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6 de Enero / Solemnidad de la Epifanía del Señor

Epifanía significa «manifestación». Jesús se da a conocer. Aunque Jesús se dio a conocer en diferentes momentos a diferentes personas, la Iglesia celebra como epifanías tres eventos:

Su Epifanía ante los Reyes Magos (Mt 2, 1-12)

Su Epifanía a San Juan Bautista en el Jordán

Su Epifanía a sus discípulos y comienzo de su vida pública con el milagro en Caná.

La Epifanía que más celebramos en la Navidad es la primera.

La fiesta de la Epifanía tiene su origen en la Iglesia de Oriente. A diferencia de Europa, el 6 de enero tanto en Egipto como en Arabia se celebraba el solsticio, festejando al sol victorioso con evocaciones míticas muy antiguas. Epifanio explica que los paganos celebraban el solsticio invernal y el aumento de la luz a los trece días de haberse dado este cambio; nos dice además que los paganos hacían una fiesta significativa y suntuosa en el templo de Coré. Cosme de Jerusalén cuenta que los paganos celebraban una fiesta mucho antes que los cristianos con ritos nocturnos en los que gritaban: «la virgen ha dado a luz, la luz crece».

Entre los años 120 y 140 AD los gnósticos trataron de cristianizar estos festejos celebrando el bautismo de Jesús. Siguiendo la creencia gnóstica, los cristianos de Basílides celebraban la Encarnación del Verbo en la humanidad de Jesús cuando fue bautizado. Epifanio trata de darles un sentido cristiano al decir que Cristo demuestra así ser la verdadera luz y los cristianos celebran su nacimiento.

Hasta el siglo IV la Iglesia comenzó a celebrar en este día la Epifanía del Señor. Al igual que la fiesta de Navidad en occidente, la Epifanía nace contemporáneamente en Oriente como respuesta de la Iglesia a la celebración solar pagana que tratan de sustituir. Así se explica que la Epifanía se llama en oriente: Hagia phota, es decir, la santa luz.

Esta fiesta nacida en Oriente ya se celebraba en la Galia a mediados del s IV donde se encuentran vestigios de haber sido una gran fiesta para el año 361 AD. La celebración de esta fiesta es ligeramente posterior a la de Navidad.

Los Reyes Magos

Mientras en Oriente la Epifanía es la fiesta de la Encarnación, en Occidente se celebra con esta fiesta la revelación de Jesús al mundo pagano, la verdadera Epifanía. La celebración gira en torno a la adoración a la que fue sujeto el Niño Jesús por parte de los tres Reyes Magos (Mt 2 1-12) como símbolo del reconocimiento del mundo pagano de que Cristo es el salvador de toda la humanidad.

De acuerdo a la tradición de la Iglesia del siglo I, se relaciona a estos magos como hombres poderosos y sabios, posiblemente reyes de naciones al oriente del Mediterráneo, hombres que por su cultura y espiritualidad cultivaban su conocimiento de hombre y de la naturaleza esforzándose especialmente por mantener un contacto con Dios. Del pasaje bíblico sabemos que son magos, que vinieron de Oriente y que como regalo trajeron incienso, oro y mirra; de la tradición de los primeros siglos se nos dice que fueron tres reyes sabios: Melchor, Gaspar y Baltazar. Hasta el año de 474 AD sus restos estuvieron en Constantinopla, la capital cristiana más importante en Oriente; luego fueron trasladados a la catedral de Milán (Italia) y en 1164 fueron trasladados a la ciudad de Colonia (Alemania), donde permanecen hasta nuestros días.

El hacer regalos a los niños el día 6 de enero corresponde a la conmemoración de la generosidad que estos magos tuvieron al adorar al Niño Jesús y hacerle regalos tomando en cuenta que «lo que hiciereis con uno de estos pequeños, a mi me lo hacéis» (Mt. 25, 40); a los niños haciéndoles vivir hermosa y delicadamente la fantasía del acontecimiento y a los mayores como muestra de amor y fe a Cristo recién nacido.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Solemnidad de la Epifanía del Señor

Día feliz, día de bendiciones de recuerdos de Dios Niño que fue adorado por los reyes, por los Magos, que siguiendo una estrella salieron de su tierra y llegaron a los pies de Dios.

