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Amar

63 Carta / A ti, que no sabes cómo amar

Domingo, 16 de octubre de 2.011

A ti, que no sabes cómo amar:

¿Te has fijado que las canciones son casi todas de amor?, ¡y siempre son un éxito!, porque todos hemos nacido del Amor de Dios, y todos queremos regresar, y antes vivir en amor, porque nuestra esencia es AMAR.

Si no amas, ¡no vives!

Si no amas, es como si estuvieras solo-a, y si te sientes solo-a, es que no amas, es que no tienes a nadie para amar.

Claro, que lo triste es que, por desgracia, pocas personas en este mundo actual, son dignas de amarlas; la mayoría son egoístas, orgullosas o están deprimidas y, estas últimas, las deprimidas, las que han recibido el desamor de otra-s personas, la depresión que padecen, pone barreras a la comunicación; y las orgullosas, parece que no quieren ser amadas, pero sí que quieren, aunque quieren recibir algo material junto con el amor, creen que el amor o se compra, o se paga, o se exige; no creen que el amor sea gratis y ¡porque sí!; y las egoístas, estas son las que quieren más amor, pero un amor mal entendido, el amor de que las sirvan porque sí, de que si las aman, hagan lo que ellas quieren, sinó, creen que no son amadas, y esto es una aberración de los sentimientos, el pensar que el amor es esclavizarse a otro y dejar la vida propia por el “bien” del otro; esto no es amor, esto es esclavitud, el amor es como nos Ama Dios, que no es esclavo de nadie, aunque como cordero degollado, se entrego libremente a la muerte y muerte en cruz para que tú, y tú, y tú, sientas y vivas sabiendo cómo Dios te Ama.

Volvamos a las canciones de amor. Y añado, que en casi todas las películas hay un desenlace de un amor humano, porque el destino tuyo, del hombre, de la persona, es tener este encuentro, este conocer y fusionarse con el Amor, pero yo te estoy hablando del Dios, de Dios Amor, de la potencia de Amar.

Ahora quiero que pienses en familiares, en personas que conoces, y dime, ¿cuántas han triunfado en el amor humano?…

La busca del éxito es natural, porque el éxito es la plenitud, es la recompensa a los esfuerzos, es el sueño hecho realidad. Y sí, ¡claro que sí que hay éxitos en este mundo!, por los que pasan al Otro, directos al Cielo. Este es el verdadero éxito, el que te lleva a recibir el trofeo.

Los éxitos humanos también tienen que reflejar el verdadero éxito, el perdurable, el del amor.

A veces se ama a la persona equivocada, ¡tantas veces!, porque o te ha engañado o no buscas bien, ¡tu propio bien!, y luego hay sufrimiento, porque no amas a Dios sobre todas las cosas y no respetas la libertad de quien decide no dejar la maldad.

Sí, el amor es tan necesario por todos, que lo cantan y lo hacen película, pero la cruda realidad es que pocos conocen el verdadero amor humano, este que dura y perdura, que se hace grande y madura, que todo lo puede soportar y que da la felicidad.

Estamos impresos por lo que somos, por lo que hemos nacido: por Amor de Dios, el Amor que Dios nos tiene.

Todo el que vive, es porque Dios lo Ama, ¡esta es la realidad!, esta es tu realidad, y debes aceptarlo y debes de admitir que tienes un Dios a quien seguir para ser quien eres, y eres alguien fantástico, eres hijo-a de Dios, del Padre de todo lo creado, y eres hermano de Dios Hijo, Jesucristo, que no te juzga en vida, que con su vida te salva, y sí que te sentenciará después de tu muerte a una eternidad predecible, la que tu decidas tener, y que por las obras de tu fe se ve.

No hay nada escondido que no haya de conocerse, ni nada malo que resista siempre, porque el mal es vencido por el bien, por el Sumo Bien, que decide a quién quiere en su Cielo, y decide por lo que cada uno libremente quiere ser.

Aprende que el amor que buscas está en Dios, te lo da Dios, y cuando lo tienes, puedes darlo a quien lo quiera recibir.

