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23 de Julio / Santa Brígida, Religiosa (1303-1373)

Dios quiera enviar a su Iglesia muchas Brígidas, que con sus oraciones y sus buenos ejemplos y palabras logren enfervorizar por Cristo a muchas personas más. 
Cristo murió por mí. ¿Y yo, qué haré por Él? 
Brígida significa: Fuerte y brillante.

Esta santa mujer tuvo la dicha de nacer en una familia que tenía como herencia de sus antepasados una gran religiosidad. Sus abuelos y bisabuelos fueron en peregrinación hasta Jerusalén y sus padres se confesaban y comulgaban todos los viernes, y como eran de la familia de los gobernantes de Suecia, y tenían muchas posesiones, empleaban sus riquezas en construir iglesias y conventos y en ayudar a cuanto pobre encontraban. Su padre era gobernador de la principal provincia de Suecia.

Brígida nació en Upsala (Suecia), en 1303.

De niña su mayor gusto era oír a la mamá leer las vidas de los Santos.

Cuando apenas tenía seis años ya tuvo su primera revelación. Se le apareció la Sma. Virgen a invitarla a llevar una vida santa, totalmente del agrado de Dios. En adelante las apariciones celestiales serán frecuentísimas en su vida, hasta tal punto que ella llegó a creer que se trataba de alucinaciones o falsas imaginaciones. Pero consultó con el sacerdote más sabio y famoso de Suecia, y él, después de estudiar detenidamente su caso, le dijo que podía seguir creyendo en esto, pues eran mensajes celestiales.

Cuando tenía 13 años asistió a un sermón de cuaresma, predicado por un famoso misionero. Y este santo sacerdote habló tan emocionantemente acerca de la Pasión y Muerte de Jesucristo, que Brígida quedó totalmente entusiasmada por nuestro Redentor. En adelante su devoción preferida será la de Jesucristo Crucificado.

Un día rezando con todo fervor delante de un crucifijo muy chorreante de sangre, le dijo a Nuestro Señor: – ¿Quién te puso así? – y oyó que Cristo le decía: «Los que desprecian mi amor». «Los que no le dan importancia al amor que yo les he tenido». Desde ese día se propuso hacer que todos los que trataran con ella amaran más a Jesucristo.

Su padre la casó con Ulf, hijo de otro gobernante. Tuvieron un matrimonio feliz que duró 28 años. Sus hijos fueron 8, cuatro varones y cuatro mujeres. Una de sus hijas fue Santa Catalina de Suecia. Un hijo fue religioso. Otros dos se portaron muy bien, y Carlos fue un pícaro que la hizo sufrir toda la vida. Sólo a la hora en que él se iba a morir logró la santa con sus oraciones que él se arrepintiera y pidiera perdón de sus pecados a Dios. Dos de sus hijas se hicieron religiosas, y otra fue «la oveja negra de la familia», que con sus aventuras nada santas martirizó a la buena mamá.

Fue pues una familia como muchas otras: con gente muy buena y gente que hace sufrir.

Brígida era la dama principal de las que colaboraban con el rey y la reina de Suecia. Pero en el palacio se dio cuenta de que se gastaba mucho dinero en lujos y comilonas y se explotaba al pueblo. Quiso llamar la atención a los reyes, pero estos no le hicieron caso. Entonces pidió permiso y se fue con su esposo en peregrinación a Santiago de Compostela en España. En el viaje enfermó Ulf gravemente. Brígida oró por él y en un sueño se le apareció San Dionisio a decirle que se le concedía la curación, con tal de que se dedicara a una vida santa. El marido curó y entró de religioso cisterciense y unos años después murió santamente en el convento.

En una visión oyó que Jesús Crucificado le decía: «Yo en la vida sufrí pobreza, y tú tienes demasiados lujos y comodidades». Desde ese día Brígida dejó todos sus vestidos elegantes y empezó a vestir como la gente pobre. Ya nunca más durmió en camas muy cómodas, sino siempre sobre duras tablas. Y fue repartiendo todos los bienes entre los pobres de manera que ella llegó a ser también muy pobre.

Con su hija Santa Catalina de Suecia se fue a Roma y en esa ciudad permaneció 14 años, dedicada a la oración, a visitar y ayudar enfermos, a visitar como peregrina orante muchos santuarios, y a dictar sus revelaciones que están contenidas en ocho tomos (Sufrió muy fuertes tentaciones de orgullo y sensualidad). Desde Roma escribió a muchas autoridades civiles y eclesiásticas y al mismo Sumo Pontífice (que en ese tiempo vivía en Avignon, Francia) corrigiendo muchos errores y repartiendo consejos sumamente provechosos. Sus avisos sirvieron enormemente para mejorar las costumbres y disminuir los vicios. 
Por inspiración del cielo fundó la Comunidad de San Salvador. El principal convento estaba en la capital de Suecia y tenía 60 monjas. Ese convento se convirtió en el centro literario más importante de su nación en esos tiempos. Con el tiempo llegó a tener 70 conventos de monjas en toda Europa.

Se fue a visitar los santos lugares donde vivió, predicó y murió Nuestro Señor Jesucristo, y allá recibió continuas revelaciones acerca de cómo fue la vida de Jesús. Las escribió en uno de los tomos de sus revelaciones, y son muy interesantes. En Tierra Santa parecía vivir en éxtasis todos los días.