Celebremos la Solemnidad de la Epifanía del Señor: Adoremos a Dios, por ser Dios.

P. Jesús
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27 de Enero / San Enrique de Ossó

Enrique de Ossó, sacerdote, fundador de la Congregación de Hermanas de la Compañía de Santa Teresa de Jesús, es uno de los hombre de Dios, que, en el siglo pasado, contribuyeron a mantener viva la fe cristiana en España, con una fidelidad inquebrantable a la Iglesia y la Sede Apostólica. Nació en Vinebre, diócesis de Tortosa, provincia de Tarragona, el 16 de octubre de 1840. Su madre soñaba verlo sacerdote del Señor. Su padre le encaminó al comercio. Gravemente enfermo, recibió la primera Comunión por Viático. Durante el cólera de 1854 perdió a su madre, y en este mismo año -trabajaba como aprendiz de comercio en Reus- abandonó todo y se retiró a Montserrat. Vuelto a casa con la promesa de poder emprender el camino elegido, inició en el mismo año 1854 los estudios en el Seminario de Tortosa. Ordenado sacerdote en Tortosa, el 21 de septiembre de 1867, celebró la primera misa, en Montserrat, el domingo 6 de octubre, festividad de Nuestra Señora del Rosario. Sus clases como profesor de Matemáticas y Física en el Seminario no le impidieron dedicarse con ardor a la catequesis, uno de los grandes amores de su vida. Organizó en 1871 una escuela metódica de catecismo, en doce Iglesias de Tortosa y escribió una «Guía práctica» para los catequistas. Con este libro inicia Enrique su actividad como escritor, apostolado que le convirtió en uno de los sacerdotes más populares de la España de su tiempo. Desde niño tuvo devoción entusiasta por Santa Teresa de Avila. La vida y doctrina de la Santa, asimilada con la lectura constante de sus obras, inspiró su vida espiritual y su apostolado, mantenidos por la fuerza de su amor ardiente a Jesús y María y por una adhesión inquebrantable a la Iglesia y al Papa. Para acrecentar y fortificar el sentido de piedad, reunió en asociaciones a los fieles, especialmente a los jóvenes, para quienes la revolución y las nuevas corrientes hostiles a la fe católica resultaban una amenaza. Después de haber dado vida en los primeros años de sacerdocio a una «Congregación mariana» de jóvenes labradores del campo tortosino, fundó en 1873 la Asociación de «Hijas de María Inmaculada y Santa Teresa de Jesús». En 1876 inauguraba el «Rebañito del Niño Jesús». Los dos grupos tenían un fin común: promover una intensa vida espiritual, unida al apostolado en el propio ambiente. El Movimiento Teresiano de Apostolado (MTA) recoge en la actualidad el carisma teresiano de nuestro Santo para hacer de los niños, jóvenes y adultos cristianos comprometidos mediante la oración y el apostolado. Para facilitar la práctica de la oración a los asociados, Enrique publicó en 1874 «El cuarto de hora de oración», libro que el autor mandó imprimir 15 veces y del que hasta la fecha se han publicado más de 50 ediciones. Convencido de la importancia de la prensa, inició en 1871 la publicación del semanario, «El amigo del pueblo» que tuvo vida hasta mayo de 1872, cuando por un motivo fútil de la autoridad civil, contraria a la Iglesia, lo suprimió. Sin embargo, en octubre de este mismo año inicia la publicación de la Revista mensual Santa Teresa de Jesús, que durante 24 años fue la palestra en la que el Santo expuso la verdadera doctrina católica, difundió las enseñanzas de Pío IX y León XIII, enseñó el arte de la oración, propagó el amor a Santa Teresa de Avila e informó de manera actualizada sobre la vida de la Iglesia en España y en el mundo. Para formar a la gente humilde publicó en 1884 un Catecismo sobre la masonería fundado en la doctrina del Papa. Y en 1891 ofreció lo esencial de la Rerum Novarum en un Catecismo de los obreros y de los ricos, prueba concreta de su atención a los signos de los tiempos, según el corazón de la Iglesia. Su gran obra fue la Congregación de las Hermanas de la Compañía de Santa Teresa de Jesús que se extendió, viviendo aún el Fundador por España, Portugal, México y Uruguay. En la actualidad la Congregación se extiende por tres continentes: Europa, África y América. San Enrique quiso que sus hijas, llenas del espíritu de Teresa de Ávila, se comprometiesen a «extender el reino de Cristo por todo el mundo», «formando a Cristo en la inteligencia de los niños y jóvenes por medio de la instrucción y en su corazón por medio de la educación». Había soñado junto con la institución de «Hermanos Josefinos» la de una Congregación de «Misioneros Teresianos»», que viviendo santamente el propio sacerdocio en la mayor intimidad con Cristo y al servicio total de la Iglesia, siguiendo las huellas de Teresa, fuesen los apóstoles de los tiempos nuevos. En vida su proyecto no llegó a realidad. Sin embargo, desde hace pocos años, un grupo de jóvenes mexicanos se preparan al sacerdocio con el mismo espíritu teresiano de Ossó. Sacerdote según el corazón de Dios, el Santo fue un verdadero contemplativo que fundió en sí con equilibrio extraordinario un ideal apostólico abierto a todo lo bueno que ofrecían los nuevos tiempos. De fe viva, no miraba sacrificios ni oposiciones; en una época especialmente hostil a la Iglesia, anunció valerosamente el Evangelio con la palabra, con los escritos, con la vida. Murió el 27 de enero de 1896 en Gilet (Valencia), en el convento de los Padres Franciscanos, donde se había retirado durante algunos días para orar en la soledad. Las últimas páginas que escribió antes de su muerte trataban de la acción de la gracia del Espíritu Santo en la vida de los cristianos dóciles a su amor. Es el mensaje de su vida: siempre fiel a las mociones del Espíritu Santo, vivió como apóstol que transmite la fuerza del Evangelio animada por la comunión constante con Dios y por un amor inmenso a la Iglesia. Su existencia, consumida al servicio de los hermanos en una entrega sin límites, revela que el verdadero amor de Cristo cuanto más posee a un ser lo hace más disponible a la caridad siempre nueva y siempre colmada de quien intenta ser reflejo de la presencia de Dios y de su amor en el mundo.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Enrique de Ossó