Las películas son de amor, las canciones son de amor; las historias humanas, en la gran mayoría, son de falta de amor, porque sólo que el que acepta el Amor, que es Dios, es amado, y siendo amado, Ama, por eso hay tan pocos que amen y sean amados humanamente, porque no hay amor de Dios en muchos corazones, que buscan quimeras y falsean la lujuria por amor, porque el amor va a todas, todas; fíjate lo que hizo Dios por este Amor a ti: se dejó matar. ESTO SÍ QUE ES AMOR DE VERDAD; lo de las canciones y las películas, sólo son el reflejo de la búsqueda de este amor humano, que lo tiene el que tiene a Dios y a su Amor viviendo en él, el que vive en Gracia de Dios.

¿Amas?

¿Eres amado?

Si tu respuesta es negativa, es que no amas a Dios sobre todas las cosas, porque si lo amaras sobre todas las cosas, tendrías su amor y mucho amor humano, el amor de los santos, y por añadidura, el de los que buscan y no encuentran, y quieren y no saben.

El amor todo lo puede, incluso AMAR.

Aprende de Jesús, aprende de quien dio la vida por ti, no hagas caso de los que te quieren “vender la moto”, tú ve a pie y disfruta del paisaje. La vida es hermosa, cuando uno sabe Amar a Dios sobre todas las cosas.

Aprende sirviendo, aceptando la doctrina católica y perdonando al que no sabe, y también al que sabe y se despista por ser tentado y caer en la tentación por falta de sabiduría y también por falta de Amor, porque quien ama a Dios sobre todas las cosas, no necesita nada más que lo que Dios permite y le da, teniendo la esperanza en Aquel que dijo y te dice: “¿Qué quieres de Mí?”… ¡¡Pide!! Pide a Jesús, Dios, todo lo que necesites y quieras, Él es el Rey.

Con afecto sincero.

P. Jesús
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123 Carta / A ti, que quieres dejarte amar por Dios

Domingo, 5 de Octubre de 2.014

A ti, que quieres dejarte amar por Dios:

¿Cómo se hace esto?

Amigo-a, de su natural, Dios te Ama, porque Dios Ama a todas las personas del mundo; TODAS las personas del mundo son amadas por Dios; Él las creó, Él, Dios, las deseó, y por desearlas, tuvieron vida y un destino.

¿Cuántos padres quieren tener hijos y no pueden? Algunos padres quieren tener hijos y no pueden; en cambio, otros tienen hijos, incluso sin quererlo; y es que Dios dejó libre a la naturaleza, que le sirve, y cuando un hombre y una mujer se unen en el momento justo y preciso para engendrar, estando ambos en las óptimas circunstancias para la paternidad, la naturaleza sigue su curso, y una nueva vida se crea, con el permiso de Dios, que selló a la misma naturaleza de estas condiciones necesarias y precisas para engendrar vida, ¡hijos! Y si Dios hizo esto, como hizo que el sol saliera cada día, es decir, que en su movimiento, cada día recibiera una parte de la tierra su luz y su calor, es que Dios vio que era bueno, que es bueno, y lo bueno sería cumplir con la Ley de Dios siempre y todos, y así los hijos nacerían del amor, porque Dios es Dios de Amor y quiere que las personas se propaguen por amor, amándose los padres, que aman a Dios y a los hijos de los dos, de ellos dos, y que Dios permite sean engendrados, por hacer lo natural y estar la naturaleza de los esposos en las óptimas condiciones para procrear, como el sol que alumbra porque es su deber, el deber de ser lo que es: sol, luz y calor, fuente de vida, por la gracia de Dios.

Todo lo ha hecho Dios, y Dios ha permitido que los que han nacido, puedan crear hijos, uniéndose hombre y mujer.

Sí, tú, tú has nacido de la unión de lo femenino con lo masculino, porque las personas son femeninas y masculinas; Dios creó así a las especies; no hay tres maneras de ser en cada especie, ni cuatro, ni seis, sino sólo dos; esta es la ley natural, así son las cosas en la vida sobre la tierra.

Pero también sabes que nadie se ha hecho a sí mismo, sino que viene cada uno de dos personas de distinto sexo, que unidas te crearon; así son las cosas en este viejo mundo terráqueo.