Al volver de Jerusalén se sintió muy débil y el 23 de julio de 1373, a la edad de 70 años murió en Roma con gran fama de santidad. A los 18 años de haber muerto, fue declarada santa por el Sumo Pontífice. Sus revelaciones eran tan estimadas en su tiempo, que los sacerdotes las leían a los fieles en las misas.

Fuente: EWTN

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Brígida, Religiosa (1303-1373)

Amada Santa Brígida, esposa buena, madre buena, hija buena y, buena religiosa. Tú que conociste a Dios en vida y de muerta vives con Dios y la Virgen María, intercede por nosotros, porque hay pocas buenas esposas y buenas madres y buenas hijas y buenas religiosas, para que Dios te conceda la gracia, una vez más, de ser santo ejemplo de lo que deben ser las mujeres, unidas todas al amor con que las ama la Virgen María, Madre de Dios y de cada uno de nosotros. Dios Padre, acepta esta nuestra oración, y por Santa María y Santa Brígida y en el Nombre de Jesús, concédenos santas mujeres que te amen con todas sus consecuencias y en cualquier estado de vida, amén.

Y a vosotros hermanos, tan amados en Cristo, nuestro Salvador y Redentor, os pido que si eres hombre respetes a la mujer, y si eres mujer te respetes a ti misma, porque Dios necesita de las mujeres, de ti, hija mía, para que la muerte de Cristo en la Cruz, pueda salvar a muchas más almas y, menos se pierdan, porque una mujer, con su ejemplo de santidad, da paz al corazón de los hombres, y los hombres necesitan la paz para no abusar de la maldad que vive en su corazón y maquina maldades y dolor, porque no recibió de su madre, de su esposa, de su hija, el ejemplo, la paz de ser amado con caridad.

El hombre necesita rodearse de buenas mujeres y, así, es bueno porque siente su corazón lleno del amor que le dan y recibe con la gracia de Dios.

P. Jesús
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5 de Agosto / Fiesta de la «Basílica de Santa María la Mayor»

Hoy 5 de agosto, se celebra la consagración de esta famosa Basílica construida por el Papa Sixto III, en el año 432, en recuerdo del Concilio de Efeso que en el año 431 había definido que María sí es Madre de Dios. Esta basílica ha sido remodelada y hermoseada durante siglos y su torre fue por mucho tiempo la más alta de Roma. 

Los inicios de esta famosa basílica se remontan a una antigua leyenda. Ésta señala que por revelación divina, un matrimonio italiano, profundamente piadoso y solidario, llegó a un paraje del Monte Esquilino el cual esta cubierto de nieve. El monte blanco era el lugar donde ellos debían erigir un templo dedicado a la Madre de Dios. 
Pronto, el templo mariano fue una instancia donde miles de feligreses de todas partes del mundo acudían para venerar y honrar con oraciones y cantos a la Virgen Madre que tomó el nombre de Virgen de las Nieves. 

Los católicos han tenido siempre mucha veneración por la Basílica de Santa María la Mayor, por haber sido el primer templo dedicado a Nuestra Señora en Roma, y porque la antigua leyenda de las nieves que cayeron en el sitio donde iba a ser construida, recuerda a los fieles que cuando lleguen los ardores de las pasiones y el fuego de las adversidades, la Madre de Dios puede traer desde el Cielo las nieves de las bendiciones Divinas que apaguen las llamas de nuestras malas inclinaciones y calmen la sed de los que ansían tener paz, santidad y salvación.

FUENTE: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Fiesta de la «Basílica de Santa María la Mayor»

Dios se hizo hombre, entonces siendo así, como es, la Virgen María es la Madre de Dios.

La Virgen María, es la  Madre de Dios, y al serlo y por serlo, Ella, la Madre de Dios consigue de Dios su Hijo, el Poder de pedirle lo que sea, que Él, Su Hijo Dios, se lo concede según la fe del creyente, y por esto, por la Madre de Dios, Dios hace milagros a quien con devoción y fe se lo pide, ya sea para ellos mismos o para otros.

Confiar en la Madre de Dios, creer en la Madre de Dios, amar a la Madre de Dios, esto es tener fe en el mismo Dios.

P. Jesús

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17 de Agosto / Santa Beatriz de Silva, Virgen

1. En la ciudad de Ceuta

Eran tiempos en que se rompían lanzas por defender la religión de Cristo, dilucidar sus dogmas y reducir a la fe verdadera a los infieles. 

El caballero Ruy Gómez de Silva luchó bravamente en la conquista de Ceuta de 1415, en el reinado de Juan I de Portugal. El conquistador y primer capitán de la plaza conquistada, Don Pedro de Meneses, satisfecho del comportamiento del aguerrido militar, le dio por esposa a su hija Isabel de Meneses. Y en Ceuta contrajeron matrimonio en 1422, según escribe Pedro de Azevedo. 

De este noble matrimonio lusitano nació Beatriz, en Ceuta, por el año 1424. Entre sus ascendientes se cuentan parientes de sangre real. 

