Domingo, 1 de septiembre de 2.013
A ti, que eres bueno, y antes no lo fuiste: Amados en Cristo, vino Dios Hijo al mundo para que, si quieres, dejes de pecar, te arrepientas de tus pecados, vayas a confesar, y si no estás bautizado cristiano-católico, antes, te bautices y disfrutes de la fe, de creer que Dios te Ama y que, como Padre que es, ¡no quiere vivir sin ti!, quiere que te salves y vayas a vivir, después de la muerte, a su Reino; este es el Mensaje, la Buena Nueva que vino Cristo a anunciar, el que hay un Reino de Dios que es para ti, pero ¡deja de pecar! Me ha escrito una persona buena, pero que antes no lo fue, y le sabe mal, y me dice: “Padre Jesús, este es mi testimonio, que humildemente deseo expresarlo, le pido que acepte este escrito, ya que a veces es muy cruel decir la verdad y lo reconozco, pues yo falte al octavo mandamiento, levante un falso testimonio y el mismo hizo mucho daño, a pesar de que pedí perdón y rectifiqué lo dicho públicamente, ya nunca volverá a ser lo mismo y le falle a mi familia, pues no la defendí en su momento y espero que el Señor perdone mi gran error, que fue un resultado desastroso, el mismo me afecta y lamento el daño que realice hace varios años atrás, muchas gracias Padre Jesús, por su paciencia conmigo y que Dios lo bendiga, siempre.” Amigo, ¡ven a mis brazos!, porque has reconocido tu pecado y, en el mismo, tienes tu penitencia. Pero, si miras mejor, te darás cuenta que también, de él, después de confesarte, recibiste, con el tiempo, no todo lo malo que esperabas, sino que no fue tan malo lo que esperabas, aunque lo fuera, pero fue menos. Porque Dios, con la fe, la humildad y el arrepentimiento sincero, expresado en confesión ante un sacerdote católico, y recibiendo la absolución del mismo, Dios Espíritu Santo, consuela y además, usa, no digo de su influencia, sino que digo DE SU PODER, y suaviza las cosas que podrían ser aún peor de lo que, por la Gracia de Dios, no son. Medita, y verás que además de saberte perdonado, por confesarte, además, Dios te regaló acontecimientos que hubieran podido ser peor, porque Dios, ante el arrepentimiento sincero, lo acoge y, como Padre que es, ¿qué no haría un padre por un hijo que ha pecado, que ha robado…? Un padre devolvería del dinero robado, si pudiera, y Dios Padre puede hacer que el falso testimonio que hiciste, por pedirle perdón y ser perdonado, por unirte a Dios mismo en la Comunión, hace maravillas insospechadas, como el padre humano, que puede, y va, y devuelve el dinero usurpado. Dios Padre puede hacer que en el corazón de los que oyeron tu falso testimonio, sean benevolentes con la persona citada por ti, y también por ti mismo. Tú no sabes lo que cada uno de esos que supo de tu falso testimonio, guarda en su corazón. Sí que sabes lo que guardas en el tuyo, y todos los que te hemos leído, lo hemos visto, ¡santo!, esto es lo que hay en ti hijo mío, hijo de Dios, SANTIDAD. ¡Ánimo y sigue adelante!, haciendo el bien y siendo fiel a Dios, que tanto te Ama y que te perdonó. ¡Es de fe, que el que se confiesa con dolor de sus pecados y arrepentido, con la intención de no volver a pecar, este ESTÁ PERDONADO! ¡Aleluya! ¡Dios es Amor! Con afecto sincero. P. Jesús © copyright |
Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN. |