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9 de Septiembre / Santa María de la Cabeza, Viuda

Esta santa mujer fue esposa de San Isidro Labrador. María Toribia, llamada de la Cabeza, llevó una vida humilde y laboriosa.

Los nombres de Caraquiz, cerca de Uceda, en la Diócesis de Toledo, y el de Torrelaguna aparecen en su leyenda. Le gustaba ir a la Ermita de Santa María para hacer el paseo y orar. La calumniaron ante su marido, quien vió cruzar sobre su capa el Jarama (crecido afluente del Tajo), lo que se consideró un juicio de Dios que probaba su inocencia.

Sobrevivió a San Isidro y fue enterrada en la ermita que con tanto amor visitaba. Esta ermita fue atendida por los templarios hasta el 1311, después se hicieron cargo de ella los menores enclaustrados (después le sucedieron los menores observantes) cuando la cabeza de María fue colocada sobre el altar mayor del oratorio. Esta reliquia se tiene por eficaz contra los dolores de cabeza. 
En el 1511 el Cardenal Francisco Jiménez de Cisneros renovó el relicario que guardaba la cabeza. Procesiones y cofradías atestiguaron la veneración pública hacia la Santa. Inocencio XII aprobó su culto en el 1697. Se trasladaron sus reliquias a Madrid para unirlas a las de su esposo, San Isidro Labrador.

Fuente: ACI PRENSA

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa María de la Cabeza, Viuda

Calumniaron a Santa María de la Cabeza, y su esposo lloró, pero ella, ¡santa ella!, probó ante los hombres, antes sus calumniadores, que Dios estaba en ella y la protegía de todo mal. Luego la tienen por lo que es: ¡Santa!

Así hace el mundo: calumnia, y Dios pone las cosas en su lugar.

Algunos dicen que Dios tira los dados para decidir nuestra vida, y no es cierto: Dios, en su bondad, va a poner bien los entuertos de los hombres de mal y malicia. A eso se dedica Dios, a proteger a los suyos, a los que, por los dados trucados que tiran los demás de ellos, de los santos, los hacen morir de dolor intenso, y por este dolor aceptado y resistido, son santos, porque Dios, ante los ojos de todos, da pruebas de su amor verdadero.

No tengas miedo a la calumnia, Dios la utiliza para demostrar a los necios que es Dios, que Él no necesita de dados sino de personas de recio corazón, consagrado a su Divina Misericordia.

P. Jesús

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