En la ciudad del Estrecho se abrieron los ojos de la niña a la luz de la vida. Se recreó en su niñez con el espectáculo grandioso del mar; sus sentidos se fueron haciendo al ambiente guerrero de la plaza fuerte, a los relatos de la gente mora y sus costumbres, a las llamadas del almuédano en los lejanos minaretes que convocaba a la oración a los árabes, a los comentarios de escaramuzas y de gestas bélicas en los contornos de la ciudad… 

El viaje marítimo de Ceuta a Lisboa, toda una lección de historia que el Hidalgo caballero fue dando a sus hijos. Eran ciudades célebres las que iban pasando: Gibraltar, Tarifa, Cádiz, Huelva, Faro, Setúbal, hasta arribar a la soñada Lisboa. Y aquí a tomar de nuevo el itinerario de campo Mayor. 

Para la psicología delicada de Beatriz el cambio de decoración fue impresionante. Ya no eran las olas del mar, ni las barcas llenas de peces, sino el amplio horizonte con pueblos diseminados en campos de labrantío con las galas de retamas, higueras y olivos. Al aire húmedo del mar había sustituido el viento delgado del campo con aroma de plantas silvestres. 

2. En la Corte de Castilla

Domiciliado Ruy Gómez en su alcaldía, trató de educar a sus hijos, según costumbre de la época, en el conocimiento de las cosas de Dios y de las ciencias humanas. A la hidalga mansión tuvieron acceso los frailes de San Francisco como instructores de sus numerosos hijos, que fueron once. 

En la casa de la noble familia se profesaba un amor tierno a la Virgen María y más concretamente al misterio de su Inmaculada Concepción, misterio por el cual venían batallando con noble tesón los franciscanos. Y Beatriz, más que ninguno de sus hermanos, se reveló fina amante de este misterio de María. Devoción que confirman en sus declaraciones los testigos del proceso de Canonización. 

Don Juan II de Castilla contrajo matrimonio en segundas nupcias con Isabel de Portugal, y la reina trajo a Beatriz como dama a la Corte de Castilla. La Noble doncella tenía una tía, Leonor de Meneses, en la corte portuguesa. 

El lugar escogido para la celebración del regio matrimonio fue Madrigal de las Altas Torres (Ávila). Nuevo itinerario para formar el séquito real. Atrás quedaba la Sierra de San Mamede que domina Campo Mayor, y la Sierra de la Villuerca con el Monasterio de Ntra. Sra. De Guadalupe, y los campos de Toledo y la imponente mole de Gredos hasta, pasando por Ávila, llega al Madrigal. En algunos de los grupos caminaba la nieta del Conde Don Pedro de Meneses, apuesta y animosa con su prometedora juventud. 

Era el mes de Agosto de 1447. En la Iglesia de San Nicolás, de valioso artesonado mudéjar, se celebró el regio matrimonio. Entre los cortesanos destacaba la figura arrogante del Condestable de Castilla, Don Álvaro de Luna, que había concertado el matrimonio doblegando la voluntad del monarca. No muy lejos, los del grupo del marqués de Villena, adversario irreconciliable de Don Álvaro. Al dar el Sí los regios consortes en su mano se puso el destino de Castilla. 

En aquellos tiempos no tenían los reyes lugar fijo de residencia. Una de ella era Tordesillas (Valladolid), donde colocan los historiadores la escena áulica de la linajuda dama de la Reina. 

3. La mujer más hermosa

El encanto de Beatriz fascina a cuantos la conocen; muchos jóvenes la solicitan en matrimonio; pero ella tiene un secreto: desea ser toda de Dios. 

A Beatriz le gustaba pasear por los jardines del palacio y contemplar la hermosura de las flores y el infinito cielo azul que tanto le hablaba de la grandeza del Creador. También le gustaba visitar el Real Monasterio de Santa Clara y pasarse diariamente muchos ratos junto a Jesús Sacramentado. 

Dicen los historiadores de la época, que era la mujer más hermosa y agradable de España y que era solicitada en matrimonio por los jóvenes de mayor alcurnia, pero su única ilusión era el retiro y el pertenecer totalmente a Dios. 

Los franciscanos, capellanes del monasterio de Santa Clara eran los directores de su alma encantadora. 

A Jesús se le ama más cuanto más se le conoce, y para conocerlo hay que tratarlo en la oración; por eso Beatriz le ama tanto, porque se pasaba muchos ratos de oración. 

4. Beatriz es encerrada en un baúl

Beatriz era bella y pudorosa. Un paisano suyo, Núñez de León, escribió que era «la mujer más hermosa que había en España». Su hermosura se hizo proverbial, y a pesar de sus esfuerzos por mantener su conducta intachable, ciertos palaciegos maliciosos y desalmados la calumniaron de tener secretos amores con el mismo Rey. 

Llegando los rumores de la calumnia a oídos de la Reina, ésta viéndola tan hermosa y sabiendo que era el encanto de todos, empezó a dudar de la fidelidad de su marido el Rey y a sentir en su corazón unos horribles celos que le devoraban el alma, concibió el desentenderse de ella. 

Llama una tarde a Beatriz y simulando querer contarle un secreto, la llevó por un solitario pasillo del palacio hasta un lugar donde tenía preparado de antemano un gran baúl abierto. Al pasar junto a él, la Reina de improviso le dio un fuerte empujón haciéndola caer dentro del arca y cerrándola rápidamente con llave, abandonándola en la oscuridad. 

