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26 de Septiembre / San Cosme y San Damián, Mártires

Estos dos santos han sido, junto con San Lucas, los patronos de los médicos católicos. En oriente los llaman «los no cobradores», porque ejercían la medicina sin cobrar nada a los pacientes pobres. Lo único que les pedían era que les permitieran hablarles por unos minutos acerca de Jesucristo y de su Evangelio. 

Lisias, el gobernador de Cilicia, se disgustó mucho porque estos dos hermanos propagaban efectivamente el cristianismo. Trató inútilmente de que dejaran de predicar, y como no lo consiguió, mandó echarlos al mar. Pero una ola gigantesca los llevó sanos y salvos a la orilla. Entonces los mandó quemar vivos, pero las llamas no los tocaron, y en cambio quemaron a los verdugos paganos que los querían atormentar. Entonces el mandatario pagano mandó que les cortaran la cabeza. Finalmente, derramaron su sangre por proclamar el amor al Divino Salvador. 

Junto a la tumba de los dos hermanos gemelos, empezaron a obrarse milagrosas curaciones. El emperador Justiniano de Constantinopla, padeciendo de una grave enfermedad, se encomendó a estos dos santos mártires y fue curado inexplicablemente.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Cosme y San Damián, Mártires

Muchos tormentos y muchas gracias concedió Dios a San Cosme y San Damián, pero también llegó la muerte y muerte cruel para ellos. ¡No temas a la muerte porque es Vida! Sin la muerte no podrías pasar a mejor vida. Un día u otro deberás morir, y será cuando Dios lo decida y no los hombres, porque el nacer y el morir son cosas de Dios. Ten fe y ten valor, y si tienes una grave enfermedad, pide por la intercesión de Santa María tu curación, y puede que te la dé o puede que no, pero algo es verdad, aunque te cures milagrosamente, llegará el día, la fecha de tu entrada en la Vida Eterna. Mira de ir al Cielo, porque es lo único que vale la pena en esta vida, vivirla para la Vida en el Reino de Dios, junto a María, la Madre de Dios y tuya, la Niña judía que unió el antiguo y el nuevo Testamento: La Gracia de Dios que estaba en Ella, y que por Ella y con Ella, con María, nos derramó ese nuevo Testamento: Herederos de Dios, por Jesús Rey del Universo: Dios Hijo e hijo de María Madre de Dios. ¡Confía!, que Ella te espera. No estás solo con tu dolor; no estás sola con tu dolor: Tienes a Jesús, tienes a María y tienes a la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, que los santos la sostienen; Tú debes sostenerla: ¡Santo! ¡Santa!

P. Jesús
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