Saltar al contenido

Dios

113 Carta /A ti, que necesitas de Dios

Domingo, 14 de julio de 2.013

A ti, que necesitas de Dios:

Hay veces, hay momentos y tiempos de tu vida en que parece que Dios está escondido de ti, que no lo notas tanto, en los acontecimientos que vives, y que crees que te ha abandonado, que la monotonía te pide un cambio de vida, pero no sabes cómo ni cuándo; intensifica la oración, porque Dios te está probando; es como en tiempos de exámenes, que es cuando tienes que demostrar lo que has aprendido, cuando el profesor no está oculto, sino que está vigilante a que des de ti lo mejor que él te enseñó, y estás en el momento de rendir cuentas de lo aprendido. Pues igual tú, cuando estás en la situación que crees no percibir tanto a Dios, que está ahí contigo viendo cómo rindes tu examen con la vida misma; ¿cómo actúas con lo que sabes?. Tú sigues yendo a clase, como sigues yendo a la Santa Misa, a confesarte, a comulgar; sigues orando, como aquel que sigue estudiando antes del examen.

Esos momentos, esos tiempos van a pasar, y Dios volverá a ser para ti el que quiere ser, este amigo que ves, que tienes presente siempre; Él, quiere saber de tu fidelidad, aunque parezca que no lo tienes tan presente.

¿Eres fiel a Dios?…

Hay tantos que dicen amar a otros, y cuando no están esos que dicen amar, los critican, empiezan a apartarlos de su corazón, porque si no reciben sus cuidados y atenciones, ya no los quieren. El amor, el querer, el cariño, tiene que ser de adultos, de los que aman a toda hora, estando el amigo presente o ausente, o padeciendo una enfermedad, o recibiendo un revés en su vida. Porque hay quien se aleja del que aprecia porque no está bien, porque está mal, y en esos momentos, prefiere estar solo. Tú sé fiel con todos los que te han dado su amistad, y mantente unido a ellos por la oración, porque hay malos tiempos para muchos, que están librando sus tormentas en el mar; se sienten solos y necesitan que otros también oren por ellos, para que el Buen Dios, Jesús, vaya a calmarles su tempestad; están tan ocupados y preocupados por sobrevivir, que parece que te han dejado, pero no, éstos, como Dios, como todos los seres vivos, mientras se vive, se está unido por los pensamientos, además de las obras y palabras; ¿cuántos hay que piensan en ti, y hace años que no los ves?; muchos. Todos estos que has conocido alguna vez, pueden pensar en ti, si tú les diste tu querer, tu amor ágape.

Dios no está escondido, está ahí contigo, callado, esperando que tú hagas bien tu trabajo, que vivas bien tu vida, que hagas rendir al máximo de sus enseñanzas; ¡estás en tiempos de rendir!

Los amigos están, en pensamiento, contigo, te piden ayuda en la distancia, la de una oración salida de tu corazón, para aliviar su carga, para que Dios, Jesús, pare su temporal; para que la Virgen María los colme de paz.

Cuando te creas solo, es cuando más tienes que orar, porque es cuando más te necesitan los que te han dejado, los que no están.

Ora amigo-a, que tienes a Dios a tu lado, porque Dios nunca te ha dejado, ni jamás te dejará; está esperando que rindas ¡al máximo!

Con afecto sincero.

P. Jesús

© copyright

Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.

 

122 Carta /A ti, que necesitas de Dios

Domingo, 28 de septiembre de 2.014

A ti, que necesitas de Dios:

¿Y quién no necesita de Dios?

Todos necesitan de amor, entonces, entonces todos necesitan de Dios.

Nadie ama como Dios ama, y Dios te Ama, sí, a ti, verdaderamente a ti; también a ése y al otro, y a todos.

Pero a cada uno ama de manera única, verdadera, total, para siempre, desde siempre. Oh, amigo-a, si pudieras comprender cómo te ama Dios a ti, sí, a ti. ¿Qué ocurriría?, pues, ocurrirían cosas maravillosas, y una de ellas es que tendrías eso que algunos llaman autoestima; pero yo te hablo de que te valorarías, que te darías el verdadero valor que tienes, que Dios te ha dado a ti, porque eres tú, único e irrepetible; y precisamente por esto, Dios te Ama tanto, porque no hay dos como tú, ni ahora, ni nunca ha habido, ni habrá otra persona como tú.