Beatriz metida en aquella estrecha prisión, se entregó en manos de la Providencia y se encomendó a la Santísima Virgen con gran ternura y devoción. En aquel momento se le aparece la Reina de los cielos más hermosa con hábito blanco y manto azul, y después de confortarla con cariño maternal le dijo: 

«Beatriz: quiero que fundes una nueva Orden en honor de mi Inmaculada Concepción, vistiendo hábito blanco y manto azul como llevo Yo». 

Beatriz agradecida, se ofreció su sierva y esclava, y consagrándole su virginidad, se ofreció en cuerpo y alma al servicio de su celestial Señora. La Virgen, después de prometerle que saldría sana y salva del arca, desapareció a Beatriz enardecida de felicidad. 

5. Beatriz es rescatada

Tres días estuvo Beatriz encerrada en aquella oscura tumba sin comer ni beber. Al ver que pasaban los días y no aparecía, su tío Don Juan de Silva Meneses, inquieto y preocupado, como sospechara de la Reina, se atrevió a abordarla y preguntarle por su sobrina. 

La soberana, displicente y aferrada a su decisión, le responde secamente: «Venid y la veréis», imaginándose que la encontraría asfixiada en el cofre. 

Se dirigieron al lugar de la prisión, y el caballero Silva Meneses se lanza a abrir el arca con visible ansiedad. ¿Qué le tocaría ver? La angustia y ansiedad era enorme…. 

Levantan la tapa, y, ¡oh sorpresa! La encuentran viva y alegre, con rostro sonrosado como un ángel. Llena de alegría y emoción se lanzó a los brazos de su tío que la recibió con indescriptible emoción. 

Al haber encontrado viva a la que pensaba muerta, la sorpresa y el estupor de la Reina es enorme. Se la quedó mirando con ojos desorbitados como petrificada. 

La noticia se extiende rápida como el viento por todo el palacio y hasta el último rincón de Tordesillas, condenando todos la maldad de la Reina y bendiciendo a Dios que había salvado a la inocente Beatriz. 

La Reina, al verse burlada y al ver que todos la miraban con recelo y se sentían alegres de que Beatriz se había salvado, incluso el Rey, sintió crecer en su corazón un odio infernal hacia Beatriz, por lo que la ordenó abandonar inmediatamente el palacio. 

Según algunos historiadores, a los tres días de salir del cofre, abandonó Beatriz a Tordesillas y acompañada de tres sirvientas se dirigió a la imperial Toledo. 

Mientras recorrían las tres mujeres aquellos polvorientos caminos iban con el temor de encontrarse con los grupos banderilleros de don Álvaro de Luna y sus rivales. 

6. Se le aparecen San Francisco y San Antonio

El Papa Pablo VI en la Bula de su canonización, refleja así este pensamiento: «Y, huyendo del bullicio, como de otro Egipto, se apresuró a encerrarse en la soledad para recibir la ley salvífica de vida y, acompañada de dos sirvientas, ocultó decididamente su florida juventud dentro de los muros de un Monasterio». 

En su camino hacia Toledo, un atardecer al pasar por un monte, aparecieron entre los árboles dos frailes con hábito de San Francisco. Se asustó Beatriz creyendo que los mandaba la Reina para que la confesaran para luego entregarla a los verdugos. 

Ellos, al acercarse y verla llorar, le preguntaron con mucha mansedumbre por qué lloraba y qué le pasaba. Respuesta del susto ella les contó su temor. Entonces, los frailes, consolándola, le dijeron que eran mensajeros que venían a consolarla y que llegaría a ser una de las señoras más importantes de España y que sus hijos serían nombrados en toda la cristiandad. 

A esto ella respondió que era doncella, que tenía ofrecida a Dios su virginidad y que jamás se casaría. A esto dijeron ellos: Lo que hemos dicho ha de ser. Mientras iban hablando, llegaron a una Venta y Beatriz los invitó a entrar a tomar algún alimento, pero en aquel momento los frailes desaparecieron misteriosamente. Beatriz supuso entonces, que aquellos dos Frailes habían sido S. Francisco de Asís y S. Antonio de Padua, de quienes ella era muy devota. 

7. En Santo Domingo el Real

Llegada a Toledo y deseosa de paz y santidad, se dirige al Monasterio de Santo Domingo el Real. 

Allí moró durante unos treinta años en calidad de Seglar, acompañada de sus doncellas. Gran parte de la noche se la pasaba en Oración junto al Sagrario, donde floreció en amor a Jesús paciente y al misterio de la Inmaculada Concepción. 

Toda la vida de Beatriz estaba repartida entre la oración y el trabajo en el que confeccionaba ropas que luego regalaba a los necesitados, entre los que gastó su fortuna, siendo feliz en la más rigurosa austeridad. Beatriz, sabedora de su singular belleza y queriendo conservarse en humildad, se cubrió el rostro con un tupido velo blanco que nunca se quitaba más que para hablar con la Reina, como señal de respeto, y de algunas otras contadas personas. 

Por entonces murió el rey, y la Reina arrepentida de lo que había hecho con Beatriz, reconociendo su inocencia, se fue a Toledo a verla en el convento y a pedirle perdón. 

En las sucesivas visitas que la Reina hizo a Beatriz, llevaba consigo a los dos infantes Alfonso e Isabel, la que más tarde sería la Reina Isabel la Católica, que ayudó a Beatriz en la fundación de la nueva Orden. 