San Enrique de Ossó, santo por sus actos y virtudes heroicas, amó a Jesús y a María, a la Iglesia Católica y al Papa. Hagamos esto y, como a él, Dios nos dará la santidad.

P. Jesús
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10 de Febrero / Santa Escolástica, Virgen

Hermana de San Benito, se consagró a Dios desde su más tierna edad. Mientras su hermano residió en Monte Casino, ella se hallaba en Plombariola, fundando y gobernando un monasterio.

Tenía la costumbre de visitar a San Benito una vez al año y como no estaba permitido que entrar al monasterio, él salía a su encuentro para llevarla a una casa de confianza, donde los hermanos pasaban la velada orando, cantando himnos de alabanza a Dios y discutiendo asuntos espirituales. Sobre la última visita, San Gregorio hace una notable descripción, en la cual, la santa presintiendo que no volvería ver más a su hermano, le rogó que no partiera esa noche sino al día siguiente, pero San Benito se sintió incapaz de romper las reglas de su monasterio.

Entonces, Santa Escolástica apeló a Dios con una ferviente oración para que interviniera en su ayuda, y acto seguido, estalló una fuerte tormenta que impidió que su hermano regresara al monasterio. Los dos santos pasaron la noche hablando de las cosas santas y de asuntos espirituales. Tres días después, la santa murió, y su hermano que se encontraba absorto en la oración tuvo la visión del alma de su hermana ascendiendo al cielo en forma de paloma.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Escolástica, Virgen

No hay más dicha para Dios que los hermanos santos que santamente hablan de Él y meditan sus Palabras. Los santos, si son hermanos, son para Dios una alegría, porque Dios ama la familia; Dios hace familia y quiere la santidad de la familia humana.

Sed santos. Y vosotros, hermanos, ayudaos a la santidad, como hicieron santa Escolástica, virgen, y su hermano, san Benito. Dios disfrutaba en estos dos hermanos y sus santas conversaciones acerca de Él, de Dios, y todo lo referente a la Sagrada Biblia.

Hermanos de una misma familia, ayudaos a ser santos por la Gracia de Dios.

Dios ama a los hermanos que son santos, que dejan que Él los haga santos. Amén.

