Alban Butler señala dos casos de sacrificio ritual de niños, realizados por los judíos. De acuerdo de un testimonio obtenido en Trento, poco después de la tragedia, un médico judío atrajo con halagos y secuestró a un niñito cristianos de dos años y medio de edad con miras a la celebración de la Pascua judía. Después de crucificar al niño y extraerle la sangre, los oficiales de la sinagoga ocultaron su cuerpo por algún tiempo y, después lo arrojaron al canal.
EL crimen fue descubierto; y los sospechosos, sujetos a tortura, admitieron su culpa. Horribles castigos se les infligieron una vez confesos, mientras que por otra parte, se obraban milagros a profusión junto a la tumba del niño martirizado.
En el caso de Guillermo de Norwich, que ocurrió más de 300 años antes, la víctima tenía doce años. Aquí también se relata que el niño fue atraído con halagos, amordazado, atado y crucificado. El cuerpo fue llevado en un saco por dos judíos al bosque de Mosehold, con el propósito de incinerarlo allí pero habiendo sido sorprendidos antes de terminar su tarea, dejaron el cuerpo colgado de un árbol.
Aunque Butler acepta la creencia de que varios niños fueron sacrificados por los judíos por odios a la fe cristiana, añade sin embargo, que «algunos autores calumnian notoriamente, llevados por estos ejemplos extraordinarios, cuando tratan de generalizar que ésta haya sido una costumbre de esa gente, ya que muchos de ellos eran unos pobres dementes o simplemente fanáticos con una gran sed de venganza».
Fuente: ACI Prensa
Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús
San Simeón de Trento y San Guillermo de Norwich
Los niños siempre han sido las víctimas propicias para los desalmados de cualquier fanática religión o estado, como vemos hoy, que tantos tienen el beneplácito de la ley civil para asesinar a un menor de edad depositado por la naturaleza humana en el vientre de su madre; y no sólo esto, sino que enseñan a las mismas madres, con falsas palabras, a ser las asesinas de sus propios hijos, que se hallan en su maternal entraña.
San Simeón de Trento y san Guillermo de Norwich, fueron víctimas inocentes de asesinato. Fueron malos judíos quienes les ocasionaron la muerte, porque el verdadero judío es aquel que reconoce a Jesús de Nazaret como Mesías; todos los demás no son buenos judíos, como hay muchos malos católicos que apoyan el aborto y lo practican.
Mirad que no os engañe nadie diciendo que tiene a Jesús, porque Jesús está en la Eucaristía y se entrega vivo y libremente como tu amigo, seas quien seas; puedes recibirlo si te bautizas.
Muchos santos han sufrido muchísimo. Ir al Cielo es cuestión de sufrimiento: o sufres aquí, o sufrirás al morir. Tú decides. Es más, todos sufren, pero pocos cogen su cruz y la viven unidos a Jesús. Los santos, todos ellos han sufrido. Así que puedes ir calculando si te espera el Cielo o el Infierno. ¿Sufres? ¿Cargas con tu cruz? ¡Vas bien! Vas bien… Amén.
P. Jesús
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