8. La Santa del silencio

Ninguna palabra de esta Santa ha llegado hasta nosotros en sus sílabas textuales, y por tanto ningún eco de su voz; y tampoco ningún escrito de su mano. 

Esto nos mueve a decir de Beatriz de Silva que es «la Santa del Silencio», pues de ella (al igual que de San José, según los Evangelios) no sabemos palabra alguna que saliese de su boca. 

Lo que se conoce de esta singular Santa, es debido a los testimonios que de ella dieron quienes convivieron con ella o la conocieron. 

9. El Papa Inocencio VIII aprueba la nueva orden

Una tarde, después de la Oración, cuando ya todas las monjas habían dejado el coro, queda Beatriz de Silva en íntimo coloquio con Dios. De pronto un gran resplandor la iluminó y vio a la Santísima Virgen que, mostrándole el hábito blanco y azul, le dijo con una mezcla de amor y firmeza que «Venía a urgirle la Fundación de su Orden». 

Beatriz por amor a Jesús crucificado y a la Stma. Virgen acepta todos los trabajos que sabía se iba a exponer. 

Beatriz, obediente a la voz de Dios, abandonó el Convento de Santo Domingo el Real y marchó a una gran finca, donada por la Reina Isabel La Católica, llamada «Los Palacios de Galiana», en donde se instaló el Convento de santa Fe, para que fuese habitado por Beatriz y sus doce Compañeras . 

Uno de sus consejeros y principales colaboradores fue Fray García de Quijada, obispo de Guadix que «era persona con quien la sierva de Dios comunicaba los sentimientos de su alma y por cuya prudencia y religión se gobernaba en las cosas arduas». 

La Reina Isabel la Católica, íntima amiga de Beatriz, era su principal confidente y colaboradora. Entre las dos deciden lo que tienen que hacer, y con aprobación y consentimiento de la Curia Arzobispal cursan a Roma la solicitud de la aprobación de la Orden de la Inmaculada. 

El Papa Inocencio VIII, por la Bula «Inter Universa» (30 de Abril 1489) aprobó la fundación, y en el mismo instante que era firmada por S.S., un emisario celestial, que ella intuyó era el Arcángel San Rafael, le daba la noticia de la aprobación. 

Tres meses más tarde recibe la triste noticia de que la nave en que venía la Bula de la aprobación se había hundido en el mar. Tres días estuvo la Santa muy apenada, sin saber qué hacer, pidiendo a Dios la solución de su problema, y al día tercero encima de un Cofre, halló la deseada Bula. 

10. Consagración de la Orden

Con intenso júbilo se hizo una procesión, presidida por el obispo de Guadix, Fray García de Quijada, a la que asistió todo el pueblo, para dar gracias a Dios por el hallazgo milagroso de la Bula. 

Recorrió la procesión desde la Catedral hasta el Convento de santa Fe, y terminada la procesión, el Sr. Obispo predicó un sermón en que invitó a todos a acudir a la toma del Hábito de las nuevas religiosas que sería dos semanas después en el Convento de Santa Fe, la cuna de la nueva Orden de la Inmaculada Concepción. 

Llena de alegría Beatriz trabaja sin descanso en la confección de los hábitos de las nuevas religiosas. Todos trabajan firme y esperan entusiasmados el día glorioso de la inauguración. 

Los coloquios de Beatriz con el Señor en la oración y con la Stma. Virgen son cada vez más fervorosos y continuos. No ha habido ni habrá jamás algún santo, que no haya sobresalido extraordinariamente en la oración, porque sin mucha oración, la santidad es una ilusión. En la Oración radica la santidad de Beatriz. 

11. Enfermedad de Beatriz

Cuando Beatriz y sus compañeras veían con ilusión cercano el día de la Toma del Hábito, sucede algo inesperado. ¡Oh secretos de Dios, cuan inescrutables son tus caminos! 

Faltaban ya solamente diez días para el día solemne de la toma de Hábito y con ello la definitiva inauguración de la nueva orden, cuando se le dice: «Hija mía, de hoy en diez días, te vendré a buscar para traerte conmigo al Cielo, porque no es voluntad de Dios que goces acá en la tierra de esto que tanto deseas». 

Luego vio que la lámpara que ardía ante el Santísimo estaba apagada, y al momento, sin que nadie la encendiera volvió a lucir de nuevo, y mientras lo contemplaba sorprendida, oyó una voz que le dijo: «¿Has visto cómo la luz de la lámpara se ha apagado y luego ha vuelto a lucir?, pues así pasará con tu Orden. Al morir tú, la Orden estará en peligro de disolverse; más no se extinguirá sino que florecerá de tal manera que será multiplicada y extendida por el mundo entero. De hoy en diez días has de venir con nosotros». 

Al poco tiempo de la visión y de tal anuncio, Beatriz cayó enferma de gravedad. Por ello, Beatriz antes de partir de este mundo, en presencia de Fray García de Quijada, obispo de Guadix, de sus doce Compañeras y de algunos Padres Franciscanos estando en el lecho de muerte, tomó el hábito de la nueva Orden que ella había fundado. 