P. Jesús
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12 de Febrero / Santa Eulalia, Mártir

Eulalia significa: «la que habla bien» Eu = bien, Lal = hablar.
Santa Eulalia es una de las santas más famosas de España. Los datos acerca de su vida y de su muerte los encontramos en un himno que en honor de ella se escribe el poeta Prudencio en el siglo cuarto. Y allí se cuenta lo siguiente:

Cuando Eulalia cumplió los doce años apareció el decreto del emperador Diocleciano prohibiendo a los cristianos dar culto a Jesucristo, y mandándoles que debían adorar a los falsos ídolos de los paganos. La niña sintió un gran disgusto por estas leyes tan injustas y se propuso protestar entre los delegados del gobierno.

Viendo la mamá que la jovencita podía correr algún peligro de muerte si se atrevía a protestar contra la persecución de los gobernantes, se la llevó a vivir al campo, pero ella se vino de allá y llegó a la ciudad de Mérida.

Eulalia se presentó ante el gobernador Daciano y le protestó valientemente diciéndole que esas leyes que mandaban adorar ídolos y prohibían al verdadero Dios eran totalmente injustas y no podían ser obedecidas por los cristianos.

Daciano intentó al principio ofrecer regalos y hacer promesas de ayudas a la niña para que cambiara de opinión, pero al ver que ella seguía fuertemente convencida de sus ideas cristianas, le mostró todos los instrumentos de tortura con los cuales le podían hacer padecer horriblemente si no obedecía a la ley del emperador que mandaba adorar ídolos y prohibía adorar a Jesucristo. Y le dijo: «De todos estos sufrimientos te vas a librar si le ofreces este pan a los dioses, y les quemas este poquito de incienso en los altares de ellos». La jovencita lanzó lejos el pan, echó por el suelo el incienso y le dijo valientemente: «Al sólo Dios del cielo adoro; a El únicamente le ofreceré sacrificios y le quemaré incienso. Y a nadie más».

Entonces el juez pagano mandó que la destrozaran golpeándola con varillas de hierro y que sobre sus heridas colocaran antorchas encendidas. La hermosa cabellera de Eulalia se incendió y la jovencita murió quemada y ahogada por el humo.

Dice el poeta Prudencio que al morir la santa, la gente vio una blanquísima paloma que volaba hacia el cielo, y que los verdugos salieron huyendo, llenos de pavor y de remordimiento por haber matado a una criatura inocente. La nieve cubrió el cadáver y el suelo de los alrededores, hasta que varios días después llegaron unos cristianos y le dieron honrosa sepultura al cuerpo de la joven mártir. Allí en el sitio de su sepultura se levantó un templo de honor de Santa Eulalia, y dice el poeta que él mismo vio que a ese templo llegaban muchos peregrinos a orar ante los restos de tan valiente joven y a conseguir por medio de ella muy notables favores de Dios.

El culto de Santa Eulalia se hizo tan popular que hasta el gran San Agustín hizo sermones en honor de esta joven santa. Y en la muy antigua lista de mártires de la Iglesia Católica, llamada «Martirologio romano», hay esta frase: «el 12 de febrero, se conmemora a Santa Eulalia, mártir de España, muerta por proclamar su fe en Jesucristo».

Joven mártir Eulalia: a tu protección encomendamos tantas personitas jóvenes que en este tiempo tienen que enfrentarse, no y a los perseguidores que matan a quienes se niegan a ofrecer sacrificios a los ídolos, sino que tienen que oponerse a quienes quieren que dediquen su vida a la sensualidad, a las drogas, a los vicios, a las malas amistades y al pecado, que son monstruos mucho peores que los ídolos, y son perseguidores más crueles que los que mataban el cuerpo, porque lo que ellos matan es la vida del alma. Santa Eulalia: te encomendamos a nuestra juventud que vive en medio de tantos peligros y que corre cada día el riesgo de ser infiel a Cristo. Que de tan grandes peligros nos libre siempre el Señor.

Dijo Jesús: Quien sacrifica su vida por mi, la ganará para la vida eterna.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Eulalia, Mártir

A los doce años una persona es mayor; Jesús fue presentado al templo a esta edad; a esta edad uno es consciente de sus pecados; entonces, no los tratéis como a niños; entonces, todos los que tienen doce años son juzgados por las obras de su fe; entonces, si tú tienes doce años, no eres un niño, no eres una niña, ya debes saber elegir entre el bien y el mal, ya debes usar de tu plena libertad. Muchos padres, actualmente, piensan que sus hijos son niños hasta pasados los treinta años, y los tratan como a tales, abusando de su autoridad e imponiéndose a ellos, y tienen veinticinco, treinta, veinte años; y vemos como santa Eulalia fue mártir a sus doce años, y si es santa es que estaba en plenitud de sus facultades, y por su libertad verídica fue mártir.