Entonces, si nacen las personas por la ley natural, que esta ley natural ha sido creada por Dios, es decir, Dios la creó y le dio su visto bueno, entonces tú tienes el visto bueno de Dios, que creó la naturaleza que te ha engendrado; entonces tú, como cada uno, eres realmente y verdaderamente amado por Dios, deseado por Dios, que da la libertad a todas las personas; libertad para amarse y unirse, libertad para unirse hombre y mujer y crear hijos de esta unión, que es natural, y que la persona, por ser libre y tener voluntad y discernimiento, puede decidir tenerla o abstenerse de ella. Tú, tú eres libre.

Dios es libre.

Siendo Dios libre, vino al mundo a redimirlo, a salvarlo, y todo aquel que quiere ser redimido y salvado, es redimido y salvado por Jesús, el Hijo de Dios y de la Virgen María. Y el que quiere esto, es el que ACEPTA QUE DIOS LO AME.

Dios te ama porque creó vida, y esta vida humana puede y debe poblar la tierra, por designio de Dios: “Creced y multiplicaos”; y este mismo Dios, en la persona de Jesús de Nazaret, vino personalmente al mundo a demostrarte su amor, muriendo por tus pecados; y si crees en Él, en que Jesús es Dios Hijo, y que murió y resucitó y está en cuerpo presente en la Eucaristía, y comes su cuerpo y bebes su sangre, en las especies de pan y vino, entonces, tú eres salvado, entonces tú tienes entrada en el Reino de los Cielos, cuando te llegue tu hora de partir de aquí; y entonces, siendo salvado, conociendo a Jesús, sabiendo de su vida, que está escrita, documentada, en la Sagrada Biblia Cristiana, entonces tú, tú sabes, tienes la certeza de que Dios te ama. Déjame repetírtelo: Dios te Ama, amigo-a, ¡Dios te Ama!

¿Cómo puedes dejar que Dios te Ame?; sencillo, creyendo en Jesús, en que Jesús es el Hijo de Dios, bautizándote en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y confesando tus pecados y acudiendo a comulgar; porque en la comunión, Dios mismo, Jesús, se entrega de tú a tú, y te da todo entero su amor a ti.

Puedes recibir directamente de Jesús, en persona, su amor, ¿Cómo?, yendo a comulgar, limpio de pecado y con la voluntad de no volver a pecar.
Tú, tú decides recibir o no el amor con que Dios te Ama. ¡Sólo tú!

Deja que Dios te de su amor, bautízate, confiésate y comulga, y en cada comunión bien hecha, recibirás el Amor de Dios de la persona de Jesús, el Hijo de Dios.

¡Qué maravilla!, Dios está a tu alcance, Jesús te abraza y te salva, si quieres. Sólo tú puedes decidirlo.

A Dios nadie le engaña, por eso sólo se une en Comunión con el que está libre de pecado, por haberlo confesado y teniendo la firme voluntad de no volver a pecar. Estas son las condiciones de Dios.

Dios ama a todos, sea lo que sea cada uno, haya hecho lo que haya hecho, sólo quiere tu arrepentimiento sincero en cuanto a tus pecados; tienes que conocer la Ley de Dios, los diez mandamientos, tienes que tener fe en que Jesús es Dios Hijo que te salva, y ¡no tienes que preocuparte de nada más que de vivir con paz, haciendo el bien, cumpliendo la Ley de Dios, que te facilita las cosas, porque saber qué es lo que es bueno para ti, te ayuda a la perfección; y siendo perfecto, te santificas en el nombre del Señor, y tienes y vives una vida coherente con tu fe, sin juzgar a nadie, amando a todos y haciendo el bien a todos, dando buen ejemplo, cumpliendo con tu deber y deberes de estado, y haciendo un mundo mejor; practicando la caridad, con la humildad y el servicio del buen cristiano que ama a todos y se aparta de las malas tentaciones de pecar, para mantenerse siempre en línea directa con Dios, que es vivir en su Gracia; y se vive en Gracia de Dios, cumpliendo los mandamientos y usando de los sacramentos.

Dios ama a todos, ¡también a ti!