Al administrarle los últimos sacramentos, y, al levantarle el velo que le cubría el rostro, todos se admiraron de la hermosura de su cara que brillaba como un ángel; pero esa admiración subió al extremo al aparecer en su Frente un brillante Estrella. 

En aquel momento entregó su bendita alma en manos de la Santísima Virgen que, tal como le había prometido, vino por ella para llevársela al Cielo, desde donde vela por su orden que se extiende en la tierra por numerosos países. 

Beatriz de Silva fue Beatificada por el Papa Pío XI el 28 de Julio de 1926. 

Canonizada el 3 de Octubre de 1976: 

«A honor de la Santa e Individua Trinidad, para exaltación de la Fe Católica e incremento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Sr. Jesucristo, de los santos apóstoles Pedro y Pablo y la Nuestra, tras madura deliberación e implorando muchas veces el auxilio divino, y de consejo de muchos de Nuestros Hermanos, decretamos y definimos que la Beata Beatriz de Silva es Santa, y la inscribimos en el Catálogo de los Santos, estableciendo que debe ser venerada con piadosa devoción entre los Santos de la Iglesia Universal. En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén» 

(Pablo VI, Bula de Canonización «Inter Preclara»).

FUENTE: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Beatriz de Silva, Virgen

Contrariedades, envidias y calumnias padecen muchos santos, muchas santas, y Santa Beatriz de Silva, virgen, fue una de ellas. La belleza del cuerpo es deseable y, a quién Dios se la concede junto a la santidad, padece muchos más tormentos. Porque unos los quieren por el cuerpo y desean poseerlos sexualmente y otros tienen celos de ellos.

Vida dura la del que posee la belleza física, y si además, a ella, Dios le concede la gracia física, la dulzura del alma y la delicadeza de trato y bondad de corazón. Muchos celan y son celosos de los dones físicos y espirituales que Dios concede a una persona para que teniéndolos los muestre y sean causa de admiración y odios.

Pruebas sin fin lleva consigo la belleza física. Tentaciones enormes, lleva consigo esa misma belleza del cuerpo. Por eso las personas bellas físicamente tienen que ser mejores que otras, más fuertes y recias y con más amor a Dios que las que no son tan bellas, porque padecen mucho por lo mucho que les da Dios.

Santa Beatriz de Silva, se puso un velo, otros se dejan barba si son bellos, pero a todos la bondad de corazón es más valiosa que su físico agraciado por la gracia de Dios al darles, al permitir que fuera la belleza un reclamo a la santidad de otros que muchos, también, como a Santa Beatriz de Silva, son presas por esa belleza física y de alma y corazón para que se dejen guiar por ella, por la persona a la que Dios le concede gracias y con ellas dolor por el odio de muchos y amor por la admiración de muchos más que viendo el físico y la parte espiritual hacen un todo en la misma persona y se dejan influir por ella para una mejor vida de virtudes y vida de santidad.

Si eres bella, también puedes ser Santa, como lo es Santa Beatriz de Silva. Amén.

P. Jesús
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20 de Agosto / San Bernardo, Abad y Doctor

San Bernardo llegó a Citeaux alrededor de la Pascua de 1112. Este monasterio, fundado tiempo antes por San Roberto, San Alberico y San Esteban Harding, fue el primero en el que practicaba, con todo su rigor, la primitiva regla de San Benito. En 1115, San Bernardo fue enviado a fundar, con otros doce monjes, un nuevo monasterio en la diócesis de Langres, en la Champagne. 

A principios del año 1142, se fundó en Irlanda el primer convento cisterciense. Los monjes procedían de Claraval, a donde San Malaquías los había enviado a formarse bajo la dirección de San Bernardo. Dieciocho meses después ascendió al trono pontificio el abad del monasterio cisterciense de Tre Fontane, Eugenio III, que no era otro que el Bernardo de Pisa a quien San Bernardo había conducido al noviciado. 

La fama de las cualidades y poderes del santo eran tan grandes que los príncipes acudían a su arbitraje y los obispos le consultaban los asuntos más importantes de la Iglesia y se atenían con respeto a sus opiniones y decisiones. Su consejo, era para los Papas, uno de los principales apoyos de la Iglesia. Llegó a llamársele «el Oráculo de la cristiandad». Porque Bernardo no era únicamente un fundador de monasterios, un teólogo y un predicador, sino también un reformador y un «cruzado». 

El día de Navidad de 1144, los turcos selyukidas se habían apoderado de Edesa, uno de los 4 principados del reino latino de Jerusalén. Los cristianos pidieron auxilio a Europa. Eugenio III encargó entonces a San Bernardo predicar una Cruzada. El fracaso de ésta levantó una tempestad contra San Bernardo, quien se había mostrado seguro del triunfo. 

Bernardo murió el 21 de agosto de 1153, tenía entonces 73 años y había sido abad durante 38. Los monjes de Claraval habían fundado ya 78 monasterios. Fue canonizado en 1174 y proclamado Doctor de la Iglesia, el «Doctor Melifluo», en 1830. 

San Bernardo «llevó sobre los hombros el siglo XII y no pudo menos de sufrir bajo ese peso enorme». En vida fue el «oráculo» de la Iglesia, reformador de la disciplina y, después de su muerte no ha dejado de instruir y vigorizar a la Iglesia con sus escritos.

