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7 de Junio / Beata Ana de San Bartolomé

Nació el 10.10.1549 en Almendral (Avila), de familia pobre en bienes materiales, pero muy buenos cristianos.

Ingresó en el Carmelo de San José de Avila en 1570. Fue la primera lega de la Reforma de Santa Teresa. Desde un principio fue muy querida de la Santa Doctora, en cuyas manos hizo sus votos el 15.8.1572.

Por obra de Dios, méritos de Santa Teresa y obediencia de esta beata, ascendió de simple hermana conversa y analfabeta a la secretaria muy particular de la doctora mística.

Así llegó a ser discípula predilecta y heredera aventajada del espíritu de Teresa, como del gran vidente Elías lo fue el profeta Eliseo. Tal rezan los procesos de la causa de la beata Ana.

En funciones de secretaria acompañó a Santa Teresa en sus correrías fundacionales. Y la Santa, reconociendo la valía de su prestación personal y su extraordinaria santidad, llegó a decirle:

«Ana, Ana, tú tIenes las obras, yo tengo la fama».

Aprendió a escribir de modo milagroso.

Descolló siempre por su extraordinaria caridad, tanto para con Dios como para con el prójimo.

En su autobiografía se lee que deseaba con ansias morir de amor y suspiraba por esta dicha. Suya es la frase: «¡Ay, como me pesa este cuerpo!. Y estoy cansada de cuidarle, todo mí deseo sería ver rotas estas cadenas!»

Muerta Santa Teresa, pasó a Francia, donde fundó varios conventos, dando maravillosos ejem-píos de todas las virtudes. En su Autobiografía, escrita por obediencia, nos dejó constancia de las muchas gracias místicas que gozó durante su vida, como fruto de su gran amor a la Humanidad de Jesús y al Misterio de la Sma. Trinidad.

Murió en 1622 y fue beatificada en 1917 por el Papa Benedicto XV.

Su fiesta se celebra el 7 de junio.

Fuente: http://www.carmelnet.org

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Beata Ana de San Bartolomé

Hay los santos que siguen a otros santos, y ambos, ayudan a Dios a la Obra de Su voluntad. Porque Dios siempre decide y manda en los santos.

La gente no quiere imitar, dicen que son libres y que por el hecho de ser sinceros en su vida ya son y se creen independientes y realmente lo que son, son dependientes de sus pecados que no desean ni verlos. Creen que ser libres y sinceros es ser tal cuales son.

La Beata Ana de San Bartolomé supo hacer bien las cosas, imitando a quien imitaba a Dios y ayudando a quien ayudaba a Dios.

Hoy, se quiere ser libre, y no ayudar a muchos, y creen que ayudándose sólo a sí mismos son más independientes. Cuando la realidad es que todos son iguales por seguir al pecado que cada uno encierra en su corazón, por no saber diferenciar el bien del mal y, al que desea ser santo y con voluntad lucha contra el pecado, a ese lo llaman falso, porque creen neciamente que ser verdadero es ser impuro como lo es la persona sin cultura, sin valores, que desea arraigar en si misma para ser cada vez mejor persona por ser buena y hacer las bondades, que por la instrucción y la Palabra sabe que es necesario seguir a la luz, para ver claro.

Hay que rezar mucho hoy, porque muchos no saben lo que hacen y quieren seguir sin saberlo para vivir en condiciones de una mala libertad, la del animal, en vez de ser persona y dominar la tierra, la vida propia, con una conducta de amor a Dios que es la Bondad Suprema. ¡El es la Luz, los santos las estrellas que lo reflejan!

P. Jesús

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