¿Quieres recibir su Amor por ti?; entonces, bautízate, ve a Misa y vive la fe católica, que es la Iglesia verdadera, la que Dios, Cristo, fundó en los doce apóstoles, ¡no hubo otra!, y San Pedro es el primer Papa, y el Papa Francisco es el Papa actual.

Ahora ya sabes cómo debes hacer para dejarte amar por Dios. Repasa mi carta y llénate de la alegría de saberte Amado por Dios Padre y Dios Hijo y Dios Espíritu Santo; también por la Madre de Jesús, ¡Dios Hijo!, por la Virgen María.

Te he dicho la verdad, amigo-a. Medita y practica tu libertad y tu fuerza de voluntad, porque Dios quiere que seas libre y santo. Sí, tú, tú, seas como seas ahora, tú estás destinado, por el deseo de Dios, a SER SANTO. ¡Ánimo! Únete a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. ¡El Cielo eterno espera a los Santos!

Tú, por Dios, con Dios, serás Santo. Dale un voto de confianza al Evangelio; léelo y sigue a Jesús, imitándole, porque Jesús, Dios, te Ama, sí, te Ama, ¡te Ama!

Con afecto sincero.

P. Jesús

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Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.

 

126 Carta / A ti, para los que aman a Jesús, Dios

Domingo, 26 de Octubre de 2.014

A ti, para los que aman a Jesús, Dios:

San Juan 14, 15-18    15 “Si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos. 16 Y yo rogaré al Padre, y Él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes: 17 el Espíritu de la Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Ustedes, en cambio, lo conocen, porque Él permanece con ustedes y estará en ustedes. 18 No los dejaré huérfanos, volveré a ustedes.”

El Amor a Jesús conlleva cumplir sus mandamientos, los mandamientos de Dios; eso dijo Jesús, Dios, y lo leemos en el comentario del Evangelio arriba citado: “Si tú me amas, cumplirás mis mandamientos”. Está muy claro lo que quiere Jesús, Dios, en demostración de tu amor por Él; y cumpliendo tú los mandamientos, Él, Jesús, Dios, ruega al Padre, y Dios Padre te da a Dios Espíritu Santo, y lo recibes después de haberte ido a confesar de tus pecados, de estos pecados contra la Ley de Dios. Revisa lo que Dios quiere de ti, aprende los diez mandamientos, y si no los cumples, si alguno de ellos no cumples, si amas a Dios, te dolerá no haber cumplido con lo que Dios quiere de ti, y quiere que por amor, por amarlo a Él, a Jesús, Dios, cumplas con los mandamientos de su Ley; eso quiere y te pidió, y si has pecado, tienes que confesarte, y al confesarte ante un sacerdote católico, por mediación de él, del sacerdote católico, Dios te perdona el pecado, los pecados, y te consuela, recibiendo tú, después de la confesión, al Paráclito, a Dios Espíritu Santo, que te consuela de tu pecado y de todo mal que padeces, porque Dios te Ama y te da su amor, siempre que pides perdón en confesión, cumpliendo la penitencia y no queriendo pecar nunca más, apartándote de toda condición de pecar; y si para no pecar, tienes que apartarte de alguna-s persona-s, aunque te duela, tienes que hacerlo, debes hacerlo, porque sólo así vivirás en la Paz de Dios; porque donde hay guerra no hay paz, porque donde tienes tentaciones de pecar, hay lucha, hay una especie de guerra contigo mismo, y para tener paz, necesitas vivir en paz, en el ambiente propicio para no pecar, para no estar debatiéndote entre el bien y el mal; todo lo que sea un mal para ti, apártalo, y aunque tengas que perder algo, ganarás paz y santidad, y siendo santo, teniendo fe, puedes pedir a Dios con fe, en nombre de Jesús, y Dios te lo concederá. No ames más a nadie, a nada, más que Dios; eso termina mal siempre, sólo en Dios está la paz y el amor verdadero, este Amor que es bueno, que te pide que seas bueno y que cumplas con los mandamientos de la Ley de Dios.