FUENTE: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Bernardo, Abad y Doctor

Hay santos que tienen la gracia del consejo, como lo tenía San Bernardo, Abad y Doctor. Pero si no fuera por la Gracia misma de Dios, ni los títulos le darían la santidad ni el don de consejo.

¿Quién es más grande que toda la sabiduría del hombre? Dios.

Alabado sea por siempre Dios Nuestro Señor Jesucristo, que siendo Dios, puso en Su bendita Madre más que la sabiduría, puso las obras mismas de la fe.

P. Jesús
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24 de Agosto / San Bartolomé, Apóstol

Probablemente el nombre de Bartolomé no es propiamente el del Apóstol, sino simplemente un patronímico que significa «el hijo de Tolomai». El Martirologio Romano resume la tradición popular sobre el santo y señala que «predicó el Evangelio en la India; habiendo ido después a la Armenia Mayor, convirtió a muchas personas, por lo cual los bárbaros le despellejaron vivo, y el rey Astiajes le mandó decapitar». 

San Bartolomé predicó en Mesopotamia, Persia, Egipto y otros países. Eusebio es el primero que hace mención de la India. Otra leyenda oriental afirma que el santo encontró a San Felipe en Hierápolis de Frigia y fue con él a Licaonia y San Juan Crisóstomo sostiene que el santo evangelizó a los licaonios.

FUENTE: ACI Prensa 

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Bartolomé, Apóstol

Ser apóstol y evangelizar a tiempo completo, es esto: ir por todo el mundo y proclamar el Evangelio.

San Bartolomé así lo hizo. Les comentaba a todos que conoció a Dios, el Mesías, y todos los milagros que efectuó, como el de conseguir que él lo amara sobre todas las cosas y personas, porque esto también es un milagro de Dios. ¿Mérito tuyo? No. De Dios.

P. Jesús

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6 de Octubre / San Bruno, Fundador de la Orden de los Cartujos

El sabio y devoto cardenal Bona, hablando de los monjes Cartujos, cuya orden fue fundada por San Bruno, y cuyo instituto religioso está por encima de todos los demás, los llama «el gran milagro del mundo: viven en el mundo como si estuviesen fuera de él; son ángeles en la tierra, como Juan Bautista en el desierto».

San Bruno fue profesor de filosofía y teología en la escuela de Reims, donde mantuvo durante 18 años, un alto nivel en los estudios. Después fue nombrado canciller en la diócesis por el arzobispo Manasés, quien era un personaje indigno de llevar ese alto cargo.

La Iglesia considera la vida de los Cartujos como el modelo perfecto del estado de contemplación y penitencia. Sin embargo, cuando se estableció en Chartreuse, no tenía la menor intención de fundar una orden religiosa. Si sus monjes se extendieron, seis años más tarde por el Delfinado, ello se debió, después de la voluntad de Dios, a una invitación que se les formuló. El conde Rogelio, hermano de Roberto Guiscardo, regaló al santo el fértil valle de La Torre, en la diócesis de Squillace. Ahí se estableció San Bruno con algunos discípulos.

El santo expiró el domingo 6 de octubre de 1101. Luego, los monjes de La Torre enviaron un relato de su muerte a las principales iglesias y monasterios de Italia, Francia, Alemania, Inglaterra e Irlanda, pues era entonces costumbre pedir oraciones por las almas de los que habían fallecido. Ese documento junto con los «elogia» escritos por los 178 que recibieron el relato de su muerte, es uno de los más completos y valiosos que existen.

San Bruno no ha sido canonizado formalmente, pues los Cartujos rehuyen todas las manifestaciones públicas. Sin embargo, en 1514 obtuvieron del Papa León X el permiso de celebrar la fiesta de su fundador, y Clemente X la extendió a toda la Iglesia de occidente en 1674. El santo es particularmente popular en Calabria, y el culto que se le tributa refleja en cierto modo el doble aspecto activo y contemplativo de su vida.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Bruno, Fundador de la Orden de los Cartujos

Algunos santos, como San Bruno, Fundador de la Orden de los Cartujos, no pueden preceder la acción que Dios hace con ellos para bien del mundo, por eso viven su vida de oración y contemplación, y Dios hace lo demás.

Dios siempre hace cosas buenas con los buenos, porque no puede un árbol bueno dar malos frutos, y los frutos buenos sólo son por la Gracia de Dios. Nadie que haga algo bueno lo ha hecho solo, Dios siempre ha influido en ello o está en ello.

Hay gente mala que parece que hacen cosas buenas para algunos seres que ama, y en esto bueno que hacen, también está la acción de Dios, porque todos, malos y buenos, han salido de un mismo Dios: La Suma Bondad.

P. Jesús

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9 de Noviembre / Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán

Basílica significa: «Casa del Rey».
En la Iglesia Católica se le da el nombre de Basílica a ciertos templos más famosos que los demás. Solamente se puede llamar Basílica a aquellos templos a los cuales el Sumo Pontífice les concede ese honor especial. En cada país hay algunos.

La primera Basílica que hubo en la religión Católica fue la de Letrán, cuya consagración celebramos en este día. Era un palacio que pertenecía a una familia que llevaba ese nombre, Letrán. El emperador Constantino, que fue el primer gobernante romano que concedió a los cristianos el permiso para construir templos, le regaló al Sumo Pontífice el Palacio Basílica de Letrán, que el Papa San Silvestro convirtió en templo y consagró el 9 de noviembre del año 324.

