Saltar al contenido

122 Carta /A ti, que necesitas de Dios

Domingo, 28 de septiembre de 2.014

A ti, que necesitas de Dios:

¿Y quién no necesita de Dios?

Todos necesitan de amor, entonces, entonces todos necesitan de Dios.

Nadie ama como Dios ama, y Dios te Ama, sí, a ti, verdaderamente a ti; también a ése y al otro, y a todos.

Pero a cada uno ama de manera única, verdadera, total, para siempre, desde siempre. Oh, amigo-a, si pudieras comprender cómo te ama Dios a ti, sí, a ti. ¿Qué ocurriría?, pues, ocurrirían cosas maravillosas, y una de ellas es que tendrías eso que algunos llaman autoestima; pero yo te hablo de que te valorarías, que te darías el verdadero valor que tienes, que Dios te ha dado a ti, porque eres tú, único e irrepetible; y precisamente por esto, Dios te Ama tanto, porque no hay dos como tú, ni ahora, ni nunca ha habido, ni habrá otra persona como tú.

 ¿Y cómo es que seas tú distinto a todos?; porque Dios quiere que cada persona sea diferente; a cada uno le crea para ser distinto, porque a cada uno ama por quien es; y uno sabe que Dios le ama por ser quien es, y esto te da una seguridad de ser amado por si mismo, y que el Amor que Dios siente por ti, es por ser quien eres; otra cosa es por ser como eres, que es algo distinto a ser quien eres, porque hay quien es rico y es austero, y otro es rico y es un despilfarrador, y otro es rico y siempre da, ayuda a los demás, pero todos son ricos y a la vez son distintos; lo mismo ocurre con todas las personas del mundo entero, todas son personas, todas son distintas, todas son ricas en amor de Dios, pero unos lo propagan, otros se lo guardan y otros no le dan importancia al Amor con que Dios les Ama. Tú, dale importancia a este amor con que Dios te ama, porque es real, es verídico; y de tener tú esta seguridad en esta gran verdad de que Dios te ama, de que eres amado-a por Dios, verás como aceptando este amor, eres mejor, te sientes mejor y ves la vida mejor, porque Dios es Amor, y amor verdadero, y todo aquel que acepta ser amado por Dios, se siente mejor.

Haz la prueba, sí, amigo-a, haz la prueba, ¡déjate amar por Dios!; y ¿cómo se hace esto?; te lo cuento la próxima semana, hoy deléitate en saber que tienes lo que necesitas, y lo que necesitas es amor verdadero, ¡amor de Dios!, y lo tienes; Dios te lo da, para que lo disfrutes, para que te llenes el corazón con su Amor.

Necesitas de Dios y lo tienes. Ve a Misa, ve a la Iglesia, entra en una Iglesia Católica, y siéntate en un banco y estate en silencio, y cuando estés tranquilo-a, empieza a hablar con Cristo, con Dios Hijo Jesucristo; dile francamente lo que quieras y sea bueno, y respeta siempre a tu Dios; ¡adóralo! con todo tu corazón, y verás que tu humildad en adorarlo, en creer que es Dios y que está vivo y te ama tanto, como te he dicho, esto te irá llenando el corazón de un gozo íntimo, que te llenará de una alegría y una paz, que sólo puedes hallar en la verdadera Iglesia de Cristo, en la Católica. Ten fe, y si no tienes mucha, cuando estés en la Iglesia, sentado-a en este banco, le dices sinceramente a Dios: “No tengo tanta fe, pero tú puedes aumentármela, puedes dármela, si quieres”; y esperas en silencio, mientras rezas un Avemaría, que se reza así:

AVE MARÍA

Dios te salve, María,
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

Amigo-a, rezo por ti; quiero que seas feliz, y para que lo seas, necesitas de Dios.

Con afecto sincero

P. Jesús

© copyright

Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.