Ayudad a vuestros hijos a la santidad, ya a los doce años Jesús habló en el Templo y todos quedaron admirados, y santa Eulalia, por la Gracia de Dios proclamó su fe, y en su libertad decidió no rendir honores a los ídolos sino sólo a Dios.

Tú que tienes doce años, debes de saber que Dios confía en ti, cree en ti, en que puedes ser bueno, en que puedes ser buena y defender tu fe con las obras de la misma, y en tu escuela dar testimonio de ser una persona que ama a Dios y no sigue al pecado ni al pecador, sino que toda su actitud de vida, todas sus palabras son de gran caridad para todos, y los ayudas a no pecar, mostrando tu buen ejemplo de castidad, de virginidad, de amor a tus padres y respeto a tus profesores y compañeros de clase. Sé buena, se bueno con todos y, aunque se burlen de ti, que sepas que, como Jesús y santa Eulalia, Dios Padre confía en ti; tú fíate de Dios y ámalo con todo tu corazón, no eres una niña, no eres un niño, si tienes doce años ya eres mayor para ser bueno y hacer todas las cosas bien. Amén.

P. Jesús
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24 de Febrero / San Etelberto de Kent

Etelberto, rey de Kent, se casó con una princesa cristiana llamada Berta, que era hija única de Chariberto, rey de París. Etelberto concedió a su esposa plena libertad para participar de su religión, y Berta llevó a Inglaterra a Liudardo, un obispo francés. La tradición habla de la piedad y las amables virtudes de Berta, que indudablemente impresionaron mucho a su marido; sin embargo, el rey no se convirtió hasta la llegada de San Agustín y sus compañeros.

Los misioneros enviados por San Gregorio el Grande, desenbarcaron en Thanet, desde donde se comunicaron con el rey, anunciándole su llegada y las razones de su viaje. El rey les rogó que permanecieran en la isla y pocos días más tarde, fue personalmente a escucharlos. Luego de este encuentro, San Etelberto les concedió permiso para predicar en todo el pueblo, convertir a cuantos pudieran y les entregó la iglesia de San Martín para que pudiesen celebrar la Misa y otras liturgias.

Las conversiones empezaron a multiplicarse, y pronto el rey y su corte fueron bautizados en Pentecostés del año 597. El rey además les dio permiso para reconstruir las antiguas iglesias y construir otras nuevas.
Su gobierno se distinguió por el empeño que puso en mejorar las condiciones de vida de sus súbitos; sus leyes le ganaron el aprecio de Inglaterra, en épocas posteriores, y su apoyo a la fe católica permitió que se construyesen muchos templos, monasterios y algunas diócesis, como la de Rochester.

El santo pronto se convirtió en un modelo por la nobleza de su conversión. La acogida que dio a los misioneros y su gesto de escucharles sin prejuicions son un caso extraordinario en la historia. Con su actitud de no imponer la fe en sus súbditos, a pesar de su celo por propagarla, favoreció enormemente la obra de los misioneros.

Después de cincuenta y seis años de reinado, falleció en el año 616, y fue sepultado en la Iglesia de San Pedro y San Pablo, donde descansaban los restos de la reina Santa Berta y San Liudardo.

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Etelberto de Kent

Esto es, hay que ser como San Etelberto de Kent, que aunque tenía mucho celo para que sus súbditos se convirtieran  a la fe, no se la impuso, y por eso pronto muchos se acogieron al Amor de Dios. Porque Dios Ama en la libertad y da la libertad el vivir la fe.

P. Jesús
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5 de Marzo / Santos Adrián y Eubulo, Mártires

En el sexto año de la persecución de Diocleciano, siendo Firmiliano gobernador de Palestina, Adrián y Eubulo fueron de Batenea a Cesarea para visitar a los confesores de la fe. Cuando los guardias de la ciudad les interrogaron sobre el motivo de su viaje, los mártires respondieron sin rodeos que habían ido a visitar a los cristianos. Inmediatamente fueron conducidos ante el gobernador, quien los mandó azotar y desgarrar las carnes con los garfios de hierro, para ser arrojados después a las fieras.