Dios sigue vivo, no dejó huérfano a nadie que tenga fe, porque se quedó en la Eucaristía, y puedes ir a recibirle con el alma limpia de pecado, al haberlos confesado; y tienes y recibes a Jesús, Dios vivo, en la Comunión. Dios está al alcance de quien lo quiera, pero pone sus propias condiciones, y es que tú cumplas, que tú vivas cumpliendo los diez mandamientos de la Ley de Dios y demuestres así cuánto le amas, cuánto amas a Jesús; porque ¿tú amas a Jesús?, ¿cuánto?, ¿cumples con la Ley de Dios?…

Ama a Dios sobre todas las cosas y personas, ten fe, pide, y Dios te dará lo que necesites y sea bueno para ti, para tu fe, para salvarte, para que puedas ir a vivir al Reino de los Cielos, allí con la Virgen de la Paz, con la Reina y Señora de Cielos y Tierra, con la Madre que socorre, auxilia e intercede por ti, y por todo lo que, con fe, le pidas a Dios en nombre de su Hijo Jesús, ¡Cristo!

Anímate, amar a Dios sobre todas las cosas y personas, con toda tu fuerza y decisión, es cumplir con los mandamientos de la Ley. Lee San Juan 14, 15. “Si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos.”

¿Amas a Jesús, Dios?…

Con afecto sincero.

P. Jesús

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Para quien quiera contestar a la carta, CLICAR AQUÍ, aunque el P. Jesús no podrá responder a cada uno, sí que pedirá a Dios Padre, en nombre de Jesús por esta persona y sus intenciones. EXPLICACIÓN.

 

162 Carta / A ti, que te gusta el fútbol

Domingo, 5 de Julio de 2.015

A ti, que te gusta el fútbol:

Si el fútbol te gusta más que ir a Misa, si tienes un ídolo de fútbol al que cercas más cerca de tu corazón que al mismo Dios, eso no está bien, amigo, rectifica.

Comprendo que eres humano, pero todo ser humano, toda persona, tiene el deber, la obligación de amar a Dios sobre todas las cosas.

En el Cielo, no hay partidos de fútbol, y muchas veces, en el Cielo no están los ídolos de fútbol, porque en el Cielo no hay ídolos, sino personas humildes, personas que aman a Dios sobre todas las cosas, ¡más que al fútbol!

Con afecto sincero.

P. Jesús

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170 Carta / A ti, que las horas te parecen lentas

Domingo, 30 de Agosto de 2.015

A ti, que las horas te parecen lentas:

Eso suele suceder cuando la soledad aprieta y cuando el dolor y el sufrimiento te hacen daño aquí dentro, en el corazón; te parecerá mentira, pero hay gente que no es querida, que no tiene a nadie que le quiera, absolutamente a nadie; no te miento, hay gente que no es querida.

Aclaro las cosas, todos son queridos por Dios; hablo de gente que no es querida por otra gente.

Además, hay gente que es odiada, que no sólo no es querida, sino que algunos la odian. ¿Y no dicen algunos que el odio es una expresión del otro lado del amor? No. El odio no tiene nada que ver con el amor, y antes de odiar, se empieza despreciando al otro. Así que todo el que desprecia al otro, puede llegar a odiarlo.

¿Qué puede hacer esta persona que no es amada por nadie? Puede orar a Dios y pedirle que alguien la ame, puede hacer el bien sin mirar a quien; porque a veces, tantas, las personas que no se sienten amadas, no tienen buenos modales, no saben dar las gracias, ni pedir por favor, ni dar ellos amor. Piénsalo, y si a ti te ocurre, rectifica.

Cuando las horas pasan lentas, hay sufrimiento o soledad.

Cada corazón humano, esté éste envuelto en el cuerpo que sea, necesita afecto sincero y desinteresado de otro ser humano; si este es tu caso, mi recomendación es que busques a una persona cualquiera y empieces a darle los buenos días, y si puede ser, cada día reces a Dios para que aliente tu corazón con la esperanza; y se consigue viviendo y practicando la fe, obrando con caridad, con amor a Dios.

Amigo, este dolor no se va en una semana o dos, se necesita mucho más tiempo, y de almas buenas que te quieran.

La oración lo puede todo.

Con afecto sincero.

P. Jesús

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