Esta basílica es la Catedral del Papa y la más antigua de todas las basílicas de la Iglesia Católica. En su frontis tiene esta leyenda: «Madre y Cabeza de toda las iglesias de la ciudad y del mundo».

Se le llama Basílica del Divino Salvador, porque cuando fue nuevamente consagrada, en el año 787, una imagen del Divino Salvador, al ser golpeada por un judío, derramó sangre. En recuerdo de ese hecho se le puso ese nuevo nombre.

Se llama también Basílica de San Juan (de Letrán) porque tienen dos capillas dedicadas la una a San Juan Bautista y la otra a San Juan Evangelista, y era atendida por los sacerdotes de la parroquia de San Juan.

Durante mil años, desde el año 324 hasta el 1400 (época en que los Papas se fueron a vivir a Avignon, en Francia), la casa contigua a la Basílica y que se llamó «Palacio de Letrán», fue la residencia de los Pontífices, y allí se celebraron cinco Concilios (o reuniones de los obispos de todo el mundo). En este palacio se celebró en 1929 el tratado de paz entre el Vaticano y el gobierno de Italia (Tratado de Letrán). Cuando los Papas volvieron de Avignon, se trasladaron a vivir al Vaticano. Ahora en el Palacio de Letrán vive el Vicario de Roma, o sea el Cardenal al cual el Sumo Pontífice encarga de gobernar la Iglesia de esa ciudad.

La Basílica de Letrán ha sido sumamente venerada durante muchos siglos. Y aunque ha sido destruida por varios incendios, ha sido reconstruida de nuevo, y la construcción actual es muy hermosa.

San Agustín recomienda: «Cuando recordemos la Consagración de un templo, pensemos en aquello que dijo San Pablo: ‘Cada uno de nosotros somos un templo del Espíritu Santo’. Ojalá conservemos nuestra alma bella y limpia, como le agrada a Dios que sean sus templos santos. Así vivirá contento el Espíritu Santo en nuestra alma».

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán

El Templo del alma es el cuerpo. Y todo Templo donde se celebra la Santa Misa, tiene o ha tenido en él, el Cuerpo y el Alma de Cristo, por eso hay que tener cuidado de todos los Templos, y hay que construir Templos dignos del Cuerpo y el Alma de Dios, que en cada Misa se presenta en el momento de la consagración, y es Dios: Rey.

P. Jesús

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18 de Noviembre / Dedicación de la Basílica de San Pedro y San Pablo

Según la tradición, el martirio de San Pedro tuvo lugar en los jardines de Nerón en el Vaticano, donde se construyó el Circo de Calígula y se afirma que fue sepultado cerca de ahí. Algunos autores sostienen que, en el año 258, se trasladaron temporalmente las reliquias de San Pedro y San Pablo a una catacumba poco conocida llamada San Sebastián a fin de evitar una profanación, pero años después, las reliquias fueron trasladadas al lugar en que se hallaban antes.
En el año 323, Constantino comenzó a construir la basílica de San Pedro sobre el sepulcro del Apóstol. Permaneció idéntica por dos siglos, y poco a poco los Papas fueron estableciendo junto a ella, al pie de la colina Vaticana, su residencia, tras el destierro de Aviñón. En 1506, el Papa Julio II inauguró la nueva Basílica proyectada por Bramante. La construcción duró 120 años. La nueva basílica de San Pedro, tal como se ve hoy, fue consagrada por Urbano VIII el 18 de noviembre de 1626, y el altar mayor fue construido sobre el sepulcro de Pedro.

El martirio de San Pablo tuvo lugar a unos 11 kilómetros del de San Pedro, en Aquae Salviae (actualmente Tre Fontane), en la Vía Ostiense. El cadáver fue sepultado a tres kilómetros de ahí, en la propiedad de una dama llamada Lucina.

La gran Iglesia de San Pablo Extramuros fue construida principalmente por el emperador Teodosio I y el Papa San León Magno. En 1823 fue consumida por un incendio. Se reconstruyó, haciendo una imitación de la anterior y fue consagrada por el Papa Pío IX el 10 de diciembre de 1854, pero la fecha de su conmemoración se celebra en este día, como lo hace notar el Martirologio.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Dedicación de la Basílica de San Pedro y San Pablo

Allí donde está enterrado San Pedro y donde está enterrado San Pablo, en memoria suya están las Basílicas que llevan sus nombres, porque el cuerpo y el alma de una persona están unidos en un mismo destino: Ser uno en vida y ser uno después del Juicio Final.

El cuerpo descansa después de traspasar el umbral de la muerte, y el alma vive siempre, como vivió en la vida terrena, y sigue viviendo en la eterna, y vuelven a unirse nuevamente cuando Dios haga el Juicio Universal y vivan los Santos en el Reino de Dios eternamente con su alma inmortal y su cuerpo glorificado.

Las Basílicas conmemoran el hecho de esa gloria que en Dios se vive en el Cielo, y nos vivificará el cuerpo para unirlo al alma y ser nuevamente cuerpo y alma para Su Gloria y Honor, el que con nuestro cuerpo y nuestra alma vivamos amándolo tanto, a Dios, que nuestras obras terrenas proclamen su Gloria Eterna.

P. Jesús
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