Dos días más tarde, durante las fiestas de la diosa Fortuna, Adrián fue decapitado, después de haber sido atacado por un león. Eubolo corrió la misma suerte, uno o dos días después. El juez le había prometido la libertad a este último, con tal de que sacrificara a los ídolos, pero el santo prefirió la muerte.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santos Adrián y Eubulo, Mártires

Otra propuesta para hoy, a ver qué te parece ésta; ¿podríamos renunciar a las cosas mundanas, a querer quedar bien con la sociedad actual y hacer como hicieron los santos Adrián y Eubulo, mártires, que fueron claros en las intenciones de su fe? Hoy en día no hay leones, aunque de diferente manera quieren cortar la cabeza, antes literalmente, hoy con las malsanas y malvadas ideas.

¿Te atreves a decir que amas a Dios sobre todas las cosas? ¿Te atreves a decir que eres católico, católica y que vas a Misa?

¿Lo hacemos? ¡Va! Te animo a ello. No temas, que no van a cortarte la cabeza literalmente y, en cuanto a las ideas, ¿puedes luchar con ellas? ¿Cómo eres? ¿Eres capaz de luchar por saber y vivir la verdad? Aprende la Biblia, aprende del Catecismo de la Iglesia Católica y sé “mártir” voluntariamente por vivir tu fe en estos tiempos de tantas infidelidades, donde la palabra dada se devuelve y “aquí no ha pasado nada”.

P. Jesús
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13 de Marzo / Santa Eufrasia, Virgen

Hija de un pariente del Emperador Teodosio I, al morir su padre, Eufrasia se crió bajo la protección del emperador y al cumplir los cinco años de edad, éste la comprometió en matrimonio con el hijo de un rico senador. La madre de Eufrasia comenzó a ser solicitada en matrimonio con tanta asiduidad, que decidió partir a Egipto y refugiarse en un convento. Eufrasia de siete años, se sintió atraída fuertemente hacia la vida religiosa y rogó a las monjas que le permitieran permanecer con ellas, tomando los hábitos como novicia a la edad de ocho años. Pronto su madre falleció, y la santa permaneció en la soledad del convento creciendo en gracia y hermosura.

Cuando la muchacha cumplió los doce, el Emperador Arcadio recordó la promesa que había hecho a su sucesor de Teodosio I y envió un mensaje al convento de Egipto rogando a Eufrasia que regresara a casarse con el senador a quien había prometido. La santa se negó a abandonar el convento y escribió una carta al emperador suplicando que la dejara en libertad, que vendiese todos los bienes heredados de sus padres para que sean distribuidos entre los pobres así como dejar libres a todos los esclavos de su casa.

El emperador accedió a los deseos de Eufrasia, quien prosiguió su vida habitual en el convento; sin embargo la santa comenzó sufrir tentaciones para lo cual la abadesa, le confió duras y humillantes tareas para distraer su atención. Ya en su lecho de muerte, tanto Julia su compañera de celda y la abadesa le imploraron a la santa que le obtuviera la gracia de estar con ella en el cielo. Tres días después de la muerte de Eufrasia, Julia falleció y poco tiempo después, lo hizo la abadesa.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Santa Eufrasia, Virgen

Las personas que van camino a la santidad, a ser santas, tienen muchas tentaciones que deben combatir con la oración, el trabajo y apartándose de toda tentación de pecado.

Cada uno se sabe sus cosas, por eso no os extrañe que, a veces, una persona santa se dedique a trabajos humildes para ayudarse a combatir contra las malas tentaciones; el estar ocupado es un bien para las personas, y muchas personas ocupadas se privan de pasar por malos momentos, atormentadas como lo estuvo santa Eufrasia, virgen.

Aprende a conocerte y no caigas en el mal; amén.

P. Jesús
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22 de Marzo / San Epafrodito, Obispo

Epafrodito parece haber nacido en Filipos. Había ido a Roma, donde Pablo estaba cautivo, para llevarle una nueva colecta de parte de los filipenses. Allí cayó enfermo de cuidado, pero Dios tuvo misericordia de él y no quiso añadir tristeza sobre el alma de Pablo. Los mismo filipenses, al saber que su emisario había estado enfermo, ardían en deseos de volverlo a ver, por lo que Pablo no dudó en separarse de su amado colaborador y lo despidió con una carta para los fieles de Filipos.