 ¿Y cómo es que seas tú distinto a todos?; porque Dios quiere que cada persona sea diferente; a cada uno le crea para ser distinto, porque a cada uno ama por quien es; y uno sabe que Dios le ama por ser quien es, y esto te da una seguridad de ser amado por si mismo, y que el Amor que Dios siente por ti, es por ser quien eres; otra cosa es por ser como eres, que es algo distinto a ser quien eres, porque hay quien es rico y es austero, y otro es rico y es un despilfarrador, y otro es rico y siempre da, ayuda a los demás, pero todos son ricos y a la vez son distintos; lo mismo ocurre con todas las personas del mundo entero, todas son personas, todas son distintas, todas son ricas en amor de Dios, pero unos lo propagan, otros se lo guardan y otros no le dan importancia al Amor con que Dios les Ama. Tú, dale importancia a este amor con que Dios te ama, porque es real, es verídico; y de tener tú esta seguridad en esta gran verdad de que Dios te ama, de que eres amado-a por Dios, verás como aceptando este amor, eres mejor, te sientes mejor y ves la vida mejor, porque Dios es Amor, y amor verdadero, y todo aquel que acepta ser amado por Dios, se siente mejor.

Haz la prueba, sí, amigo-a, haz la prueba, ¡déjate amar por Dios!; y ¿cómo se hace esto?; te lo cuento la próxima semana, hoy deléitate en saber que tienes lo que necesitas, y lo que necesitas es amor verdadero, ¡amor de Dios!, y lo tienes; Dios te lo da, para que lo disfrutes, para que te llenes el corazón con su Amor.

Necesitas de Dios y lo tienes. Ve a Misa, ve a la Iglesia, entra en una Iglesia Católica, y siéntate en un banco y estate en silencio, y cuando estés tranquilo-a, empieza a hablar con Cristo, con Dios Hijo Jesucristo; dile francamente lo que quieras y sea bueno, y respeta siempre a tu Dios; ¡adóralo! con todo tu corazón, y verás que tu humildad en adorarlo, en creer que es Dios y que está vivo y te ama tanto, como te he dicho, esto te irá llenando el corazón de un gozo íntimo, que te llenará de una alegría y una paz, que sólo puedes hallar en la verdadera Iglesia de Cristo, en la Católica. Ten fe, y si no tienes mucha, cuando estés en la Iglesia, sentado-a en este banco, le dices sinceramente a Dios: “No tengo tanta fe, pero tú puedes aumentármela, puedes dármela, si quieres”; y esperas en silencio, mientras rezas un Avemaría, que se reza así:

AVE MARÍA

Dios te salve, María,
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

Amigo-a, rezo por ti; quiero que seas feliz, y para que lo seas, necesitas de Dios.

Con afecto sincero

P. Jesús

© copyright

Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.

 

157 Carta / A ti, que no alabas a Dios

Domingo, 31 de Mayo de 2.015

A ti, que no alabas a Dios:

Hay quien tiene a Dios para quejarse a Él, de Él mismo, de Dios, de las personas que trata, de lo que pasa en el mundo, de su mala suerte. Y aunque recibe de Dios su ayuda, no le alaba nunca, es como si Dios tuviera la obligación de ayudarle por ser su Padre.

Así hacen muchos niños, jóvenes, adolescentes e hijos maduros, con sus padres, sólo ven lo malo que les han hecho, sólo ven lo negativo de sus padres, y sólo se quejan de ellos, nunca los alaban, jamás piensan en agradecerles nada; esta clase de personas, ¡que hay muchas!, tampoco saben dar gracias a Dios Padre, y no le alaban.

¿Y, qué es alabar? Es hablar bien de una persona, es hablar bien de Dios. 
¿Hablas bien de tus padres?…

¿Hablas bien de Dios? ¿Haces saber a los demás, todo lo bueno y santo que es Dios? ¿Saben los que te conocen, que das gracias a Dios por todo lo bueno que tienes, que le has pedido y tienes?, ¿Alabas a Dios?…
¡Qué maravilloso sería que los discípulos de Cristo alabaran a Dios Padre! 
¿Os imagináis una conversación así?:

—Amigo, que alegría tengo, ¡gracias a Dios he podido llegar a fin de mes!, ¡alabado sea el Señor!

—Y yo también, incluso pude pagar el extra de tener que ir al dentista. ¡Dios es magnífico!

—Que suerte tenemos los que vivimos en Gracia de Dios, Él nos ama tanto, nos ayuda tanto…

¿Suerte?, ¡Gracia!, es pura Gracia de Dios, ¡su regalo!

Ojalá el mundo, tú, alabaras a Dios, tu Señor. Todo te iría mejor.

Con afecto sincero.

P. Jesús

© copyright

Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.