tu fe te dará el milagro que esperas, porque para Dios, ¡el Hijo de la Virgen María, no hay nada imposible!

Apóyate en la Virgen María, recuerda el milagro de la Boda de Caná, y aumenta tu fe, y pídele que interceda para que encuentres un cónyuge que, como tú busque la santidad; o pídele por la salud, por la paz, o por una casa mejor, ¡por lo que quieras!; y si se lo pides por el rezo del Santo Rosario, ya sabes que rezándolo con devoción, tienes las quince promesas que Dios te da a través de su oración y viviendo en Gracia de Dios.

Dios y su Madre están cerca de ti, tan cerca que a Uno lo puedes contactar plenamente en la Eucaristía, y a la Otra, a la Virgen María, rezando el Rosario, tienes quince promesas que puedes tú, tú, acceder a ellas. Estas son: http://www.devocionario.com/maria/rosario_2.html

Disfruta de tu fe, porque creyendo, Dios puede darte milagros, ya que los milagros los da Dios, y siempre, a través de la fe.

Con afecto sincero

P. Jesús

© copyright

Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.

 

136 Carta / A ti, que deseas tener un buen año

Domingo, 4 de Enero de 2.015

A ti, que deseas tener un buen año:

Yo también quiero que tengas un buen año, ¡claro que sí!, por esto rezo por ti, y pido a Dios Padre que tú veneres a la Virgen María como Madre tuya, ¡que lo es!, por ser Madre de Dios.

A uno, sin una buena madre, difícilmente las cosas le van a ir bien. Todos saben que una madre buena es necesario tenerla para que la alegría viva en su corazón, porque las madres buenas hacen esto, alegran el corazón de los tristes, de los necesitados.

¿Quién no necesita afecto sincero, tú?

Todos necesitan de una madre, y más de la Madre que Dios, Jesús, te dio; porque los regalos de Dios no son caprichos, sino que los regalos de Dios son necesidades, y tú, ¡no lo niegues!, ¡acéptalo!, necesitas de una madre maravillosa; y la Virgen María, lo es, ¡es maravillosa!

Enciende tu fe, apártate del error y aprende, y quiere venerar a la Madre de Dios y tuya.

Reza el santo Rosario, ¡mejor en familia! Y si crees que no tienes familia, te diré que la Sagrada Familia existe y es tu familia también.

“Jesús, José y María, os doy mi corazón y el alma mía.” Así rezan los que viven la alegría de su fe.

Venera a la Virgen  María, dale su lugar en tu vida; ámala y confía en Ella, en que quiere lo mejor de ti, como es que tengas fe y vida para vivirla, para dar con ella, con tu vida, caridad a todo el que te conoce y te ve, porque tu vida no puede ser simple, sino que debes dar buen ejemplo de fe, esperanza y caridad. Reacciona, de ahora en adelante, venera a tu Madre, piensa en Ella, pídele interceda por ti, a Dios, para que Dios te conceda la alegría de tu corazón, eso que es bueno para ti, y que será tu alegría.

Este año quiero que estés alegre, contento, pero sobre todo, quiero que tengas paz por vivir, tú, la caridad.

Aprende de los santos y comprende que Dios te quiere en el Cielo, por esto te dio a su Madre, para que no tengas miedo y vivas la fe.

Con afecto sincero.

P. Jesús

© copyright

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