En la carta, Pablo rogaba a sus queridos neófitos que recibieran a su compatriota con toda alegría en el Señor, ya que para realizar la misión que le habían encomendado se había visto al borde de la muerte. Entregaba su vida para suplir los cuidados que los filipenses no le podían dar. Fuera de este auténtico testimonio, no se posee otros detalles de la vida de Epafrodito; sin embargo, el Martirologio Romano señala que «luego fue Obispo de Terracina, enviado por San Pedro cuando éste estuvo en Roma, y donde bautizó a un buen número de conversos, dejando allí como obispo a Lino y partió a Terracina donde consagró a Epafrodito».

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

San Epafrodito, Obispo

Por hacer los encargos de la Iglesia, se sufre, así sufrió enfermedad por cumplir con su deber, san Epafrodito, que llegó a ser obispo, pero sirvió a la Iglesia humildemente, y fielmente a San Pablo, que tuvo compasión de él.

La Iglesia te necesita. Sí,  a ti también; la Iglesia te necesita, y necesitándote y tú ayudándola, quizás gastes tus energías y tu salud se merme, pero san Pablo, desde el Cielo, vela y velará por ti, porque sabe que la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana, te necesita.

No tengas miedo de darte a causas grandes como es el ayudar a la Iglesia en sus necesidades. Y recuerda: Todos tenemos que hacer eso.

P. Jesús
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8 de Julio / Beato Eugenio III, Papa

San Antonio lo señala como a «uno de los Pontífices más grandes y que más sufrieron». Nació en Montemagno, entre Pisa y Lucca. Después de ocupar un cargo en la curia episcopal de Pisa, ingresó en 1135 al monasterio cisterciense de Claraval. Tomó el nombre de Bernardo, y San Bernardo fue su superior en aquel monasterio. Cuando el Papa Inocencio II pidió que algunos cisterciences fuesen a Roma, San Bernardo envió a su homónimo como jefe de la expedición. Los cistercienses se establecieron en el convento de San Anastasio (Tre Fontane). 

A la muerte del Papa Lucio II, en 1145, los cardenales eligieron para sucederle a Bernardo, el abad de San Anastasio. El nuevo Pontífice tomó el nombre de Eugenio y fue consagrado en la abadía de Farfa. En enero de 1147, aceptó con gusto la invitación que le hizo Luis VII de que fuese a predicar la cruzada en Francia. En la segunda cruzada no tuvieron buenos resultados. El Papa permaneció en Francia hasta que el clamor popular por el fracaso de la cruzada le hizo imposible permanecer más tiempo en ese lugar. Durante su estancia en aquel país, presidió los sínodos de París, Tréveris y Reims, que se ocuparon principalmente de promover la vida cristiana; también hizo cuanto pudo por reorganizar las escuelas de filosofía y teología. En mayo de 1148 el Pontífice volvió a Italia y excomulgó a Arnoldo de Brescia (quien en sus peores momentos presagiaba a los demagogos doctrinarios de épocas posteriores). San Bernardo dedicó al Sumo Pontífice su tratado ascético «De Consideratione», donde afirmaba que el Papa tenía como principal deber atender a las cosas espirituales y que no debía dejarse distraer demasiado por asuntos que corresponden a otros. 

Eugenio III partió de Roma en el verano de 1150 y permaneció dos años y medio en la Campania, procurando obtener el apoyo del emperador Conrado III y de su sucesor, Federico Barbarroja. 

El santo murió en Roma el 8 de julio de 1153. Su culto fue aprobado en 1872.

Fuente: ACI Prensa

Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús

Beato Eugenio III, Papa

Papa y Beato, Eugenio III nos enseña que a veces trasladarse de ciudad  es la voluntad de Dios. Si no se hubiera trasladado no hubiera llegado a Papa.

No estés atado a las cosas, se libre como lo fue el Beato Eugenio III, que llegó a Papa, y ahora su vida nos sirve de ejemplo y luz e historia de la perfección de un alma: la suya, la del Papa Eugenio III Beato.

P. Jesús

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